Nuevos oficiales serán elegidos esta semana, lo cual marca el comienzo de una nueva era política. ¿Por qué no usar este tiempo del año como recordatorio de rejuvenecer o agregar algo novedoso a su experiencia sexual? Así como el cambio político es producto de la comunicación efectiva de un candidato con sus votantes, el cambio sexual se producirá más lógicamente como respuesta a una efectiva comunicación entre esposo y esposa.
Para comenzar la iniciación de algo nuevo, cada uno, individual y separadamente, conteste las siguientes preguntas en una hoja de papel. Divida la hoja por la mitad trazando una línea vertical por el centro. En el lado izquierdo de la hoja conteste cada pregunta haciendo referencia a cómo le resulta ahora ese aspecto en particular de la experiencia sexual. En el lado derecho de la hoja conteste cómo le agradaría que fuese.
1. ¿Cómo se da cuenta de que tiene interés sexual?
2. ¿Qué cosa tiende a gatillar su deseo de una experiencia sexual?
3. ¿Cómo le comunica a su cónyuge este interés?
4. ¿Quién de los dos suele iniciar el encuentro sexual? ¿Cómo? ¿Cuándo?
5. ¿Cómo maneja esa iniciación si la otra persona no demuestra interés? ¿Y si está interesada? ¿Dispuesta?
6. Si proceden a la actividad sexual, ¿qué cosa suele suceder a continuación?
7. ¿Hablan durante el acto sexual?
8. ¿Qué actividad sexual le resulta más placentera?
9. ¿Qué cosa tiende a estimular o excitarlo? ¿Se siente cómodo(a) con eso?
10. ¿Qué cosa tiende a estimular o excitar a su cónyuge? ¿Disfruta usted de eso?
11. ¿En qué momento del proceso llega usted al orgasmo? ¿Qué pasa si no lo logra?
12. ¿En qué momento del proceso ocurre la penetración? ¿Quién lo decide? ¿Cómo hace saber el uno al otro el momento en que está listo(a)?
13. ¿Cuáles inhibiciones impiden que ambos disfruten libremente de su tiempo de estar juntos sexualmente?
14. ¿Qué sucede después del coito? ¿Qué siente?
15. ¿Qué cambio único podría realizar para mejorar su experiencia amorosa?
Después que hayan contestado estas preguntas, programen un tiempo privado, sin interrupciones, para que cada uno muestre sus respuestas al otro. Túrnense para mostrarlas mientras el otro escucha y repite lo que cree entender de lo que siente usted acerca de cada una de las dimensiones de su experiencia sexual. Si no se ha comunicado con claridad y no ha sido comprendido con precisión, aclare o amplíe. Siga repitiendo y aclarando hasta que se sienta escuchado y comprendido. Y recuerden que escuchar al otro no significa estar de acuerdo con él.
Sus respuestas a estas preguntas podrían gatillar una larga conversación. No apuren el proceso. Tómense el tiempo necesario para hablar a fondo y en detalle acerca del modo en que cada uno de ustedes experimenta su proceso sexual.
Tras platicar sobre las respuestas, elijan a la derecha de cada hoja las partes de su experiencia sexual que les gustaría cambiar. En otra hoja, juntos escriban los cambios deseados. Luego enumérenlos en orden de prioridad. Tomen el primer asunto y planifiquen cómo podrían mejorar esa dimensión de su vida sexual. Por ejemplo, si desean cambiar su forma de expresar su deseo o quién inicia la experiencia o cómo y cuándo ocurre la penetración, cada uno escriba sus ideas de cómo podría llevarse a cabo eso. Sean muy específicos. Decir: «Quiero que tomes más la iniciativa», tal vez no ayude. En lugar de eso, hable acerca de la frecuencia de sus experiencias sexuales, con cuánta frecuencia toma la iniciativa cada uno de ustedes y cómo podría el otro cónyuge incrementar su porcentaje de iniciación de la experiencia sexual.
Den un paso a la vez. Prueben su nuevo plan durante un tiempo determinado. Programen luego una evaluación para hablar acerca de cómo les va. Corrijan su plan o procedan al próximo cambio deseado. Continúen con este proceso hasta que ambos estén conformes con la cantidad posible de cambios.