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Una pizzería en Murcia

El 16 de febrero de 2020 los afiliados de Vox de la provincia de Murcia fueron convocados a una barbacoa gratuita en una pizzería de Cartagena. Tras la comida, Gerardo de la Torre Berbel —uno de los mayores promotores inmobiliarios de la zona— tomó la palabra y se dirigió a los asistentes. A nadie pareció sorprenderle, aunque se tratase de una reunión interna y el empresario ni siquiera pertenecía al partido; a fin de cuentas, el local era suyo y era él quien pagaba el convite. 1 «Este señor se llama José Ángel Antelo», dijo, señalando al presidente de la gestora murciana de Vox que, con sus 2,05 metros de estatura, sobresalía entre todos los presentes, «y si no logramos que en las próximas elecciones primarias todos los afiliados lo voten en masa, no podemos pasar a la siguiente etapa».

Se destapó así el objetivo de la invitación: lanzar la campaña de Antelo ante las elecciones internas en las que debía revalidar el cargo (para el que había sido nombrado a dedo desde Madrid). Además de incentivar el voto por Antelo, De la Torre hizo algo más: reveló el supuesto motivo por el que la dirección anterior había sido destituida. «El error fue no explicar a los murcianos que la gestora no se montó porque había un exceso de trabajo y estaban cansados [los hasta entonces dirigentes regionales Vox], sino porque había que parar a los corruptos», sentenció ante los asistentes.

El 26 de noviembre de 2019, solo 15 días después de haber ganado las elecciones generales en Murcia con el 28,16 % de los votos —la única comunidad autónoma en la que quedó en primer lugar—, el Comité Ejecutivo Provincial (CEP) de Vox había presentado su dimisión. La dirección nacional designó a una gestora dirigida por Antelo, un exjugador de baloncesto reconvertido en concejal del Ayuntamiento de Murcia tras haber fichado por el partido unos meses atrás. El vicesecretario nacional de Organización, Tomás Fernández, le pidió al secretario del comité saliente, Francisco Carrera, que formara parte de esa gestora para echar una mano al neófito presidente provincial. Carrera, un gallego de cincuenta y nueve años, biólogo de formación y empresario de profesión, conocía a todos los afiliados de Vox en Murcia porque a la mayoría los había afiliado personalmente él: «Yo les preguntaba por qué querían unirse a nosotros y cada uno tenía sus motivos: había quienes rechazaban las autonomías y quienes eran provida [antiaborto], quienes se quejaban de la inseguridad y quienes venían rebotados del PP. Yo creía que España estaba en peligro y había que hacer algo», recuerda Carrera. 2 Como en los asistentes a una boda, «unos eran de Javier [Ortega Smith] y otros de Santiago [Abascal]». El primero los ganaba con su trato cercano y el tono épico en los discursos. Del segundo atraía su personalidad, más distante y reflexiva.

Con un 12,73 % de población extranjera no comunitaria, Murcia es la comunidad autónoma con mayor tasa de población inmigrante. 3 Sin embargo, Carrera asegura que el auge de Vox en la región no responde a impulsos xenófobos —«no había ese sentimiento contra los inmigrantes en la gente», sostiene— y atribuye más peso al factor católico. «Los kikos [seguidores del movimiento eclesial y organización católica Camino Neocatecumenal, fundada por Kiko Argüello] son muy fuertes aquí», advierte.

E L PESO DE LA U NIVERSIDAD C ATÓLICA

El partido se había hecho grande de golpe y empezaba a devorar a sus propios hijos. Quienes lo habían ayudado a crecer ya no parecían estar a la altura y los currantes de la primera hora eran sustituidos desde Madrid por políticos fotogénicos y con labia. El todavía presidente provincial, Pascual Salvador, sufre un ataque de pánico ante un debate electoral y está a punto de arrojar la toalla en vísperas de las autonómicas de mayo de 2019 (una posibilidad que enciende las alarmas en el partido).

Ocho meses antes, el 15 de septiembre de 2018, Ortega Smith ha visitado Murcia para inaugurar la sede del partido en Cieza y dar una conferencia. Acompañado por el citado Pascual Salvador, el secretario general de Vox es recibido en el Campus de Los Jerónimos por el presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza. Empresario y miembro del Comité Olímpico Español, Mendoza es un mecenas del deporte español (17 atletas vinculados a su universidad obtuvieron medalla olímpica en Tokio 2020) y un poder fáctico en la región. La UCAM es una de las mayores empresas de la comunidad y la primera universidad católica que no pertenece a la Iglesia sino a una entidad laica, la Fundación Universitaria San Antonio, presidida por Mendoza (miembro de los kikos, casado y con 14 hijos). Durante años, Mendoza ha mantenido estrechas y mutuamente provechosas relaciones con el PP, dos de cuyos dirigentes, José María Aznar y Jaime Mayor Oreja, son doctores honoris causa por la UCAM. Pero la cordialidad se perdió a raíz de que el Gobierno murciano del PP se negara a legalizar las edificaciones que la UCAM había construido sin licencia, lo que costó a su propietario enfrentarse a un proceso por delito urbanístico por el que el fiscal pedía tres años de cárcel. 4

Mendoza ha protagonizado numerosas polémicas por sus opiniones contra el matrimonio gay (que calificó de «abominación a los ojos de Dios») o la «ideología de género», pero la más sonada se produjo en junio de 2020, cuando atribuyó el origen del coronavirus a una conjura del «anticristo y las fuerzas del mal», entre las que incluyó a Bill Gates y a George Soros, «para controlar nuestra libertad con un chip». 5 Cinco meses después, en la apertura del curso académico, insistió en que las vacunas «tendrán consecuencias espantosas» y recetaba su propio remedio: «La ingesta de vitamina C en grandes dosis fulmina el coronavirus». 6

Ante el alud de críticas que provocaron semejantes declaraciones, Luis Gestoso —diputado nacional de Vox— salió en su defensa: «Comparto su desprecio por Bill Gates y por Soros. Y que lo del virus chino apesta lo dicen muchos», escribió. Gestoso es el hombre de confianza de Abascal en Murcia, el encargado de negociar la investidura del presidente regional —el popular Fernando López Miras— en el Parlamento autonómico resultado de las elecciones de 2019. A los parlamentarios de Vox que asistieron a la negociación les sorprendió la inquina personal que Gestoso mostraba hacia el PP y Ciudadanos, dos partidos a los que él mismo había pertenecido —al primero durante décadas; al segundo, solo unos meses— antes de recalar en la nueva formación.

También la cabeza de lista de Vox por Murcia en las elecciones al Congreso de 2019, Lourdes Méndez Monasterio, tiene una larga trayectoria en el PP (más de veinticinco años de militancia). Concejal, parlamentaria autonómica, consejera y diputada nacional, esta abogada firmó el recurso ante el Constitucional contra la Ley del Aborto y rompió la disciplina de voto en 2015 cuando el PP solo acometió una reforma parcial de la llamada ley Aído, que dejaba libertad a la mujer para interrumpir hasta la semana 14. Méndez Monasterio es presidenta de la asociación Familia y Dignidad Humana, defensora de la familia tradicional y coordinadora de la Plataforma por las Libertades (opuesta a las leyes LGTBIQ+ que prohíben tratar la homosexualidad como una desviación o una enfermedad), a la que se adhirió la propia Universidad Católica de Murcia. 7

Tras la reunión con Mendoza, Pascual confiesa a Carrera que el empresario le ha pedido a Ortega su cabeza, alegando sin ambages que él no está capacitado para dirigir el partido en la región y le ha recomendado que busque un relevo. Pascual acabará tirando la toalla y su sustituto, como sabemos, será Antelo, un empleado del propio Mendoza. Retirado anticipadamente del baloncesto debido a las lesiones, el empresario lo había recolocado como director de marketing deportivo de la universidad, un empleo que a partir de entonces compatibilizará con su cargo como concejal y presidente regional de Vox.

H ACIA LA RUPTURA

Se supone que una gestora como la que dirige Antelo debe limitarse a gestionar los asuntos de trámite hasta que los afiliados elijan la nueva dirección en primarias (que estaban previstas para la primavera de 2020). Sin embargo, la dirección provisional empieza a destituir a los coordinadores que habían creado el partido en muchos pueblos, mientras desembarcan en su lugar cuadros de la Universidad Católica. Cuando en las reuniones internas Antelo habla de «el presidente» no se refiere a Abascal sino a Mendoza, recuerda Carrera. 8

La gota que colma la paciencia de este último es el intento de nombrar a Rubén Martínez Alpáñez, yerno de Mendoza, como vicesecretario de Organización en Murcia. Carrera logra frenar la maniobra, pero por poco tiempo, y Martínez Alpáñez acabará siendo coordinador del partido en la capital de la región. Un año después de las municipales, el propio Antelo se hace con la portavocía de Vox en el Ayuntamiento murciano, desplazando a la concejal que encabezaba la lista.

Las tensiones acaban estallando en la cámara regional. Tres de los cuatro diputados autonómicos de Vox —el abogado Juan José Liarte, la licenciada en Historia del Arte Mabel Campuzano y el propio Pascual Salvador— remiten el 8 de mayo de 2020, vía notario, una carta a Abascal en la que se quejan de haber sido «presionados, aislados y maltratados» por los «comisarios políticos» de su propio partido. Aseguran no tener «discrepancias ideológicas» con la formación, pero rechazan conductas «que rozan, cuando no traspasan, la ilegalidad». Los tres diputados díscolos hacen algo más que escribir: revocan los poderes que responsables nacionales de Vox tenían en las cuentas del grupo parlamentario y despiden a cuatro asesores que cobraban del Parlamento murciano, pero trabajaban en realidad para la gestora provincial. «Somos tus diputados, eres nuestro presidente y necesitamos tu ayuda», concluye la petición de auxilio a Abascal, una misiva nunca contestada. 9

Aunque la carta era confidencial, su filtración a la prensa local menos de 72 horas después sirvió para abrir a los diputados rebeldes un expediente dentro del partido que culminaría con su expulsión. Los tres denunciaron ante el fiscal que sus correos electrónicos habían sido objeto de intrusiones ilegales y sus cuentas en las redes sociales suplantadas. La denuncia apuntaba como sospechoso a uno de los asesores despedidos, un ingeniero informático que compaginaba su puesto de responsable de redes sociales en la gestora de Antelo con su trabajo en la UCAM. La presencia de empleados de Mendoza en la cúpula de la formación era tan numerosa —entre otros, el senador murciano José Manuel Marín Gastón— que los críticos aseguran que «la UCAM se ha quedado con Vox», una afirmación rechazada de plano por la entidad. 10

La expulsión de tres de sus cuatro diputados autonómicos (tras los hechos, el único que sigue bajo la disciplina del partido es el ex presidente provincial Pascual Salvador) deja a la formación en la irrelevancia en la comunidad donde mejores resultados había obtenido. De hecho, cuando en marzo de 2021 el PSOE y Ciudadanos presenten una moción de censura contra el presidente popular Fernando López Miras, los votos de los tres parlamentarios rebeldes —junto a la ruptura de Cs— serán decisivos para frustrar la operación. 11 Como consecuencia de ello, una de las diputadas expulsadas de Vox, Mabel Campuzano, entrará en el Gobierno murciano y asumirá la cartera de Educación y Cultura. Su objetivo: aplicar el programa de Vox —pin parental incluido—, pero sin Vox.

La digestión de la barbacoa de Cartagena resultará muy pesada. Antelo será confirmado como presidente provincial, sin ni siquiera someterse a votación entre los afiliados, pero el partido quedará roto en su principal feudo. El 18 de enero de 2022, un juzgado anula la expulsión de los tres diputados díscolos y todo el proceso de renovación de la cúpula regional por haberse vulnerado sus derechos constitucionales. Por su parte, el dueño de la pizzería, el constructor Gerardo de la Torre, reconoce que pagó la factura del lanzamiento de la candidatura del nuevo líder murciano de Vox, aunque asegura que solo le costó 200 euros (el aforo era de 250 personas) y que lo hizo «por afinidad» con el partido y porque está cansado de la «sarta de saqueadores y extorsionadores» del PP. Pero avisa: «Yo no me caso con nadie y mañana podría no apoyar a Vox. O apoyar a otro». Los partidos pueden cambiar, pero la derecha murciana sigue siendo la misma. 12