AHORA QUE HEMOS SOBREPASADO EL ECUADOR DEL LIBRO, y que empezamos a dominar muchos conceptos astronómicos ¿no os apetecería inmortalizar lo que observamos por el telescopio?
IMPORTANTE
El Sol y la Luna tienen sus propios métodos de dibujo. El Sol se puede dibujar entero, con todas las manchas situadas en la superficie; o se pueden ampliar mucho las manchas y trabajar en los detalles de las mismas. La Luna es muy laboriosa de ejecutar. Podemos pasar horas dibujando las sombras y los relieves de su superficie, o podemos dedicarnos a dibujar las libraciones: esos trocitos de Luna ocultos que se ven muy de vez en cuando.
La manera más sencilla y económica de inmortalizar un campo estelar es haciendo un dibujo. Existen diversos tipos de dibujo astronómico, pero se pueden resumir en dos: el dibujo de planetas y el cielo profundo. Evidentemente el dibujo de planetas también engloba al Sol y a la Luna.
Antes de empezar a dibujar hay que prepararse un poco. Normalmente se preparan unas hojas llenas de círculos en un lado y se reserva un espacio para notas. Hay quien prefiere una cuartilla, con un solo círculo y espacio para notas; otros tienen una libreta sólo para dibujos astronómicos. Para empezar prepararemos unas cuantas cuartillas con un círculo en el medio. Lo podemos hacer con ordenador o usando un vaso y un bolígrafo. El círculo representa el campo del ocular, pero si decidimos hacer planetaria representa el diámetro del planeta. Existen muchas plantillas en Internet. Elegiremos la que más nos convenga.
El material de dibujo es muy simple: lápices, goma de borrar, máquina sacapuntas, difusores para las sombras, bolígrafo y un rotulador negro de punta fina. Para el papel, un soporte rígido (madera, plancha de aluminio …) una linterna roja (imprescindible) y mucha paciencia. Una silla adecuada a nuestro telescopio, también nos irá muy bien.
Primero apuntaremos al objeto que queremos dibujar, seleccionaremos los aumentos adecuados a la noche, aclimataremos el telescopio, la vista y a observar. Situaremos los puntos cardinales en el campo del ocular y los traspasaremos a la hoja de papel. Marcaremos solo el Norte y el Este, no hace falta poner todos los puntos cardinales. Si es un dibujo de cielo profundo, marcaremos primero las estrellas brillantes, luego el objeto (de manera proporcionada) y luego daremos los retoques y matices con el difusor. Repasaremos las estrellas y añadiremos las estrellas más débiles. Tomaremos notas sobre la fecha, calidad del cielo, telescopio utilizado, ocular, aumentos, el lugar de observación, oscuridad, si había luna y la hora de empezar y acabar el dibujo. En casa compararemos el dibujo con alguna fotografía del mismo objeto.
M42, dibujo de Jordi Lopesino.
M86 y campo circundante, Jordi Lopesino.
M65 y M 66, Jordi Lopesino.
Para inmortalizar un momento especial, tendremos que trabajar rápido. No es lo mismo un campo donde nada se mueve, salvo el motor de seguimiento del telescopio, que un campo con algo que pasa más o menos veloz como un cometa. Si es así marcaremos la orientación del ocular, las estrellas principales y colocaremos el cometa teniendo en cuenta la longitud y anchura. Dejaremos los detalles para el final y escribiremos las notas que se nos ocurran. Fecha y hora obligatorias. La hora siempre en TU.
1986. Dibujo del cometa Haley de Joanma Bullén.
Los planetas son el súmmum de la dificultad. Júpiter y Saturno tienen un movimiento de rotación rapidísimo y no podemos dedicar más de 10 minutos o un cuarto de hora a su observación y dibujo, si no nos cambia el meridiano y estaríamos falseando la observación. Para dibujar planetas debemos dominar muy bien la observación, si no, no vislumbraremos detalles débiles importantes. Las campañas planetarias (Marte, Júpiter, Saturno) pueden durar meses. Se aprovechan las épocas del año en que los planetas están más cerca de nosotros. Se pueden hacer varios dibujos de una superficie planetaria en una noche. Luego, con paciencia, se recompone el planisferio del planeta observado; solo hay que ir sumando trocito a trocito de su superficie.