Peor para todos
Severino se encierra y yo llamo al hijo del farmacéutico. El nene tiene que ordenar para vaciarse. Su mente es una trampa llena de cajones. Abrir y sacar, pasar el paño. Masticar algunas palabras.
Me dijo cosas tristes: las cualidades de una obra son sus defectos. Severino se cree alguien, un futuro artista contemporáneo. Pobre. Tiene una ensalada. Somos obras en proceso de muerte. Su voz sonó infantil y me cortó.
Ay. Me equivoqué de frasco. Le mandé el de tapa negra.
Peor para todos.