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“No es un experimento si sabes que va a funcionar.”
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Hay dos tipos de mentalidades cuando hablamos de los líderes del mundo corporativo, académico y la política. También hay dos tipos de juegos que ellos se ven jugando.
Estos juegos no son cosas en las que pensamos cuando queremos divertirnos. Son juegos que representan la forma en que abordamos, manejamos y competimos. Estos 'juegos' son más sobre la competencia que sobre el juego.
Los juegos describen un proceso de interacción entre jugadores. Comprarle un auto al distribuidor es un juego. Los jugadores de ese juego son el comprador y el vendedor, y ambos exploran el lote de ese día. El juego se puede ver como la transacción, la interacción y la comunicación. El juego es intangible.
Por otro lado, los jugadores son los que están en el juego. Ellos inician la fuerza que define y mueve el juego mientras son el recipiente de sus resultados. En el ejemplo de la compra del vehículo, los jugadores inician la compra y el vendedor acepta. Cuando concluye la venta, el comprador es el dueño del vehículo (el propietario del valor del vehículo), y el vendedor tiene el efectivo (y ahora es el propietario del valor del efectivo). Cada uno recibe diferentes valores, valores que querían obtener.
Cuando se trata del mundo corporativo e incluso el de la política, hay dos tipos de juegos: los finitos e infinitos.
Para jugar el juego infinito, tenemos al jugador infinito, y para jugar el juego finito, tenemos al jugador finito.
Entonces, ahora que tenemos todos los ingredientes para este experimento mental, comencemos y demostremos cómo encaja todo esto con Bezos y Amazon.
Los jugadores finitos miran hacia un punto focal común. Este punto focal tiene un final cuantificable, definible e inminente. Es este fin de año financiero, este final de trimestre, o este ciclo; cualquiera que sea, siempre tiene que ser finito.
Cualquiera que sea tu marco de tiempo, hay un punto final finito y definible al cual enfocarse. Estos jugadores, los finitos, tienen una mentalidad determinada que es totalmente opuesta a la de los jugadores infinitos. Cuando ves los movimientos que hacen, las decisiones con las que terminan y los tipos de elecciones que toman normalmente, comienzas a tener una idea de cómo ven el juego en su cabeza. Mira las citas al comienzo de cada capítulo y comenzarás a tener una idea de la mentalidad que tiene Bezos y el tipo de juego que está jugando. ¿Suena como un juego finito o uno infinito? Sigue leyendo, ya que comenzarás a darle sentido.
Los juegos finitos son aquellos en los que ingresas al jardín de niños, asistes al bachillerato, llegas a la universidad, te contratan como ejecutivo, obtienes algunas promociones, te retiras y luego te mudas a Florida. Hay un objetivo en cada etapa, hay reglas para lo que puedes o no hacer, y hay modos de pensar que te hacen seguir las reglas.
Lo que forma parte del carácter de un jugador infinito es su incapacidad de hacer trampa. Si conoces a alguien que es un Jugador Infinito inherente, te darás cuenta de que son personas en quien puedes confiar, sin dudarlo. Bezos era una persona así. En el viaje a Seattle, se había detenido para conocer a tres futuros empleados y, Shel Kaphan, uno de los tres, quien acababa de tener una relación de confianza con él, hizo las maletas y se mudó a Seattle. Eso no es fácil de hacer. No se puede falsificar ese tipo de confianza y, ciertamente, no se puede falsificar con gente como Shaw y Kaphan, y cada uno de los 20 inversionistas iniciales que otorgaron un promedio de 50,000 dólares para llevar a Amazon al siguiente nivel.
Por otro lado, los juegos infinitos rompen los moldes y no tienen reglas, excepto para mantener el juego en marcha. Estás jugando el juego una y otra vez.
Hay una buena forma para pensar sobre ello: Si juegas una partida de ajedrez con una persona y sabes que el juego será único y, después de jugar con ellos, nunca más los vuelves a ver, ¿jugarías de diferente forma? Además, sabes que el ganador toma los títulos, y luego hará todo lo posible para vencer a esa persona. No te importa si nunca vuelven a jugar contigo después de ese juego porque el segundo juego no es tu objetivo. Tu objetivo es ganar el juego.
Si tomas al jugador infinito y lo colocas en un juego finito, los resultados serán subóptimos. Y sería igual si fuera al revés.
Para obtener los mejores resultados, debes colocar al jugador infinito en un juego infinito y un jugador finito en un juego finito. Cuando pones al jugador en el juego correcto, los resultados son espectaculares. Especialmente si el Jugador Infinito lidera una compañía revolucionaria y sus gestores finitos cumplen los objetivos y las tareas que él establece.
Recuerda cómo Bezos no pudo encontrar su satisfacción en los fondos de cobertura (en D.E. Shaw); el juego finito por excelencia. Los jugadores que realizan el juego infinito no reconocen las reglas y el orden establecido. No es que no sigan las reglas, simplemente no ven cómo las reglas aplican para su mundo e ideas. Los jugadores infinitos solo ven el propósito de mantener el juego vivo, para progresar continuamente.
Si eres un jugador finito que juega ajedrez, entonces tiras todo lo que tienes en un esfuerzo por ganar. Si eres un jugador infinito, entonces tomas cada juego como viene, estudias los movimientos del oponente, sigues gradualmente el juego, y entiendes que hay niveles más altos de interacción que solo el juego físico.
Existe toda una rama de la filosofía que está apuntalando este juego infinito y finito. También es uno de los elementos de la teoría de juegos de Nash. La razón por la que menciono esto aquí es para que podamos tener una idea de cómo piensa Bezos, cuáles son sus motivaciones y la relación real que existe entre él y las cosas que hace.
Pero hay una razón más importante que investigar en este marco. Claro, comprendemos mejor a Bezos y aplicamos ese mismo marco en otros triunfadores, pero, más importante, es que podemos aplicarlo en nosotros mismos. Si miras el logro de una persona como, por ejemplo, Bezos, y te miras y descubres que eres más un jugador finito, entonces lo último que quieres hacer es tratar de emular a alguien como Bezos, que creemos que es un jugador infinito. Los jugadores finitos son personas como Tiger Woods, Alan Greenspan y Jack Welch. Los jugadores finitos son excelentes directores generales y conductores de objetivos y resultados.
Si, por otro lado, eres un jugador infinito, entonces debes hacerte una última pregunta: ¿eres feliz donde estás y con lo que estás haciendo? Bezos nunca estuvo feliz con los pocos trabajos que consiguió después de Princeton. Incluso en D.E. Shaw no era feliz, y estaba buscando satisfacer sus tendencias como jugador infinito.
La próxima biografía que leas, utiliza el marco mental del juego finito e infinito, y ponla en contexto. Eso te dará un mejor punto de referencia para que puedas ver dónde puedes emular y dónde observar.
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