Un hombre mirando fijamente hacia la sala. Otro llega. Parece que busca por dónde ir.
Dos - Perdona. La tumba de Jim Morrison, ¿sabes dónde se encuentra...?
Uno (saliendo de sus pensamientos) - Ni idea.
El otro mira a su alrededor.
Dos - La última vez que estuve aquí fue para el funeral, pero estaba tan colocado... No recuerdo nada... (Mirando también hacia la sala) ¿Lo conocías?
Uno - ¿A Morrison?
Dos - A ése... al que están enterrando ahora... Mucha gente... ¿Era famoso?
Uno - Un filósofo... que también escribía obras de teatro.
Dos (comentando con ironía una oración fúnebre que no se oye) - Era un sabio pensador, un profesor generoso, un amigo fiel... Bla bla bla... No me extrañaría que escribiera libros aburridos, manoseara a sus alumnos, y debiera dinero a todo quisque... (El otro le mira con curiosidad) Los cabrones también mueren ¿no? Y encima, casi siempre más viejos que los demás. Pero al final también la palman. Pero ¿dónde los entierran? Mira todos esos epitafios. A mi querido esposo... A nuestro amado padre... A nuestro adorado jefe... Y a los tíos que engañaban a su mujer, que pegaban a sus hijos y explotaban a sus empleados ¿dónde los entierran? No me explico de dónde viene esa extraña costumbre de santificar a los cabrones cuando han muerto.
Uno - Supongo que será por la gratitud de los que dejan atrás por habérselo quitado de encima.
Dos - En todo caso, aunque sólo fuera por eso, valdría la pena asistir a sus propios funerales. Para poder oír a los que no te tragaban estando vivo proclamar hasta qué punto eras un tipo formidable...
El otro le mira con interés.
Dos - ¡Joder... y ahora el minuto de silencio! No nos habrán ahorrado nada.
Silencio.
Dos - Una obra de teatro escrita por un filósofo debe de ser un coñazo ¿no?
El otro parece un poco ofuscado.
Dos - Perdón... ¿Quizá era un amigo... o un pariente?
Uno - Yo tampoco quería perderme mi entierro... (Presentándose, tendiendo la mano) Jean-Paul...
Dos (apretando la mano que el otro le tiende) - Jim...
Uno - No te habría reconocido. Por entonces tenías el pelo largo ¿no...?
Dos - Sí... Y tú bizqueabas un poco.
Un - Sólo de un ojo. (Suspirando con filosofía) Pero ya no somos más que esencia, ¿verdad...?
Jim saca un cigarrillo.
Dos - Ya podemos fumar sin miedo al cáncer... Come on, baby, light my fire.
Jean-Paul enciende el cigarrillo.
Uno - Lo siento, pero no conozco mucho su discografía...
Dos - Yo tampoco leí tus libros... El existencialismo, ¿no era eso?
Uno - Sí...
Dos (irónico) - Ser o no ser...
Jean-Paul parece preguntarse si Jim le esta tomando el pelo o no.
Uno - Esa es de otro dramaturgo, pero bueno... ¿Estás seguro de que enterraron a Morrison en el cementerio de Montparnasse?
Dos - ¿No?
Uno - Yo diría más bien en el de Père Lachaise....
Dos - Joder, no me acuerdo de nada. Estaría colocadísimo...
Oscuro.