Epílogo II (E)**

Semanas más tarde

Seattle, Washington

Chloe

—¡Feliz «treinta y nuevo» cumpleaños! ¡Feliz «treinta y nuevo» cumpleaños!

Unas velas doradas brillantes brillaban sobre el pastel mientras Kristin y Madison cantaban a pleno pulmón.

Tyler estaba a mi lado, sujetando a nuestros bebés contra su pecho con un brazo y con la otra mano en mi cintura.

A cada nota que cantaban, se me saltaban las lágrimas, y por mucho que luchara por reprimirlas, algunas de ellas terminaron por resbalarme por las mejillas.

Eso era exactamente lo que quería, una «repetición» perfecta con la gente a la que más quería.

—¡Feliz cumpleaños, querida Chloe! ¡Feliz cumpleaños!

Sonreí tras soplar las velas, y todos aplaudieron.

—Espero que no hayas deseado nada que pueda cambiarte la vida este año. —Madison me entregó un cuchillo—. Supongo que habrás aprendido la lección.

—He deseado que al fin encontréis novio —dije—. He sido bastante altruista.

—¿En serio? —se burló, mirando a Tyler—. ¿Alguna vez te das cuenta de lo mal que imita el acento británico o es que ya te has acostumbrado?

—Estoy acostumbrado. —Se rio y me dio un beso en la mejilla—. Ahora mismo vuelvo.

Se marchó a la cocina, y Kristin y Madison esperaron a que se cerrara la puerta para regalarme las miradas fulminantes que solo ellas sabían lanzar.

—¿Qué? —pregunté—. ¿Por qué me estáis mirando así?

—¿Lo sabe él? —Kristin se cruzó de brazos—. Porque ha parecido felizmente ignorante durante todo el día.

—Estoy segura de que no lo sabe —respondió Madison por mí—. Estamos hablando de Chloe.

—También he pedido un deseo altruista para ti, Kristin —dije—. ¿Quieres escucharlo?

—Preferiría escucharte decirle a Tyler que hay otro bebé en camino.

—Voy a contárselo cuando lleguemos a casa esta noche —respondí—. Parte de mi repetición de la fiesta de cumpleaños es que salgamos juntos. Vamos a subirnos a The Great Wheel y después se lo contaré cuando entremos en el fotomatón.

—¿Hay algún motivo por el que tenga que ser tan rebuscado?

—Sí —contesté, mirando hacia donde estaba él, meciendo a nuestros hijos en brazos—. Él se quedó nuestras fotos la otra vez, y yo quiero estas. Quiero una foto de él cuando le cuente que vamos a tener a otra pareja de gemelos…

Fin, otra vez