SEMANA 32
Intercambio de casas
Los niños estarán fuera de casa por esta noche o se han ido a campamento de verano. Disponen de tiempo a solas y necesitan una «salida» nocturna. Pero también están de ánimo para probar algo diferente; están a la búsqueda de un cambio de escenario.
Una forma divertida de escaparse con poco gasto es hacer un intercambio de casa.
Para que esto dé resultado, es necesario que tengan unos buenos amigos que se vayan de vacaciones, los cuales tengan la confianza de dejarles las llaves de su casa. Comuníquenles sus planes para asegurarse de que sean partícipes de su idea.
Haga saber a su esposo o esposa, antes de partir para el trabajo, que ha programado una noche especial. Tal vez desee colocar una nota en el portafolios de su cónyuge donde lo invite a realizar una salida nocturna.
En algún momento antes de la llegada de la noche prepare un bolso con pijamas, ropa interior, y una muda de ropa para los dos. Tal vez quiera incluir jabones de tocador perfumados, velas, algunos casetes o discos compactos (asegúrese de que su amigo disponga de un equipo) con su música preferida, y dos copas de cristal. Pase por la casa de sus amigos (si es que ya han partido), aprovisiónela con algunos bocadillos sabrosos y bebidas, y deje allí sus bolsos.
Vaya al encuentro de su esposa o esposo a la salida del trabajo con una sonrisa misteriosa y la promesa de una noche de sorpresas.
Pueden ir directamente a la casa de sus amigos. O pueden tomarse su tiempo. Incluya una cena progresiva en sus planes para la noche, insinuando con frecuencia las sorpresas que han de venir para que aumente el suspenso.
Comiencen con alguna entrada en un restaurante al que nunca han ido. Al terminar el primer plato, haga mención de que tiene planes especiales para el postre. Luego vayan a otro restaurante para su plato principal.
Cuando hayan acabado la cena, dígale a su cónyuge que le agradaría dar un paseo antes del postre. Si es usted quien está al volante, puede hacer un recorrido que lo vaya llevando sin apuro a su lugar de destino por esa noche. Si está en el asiento del pasajero, puede mencionar que sus amigos deseaban que fuese a buscar su correspondencia esa noche. De cualquier modo puede inventar alguna excusa acerca del motivo por el cual debe pasar por la casa de sus amigos: «Están esperando un paquete importante y desean que lo pase a retirar y de paso echarle un vistazo a la casa mientras esté allí».
Entre a la casa lentamente, encienda las luces, y empiece a mirar en derredor suyo. Puede decir «Me pregunto si tienen algo para comer», mientras se dirige hacia la cocina. «Nunca llegamos a comer el postre. Tal vez podríamos hacerlo aquí».
Su cónyuge posiblemente esté murmurando al menos suaves protestas. Pero insista que él o ella permanezca en la sala o el cuarto de estar mientras usted busca algo para comer. ¡Qué sorpresa cuando usted regrese con un hermoso postre o un plato de queso y fruta!
Con las luces a baja intensidad, velas encendidas, y la música tocando suavemente, pueden disfrutar juntos de su postre. Tal vez quieran hablar en voz baja, comentando lo que cada uno aprecia del otro. Esto mantendrá viva la chispa que ya ha encendido.
Aún no ha revelado la sorpresa más grande de todas... que pasarán la noche en casa de sus amigos. Así que puede sugerirle a su cónyuge que aún vendrá más diversión. Luego ponga en práctica este juego, el cual sugieren Claudia y Dave Arp para una velada romántica en su libro Ultímate Marriage Builder Get-Away Weekend [Máximo retiro de fin de semana para edificación del matrimonio].
Dígale a su cónyuge que desea intercambiar ideas de manera creativa en cuanto a cómo podría cada uno hacer que el otro se sienta mejor de lo que ya se siente. Pueden escribir estas ideas en papel, como cupones que desprenden y dejan caer en frascos o vasos. O simplemente puede decirle a su cónyuge: «Soñemos un poco. Si pudiera hacer cualquier cosa ahora para hacerte sentir mejor, ¿qué cosa sería?»
Túrnense para elaborar ideas o para ir sacandolas de frascos o vasos. Luego de haber jugado un rato —cumpliendo sugerencias como masajes de pie y de espalda— sugiera que se bañen o se duchen juntos.
Conduzca a su cónyuge mientras protesta hasta el dormitorio de sus amigos y permítale ver los bolsos que ha traído para la noche. Hasta puede ser que haya acomodado sobre la cama su ropa interior y pijamas. (¡O quizá a esta altura ya ni los necesite!) Proceda a la ducha o ¡vaya directamente a otra cosa!