A nonpehua noncuica… Mis saludos para ti. Acércate: no reconozco el jade de tus ojos. ¿Acaso vienes a contemplar la grandeza de la Gran Tenochtitlan o los dioses te trajeron aquí por otra razón? Te maravillarás al ver los templos y edificios, al conocer al tlatoani y probar nuestra bebida de cacao.
Permíteme ser tu guía por hoy. Mi nombre es Macuilxochitzin, que significa Venerable Cinco Flor, pues en esa fecha quedó establecido que vendría al mundo.
¿Te gustó lo que recitaba cuando te encontré? Era uno de mis versos… Cierra los ojos y escucha el poema completo:
A nonpehua noncuica,
ni Macuilxochitl,
zan noconahuiltia o a in ipalnemoa,
yn maconnetotilo —ohuaya, ohuaya!
Quenonamican, can o ye ichan
im a itquihua in cuicatl?
Ic zanio nican y izca anmoxochiuh?
In ma onnetotilo —ohuaya, ohuaya!
Has adivinado: el viento me llevó a pertenecer a la nobleza mexica, y por eso descubrí las letras. Con ellas puedo escribir acerca de los montes nevados, de los colores que se ven en Xochimilco, sobre los ahuehuetes de Chapultepec, también me inspiro en gloriosas batallas y héroes bendecidos por los dioses y por supuesto en princesas tan hermosas como las flores.
No nací en esta ciudad; provengo de una tribu chichimeca que no sobrevivió a la guerra. Me adoptó Tlacaelel, quien forma parte de la corte mexica. A él acude el tlatoani, nuestro emperador, cuando necesita consejos. Por eso crecí entre la nobleza, con música de chapulines y banquetes exquisitos.
¡Cuántas historias se contarán sobre la vida y la belleza de esta ciudad cuando sea destruida por decisión de los dioses! Sólo las letras hablarán de ella.
Comencé a escribir en cuanto aprendí a hacerlo, pero no para registrar lo que sucedía a diario en la política, ni el resultado en los campos de batalla. Utilicé metáforas para componer mis poemas, y se leyeron en la corte. Me hice famosa en toda Tenochtitlan.
Estoy convencida de que una mujer no sólo puede escribir sobre lo que quiera, sino que también puede ser protagonista de sus poemas.
He conocido tres tlatoanis: Itzcóatl, Moctezuma y Axayácatl, para quienes he escrito muchas composiciones. ¿Qué me deparará esta vida de letras? Sólo los dioses podrán decirlo.
¿Sabes? Olvidé que debía visitar la corte esta tarde, así que tengo que dejarte. ¿Estarás bien sin mí? Puedes recorrer Tenochtitlan… Anda, vuela como el zenzontle. Si me pierdes, me hallarás en mis versos…
SE TIENE POCA INFORMACIÓN ACERCA DE LA POETISA MACUILXOCHITZIN; SÓLO SE CONSERVAN ALGUNOS DE SUS POEMAS Y DATOS AISLADOS SOBRE SU VIDA. SABEMOS QUE FUE HIJA DE TLACAELEL, CONSEJERO DE TLATOANIS MEXICAS; DESCONOCEMOS LA FECHA EXACTA DE SU MUERTE.
LA TRADUCCIÓN DE SU POEMA AL ESPAÑOL ES LA SIGUIENTE:
ELEVO MIS CANTOS,
YO, MACUILXÓCHITL,
CON ELLOS ALEGRO AL DADOR DE LA VIDA,
¡COMIENCE LA DANZA!
¿ADÓNDE DE ALGÚN MODO SE EXISTE,
A LA CASA DE ÉL
SE LLEVAN LOS CANTOS?
¿O SÓLO AQUÍ
ESTÁN VUESTRAS FLORES?,
¡COMIENCE LA DANZA!