063 Observación de la Luna

RESULTA DIFÍCIL EXPLICAR tanto en tan poco espacio. La observación lunar podría llenar las páginas de varios libros y siempre faltaría algo por explicar. O sea que daremos unas pinceladas selenitas. Lo justo para no perdernos.

  1. Cualquier telescopio, por pequeño que sea, va a desvelar mucho de nuestro satélite natural; incluso unos simples prismáticos, si no tenemos nada más. Para conocer a fondo la Luna tendremos que dedicar muchas horas. Serán indispensables unas buenas cartas lunares, aunque las que vienen en las guías de campo nos irán bien para empezar.

    Cartas lunares recopiladas por Lunar and planetary laboratory, de lo mejor que hay para el aficionado.

  2. Para observar bien la Luna hay que ser muy metódico. Os recuerdo que la Luna pasa por una serie de fases: nueva, creciente, llena y menguante. En cada una de las fases podremos ver una parte distinta de la Luna, porque … no siempre podremos ver el detalle que nos interesa cuando nos interese. La zona lunar que centrará nuestra atención telescópica será siempre el “terminador” y las zonas cercanas. El terminador es la franja entre la parte iluminada y la no iluminada de la Luna. Es la zona donde las sombras contrastan y resaltan los accidentes geográficos. El terminador avanza día a día y eso hace que la parte iluminada quede plana, sin relieves evidentes y por lo tanto con poco interés para el observador.

    Luna en cuarto menguante. Es fácil fotografiar la Luna con telescopios pequeños. Foto: Jordi Lopesino.

  3. Por ese motivo la Luna llena es poco agraciada telescópicamente porque, además de deslumbrar, la vemos completamente plana. De hecho, las noches de Luna llena son las más odiadas por los astrónomos. Si no hay un eclipse de Luna no se puede hacer nada de nada (como mucho observar planetas).

    Luna llena. Foto: José Muñoz Reales, expresidente de Aster.

  4. Existen muchos tipos de detalles superficiales en la Luna, vamos a ver a algunos de ellos:
  5. La Luna admite muchos tipos diferentes de aumentos. Con pocos, la apreciaremos en su conjunto, veremos la fase y los accidentes más destacados. Si ampliamos, siempre que la atmósfera lo permita, veremos detalles más pequeños, pero no menos interesantes. La observación lunar puede derivar en dibujos de su superficie y en fotografías con cámara digital o webcam. Exposiciones cortas y apilando muchas imágenes con buen Seeing. También se pueden fotografiar las libraciones, que son las zonas de la cara oculta que se dejan entrever a causa del movimiento pendular de nuestro satélite.

    Arquihadley. Foto: Jesús R. Sánchez.

    Plato. Foto: Jesús R. Sánchez.

  6. La Luna, además, de vez en cuando oculta algunas estrellas importantes que se encuentran en su ruta. Y excepcionalmente algunos planetas. Cuando esto ocurre podemos observar visualmente cómo se oculta el astro. Cómo va desapareciendo, por ejemplo, Júpiter, engullido por Selene, y como un rato más tarde empieza a emerger por el otro lado. En estos casos las filmaciones en vídeo quedan muy bien y son relativamente fáciles de hacer.
  7. Como la Luna es un astro muy brillante nos permite hacer fotografías muy rápidas y que por lo tanto no precisan de seguimiento. Que para empezar está muy bien. Existen algunos filtros que mitigan el brillo lunar, pero con fotografías de gran aumento no serán necesarios porque el ocular ya filtrará bastante luz.