¡Qué curioso! Me llamo Salma, que en árabe quiere decir “calma”, pero siempre quise hacer todo lo contrario en la pantalla. Pues a través del cine y la televisión me gusta contar historias que hagan pensar cosas nuevas a la gente. ¿Sabes? La vida me fue llevando un poco a eso.
No sé si conozcas Coatzacoalcos, es una de las ciudades más importantes de Veracruz. Siempre he estado orgullosa de haber nacido ahí. Cuando cumplí 12 años me enviaron a Luisiana, en Estados Unidos, para estudiar en la Academia del Sagrado Corazón. Ahí un médico me dijo que tenía dislexia. ¿Sabes qué es eso? Significa que para mí leer un libro o el guion de una película es muy difícil, porque las letras se mezclan en mi cabeza.
Por eso, cuando les conté a mis amigos que quería ser actriz, luego luego me preguntaron: “¿Lo vas a poder hacer?”. Yo les aseguré que sí, que quería ser actriz, ser diferentes mujeres en el cine, hacer películas por el mundo y contar tantas historias como pudiera.
Cuando regresé a México, decidí estudiar relaciones internacionales en la Universidad Iberoamericana, pero todavía pensaba en ser actriz.
¿Sabes? Creo que todas las mexicanas somos rebeldes por naturaleza.
Por eso me salí de la universidad y comencé a estudiar actuación. La primera obra en la que actué fue Aladino y la lámpara maravillosa. Ahí me vio un productor de televisión y me invitó a participar en una telenovela llamada Nuevo amanecer; luego fui la protagonista de otra telenovela: Teresa.
Nunca olvidaré mi actuación en una telenovela sobre la vida de Porfirio Díaz, porque interpreté a una mexicana muy importante para la historia de nuestro país: Juana Catalina Romero, una mujer extraordinaria. ¿Conoces su vida?
Más tarde me llamaron para rodar una película: El callejón de los milagros. Tal vez no lo sepas, pero es una de las cintas mexicanas más premiadas en la historia. ¡No sabes lo feliz que estaba de convertirme en una actriz reconocida!
Aunque mucha gente se haya reído cuando dije que quería hacer mi carrera de actriz en Estados Unidos porque era empezar desde cero, yo perseguí mi sueño. Nunca se te olvide que a los sueños les da miedo el miedo.
Estudié actuación en Los Ángeles, y empecé a trabajar desde abajo. Mis primeros papeles fueron secundarios, pero eran cada vez más y más importantes. Y como siempre he sido muy inquieta, también me armé de valor para fundar mi propia compañía de cine: Ventanarosa.
La primera película de la que fui productora, además de actriz, fue El coronel no tiene quien le escriba. Estaba basada en el libro de Gabriel García Márquez que tiene el mismo título. Pero yo quería contar la historia de una gran mujer mexicana. No me costó trabajo saber cuál: en 2002, contra un tremendo viento y una temible marea, se estrenó la película Frida, sobre la vida y las pinturas de Frida Kahlo. Además de ser la actriz principal, fui una de las productoras.
La película recaudó millones de dólares en taquilla y fue vista en todo el mundo. Es la historia de una mujer que tuvo el poder de transformar el arte, cosa que no era muy diferente de lo que yo hacía como actriz.
Cuando se anunciaron las nominaciones a los premios óscar, me incluyeron en la categoría de mejor actriz principal. Si bien no gané, esa nominación fue un reconocimiento a mi trabajo.
Desde entonces he seguido actuando y contando historias, aunque también dedico tiempo a mi hija y a mi esposo. A través del cine quiero seguir dando voz a los latinos, y especialmente a las mexicanas rebeldes como yo que queremos cambiar el mundo.
SALMA HAYEK ES LA PRIMERA MEXICANA EN SER NOMINADA COMO MEJOR ACTRIZ PRINCIPAL EN LOS PREMIOS ÓSCAR. ADEMÁS ES UNA DE LAS ACTRICES MEXICANAS MÁS FAMOSAS EN TODO EL MUNDO, GRACIAS A SUS PELÍCULAS.
ACTUALMENTE, LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN A MUJERES Y MIGRANTES, ENTRE OTRAS CAUSAS HUMANITARIAS. EN 2012 FUE DISTINGUIDA CON EL NOMBRAMIENTO DE CABALLERO DE LA LEGIÓN DE HONOR EN FRANCIA.