fcap10

cap10

¡Espera! Sólo tengo dos manos. No pensé que tuviera tantos libros sobre mi escritorio. Así somos las escritoras: nos encanta leer de todo.

¿No sabes quién soy? Pues me llamo Laureana Wright; nací en Taxco un año antes que el ejército norteamericano atacara el Castillo de Chapultepec. Recuerdo que apenas era una niña cuando nos fuimos a vivir a la Ciudad de México.

La verdad es que tuve mucha suerte, pues mis papás no sólo me llevaron a la escuela para que aprendiera a leer y escribir, sino que me prestaban libros de todo tipo. Me encantaban las novelas y los ensayos. Cada noche, antes de dormir, encendía una vela y me quedaba leyendo y soñando con un México mejor.

Además de español, hablo inglés, porque mi papá era de Estados Unidos, y francés, que aprendí durante el Imperio de Maximiliano y Carlota.

De tanto leer y leer se me ocurrieron muchas preguntas que me parecen importantes; por ejemplo, ¿por qué las mujeres no podemos votar para elegir al presidente?, ¿por qué no se nos permite escribir todo lo que pensamos?

Me interesaban mucho los periódicos y la política, así que me dije: “Yo también puedo opinar sobre el tema. La política no es sólo asunto de hombres”.

Un día escribí un artículo en el que criticaba al presidente de México, Porfirio Díaz; apareció en un periódico llamado El Diario del Hogar. No me fue muy bien. Aunque el presidente se enojó mucho, no me castigó porque yo era amiga de su esposa. Sin embargo, eso no me detuvo; yo quería seguir escribiendo.

El Diario del Hogar se negó a publicarme otra vez, pero yo todavía deseaba dar a conocer mis preguntas, así que fundé mi propia revista, ¿por qué no? La llamé Las Hijas del Anáhuac, que poco después cambió su nombre por el de Violetas del Anáhuac, y más tarde logré dirigirla. Eso era algo que los hombres de este siglo no habían visto: una mujer al frente de una publicación cultural.

Violetas del Anáhuac fue una revista única. ¡En serio! Déjame enseñarte un ejemplar, tengo uno por aquí en mi escritorio. Mira lo que dice la portada: “Periódico literario redactado sólo por señoras”. ¡Sí! Era una revista para mujeres escrita por mujeres. Hablábamos de política y publicábamos reseñas de libros con una perspectiva feminista, así como biografías de mexicanas valientes que hubieran roto las reglas.

Al principio tenía muchas dudas: ¿a alguien le interesaría leer Violetas del Anáhuac? Resultó que sí. Muchas mujeres mexicanas deseaban conocer la historia de México a través de sus mujeres, y querían expresar su opinión sobre lo que pasaba en el país. La revista les permitió esa posibilidad.

Escucha esto que escribí, resume muy bien lo que pienso:

Ya no es mal visto que la mujer escriba y exprese
sus sentimientos por medio de la pluma,
y nada más justo, porque cuántas jóvenes hay que,
careciendo de una amiga íntima o de un ser
a quién manifestarle con confianza los sentimientos de su
corazón, desean expresarlos de alguna manera.

¿Te gustó? Estaba inspirada cuando plasmé mis pensamientos en el papel.

Sí, tal vez los hombres intelectuales cercanos al presidente se burlen de mí, pero creo estar haciendo lo correcto. Estoy convencida de que las mujeres tenemos el mismo derecho que los hombres a escribir sobre cualquier tema, e incluso a votar. Ya verás, la historia nos dará la razón. La mujer tendrá derecho al voto. Y, ¡quién sabe!, tal vez un día hasta tengamos una candidata a la Presidencia.

Creo que todas debemos preguntarnos cuál es nuestro papel para hacer de México un lugar mejor, y no dejar que los demás lo elijan por nosotras. Aunque se burlen.

Mira, pásame esos libros que están del otro lado del escritorio; quiero que me ayudes a escribir una biografía de sor Juana Inés de la Cruz. ¿Te gustaría ser colaboradora de Las Hijas del Anáhuac?

LAUREANA WRIGHT DE KLEINHANS FUE NOMBRADA SOCIA HONORARIA DE LA SOCIEDAD NEZAHUALCÓYOTL, INGRESÓ EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA EL PORVENIR Y SE LE DISTINGUIÓ COMO SOCIA HONORARIA DEL LICEO MEXICANO, ASÍ COMO DEL LICEO ALTAMIRANO DE OAXACA.

FUE UNA DE LAS PRIMERAS MEXICANAS EN PEDIR EL DERECHO AL VOTO PARA LA MUJER Y EN PROPONER LA IGUALDAD DE DERECHOS PARA HOMBRES Y MUJERES. MURIÓ EN LA CIUDAD DE MÉXICO EL 22 DE SEPTIEMBRE DE 1896.