034 Observación de cielo profundo con prismáticos

HACE UNOS CAPÍTULOS PROMETIMOS un par de observaciones interesantes con vuestros prismáticos; incluso deberíais tener las cartas estelares preparadas, en pantalla de portátil o impresas en papel. Sólo falta encontrar una buena noche, sin Luna y un cielo muy oscuro.

  1. Empezaremos por la observación hibernal: el doble cúmulo de Perseo, de nombre técnico NGC869 y NGC884. Se trata de dos cúmulos abiertos situados a unos 7600 años luz de Sol. Ambos cúmulos son visibles juntos en el campo de visión de unos prismáticos.
  2. Con la ayuda del planetario, o de Cartes du Ciel, calculad a qué hora está visible el doble cúmulo. Mejor si está a más de 20° sobre el horizonte. Localizad después a simple vista las estrellas Delta Casiopea y la Eta Perseo. Nos ayudaremos del planisferio o de las cartas estelares. Una vez localizadas, apuntaremos el prismático primero a una, después a la otra utilizando el método que ya conocemos de otros capítulos. Cuando las tengamos bien reconocidas intentaremos ir de Delta Casiopea a Eta Perseo sin dejar de mirar por el prismático. Si no nos hemos desviado nos aparecerá el doble cúmulo de Perseo en el campo de visión, situado a unas dos terceras partes de la enfilación Delta Casiopea-Eta Perseo. Partiendo siempre de Delta. Si sujetamos el prismático con un trípode, mucho mejor.
  3. El cielo se nos presenta abigarrado de estrellas, pero destacan dos condensaciones más intensas y alineadas, es el doble cúmulo. Le dedicaremos unos minutos. Después de un rato de observación descubriremos algunos detalles que no distinguíamos al principio, como un alineamiento de estrellas en forma de arco que parece escaparse de uno de los cúmulos.

    Doble cúmulo con prismáticos. Foto: Jordi Lopesino.

  4. Es una observación relativamente sencilla y que reporta grandes satisfacciones. Y ya que estamos en la zona … ¿Qué os parece si observamos una galaxia? ¿Sí? Elaboraremos una carta de la constelación de Andrómeda. Buscaremos la estrella Beta Andrómeda y desde allí intentaremos encontrar M31, la galaxia de Andrómeda. Veremos una nubecita algodonosa, eso es M31. ¿Qué os parece? ¡Una galaxia con prismáticos!

    Galaxia M31 con prismáticos. Foto: Jordi Lopesino.

  5. La observación estival empieza en la constelación de Sagitario. Buscaremos un mapa de la constelación de Sagitario, la localizaremos y nos centraremos en el asterismo de la tetera, en las estrellas Epsilon y Delta Sagitario. Las buscaremos y trazaremos una línea imaginaria que las una y se prolongue en línea recta dirección al cenit unas dos veces. En este punto encontraréis un cúmulo abierto llamado M24. Es una zona más densa de estrella, bastante extensa, dentro de la densidad estelar de la Vía Láctea.
  6. Esta zona del cielo señala el núcleo de nuestra galaxia, llamada Vía Láctea; es una zona muy rica de estrellas y en objetos de cielo profundo. Un paseo con el prismático nos enseñará unas cuantas nebulosas brillantes y muchos cúmulos. ¿Los sabríais reconocer con la ayuda de una carta estelar?

    La Vía Láctea. Foto: Jordi Lopesino.

  7. Saber qué observamos es casi tan importante como saber encontrar los objetivos. Como vamos a trabajar bastante con los objetos del catálogo Messier recomendamos un libro que os ayudará mucho: Catálogo Messier de José Luís Comellas, un clásico en nuestro país. Comellas nos describe cada objeto del catálogo, nos dice dónde encontrarlo y nos enseña qué apariencia tienen con una fotografía. Un libro que no puede faltar en nuestra biblioteca particular.

    Catálogo Messier de Comellas.

  8. Con toda esta información os retamos a que busquéis dos cúmulos abiertos que están muy cerca de M24, son los cúmulos de M6 y M7 en la vecina constelación del Escorpión. Preparad todo el proceso: cartas, aclimatación de la vista y los prismáticos, localización, apuntado de prismáticos, observación … Seguro que los encontráis. Suerte y no os desaniméis si no los veis a la primera.