057	Algunos trucos para la observación telescópica

ENTRAMOS DE LLENO EN EL MUNDO de la observación astronómica. Los siguientes capítulos se dedicarán a diferentes tipos de observaciones, todas muy específicas, pero antes querríamos explicaros algunos trucos para que los podáis poner en práctica mientras observáis. Tomad buena nota, os serán muy útiles.

1. En el primer capítulo explicamos cómo funciona el ojo humano, ¿recuerdáis que hablamos de que hay zonas del ojo más sensibles a la oscuridad? ¿Sí? Pues las aprovecharemos en nuestro beneficio. Vamos a ponernos en situación: estamos observando con el telescopio, la vista está aclimatada, el telescopio también, pero el objeto de cielo profundo que el GO TO nos ha centrado perfectamente en el campo del ocular no se ve. ¿Por qué? Bueno, eso quiere decir que el telescopio no da para más y que el objeto está al límite de la observación.
2. ¿Podemos hacer algo para solucionarlo? Cambiar el telescopio por uno de más abertura es una opción, pero podemos intentar observarlo con la parte del ojo con más porcentaje de Bastones (repasad el capítulo 1), la zona periférica del ojo. Para ello tendremos que centrar la visión en el centro del ocular, donde se supone que está el objeto invisible, pero no intentaremos ver el objeto directamente, pasearemos la vista por la zona más externa del campo del ocular, entonces y sólo entonces lo veremos. Cuando tengamos la vista concentrada en el borde del campo algo, fino y algodonoso, aparecerá en el centro del mismo: el objeto invisible. Cuando centremos la vista en el centro éste desaparecerá de nuevo. ¡Bienvenidos a la visión lateral! Probad con diferentes objetos débiles para habituaros a ella.
3. Cuando los objetos están al límite de la detección visual, incluso con visión lateral, y no podamos asegurar si lo que vemos es real o producto de nuestra imaginación podemos emplear otro sencillo truco. Nos ponemos de nuevo en situación: estamos buscando un cometa del que no estamos muy seguros de su magnitud ni de su posición; telescopio aclimatado, vista aclimatada; teóricamente el cometa está en el centro del ocular, pero incluso con visión lateral nos cuesta asegurarlo … pues daremos unos golpecitos en el tubo del telescopio, ligeros, lo suficiente para que vibre. La pequeña (insisto en lo de pequeña) vibración “despertará el objeto” que se hará visible mientras dure.
   
   

   

   Golpeando ligeramente el tubo del telescopio

   

   

   Ver o no ver la nebulosa del velo puede venir de unos ligeros golpecitos en el tubo. Foto: Jordi Lopesino.

4. Los trucos anteriores funcionarán con objetos que estén justo al límite de la capacidad del telescopio. Si son demasiado débiles necesitaremos cambiar de telescopio para verlos. Trucos sí, milagros no.
5. Cuando sacamos el telescopio al campo para observar, lo hacemos para aprovechar la ausencia de contaminación lumínica y los cielos más oscuros, pero ¿qué pasa si no podemos hacerlo? ¿nos quedamos sin observar?, ¿verdad que no? Entonces, ¿cómo podemos amortiguar este problema? ¿Cómo observamos desde ciudad? Bueno, el problema lo tendremos con objetos débiles. Los Planetas, la Luna, el Sol no serán problema. Podemos hacer servir un filtro antipolución, sí, pero lo realmente efectivo es oscurecer el entorno del telescopio. Procuraremos que la óptica principal no reciba luz directa ni luz parásita y luego nos agenciaremos con una manta, toalla, colcha vieja … de color oscuro. Procederemos de la siguiente manera: cuando tengamos el objeto centrado miraremos por el ocular y nos echaremos la manta, toalla, colcha vieja … por la cabeza; de la misma manera que hacían los fotógrafos de las antiguas cámaras de placas. Así conseguiremos una oscuridad extra que nos matará muchos reflejos inoportunos.
   
   

   

   Observando con una manta sobre la cabeza.

6. La posición a la hora de observar es muy importante. Deberíamos estar lo más cómodos posible, por lo que no es muy recomendable agacharse o doblar el espinazo durante demasiado tiempo. Una silla o taburete que nos permita observar sentados nos será muy útil. La otra opción es estirar las patas del trípode hasta que el ocular nos quede, más o menos, a la altura del ojo. Pero esto tiene un par de inconvenientes: que observaremos toda la noche de pie y que si sois muy altos (como es mi caso) vuestros compañeros de afición necesitarán una escalerita para llegar hasta el telescopio.
   
   

   

   Observando sentados y descansados.