Sammy:
Primero te digo que perdones la letra, pues no me traje los espejuelos. Es que, nene, tengo un corre y corre con Guayama, que se me ha puesto mala y no tengo cabeza. Por eso es que te ando buscando, para que me pagues lo de las cortinas, que con lo de Guayama ando flojo de cash. Yo sé que tú dependes de tus clientes para pagarme, pero se me muere Guayama. El doctor me dijo que había que ponerla a dormir y, nene, yo por poco me desmayo. Hasta me dieron un algodón con alcoholado y todo porque me mareé. Él sabe de estos casos y se portó bien nice. Hizo que le contara cómo la había conocido y le expliqué que dando una vuelta por la isla la recogí en plena autopista, después del peaje de Guayama, y de ahí el nombre. Anoche la dejé en el consultorio para que descansara, pero mañana la inyectan. Cuando llegué a casa sentí un vacío y un miedo de estar tan solo que dije: «No, yo no la voy a perder». Me metí enseguida al internet y averigüé de un sitio allá fuera que pueden disecar a Guayama. Dicen que el pelo se lo dejan como si estuviera viva. Tú sabes la mata de pelo que tiene Guayama. Necesito los chavos para eso. Llámame, nene, que necesito esos chavos.
Tu amigo, NALDI
Sammy:
Es la segunda vez que vengo a tu casa a dejarte una nota y no te encuentro. Y para colmo aquí está la nota que te dejé ayer. Nene, bendito, llámame o pasa por casa que necesito esos chavos urgentemente. Por mí no, es por Guayama, que el doctor ya me está apurando porque está sufriendo demasiado. La gente que embalsama ya está lista para recibirla, pero me falta lo del envío del cuerpecito. Eso es carísimo. Mira mi desespero que llamé a Héctor, a quien tú bien sabes que no le dirigía la palabra hacía más de un año, desde que me dijo «proxeneta» delante de mi hermana, para pedirle el dinero prestado en lo que tú me pagabas. Pues bueno que me pase por humillarme: la loca me dijo que yo estaba loco, que eso era cosa de gente enferma, que por eso me había dejado de hablar y veinte mil barbaridades que ni te cuento. Por eso necesito los chavos urgentemente. Llámame, please.
Tu amigo, NALDI
Sammy:
Esta mañana pusieron a dormir a Guayama. Yo me sentí, nene, que ni te cuento. Desesperado. No puede pasar mucho tiempo después de la muerte para mandarla, pero el doctor insistió y lo hicimos. Yo estuve presente para asegurarme, como recomiendan los que disecan (eso tiene un nombre, pero no me acuerdo), de que no le pongan ningún químico con color para no dañar el pelaje, que así queda más bonito. Me dio pena, pero como sé que la voy a tener si tú me das lo de las cortinas, pues no me afecté tanto. Más pensé en dónde estarás tú que en ponerme triste. Ese trabajo cuesta chavos. La tengo bien envuelta en el frízer del colmado de al lado, que para la doña, después que le dé sus cuartos, como ella dice, lo demás no es problema. No se hace preguntas.
Pero, imagínate, hoy mismo me mandaron un dividí de la compañía, y si tú vieras la gente con los perritos, jugando con ellos como si estuvieran vivos... Estoy desesperado, peor aún, aquí están las otras dos notas que te dejé anteriormente. Nene, ¿dónde estarás? La vecina me dijo que estás en Santo Domingo. Conociéndote, no lo dudo.
NALDI
Sammy:
Ya veo que es verdad que estás en Santo Domingo. Tu casero me lo acaba de confirmar. Es más, me dijo dónde estás exactamente. Ya tú verás. Yo necesito esos chavos, y si lees esta nota estoy en Santo Domingo, que tú sabes que a mí me salen gratis los pasajes porque mi hermana trabaja en American.
NALDI
Sammy:
Como ves en el papel de esta nota, estoy en tu mismo hotel, pero no te encuentras en tu habitación, como dicen aquí. Necesito que te comuniques conmigo cuanto antes. Es urgente. También te digo que tuve que poner mi cuarto a tu cuenta. Me lo descuentas de lo de las cortinas. Estoy desesperado. Mira que cuando mencioné tu nombre aquí en el hotel rapidito entendieron la que había y me han llovido los ofrecimientos, pero ésos no los puedo poner a tu cuenta. Además, no estoy para eso con Guayama en aquel frízer en Santurce. Te espero.
NALDI
Sammy:
Voy a un pueblo que se llama Azua. Después de contarle a la muchacha del counter lo que me pasó, me dijo que allí tenía un tío que diseca animales. Voy a ver cómo quedan, pues tiene un muestrario. Si llegas no te vayas. Diles a los del counter que te comuniquen con el celular de Yasrelis, que andamos juntos. Hoy mismo regreso al hotel. No te vayas.
NALDI
Sammy:
Estoy de regreso al hotel y de ti ni una nota. No saben de ti. Salgo para Puerto Rico, pero regreso en dos días. Fui a Azua y me gustó el trabajo que hace el señor que diseca. Los ojos se los pone del color que tú elijas. Me dieron un masaje y lo puse a tu cuenta. Después te cuento con detalles. Esto es el paraíso. Cuando llegue a Puerto Rico me va a recoger un primo del señor que diseca y él mismo me va a acompañar al colmado para llevarse a Guayama y preparármela para el viaje de regreso. Creo que la cubren en unas sales o algo así. Como no puedo contar contigo para lo de los chavos, voy a empeñar unas prendas que dejó mami por si un día le daba una nieta. Pues ya está, qué más nieta que Guayama. En dos días estoy aquí con la perra. Me voy feliz.
NALDI
Estimado «amigo» Sammy:
Te escribo esta carta desde la cárcel. Sí, preso como un criminal por amigos como tú. Si me vieras... Estoy todo afeitado y vestido de mujer. Con un marido que me obligaron a escoger tan pronto se dieron cuenta de la que había. No puede ser más ordinario de lo que es. Esto es humillante. Necesito tu ayuda urgentemente. Me urgen los chavos de las cortinas para pagar a mi abogada. Lo de Azua fue todo mentira. Tan pronto llegué a Puerto Rico, el supuesto primo se llevó a Guayama dizque para prepararla. Lo que hizo fue rellenarla de tarjetas de seguro social, certificados de nacimiento y hasta pasaportes. Se dieron cuenta en el aeropuerto. Eso es delito federal y estoy trancado por robo de identidad, contrabando de documentos, apropiación ilegal y qué sé yo qué más. Please, mándale los chavos a la abogada porque mi hermana ni me coge las llamadas. A Guayama la tienen congelada en el edificio federal. Ahora es evidencia. Cuando la abogada aclare todo esto y yo salga libre, tienen que devolvérmela. Aquí, a través de un amigo de mi marido, supe de un señor en el mismo Santurce que diseca animales. Nene, prácticamente al lado de casa. Lo que es no saber. Dame lo de las cortinas. Si no lo haces por mí, hazlo por Guayama, please.
NALDI