1. Sobre este punto obra en nuestro poder otro testimonio concreto y directo. Pero aún es absolutamente prematuro hablar de él. Hay una tragedia de por medio que compromete a una de las personas que contribuyeron a armar la historia. Es posible que no digamos una sola palabra, aunque subrayemos algunos libros (de texto).

2. Contó, como ya se contará, la historia de Tokuro. Eran casi amigos.

3. A él, que era un hincha apoteósico a muerte de Chacarita Juniors aunque perdiera (y no iba a ser culpa del guardameta, seguro, y por si acaso se ajustó las pantaletas), por 8.000 : 0 y se fuera al infi erno.

1. Sobre esto tenemos un testimonio concreto y directo: pero aún es prematuro hablar de él. También es posible que no digamos una sola palabra. —Reversión: por nalguear culones tantos se han perdido en manicomios y cárceles.

2. Hasta el psicólogo de la empresa manifestó, al redactar su informe, que el arquero Nal adoptaba una posición masoquista. —Dpto. de relaciones humanas. —Dijo que “ponía el culo por todos, metafóricamente hablando”. Lo echaron. Indignado, el gerente general no se comió las palabras: “Aquí estamos todos para poner el culo”.

3. Ya se lo decían. Dos pibes que pedían limosna (en casa de Nal nunca les daban) cada vez que lo sorprendían tranquilamente sentado en el umbral, empezaban: —¿Qué decís gordo puto? Así que te la comés doblada, con moñito y todo... ¡Gordo puto! Nal, temblando de rabia impotente, se refugiaba detrás de la verja y les retrucaba: “¡Mentira, mentira! Yo no me dejé por nadie, cirujas piojosos!”... El mayor se acercaba a la verja y le decía algo que lo hacía huir llorando hacia adentro de la casa. Se lo decía con asco, torciendo la boca: “Mirá pibe, vos sos gordo puto... aunque no te dejés por nadie, no hay caso, che, sos gordo puto, sos gordo puto, gordo puto aunque no te dejés garchar...”

4. O en Zig Zag si tiraban con pistola.

5. A propósito: ¿qué sería jugar al teto?

6. “ASERSELOS” Barto & Co. Más adelante se comprobará, Barto comprendió que nunca saldría del negocio del culo. Con El Cloaca Iván, su maestro (otro jugado a todo por el orto), alquilaron un departamento que pintaron: coqueto. Fabricaban putos y después los vivían. Hombres de pupila pertinaz, famélica, se pintan los labios ante el espejo y recuerdan. Aquel Primer Cotorro. Languidez de caderas y luces, ya, en la calle. Será, será el yiro y el mango amargo y para colmo a veces blando, del bufa vejete, el no persa, el meda. Miedo la mujer que redobla y campanea. Y que. Ahora tanto suena.

7.“Abultaba y pinchaba tanto —Mariucha— que una noche perdí la cabeza. Mirá, sin que te la metiera parecía que ya la tenías adentro. Tendría que haber sido una Santa del Cielo...”

8. última esperanza, ni siquiera su mamá lo quería. Ella ya no disimulaba. Ya no se llamaba más colita: culo a secas y se acabó —justo: justo por el único pár paah’do los frunces carnales fingen atarse y anudarse ah, la verdad, pa’ pa’pito ahsí’má’ má’s daleseguí y quí ¡ay! ¡sí! ahí! bien seguramente anudados como Dios Manda.

Pero. Es débil la justicia, no es de este mundo. La ley no hecha todavía, instituye el crimen, porque es la única que faltaba: para completar. Hecha, echa la trampa sobre el tapete o “colcha” como otra suerte del juego. En Kafka es el leopardo borracho sediento e hidrópico del agua bendita:

del templo

RECUERDO. El reloj con una aguja clavada en el hígado y la otra en el cerebro —¿Qué hora era?— Cuando el tintinear de la botella titilaba en ti —mi minutero, mi mamar: embocaba la boca, no respiraba bocaboca —chupaba: de la propia dama juana: su peso me sostenía en oro. Ahora, seco. esto: RECUADRO (para el tipógrafo).

9. Que casualmente se llamaba ¡Malditos los traidores! (y no estoy criticando la vanidad de nadie), faltos aún de camisetas porque su leyenda era tan larga que tendrían que jugar con sotana; alguien propuso que abreviaran el título del cuadro a ¡Malditos! La respuesta del déspota ¡Malditos los traidores! fue sexual y terminante: —Uno de estos días te voy a cojer a ver si la leche te engrasa los engranajes del cerebro.— Quien había propuesto la abreviatura era él —no— ¿cómo le decían a ese niño siempre al borde de que le ensancharan la canaleta? El Pasaje Barolo o algo por el estilo... no, ahora me acuerdo sin ninguna duda: era el famoso arquero (te rompo el agujero: ¡aquí ya hay contagio!) nalgueado incluso amistosamente por Gatti: el Pibe Barulo. Algunos años más tarde, Gatti fue víctima de murmuraciones.

10. ...hastiado...

11. ¡Cualquier cosa!

12. Los pijudos son medio tontos, otro misterio.

13. El género se mantiene, cambia la especie: y ya no se sabe de qué género se trata.

14. Contra el cual un padre, el padre, lucha toda la vida.

1. Oh caros y putre: exquisitos, los raros como Darío.

1.También solía llegar a la casita, por lo menos un día al mes, el gremialista Lorenzo Miguel, que no tenía nada que ver con el boxeo como tampoco Antonio José con la policía, ni con el boxeo.

1. Contra los que se aburren. Contra los que prefieren ir a una armería y comprarlo. Contra los que ignoran la loca exclusividad de la exclusión. Contra los que al recuperar la calle no se desorientan, no saben que volvieron al mar y a sus olas bravas, o tormentas.

2. De la incomparable intimidad del orgullo, mejor ni hablar, ni susurrar.

3. El solo hecho de nombrarlo ya descalifica. Las páginas que siguen, ahora, después de haberlo mencionado, deben leerse con desconfianza policial. Golde también escribe, prevengo.

4. Que me guste, por ejemplo. O que se convierta en un arma terrible de los artistas contra los escritores.

5. Pleonanismo de suicidas.

6. El 8-7-82.

7. Con un solo guiso quedó inmovilizada en la letrina media población.

8. Como luego se comprobó, se trataba de una venganza. El fiscal vio respaldado, en aquella época, su notorio perfil de irreflexivo y cagatintas inepto, el opa de una justicia sin filo, como cuchillito de bebé.