Mis queridos deformes

Cuando lean esta carta, ya no estaré. He decidido alejarme. Si me quedé fue por costumbre. Pero desde que el desenfreno vive con nosotros —la putita— el mundo se ha convertido en un cabaret y estoy afuera.

Su mamá no descansa. Sigue acá. Afligida. No digo que la falsa androide deba morir, pero habría que hacer la famosa limpieza.

Les dejo mis guantes.