Toda idea falsa acaba con sangre, pero se trata siempre de la sangre de los demás. Eso explica que algunos de nuestros pensadores se sientan libres de decir cualquier cosa.
Albert Camus
A Eduardo Rodrigo,
por la amistad, los sueños y la historia.
A Rox y Aitana,
por mejorarme y mejorar el mundo.
Y a quienes crean merecerlo,
por si tienen razón.