Man

Creo que papá está peor de lo que pensábamos. Mientras su bicho hablaba, yo lo observé. Un brillo abominable se apoderó de sus ojos. La miraba con orgullo. Y más allá del objeto, descubrir ese delirio de grandeza me ha llenado de hastío. Ya no es Fredo, ahora detesto a toda la familia. Yedra fue la única en demostrar sentido común, pero fue severamente reprendida. Espero que no se vaya.

Al contemplar el cuerpo de Lana semidesnudo, he vuelto a considerar la idea del suicidio. Pero no tengo resuelto qué pasaría con Fredo si yo muero. Supongo que no me pueden rebanar de su lado. Y no quiero que cargue con mi ataúd. Por eso, no me animo a hablar con Silvia de mi desaparición. Temo provocar la risa cínica de todos.