La vida, esta vida

me placía, su instrumento, esas palomas…

Me placía escucharlas gobernarse en lontananza,

advenir naturales, determinado el número,

y ejecutar, según sus aflicciones, sus dianas de animales.

Encogido,

oí desde mis hombros

su sosegada producción,

cave los albañales sesgar sus trece huesos,

dentro viejo tormillo hincharse el plomo.

Sus paujiles picos,

pareadas palomitas,

las póbridas, hojeándose los hígados,

sobrinas de la nube…Vida! Vida! Esta es la vida!

Zurear su tradición rojo les era,

rojo moral, palomas vigilantes, talvez rojo de herrumbre,

si caían entonces azulmente.

Su elemental cadena,

sus viajes de individuales pájaros viajeros,

echaron humo denso,

pena física, pórtico influyente.

Palomas saltando, indelebles

palomas olorosas,

manferidas venían, advenían

por azarosas vías digestivas,

a contarme sus cosas fosforosas,

pájaros de contar,

pájaros transitivos y orejones…

No escucharé ya más desde mis hombros

huesudo, enfermo, en cama,

ejecutar sus dianas de animales…Me doy cuenta.

—1936

 

Life, This Life…

Life, this life

was pleasing, its instrument, those doves…

It was pleasing to hear them in the distance, running their

government,

accustomed arrival, their number determined,

performing, according to their afflictions, their animal reveille.

Hunched,

I heard from my shoulders

their calm proceedings,

dig the cesspools skew their thirteen bones,

inside the old screw expanding lead.

Their cashew bird beaks,

diminutive doves,

pomoldering, livers rustling like leaves,

nieces of the cloud…Life! Life! This is life!

Cooing was to them their red tradition,

moral red, vigilant doves,

perhaps red from rust,

if they then fell bluely.

Their elemental chain,

their journeys of individual migrating birds,

emitted dense smoke,

physical pain, influential portico.

Doves hopping, indelible

aromatic doves,

assayed, they came, arrived

via hazardous digestive routes

to tell me their phosphorosy news,

tale-telling birds,

transitive, Incanoble birds…

I shall not again hear them from my bony

shoulders, sick in bed,

performing their animal reveilles…I realize that.

—1936