No es suficiente ser bonita: hay que saber serlo. Yo lo supe. Hice 47 películas en las que no me conformé con ser una extra. Fíjate lo que te digo: antes de ser famosa, iba yo caminando por el centro de la Ciudad de México cuando un importante productor de cine me vio. Se me acercó y tuvo el atrevimiento de decirme que yo debería ser actriz. Me ofreció un pequeño papel en su próxima película. ¿Sabes qué le respondí?
¿Quién le dijo que yo quiero entrar en el cine?
—exclamé levantando la cara con orgullo—.
Si me da la gana, lo hago; pero cuando yo quiera,
y será por la puerta grande.
Así me convertí en la actriz principal de mi primera película, El Peñón de las Ánimas. Al otro protagonista de la película, Jorge Negrete, no le hizo gracia, pero, me casé con él diez años después. Mi matrimonio duró sólo un año porque él estaba muy enfermo y murió, eso fue lo malo.
Así empezó mi carrera en el cine… Yo siempre estuve con los mejores directores, y al público le gustaba verme en la pantalla grande. Escogía los papeles que quería hacer, como el de una india en Maclovia, o una gran señora en Doña Bárbara. Por esa película empezaron a llamarme “la Doña”, ¿lo sabías?
Aprendí que actuar es como soñar: puedes ser cualquier cosa cuando interpretas un personaje.
Pude haber hecho películas en Estados Unidos, pero no quise. También pude haber actuado en películas más comerciales, sólo que no me dio la gana. Yo decidí. ¡Como que me llamo María Félix!
Eso sí, para una mujer no siempre es tan sencillo romper las reglas, pero es algo que vale la pena. Yo, por ejemplo, fui muy criticada por ser la primera mujer famosa que llevó pantalones a un evento público. ¿Y por qué no iba a hacerlo?
Escucha bien lo que te digo: una mujer original no es aquella que no imita a nadie, sino aquella a la que nadie puede imitar.
Dejé muchas películas como legado, y puse el nombre de México en alto. También filmé en otros países, principalmente en España e Italia. ¿Por qué no en Estados Unidos? Nunca me arrepentiré de haber dicho que no a Hollywood, porque en Europa hacían mejor cine. Además, los papeles de india los hago, orgullosamente, en México, y los de reina en el extranjero.
Siempre representé a la triunfadora que no se deja. Yo no soy una dejada. Nunca lo fui. Sólo exigí el lugar que me correspondía.
Si no fuera así, no habría hecho tantos amigos en mi vida, como Cantinflas, Pedro Infante y Frida Kahlo, ni me hubiera casado con Agustín Lara, uno de los compositores más grandes que ha tenido México. Como regalo de bodas me dedicó una canción. “María Bonita”, que va así:
Acuérdate de Acapulco,
de aquellas noches,
María bonita, María del alma…
Fui modelo para pinturas, inspiración de poemas y libros. Aunque siempre he dicho que a una actriz como yo no se le investiga, más bien se le inventa una vida.
Sí, es cierto, dejé de actuar en 1970, pero he seguido rompiendo las reglas cada vez que salgo a la calle, y cada vez que doy entrevistas.
Mis películas siguen pasando por la televisión. Permanezco en la memoria de los mexicanos, porque el público me respeta y me quiere. Por eso siempre seré María Félix… y siempre haré mi voluntad.
CONOCIDA COMO MARÍA BONITA O LA DOÑA, A MARÍA FÉLIX SE LE CONSIDERA UNA DE LAS ACTRICES MÁS IMPORTANTES DE LA ÉPOCA DE ORO DEL CINE MEXICANO. TRABAJÓ CON LOS DIRECTORES MÁS FAMOSOS DE SU TIEMPO E HIZO PELÍCULAS EN MÉXICO, ESPAÑA, FRANCIA, ITALIA Y ARGENTINA. EN 1981, LA ACADEMIA MEXICANA DE CIENCIAS Y ARTES CINEMATOGRÁFICAS LE DIO UN PREMIO POR SU IMPORTANTE CARRERA EN EL CINE.
CUANDO MURIÓ, EL 8 DE ABRIL DE 2002, LA GENTE HIZO FILA DURANTE HORAS PARA DESPEDIRSE DE ELLA EN EL PALACIO DE BELLAS ARTES.