Estoy profundamente en deuda con las editoras de este libro (Helen Atsma, Sara Birmingham y Megan Lynch) y con sus compañeros de Ecco. También, como siempre, con Julie Barer y Nicole Cunningham. Me siento muy agradecido por la generosidad de Laura Lippman, Dan Chaon, Jessica Winter, Meaghan O’Connell y Lynn Steger Strong. No es exagerado decir que esta novela no existiría sin David Land: David, espero muchos más años de vacaciones (dónuts, piscinas y pasteles los días de lluvia) a tu lado.