Fredo

La loca me miró. Y no puedo olvidar esa miradita precaria. Hubo un chispazo entre nosotros. Varias veces, al adelantar su pie mal construido, vi coincidir sus pupilas con mis labios. Allí se esconde una escandalosa amante. Detrás de la textura rudimentaria, vibra una forma inédita de deseo en estado puro. No hay ser que lo escamotee, que lo reduzca. Papá ha conseguido una proeza.

Cómo hacer para quedarme con ella por derecho propio. No quiero un sucedáneo.