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Como habrá visto a lo largo de la obra, ha habido muchas cuestiones que nunca se habían plasmado por escrito en materia de protección de datos. Esta obra, lejos de ser «un libro más» sobre protección de datos, es un documento en el que, por supuesto, se homenajea al Profesor Davara, pero en el que, sobre todo, se muestran y se cuentan detalles, anécdotas, hechos y curiosidades que, de otra manera, nunca hubieran llegado a ojos del lector.

Y siguiendo precisamente esta línea, hemos querido incluir un último apartado en el que hablemos de lo que «nunca le han contado del Profesor Davara»… ¿Usted sabía que el Profesor Davara creó la primera política de privacidad que tuvo Tuenti por ayudar a un alumno? ¿Cómo cree que actuaría el Profesor Davara si un abogado contrario se apoyara en un libro suyo para defender su postura? ¿Sabe qué une al Profesor Davara y a la legislación rusa? Estas preguntas y otras muchas más serán resueltas a continuación…

Sin ánimo, una vez más, de hacer spoiler , le animamos a leer las próximas páginas, puesto que le permitirán conocer a una de las —aunque a nosotras se nos haga raro referirnos así a él— personas más relevantes e influyentes en materia de privacidad: el Dr. Miguel Ángel Davara Rodríguez.

Y es que, sí, el Profesor Davara es el primer influencer … porque otra cosa no, pero influir… influyó y lo sigue haciendo. Y si lo duda, siga leyendo.

En las próximas páginas, verá la respuesta de más de 150 personas —ordenadas por riguroso orden alfabético— (2) de la más diversa procedencia, cargo, conocimientos, edad, género… que, solo con un pequeño llamamiento hecho a través de las Redes Sociales, no han dudado en invertir su tiempo para responder a tres sencillas preguntas sobre el Profesor Davara.

Para que no se hiciera repetitivo y facilitar su lectura, hemos obviado el repetir la pregunta cada vez y, por ello, la estructura que se sigue en el Capítulo es siempre la misma: comienza con el nombre y apellidos, después el cargo que desempeña y finalmente precedido de «1» su respuesta a la primera pregunta y lo propio con el «2» y el «3».

Por último, y sin ánimo de desvelar nada, simplemente decirle que no nos hemos limitado a hacerles las preguntas a amigos del Profesor Davara —que, afortunadamente, tiene muchos y muy buenos— sino que ha sido un llamamiento global. De hecho, y con total sinceridad, a continuación, encontrará respuestas de muchísimas personas que ninguna de las dos que coordinamos esta obra conocemos en persona (y en muchos casos, ni de oídas… ). En otros sí, por supuesto, hay mucha gente que, para nosotras, son referente tanto en lo personal como en lo profesional, pero hay muchas otras que son personas anónimas que, simplemente viendo una publicación con una foto del Profesor Davara en LinkedIn o en Twitter, se pusieron en contacto con nosotras mostrando su deseo de participar en el homenaje… Ha sido absolutamente abrumador y, desde luego, un regalo para nosotras el haber podido preparar este homenaje porque hemos comprobado —aunque no nos hacía falta— que la bonhomía y la excelencia de nuestro padre no dejan indiferente.

Por ello, encontrará cómo han respondido a las antedichas tres preguntas personas de la más diversa índole: hay directores de la Agencia española de protección de datos y Agencias autonómicas, hay personas de diversas entidades del Sector Público, profesionales del sector Privado, emprendedores, autónomos, CEO´s de multinacionales, Delegados de Protección de Datos, Catedráticos, profesores universitarios, altos cargos de redes sociales, de Federaciones, de las mejores editoriales jurídicas, Magistrados, periodistas, Fiscales, Directores, juristas, tecnólogos, abogados, administrativos, expertos en marketing, ingenieros, analistas, consultores en ciberseguridad etc.

Solo nos queda agradecer de nuevo a todas las personas que han querido participar y pedir perdón por si alguna que hubiera querido hacerlo no ha tenido la oportunidad por no haber sido el llamamiento lo suficientemente «contundente»… pero el carácter «sorpresa» —para nuestro padre— de esta obra y del homenaje en sí nos ha dificultado un poco la tarea. Pero estamos seguras de que todo merecerá la pena y de que, como todos los libros, éste también dejará una huella… ¡permítannos ponernos románticas! en su corazón.

1. El primer contacto que tuve con el Profesor Miguel Ángel Davara no fue personal, sino a través de su famoso Manual de Derecho Informático, cuando comenzaba mi andadura profesional en esta materia a principios de los años 90.

En 1992 comencé a colaborar como Asesor Parlamentario y, desde entonces, he tenido la ocasión de participar en todas las iniciativas legislativas de lo que ahora llamamos Derecho Digital, que entonces se llamaba Derecho Informático.

Eran muy pocos los juristas que, entonces, se dedicaban a esta especialidad y el más lucido de todos, sin duda, era el Profesor Davara. Sus reflexiones me han acompañado durante todos estos años y me han sido muy útiles en mi quehacer.

2. Estos días le he dado muchas vueltas a unos requisitos que se exigen en algunos procesos de selección, aparte del consabido conocimiento y años de experiencia práctica en una materia, y es el de la integridad (moral), personal y profesional.

La «integridad» o entereza moral (como la integridad física) es, etimológicamente, la cualidad de «íntegro»; compuesto por el prefijo negativo (in) y la misma raíz que dio lugar al verbo tocar (tangere) y significa: el no tocado, no mancillado o puro.

Pocas personas se conocen a lo largo de la vida de las que se pueda decir que han sido personas íntegras en lo personal y en lo profesional (no se puede ser en lo profesional, si no se es en lo personal) y el Profesor Davara es una de ellas.

3. No tuve la suerte de ser alumno del profesor Davara, aunque hemos coincidido luego en muchos eventos y me he podido beneficiar de su magisterio y amistad. Pero los momentos que más recuerdo no tiene que ver con él, sino con sus hijas.

El profesor Davara pertenece a una generación intermedia entre mi padre y yo. Igual que yo pertenezco a una generación intermedia entre él y sus hijas, por lo que he vivido con ellos algo parecido a lo que ocurrió con mi padre y conmigo.

Durante muchos años Elena y Laura fueron conocidas como «las hijas de» Miguel Ángel, pero crecieron y son ahora unas brillantes profesionales y es Miguel Ángel el orgulloso «padre de» Elena y Laura, que han sido, sin duda, sus mejores obras.

1. Fue en mi segundo año de carrera cursando la asignatura de informática jurídica. A pesar de estudiar E-3, yo era un informático frustrado que llevaba programando desde los 12 años y seguía haciendo proyectos por mi cuenta fuera de ICADE, por lo que tenía muchas ganas de cursar una asignatura sobre informática. Cuando conocí al profesor Davara y me di cuenta de que no solo era informático si no también emprendedor, enseguida me pareció un ejemplo a seguir.

2. Inspiración. Como he dicho arriba, aunque la educación en ICADE es muy buena, no hay muchos profesores que tengan experiencia emprendedora relevante. Tener como profesor a alguien que había montado su propia empresa fue muy inspirador para mí y el motivo por el que fue el primer profesor al que le hablé de la idea de Tuenti.

3. La primera vez que hablé de Tuenti con el profesor Davara, a los 5 minutos me dijo «Absolutamente lo que necesites, pongo toda mi experiencia y todo el despacho a tu disposición, solo quiero ayudar». Una muestra especial de su calidad humana y un apoyo muy grande para mí en ese momento que me animó a salir adelante.

1. Allá por el año 1994 conocí a Miguel Ángel en Madrid sobre el mes de mayo con ocasión de una sesión informativa que como letrado asesor interno asistí representando a la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Granada en una reunión del entonces Consejo Superior de Cámaras (hoy Cámara de España).

2. Es muy difícil asociar con una sola palabra al Profesor Davara, pero ceo la palabra «Maestro» en su sentido tradicional.

3. Cuando en una sesión del JAC con ocasión de hablar de los derechos de los menores de edad a la protección de datos y a su intimidad, me satisfizo coincidir en la idea de que pedirles a mis hijos que al llegar de la calle me dieran un beso, no afectaba a sus derechos y estaba haciendo uso del deber de educar a mis hijos al comprobar al llegar que no habían bebido alcohol.

Director de Prevención, Formación y Documentación de la Agencia de Prevención y Lucha contra el Fraude y la Corrupción de la Comunitat Valenciana

1. Hace ya muchos años, aunque no sabría decir exactamente la fecha. Antes de eso, ambos ya nos conocíamos como referencia en nuestros respectivos campos, pero fue Lourdes Bernal, responsable de publicaciones de El Consultor, quien pensó que era buena idea juntar a un experto en administración electrónica con otro en protección de datos. Y lo era, claro. De ahí surgieron varias colaboraciones tanto en publicaciones como en eventos.

3. En cierta ocasión asistí a una charla magistral del Profesor Davara. Todos sabemos que, por muy interesante que sea el ponente, hoy en día algunas personas no pueden evitar sucumbir a la tentación de consultar el móvil en plena exposición. El Profesor detectó que un asistente de la primera fila se encontraba ensimismado con su teléfono inteligente, y entonces aprovechó para hacer un pequeño paréntesis en la clase para explicarle a esta persona que si la pantalla de su móvil giraba para facilitar su visión a pesar del movimiento era gracias al giroscopio. En ese momento nos dio a todos una deliciosa lección rápida sobre giroscopios y acelerómetros. Y, por cierto, el oyente distraído no volvió a mirar el móvil el resto de la charla. Fue un momento muy divertido que, al mismo tiempo, nos dejó entrever la gran inteligencia del Profesor Davara.

1. Fue a primeros de 1996. Él era abogado de Equifax y yo me incorporé a la compañía como abogado interno.

2. Enseñanza, protección de datos. Aprendí de él gran parte de lo que sé de protección de datos y es un gran orador, de los mejores que he conocido. Muy didáctico.

3. Cuando explicaba o daba una conferencia sobre Medidas de Seguridad siempre decía: teniendo en cuenta que lo único seguro es que no se pueden poner puertas al campo y que nos vamos a morir… a partir de esto explicaba las medidas de seguridad.

1. Conocí al profesor Davara en mi segundo año de carrera creo recordar, era mi profesor en la asignatura Informática Jurídica.

2. Bondad. Le recuerdo como un grandísimo profesional, pero lo que es más importante, como una persona inmejorable.

3. Recuerdo en general su paciencia con alumnos como yo, los cuáles no somos grandes apasionados de las nuevas tecnologías (en este caso asociadas a lo jurídico) y determinado lenguaje nos sonaba a chino. Él siempre tenía una sonrisa y un talante para explicarlo de forma que lo entendiéramos. ¡¡Al final lo consiguió porque saqué un 8!!!

1. Mi contacto fue «remoto», al consultar un libro suyo cuando empecé a estudiar esta materia.

3. Los momentos del café en los cursos y las historias que nos contaba. Todo lo hace sencillo, como cuando explica la creación de internet con las líneas de teléfono.

Abogado y Delegado de Protección de Datos y Socio en Grupo Innovando Servicios Jurídicos SLP

1. El primer contacto fue en el departamento cuando ya estaba matriculado en el Máster.

3. Fui a presentarme y a ver la logística de lo que empezábamos en unos días. Me saludó muy serio. Eso sí, apretándome la mano y diciéndome que había que trabajar mucho en ese Máster. No iba mal encaminado.

Prof. Propia Ordinaria de Derecho Constitucional en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid

1. Mi primer contacto con Davara fue hace un montón de años cuando se creó el instituto de informática jurídica y se daba en quinto curso una asignatura. Lo mismo estoy hablando de 1986 o así. No me acuerdo bien. Luego cuando me incorporé como profesora fue siempre amable con una principiante. Durante los años que estuve como Vicedecana tuvimos una relación más estrecha. Surgieron problemas en el Instituto y eso hizo que nos acercáramos más. Y mantuvimos relación hasta su jubilación y después…

2. Asociarla como palabras o frases: profesional humano, inteligente y muy trabajador.

Profesora del Centro de Gobierno Electrónico de la Universidad de las Ciencias Informáticas. Presidenta de la Sociedad Cubana de Derecho e Informática

1. Mi primer contacto con el Profesor Dr. D. Miguel Ángel Davara Rodríguez fue en el III Congreso Iberoamericano de Informática y Derecho, celebrado en Mérida (España) del 21 al 25 de septiembre de 1992. Lo escuché atentamente en su Conferencia, y me cautivó por el dominio que mostraba del tema. También me asombró la forma tan amena de comunicar a pesar de ser un experto. Cualquier intervención que realizó en las largas e intensas jornadas del Congreso fue para incentivar a pensar y buscar soluciones desde el ejercicio del Derecho.

En los recesos, siempre había alguien que quería intercambiar opiniones con él. Yo también me acerqué, y junto a otros jóvenes profesionales latinoamericanos que por primera vez asistíamos a esos certámenes, fuimos convidados a participar en las jornadas del ICADE. Así comenzó una relación profesional que se fue alimentando con la incorporación de prestigiosos profesionales de varias partes del mundo que nos fuimos articulando alrededor de los temas de Derecho e Informática y que coincidíamos en varios espacios académicos y publicaciones, pilares en la que se gestó una relación de afectos de amistades internacionales en la que convivimos en el tiempo de aquellos pioneros devenidos en clásicos referentes de las bases teóricas de lo que hoy se reconoce como LegalTech y Derechos digitales.

Además de las jornadas de ICADE, guardo el grato recuerdo de haber compartido con el Dr. Miguel Ángel Davara en el Claustro de Profesores del Curso de Verano de la Universidad Complutense del Escorial en el año 1995 organizado por el Dr. Emilio Suñé Llinás.

2. Es difícil asociar al Profesor Dr. D. Miguel Ángel Davara Rodríguez con una sola palabra. Para mí, Auténtico, creo que lo define como un hombre de familia, amigo, profesional competente e innovador, maestro de juventudes.

3. Entre los momentos profesionales que compartimos del ICADE, la II.ª Convención Internacional de Derecho Informático, Electrónico y de las Comunicaciones, celebrada en Oviedo y la Escuela de Verano del Curso del Escorial, quedan gratamente en mi memoria los momentos compartidos en visitas a sitios históricos, especialmente a algunos espacios reservados, a los que entramos gracias a que íbamos con él. Siempre tenía un extra de información para compartir, especialmente aquellas que eran parte de sus vivencias. También disfruté junto a su querida esposa Maribel momentos muy entrañables en cena de amigos con la familia Suñé, en la que gracias al sentido del humor de Davara, todos reíamos a carcajadas. Así en muy breve síntesis, pero desde un profundo respeto profesional y entrañable amistad, rindo sentido tributo al Profesor Dr. D. Miguel Ángel Davara Rodríguez y agradezco por tener la oportunidad de compartir mi sentido homenaje.

1. Primer contacto que tuve fue en clase, le conocía de oídas por Miguel Ángel, con quien coincidí en el colegio.

2. Innovación. En aquellos años hablar de la tecnología e informática relacionado con el mundo del derecho era algo completamente novedoso, pues en aquella época (principios de los 90) para lo único que usábamos los ordenadores era para para apuntes y ver las notas en ICADE.

3. Una anécdota que aún recuerdo fue que un día en clase estaba comentando algo, no recuerdo qué, y decía que era una ruptura de la realidad entre lo esperado y lo que realmente sucedía. Para explicarlo mejor, dijo es como un chiste, cuando alguien cuenta un chiste, éste es gracioso porque supone una ruptura de la realidad entre los esperado por quien está escuchando el chiste y el final del mismo. En ese momento se inventó una especie de chiste, muy malo, probablemente el peor que haya escuchado en mi vida, lo que produjo gran carcajada en la clase. Él incluso se ruborizó de lo malo que fue y mandó callar a toda la clase, bastante contrariado.

1. Le conocí nada más empezar a trabajar en la Agencia Española de Protección de Datos. Era uno de los primeros abogados especializados en la materia y mantuvimos una relación muy estrecha desde el Gabinete Jurídico discutiendo los problemas que tenían las empresas para cumplir la LORTAD y buscando soluciones innovadoras.

3. Trabajamos juntos de forma muy intensa mano a mano en las Cortes Generales, por encargo de la Secretaría Primera de la Mesa del Congreso para negociar con los sectores afectados y redactar un borrador de Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, que terminó aprobando el Parlamento y fue la norma reguladora en España durante casi 20 años.

1. Mi primer contacto con el Profesor Davara fue en el Curso de Práctica Jurídica de la facultad de derecho de ICAI-ICADE del curso 1992-1993.

3. Mi ignorancia en la materia me llevó a hacerle una pregunta… que significaban las tres W antes de una dirección de Internet… tuve una sensación de muchísima ignorancia y ridículo que el profesor Davara con su amabilidad me hizo superar.

1. Conocí al Profesor Miguel Ángel Davara en 1990 cuando cursaba mi segundo curso de E1 en ICADE. Me hice alumna colaboradora del Departamento de Informática Jurídica y trabajé, bajo su supervisión, tres cursos colaborando en la organización y celebración de varios encuentros internacionales.

3. Miguel Ángel Davara contribuyó a impulsar mi capacidad de aprendizaje y afianzar mi autoestima para afrontar retos. Recuerdo, en particular, un Encuentro Internacional en París en el que tuve que hacer de traductora simultánea en francés en cabina. ¡Toda una experiencia!

Profesor titular de Derecho administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid y Director del Máster Universitario de Derecho de las Telecomunicaciones, Protección de Datos, Audiovisual y Sociedad de la Información de la Uc3m

1. La verdad es que no recuerdo muy bien cuál fue el primer encuentro, especialmente porque durante un período grande de tiempo compartimos tiempos de docencia en el CEU, San Pablo, compartimos la amistad con nuestro común maestro J.L. Villar o mi curiosidad y su conocimiento y experiencia en materia de la informática jurídica.

2. La palabra a la que asocio al Prof. Davara es la empatía y la calidez personal.

3. Recuerdo muchos de conversación siempre interesantes sobre temas universitarios o de aprendizaje, por mi parte, de la informática jurídica y protección de datos de los que me enseñó.

Abogada especialista en TI. Compliance & Advisory Career Counselor en Govertis (Grupo Telefónica)

1. En mi caso, no he mantenido un contacto directo con el profesor Davara, pero ha sido fuente de inspiración en todo momento. Para mí era conocido como uno de los padres de LOPD y siempre ha sido un referente a seguir en mi carrera profesional.

2. Excelente profesional, Derecho Tic, Derecho informático, Catedrático de la LOPD. Padre de la LOPD, Ejemplo a seguir, Pasión, experiencia, saber hacer, profesor. Inspiración. Padre.

3. Más que una anécdota citaría, los diferentes de momentos o encuentros que a través de internet puedes encontrar de él y que son un tesoro para escucharle y aprender sobre protección de datos.

Profesor Ordinario de la Facultad de Derecho (ICADE). Universidad Pontificia Comillas de Madrid

1. En 1987, cuando me incorporé a la Facultad de Derecho de Comillas, que entonces llamábamos casi siempre ICADE. Luego se fueron empeñando progresivamente en diluir esta marca en beneficio de aquélla. Pero conocía antes a parte de su familia, que tenía —como la mía— una casa de verano en Sigüenza.

2. Aunque es una obviedad, la introducción del derecho informático, al principio bajo el nombre de informática para juristas, en los planes de estudios de la Facultad. Así pues, no es tanto una palabra como una locución.

3. Muchos. Combativos, alegres o tristes. Cuando defendimos el modelo de ICADE, más o menos acertado en algunos de sus detalles, que había levantado el inolvidable padre Landecho. Cuando le llegó la edad de la jubilación en ICADE. Cuando tuvo la pena de enterrar a su hijo Miguel Ángel, que había sido alumno mío…

3. Cuando su hijo, que en paz descanse, lo presentaba formalmente, como profesor Davara. Otra anécdota, cuando en una recepción de la AEPD nos explicó muy ilusionado que el domingo siguiente era la pedida de su hija.

1. Mi primer contacto con el profesor Davara fue en el año 2010. No tenía ninguna formación en derecho y desconocía el valor de la protección de datos. Y menos, su aplicación real. Gracias a él, he aprendido la importancia del derecho y su aplicación en las TIC. Sus lecciones cambiaron mi forma de percibir el derecho, la abogacía, los datos y la información. A día de hoy, sigo aprendiendo cada vez que tengo la oportunidad de hablar con él. Disfruto mucho nuestras charlas. Además, coincidimos en nuestra formación universitaria (al menos parcialmente, porque el Profesor Davara tiene una formación mucho más amplia que la mía en distintos campos): el de la ingeniería de minas. ¡Me encanta ver cómo conjuga su faceta de ingeniero con la de abogado!

2. Una vez le definí como «el mejor comercial que he conocido». Ante su atónita mirada y su negación, le expliqué: eres la única persona que conozco que se haya inventado un concepto en un momento en el que «ni se intuía» y haya transcendido a todo un país. Se adelantó a un concepto y lo vendió. Nadie creía en ello y ahora, 30 años después, todo el mundo reconoce la importancia de este derecho. Deberíamos agradecerle más su aportación. No son suficientes los reconocimientos que tiene… Pionero y vanguardista se quedan cortos. Y, como he tenido la suerte de poder conocerle personalmente, no me puedo limitar a lo dicho y añadiré: buena persona, generoso, amante de las tradiciones, familiar, fuerte… y crack. Es un crack, es un genio.

3. Son multitud de momentos los que he tenido la suerte de disfrutar junto al profesor Davara. Valora por encima la intención, el resultado es relativo. Siempre me ha parecido encomiable y motivador su actitud ante la vida, su manera de afrontar el trabajo, la vida, el sufrimiento, la familia… Pero centrándome solo en lo profesional, un ejemplo claro fue una vez que me pidió ayuda en un trabajo. Su petición me generó bastante tensión por el deseo cumplir las expectativas. Lo hice, objetivamente, mal. Sin embargo, el profesor Davara, estaba entusiasmado y cuando le manifesté mi insatisfacción, él me animó y restó importancia al resultado. Es más, me animó y siguió felicitándome. Y lo arreglé.

1. Cuando se planteó por el Gobierno del Partido Popular, siendo Ministra D.ª Margarita Mariscal de Gante, presentar un Proyecto de Ley para modificar la LORTAD respondiendo a la exigencia de la Directiva 46/95.

3. El momento que recuerdo más importante fue cuando algunos grupos parlamentarios y colectivos empresariales cuestionaban algunos artículos de la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal y Miguel Ángel Davara debatía y los convencía para que apoyaran el texto que la Ponencia estaba defendiendo.

3. Me tocó ser moderador en su mesa de ponencia y recuerdo lo fácil que me lo hizo y su predisposición a ayudar.

1. Como profesor de la asignatura Informática Jurídica en la carrera y posteriormente como colaborador en alguno de sus proyectos internacionales.

3. Nuestro viaje común a Moscú a finales de los años noventa para participar en un proyecto europeo TACIS de asesoramiento al Comité Roskominform de la Duma rusa para adaptación a la normativa europea sobre protección de datos personales de la legislación «soviética» (Ley de Archivos de Stalin de 1955), aún en vigor en aquellos momentos. Menudos momentos de sorpresa contenida en aquel hotel con hombres armados, cenas continuas de pizza y pago del hotel en una habitación privada a unos «intermediarios» con sede en Ginebra.

1. Fue mi profesor en ICADE, en segundo y tercero de carrera, en protección de datos y derecho informático. Además de la optativa de contratación.

2. Adelantado a su tiempo, es una frase, pero es cierto que todo lo que nos decía allá por 2004 y 2005 se ha ido cumpliendo.

3. Su puesta en escena, como un hombre carismático que es. Y el valor económico de las bases de datos.

1. Conocí a Miguel Ángel a principios de los años 50 en Sigüenza en unos veraneos que recordaremos siempre.

2. Lo que recuerdo de Miguel Ángel es la palabra afecto, profundo afecto de grandes recuerdos de niñez en verano. Además, de informática y Derecho, que es lo que luego marcó su crecimiento profesional.

3. Sus regates jugando al fútbol en casa de nuestros amigos los Nasarre, era el gran fichaje de cualquier equipo. Y sus órdagos en el mus, mientras trataba de enseñarme.

Secretaria del Instituto informática jurídica de la Universidad Pontificia Comillas

1. 18 de enero de 2000. Mi primer día de trabajo en ICADE, en el Instituto de informática jurídica, él era y será siempre el DIRECTOR.

3. Trabajar con él era siempre una anécdota. Seguramente ver de nuevo a nuestros becarios, Chema, Pablo y Joaquín Almoguera hijo. Algo que no podré olvidar, siempre me llamaba y me llama, de usted, no hubo modo de hacerle cambiar.

1. Allá por el año 2008, después de publicarse la Ley 11/2007, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Público, y de la mano de Alberto Larrondo, nos trajo a un profesor, Miguel Ángel Davara, experto en la materia. Todavía recuerdo cuando me llamaron para acudir a la sala-Biblioteca, de la segunda planta de nuestras oficinas de Las Rozas, donde me iban a presentar al autor del que me habían hablado tanto y tan bueno todo. Alto, erguido, con su pelo canoso y con una sonrisa super agradable, ¡¡¡qué buena facha!!! me saludó de forma afectuosa y ya empezó a cautivarme, entró de lleno en la materia y de forma amena me fue explicando «eso de la administración electrónica» de lo que ya se estaba empezando a hablar, que yo no tenía ni idea y de la que descubrí que era todo un experto. El encuentro fue muy cordial y parecía que le conocía de toda la vida, sentimos una conexión, cariño, llamadlo como sea… .pero que nos dura todavía, ¡y mira que hace años!

2. Miguel Ángel e es de fiar, me inspira confianza, cercanía, sabiduría, sabe estar, transmite conocimiento, llega a las personas, qué fácil lo hace todo, aborda las dificultades y las intenta resolver, vamos que las resuelve, es resolutivo, cariñoso… , le sigo admirando y queriendo.

3. No tengo una anécdota concreta o al menos no la recuerdo. Lo que tengo grabado de Miguel Ángel es su actitud y predisposición conmigo, siempre que le pido algo, un favor, un artículo, su participación en un acto, que prologue un libro de un autor amigo, que necesitamos una entrevista suya, un video, etc… SIEMPRE está ahí, conmigo. Como presumo en mi empresa, entre mis autores, mis jefes… . de mi cercanía a Davara. ¡¡¡Que suerte conocer a los Davara!!!

1. Mi primer contacto con Miguel Ángel Davara fue en ICADE, el primer día de clase de la asignatura de Informática Jurídica.

2. Palabra: «ecléctico», «polímata» u «hombre del renacimiento» por su conocimiento de la Informática y el Derecho.

3. Recuerdo sus pronósticos tecnológicos en clase, siendo ya realidad muchos de ellos. Por ejemplo: cuando se adelantó en el tiempo, diciendo que todo el ordenamiento jurídico vigente, podría recogerse en un dispositivo del tamaño de un chip o cuando dijo que la inteligencia artificial podría facilitar la toma de decisiones judiciales…

1. Mi primer contacto con el Profesor Davara fue en clase de Informática jurídica de segundo de Derecho E-1, promoción de 2004.

3. Una de sus frases en sus clases creo recordar: «vais a aprender sobre Derecho de protección de datos por arriba, por abajo, por la izquierda y por la derecha». Insistía mucho en conceptos básicos para a partir de los mismos poder comprender el conjunto de la asignatura.

Jefe de la Unidad de Prevención de Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo en Ibercaja Banco

1. En Madrid, en una sesión de formación en Madrid cerca de plaza Colón. Fue una sesión de 5 horas. Fue mi primera formación en LOPD y quedé impresionado.

3. Fue en un curso universitario en Burgos titulado Máster. El primer día, cuando entramos y sin haber tenido un contacto permanente, Miguel Ángel todavía se acordaba de mí, me pareció increíble y más sabiendo todo el trabajo y contactos que tenía.

1. La primera vez fue en la Universidad Pontificia de Comillas, dónde nos presentó un profesor y amigo del profesor Davara. Después nos hemos visto en canarias y en Madrid, a lo largo de los años.

3. El día que, en una comida junto a su colegio de infancia, de forma espontánea uno le contó al otro (no recuerdo quién comenzó) la experiencia de lucha contra el cáncer. Ahí hubo un momento de plena coincidencia y de comunión.

1. Lo conocí en Doctorado de la UNED en Derechos Constitucionales e Informática, si no recuerdo mal, en el año 1999. Era mi segundo contacto con el mundillo del dato después de haber realizado el curso Derecho Informático I y aplicaciones informáticas, también de la UNED.

Él fue mi profesor de Derechos de las Telecomunicaciones, y aunque al cursarse a través de la UNED solo había una clase presencial por trimestre, recuerdo perfectamente alguna de sus clases. Eran dinámicas y las vivía con intensidad transmitiéndote la pasión que sentía por su materia.

2. Asociaría la palabra «conocimiento». Lo tenía y lo transmitía en sus clases. Esos cursos en la UNED resultaron fundamentales en mi vida profesional, puesto que comencé estudiando la LORTAD y aquí sigo después de más de 20 años dedicándome al RGPD.

Junto a «conocimiento» añadiría «gratitud» en la parte que me toca porque gracias a él y a sus compañeros de docencia en la UNED me ayudaron a tener claro mi camino profesional y esos cursos me abrieron el ámbito laboral.

3. Había muy pocas clases presenciales, así que creo que me quedo con las preguntas 1 y 2.

Doctora en Derecho, Experta en Gestión Pública y Profesora Asociada de Derecho Administrativo en la Universidad Rovira i Virgili

1. La tecnología. Sin duda alguna, si pienso en el Prof. Davara la primera idea que viene a mi mente es tecnología, protección de datos, internet, un mundo que todavía me resultaba ajeno y que, gracias a expertos como él he ido descubriendo, en este entorno es en el que se produjo aquel primer contacto.

De este modo, el mundo de la tecnología y el derecho que, inicialmente, parecían tan ajenos se fue conectando y con sus conferencias, cursos y publicaciones los juristas fuimos descubriendo la necesidad de dar respuestas a estas nuevas realidades desde el mundo de derecho para seguir manteniendo la protección de los derechos de las personas y las garantías que deben predicarse de un Estado en el SXXI.

2. Generosidad. Por la forma en la que siempre ha transmitido su conocimiento y abierto puertas a colegas y demás colaboradores. Y si puedo elegir otra, pionero, porque tuvo la visión anticipada de la importancia de la tecnología que, en aquel momento, sí eran nuevas (muy nuevas) tecnologías y cómo afectaría no solo en positivo, sino también de la necesidad de preservar, desde el derecho, las libertades de las personas, en ámbitos como la protección de datos de carácter personal.

3. Pues tengo muchos momentos asociados al Profesor Davara, pero creo que de los más emocionantes que podría destacar el III Congreso Nacional de Privacidad, cuando le concedieron el premio a su excelente Trayectoria Académica, cuando todo el público demostró que era un reconocimiento más que merecido. No siempre los grandes profesionales tienen el justo reconocimiento y la atribución de «padre de generaciones de juristas», me pareció muy emotiva, pues además de serlo en la realidad ponía de relieve la influencia que su labor ha tenido en la trayectoria del mundo de la privacidad y la tecnología desde el ámbito legal, tanto en ejercicio como desde la docencia universitaria, donde cuenta con tantos y tantos seguidores.

Managing Director, Head of Merchant Services at Lloyds Banking Group y Non-Executive Director at Wirex

1. El primer contacto fue antes de que fuera mi profesor. En primero de carrera su hija Elena, compañera de clase, tuvo un accidente algo serio y necesitó cirugía maxilofacial. Fuimos a visitarla y allí conocimos al Profesor Davara en su papel de padre.

3. ¡Buf! No sé por dónde empezar… Escojo una de miles: Elena y yo en su sala de estar, cada una con un teléfono (fijo, porque los móviles todavía no se estilaban) en la oreja. Hablábamos tanto en esa época, que cuando su padre entró y nos vio, creo que pensó que capaces éramos de estar hablando la una con la otra. Volvió a salir en silencio, con cara de no entender nada.

Profesora de Derecho Procesal y de Oratoria y Redacción Jurídicas en ICADE-COMILLAS

2. Integridad, inteligencia, esfuerzo, amabilidad, innovación, educación, simpatía, bondad.

3. El rostro de sorpresa y emoción en la multitudinaria fiesta que le organizó su familia por su cumpleaños. Era una cara que resumía tantas emociones positivas que me resulta entrañable e inolvidable.

1. Mi primer contacto fue en la Universidad de Comillas en mayo de 2003, en un seminario.

2. Usar una sola palabra es muy complejo para describir a un hombre como el Profesor Davara, sin embargo, me atrevería a dividir en dos:

3. El evento de FIADI 2006 en Panamá, evento donde el Prof. Davara fue lo que denominamos en ese evento nuestro BUQUE INSIGNIA, escucharlo en especial tomando en consideración lo que en ese entonces pasaba en nuestros países Panamá —sede del evento— y en mi caso Ecuador y era maravillarse en relación a lo lejos que estábamos de Europa (seguimos estando) en materia de Protección de Datos. Y, sin lugar a duda, a partir de ese evento la amistad con Miguel Ángel, su guía cuando tenía dudas, su cariño y carisma sin duda hacen que ocupe un lugar muy especial junto con tu madre D.ª Maribel. Mi Biblia, mi guía, siempre presente en cada conferencia y en cada clase que doy. Todo mi cariño y siempre admiración para mi querido Dr. Miguel Ángel.

1. No recuerdo con exactitud la fecha, pero fue a caballo del cambio de siglo. Entre 1999 y 2001 seguro. Le llamé para invitarle a un congreso que comenzábamos a organizar en Santiago de Compostela y queríamos al más reconocido experto en lo que entonces se denominaba LOPD.

2. Si solo me tuviera que quedar con una palabra que para mí le definiera sería humanista, en el concepto más amplio (cultura, espiritual y profesional). Si puedo ampliarla le añadiría inspirador y excelencia.

3. Hay un par de ellos muy diferentes que me sorprendieron de forma singular. Uno fue en una cena personal junto a Maribel y a Eva, en el Parador de san Marcos en León. En esta comentó dos cosas que me dejaron un gran impacto: la primera es que se divertía mucho y se relajaba viendo los sábados por la noche Salsa rosa, el programa de cotilleo de moda en aquel momento. ¡El gran profesional también se permitía algún momento de frivolidad! Ya nunca vi estos programas de la misma manera. El segundo comentario de la noche que me marcó surgió cuando afirmó que para él el toreo era un arte. Escuchar eso de un, para mí, referente ético e intelectual a un antitaurino fue un shock. Tardé pocos meses en ir a Las Ventas a ver una corrida y aunque sigo siendo contrario al toreo entendí la postura de quien los defiende y por qué lo hace.

El otro gran momento surgió cuando le propuse que nos embarcásemos juntos en una aventura empresarial. Miguel Ángel fue haciendo un recorrido de todas las grandes propuestas que había tenido en su vida y cómo las había rehusado para acabar afirmando que la única persona con la que se había asociado era con Maribel. Obviamente todo era la preparación para un no rotundo. Sin embargo, dejó un silencio dramático y al final con su sonrisa tímida dijo algo como «y a ti también te voy a decir que sí». Es una de las mayores satisfacciones y de mayor orgullo que he tenido y que tendré nunca.

Catedrático de la Facultad de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad Nebrija

1. El primer contacto que tuve con Miguel Ángel Davara padre fue en 1987, cuando fue mi profesor en ICADE. La verdad es que impresionaba su tono de voz y su seriedad al tratar de la asignatura Informática y Derecho. Enseguida nos dimos cuenta de que, en realidad, era un buenazo y que su asignatura no solo era interesante, sino que no iba a suponer un problema.

2. La palabra que asociaría con él sería iuscibernetica . Naturalmente la amistad que me ha unido con él y con la familia me llevaría a privacidad, protección de datos u otras. Pero iuscibernetica fue una palabra muy repetida en su asignatura y la que me viene a la mente la primera.

3. Son muchos los recuerdos y anécdotas que podría traer a colación. Pero prefiero simplemente contar que su asignatura y su especialidad en buena medida condicionó mi futuro pues, de su pasión por el estudio del derecho tecnológico y los retos que supone, bebió la mía, a la que he dedicado buena parte de mi vida y aún hoy, con otras perspectivas, aunque metajurídicas, sigo cultivando siempre que puedo.

3. El momento en que vino a verme acompañado de Laura y Elena porque les pedí consejo y que pusiéramos en marcha un itinerario de Derecho y TIC (año 2013) en el Grado en Derecho que dirigía. Él, maestro y referencia internacional, vino, me aconsejó y me presentó a las dos joyas que son Laura y Elena; y aunque nuestra relación ha sido más online de lo que quisiéramos, me di cuenta de que me presentaba dos compañeras y amigas para toda la vida. Libros, clases, planes de estudio, colaboraciones, jornadas… nunca hubo una amistad tan productiva. Soy un privilegiado por el hecho de que la familia Davara me considere entre su familia profesional y de amigos. Os quiero a todos.

1. Cuando el Prof. Davara se incorporó a ICADE. Yo había sido alumno de E-3, de la promoción de Derecho de 1981 y Empresariales del año siguiente. Creo recordar que él llegó más tarde, y yo seguía en la Universidad, como profesor de Derecho Laboral. La relación se estrechó cuando si la memoria no me falla él promovió unos «encuentros» sobre informática y derecho (algo para mí novedosísimo y casi de ciencia ficción) si bien esto ya coincidió con mis dos últimos años en ICADE (de manera a tiempo completo) porque empecé otro camino profesional.

2. Si la pregunta es sólo una palabra, la respuesta es muy complicada. Para mí un innovador. Si puedo decir algo más, sencillo a pesar de su categoría.

3. La respuesta a esta pregunta la tengo clarísima, a pesar de que han podido transcurrir, fácilmente, unos treinta y cinco años de esto. Y ahí me demostró su capacidad mental, extraordinaria para mí y que hizo que fuese digno de admiración. Para el despacho que en aquel momento compartía con mi primer maestro en Derecho Laboral, también de ICADE, el profesor Molero, me había comprado un primer ordenador Amstrad, que enseguida cambié por uno mejor, modelo que recuerdo era el PCW 8256 (esto, como nos pasa a los viejos con las matrículas, son datos que no se olvidan) y una noche (estaba ya compatibilizando mi trabajo en el despacho, en ICADE y en el nuevo empleo) por lo tanto debió ser hacia 1986/87 todo el trabajo que llevaba hecho en esa madrugada, lo perdí, por mi torpeza y para mi desesperación, que probablemente me hizo llorar. Así es que al día siguiente me puse en contacto con el Profesor Davara, que inmediatamente me recibió en su despacho (lo recuerdo perfectamente, cerca de la Castellana) y con esa humildad que sólo los verdaderamente genios en lo suyo tienen, me explicó, con mucha paciencia, las artes más elementales en el manejo de mi «ordenador personal» (hoy una auténtica pieza de anticuario) y con el mérito añadido de no tener delante el aparato, que ya se pueden imaginar no era fácilmente transportable como hoy hacemos con los portátiles o las tabletas. Salí de aquel despacho completamente convencido que ya era todo un experto informático y que no me volvería a pasar el accidente que he relatado.

1. Mi primer contacto fue en ICADE. En el año 1991 me inscribí en el Curso de Práctica Jurídica y el Prof. Davara impartía una asignatura novedosa que se denominaba «Derecho informático». Me pareció sorprendente que ambos mundos (el Derecho, tan de «letras», y la Informática, tan «tecnológica») se pudieran unir en una materia. El tiempo le daría la razón y construyó las bases hacia el derecho sobre protección de datos personales.

3. Cuando invitamos al Prof. Davara, hace más de 20 años, a impartir una ponencia para explicar la novedosa normativa sobre protección de datos, dirigida a directores de Centros educativos, las caras de los asistentes era un «poema». Veían un inmenso trabajo por delante en sus Colegios para cumplir los nuevos requisitos legales, se miraban abrumados ante las sanciones contempladas en la Ley y con crecientes ganas de tirar la toalla y abandonar su cargo de responsabilidad. En ese momento, el Prof. Davara les dijo: «Amigos, en la vida hay que ser prácticos. Entre cumplir todo y no cumplir nada hay un enorme trecho. Intenten cumplir todo lo posible. No es lo mismo circular por la autovía a 130 que a 200 Km/h».

1. Conocí al profesor Davara en los Encuentros sobre Informática y Derecho 2000-2001 y posteriormente ese contactó se acercó puesto que al año siguiente vino a Valencia a hacer de «padrino» del «bautizo» de la sección de Derecho Informático del Colegio de Abogados de Valencia.

2. Visionario y referente. Cuando nosotros no sabíamos ni que existía la protección de datos él ya era un especialista y ha servido de referente para muchos: aquellos Encuentros, sus publicaciones, nos han ido guiando a los que ahora «somos veteranos» pero entonces nos iniciábamos en este mundo.

3. Cuando vino a apadrinar la inauguración de la Sección vino con su mujer y le pregunté que cómo era eso y me dijo que procuraban ir juntos a ciertos viajes de trabajo para estar juntos. Me pareció un maravilloso ejemplo de conciliación del que yo he aprendido y en algunas ocasiones he seguido como ejemplo.

1. El primer día del Máster estábamos esperando los alumnos en el portal del edificio de la Plaza de Cuzco y me sorprendió mucho porque sin yo conocer a Miguel Ángel me dijo el nombre de mi madrina María Victoria (coincidimos en mi segundo apellido) y me preguntó si la conocía porque él fue su abogado muchos años.

3. La que he explicado al principio (me quedé sorprendidísima). Así comprobé la teoría que nos contó una vez Miguel Ángel en una clase: que el vínculo entre dos personas que no se conocen está formado por máximo 6 personas que tienen relación con ambas (no recuerdo el nombre de la teoría). En nuestro caso el vínculo era solo una persona.

1. —¡Cómo olvidarlo!— El primer contacto que tuve con el Profesor Davara, fue durante mis estudios de la licenciatura en Ciencias Políticas y de la Administración, en ICADE. Lo recuerdo como si fuera ayer, aquella tarde típica madrileña de febrero, un cielo azul intenso y un frío que calaba hasta los huesos. Entró el profesor Davara por la puerta, de aquella aula que hacía esquina en la primera planta, perfectamente vestido, con su traje de chaqueta azul marino impecable, su camisa azul celeste, y su corbata clásica de rayas burdeos. —¡La cosa empieza bien!— Yo estaba sentado en primera fila con la delegada de la clase, mi querida Laura, cuyo apellido coincidía —y yo aún no lo sabía— con el profesor que entraba por la puerta, y quien, al verlo llegar, me lanzó una tímida sonrisa y acercándose me susurró al oído: —Ahora nos toca con mi padre—. Buenas tardes, soy el Profesor Miguel Ángel Davara. Yo comprendí de inmediato que, la ternura y complicidad con la que la delegada me había confesado aquella familiaridad no sólo escondía la profunda admiración de una hija por su padre, sino que anunciaba que aquel hombre que yo tenía por primera vez delante de mí, guardaba algo especial y que Laura no quería confesarme. En apenas segundos, los pocos alumnos que cursábamos aquella licenciatura, nos sentimos arropados, como si estuviéramos en casa. Y como haciendo un bosquejo de los contenidos que íbamos a estudiar en aquel cuatrimestre, el Profesor Davara comenzó a hablarnos de la protección de datos, las tecnologías de la información y de la comunicación, y lo más importante, el papel del jurista en la salvaguarda de los datos más íntimos de los ciudadanos.

2. Con total sencillez y humanidad, despertó en todos nosotros el interés por la asignatura, y yo regresé aquella tarde al Colegio Mayor con la certeza de que ese día había tenido el placer de conocer a un magnífico profesor.

3. Fueron pasando los días, las semanas, y las clases del Profesor Davara siguieron despertando nuestro interés como el primer día. Una tarde de primavera, próximo el final de curso, nos lanzó un reto, como aquel padre que nos pregunta qué queremos hacer en la vida, de improvisto, obligándonos a realizar una reflexión profunda y madura. Porque el Profesor Davara, durante el cuatrimestre que nos dio clase, se había convertido, efectivamente, en un padre, y podía permitírselo. Con total ingenuidad, propia del sabio que da lecciones magistrales a sus pupilos, nos pidió que buscáramos y pensáramos en la manera con la que las TIC pudieran mejorar y cambiar la vida de los ciudadanos. Y yo que siempre tuve alma de nómada y viajero, que aspiraba a diplomático, pensé de inmediato en todos los desplazamientos que el futuro iba a depararme. Pensé en todos aquellos trayectos que la vida internacional me obligaría a realizar por el mundo. También pensé en la tragedia de perder mi maleta, no solo mis objetos personales, sino llegado el final de mis estudios, os confieso amigos, la tristeza también de olvidar aquellos años universitarios. —Qué fría aquella gota de sudor que recorrió mi espalda—. Y se me ocurrió, como queriendo no perder nada, como intentando conservarlo todo para siempre, —¡qué ingenuidad!—, un mecanismo de detección de maletas perdidas, a distancia, mediante radio tecnología. El elevado coste del sistema y la dificultad de mantener la batería permanentemente activa para emitir la señal, hicieron que mi idea fracasara rotundamente. Pero curiosamente, con aquella actividad práctica —tal vez sin quererlo ni saberlo—, el maestro logró mantener intactos los recuerdos del pupilo. Aún hoy, con cada viaje, con cada trayecto por el mundo —os escribo estas líneas desde Cabo Verde— nunca me olvido de meter en mi maleta los recuerdos de aquellos años en ICADE y, sobre todo, de acordarme de aquella curiosa anécdota de una tarde típica madrileña de primavera, fruto del desafío del Profesor Davara, perfectamente vestido con su traje de chaqueta azul marino impecable. Mientras pienso, eso sí que es un orgullo, lo afortunado que fui al tener la oportunidad de conocer y de llevarme de por vida en mis recuerdos, y en mi maleta, no solo a un maestro, sino a un gran hombre.

1. En clase de Derecho Informático en ICADE. Me acerqué al final de la primera clase para saludarle personalmente y decirle que era amiga de su hija Laura. Se puso muy contento de tenerme en clase.

2. Inteligente, cercano, pionero, interesante… Un buen profesor, en el más amplio y profundo sentido, bueno profesional y personalmente. Un profesor ejemplar.

3. Recuerdo que pude asistir a una charla sobre protección de datos que el Prof. Davara dio en una parroquia. Al explicar las infracciones puso el ejemplo del caso de «la catequista sueca». Todos los asistentes pensaron que era un ejemplo «a medida» para esa charla… Menos yo que, como alumna suya, sabía que era real y que es el ejemplo que siempre ponía en clase para explicar las infracciones.

1. Fue en mi primera clase presencial de comercio electrónico el 27 de octubre de 2007. Me sorprendió gratamente que las clases las impartiera el mismo personalmente, porque iba pensando que solo haría la presentación y, sin embargo, me vi charlando directamente con mi referente profesional en protección de datos.

3. Fue el 9 de junio de 2010, cuando sin pensárselo 2 veces vino a Tenerife a participar en un taller sobre protección de datos que yo mismo había organizado. Le invité sin ninguna esperanza porque sabía que el maestro se movía a otro nivel y sin embargo él vino encantado ¡y yo me sentí la persona más respaldada del mundo! Él ni siquiera sabe lo que significó para mi ese respaldo profesional… ¡Gracias!

1. Fue en Madrid, en el año 2007, en un curso de Especialista universitario en Protección de Datos que impartía el Prof. Dr. D. Miguel Ángel Davara Rodríguez. Desde que le escuché, en la primera clase, me impresionó su nivel académico y humano, causando en mí tal inquietud que decidí completar mi formación, con él, en esta materia hasta alcanzar el Máster en Asesoría y Consultaría en Tecnologías de la Información.

2. La calidad humana porque es difícil encontrar, en la vida, personas que reúnan junto a sus grandes conocimientos extraordinarias virtudes humanas.

3. Recuerdo al Profesor Davara en Bilbao, un viernes 3 de julio de 2009, clausurando, el Congreso Internacional «Derecho y Nuevas Tecnologías» convocado por las Facultades de Derecho de las Universidades de Deusto, Pontifica Comillas de Madrid y Universidad Ramón Llull, con una conferencia sobre «Derechos de los ciudadanos a relacionarse con las Administraciones Públicas por medios electrónicos » en la que tuve el gran honor de presentarle y la oportunidad de transmitir, a todos los asistentes, la categoría profesional y humana ante la que nos encontrábamos.

1. Mi primer contacto con Miguel Ángel Davara fue consecuencia de un encargo profesional que le realicé. Desde el primer instante su cercanía personal y eficacia profesional destacaron por encima de cualquier otra faceta.

2. Resumir solo con una palabra es imposible. Me quedo con: excelencia, en el trato personal y en el profesional.

3. No tengo una anécdota para recordar a Miguel Ángel Davara porque son numerosas y siempre desde el afecto y el reconocimiento a su persona y al enorme legado en todo lo que hace en materia TIC.

2. La palabra que asociaría con el profesor es innovación dedicación y pasión.

3. La anécdota que recuerdo es la constante visión anticipada del tratamiento de los datos con ejemplos.

CEO de ECS y vicepresidente ejecutivo de Oil&Gas Capital. Mi mejor «cargo» es AMIGO de Miguel Ángel

1. Mi primer contacto con el profesor Davara debió de ser hacia 1990, con ocasión de mi nombramiento como Secretario General del Centro de Estudios de Planificación y Administración de Empresas de la Universidad Politécnica de Madrid.

En aquel momento desde el centro analizábamos nuevos modelos de desarrollo formativo a distancia y uno de los temas que nos preocupaba era cómo nos influiría toda la legislación sobre tratamiento de datos de carácter personal. La colaboración del profesor Davara fue muy valorada y efectiva para los objetivos planteados.

2. Las palabras que mejor definen la vida de Miguel Ángel son honradez y pasión en su trabajo y lealtad para con los suyos.

3. La anécdota profesional que quizás más identifica la relación entre su vida profesional y su amor por su Real Madrid se pudo constatar cuando siendo yo CEO de la Sociedad del Fútbol Profesional realizó para los clubes adscritos a la Liga Nacional de Fútbol Profesional un libro práctico sobre el tratamiento de datos de sus socios y sobre cómo actuar para evitar problemas legales.

Todo su interés era que se trasladara al Real Madrid de forma personalizada la necesidad de cumplir la ley también por cuestiones reputacionales ofreciéndose de forma desinteresada a ayudar en el proceso de adecuación que requería la ley.

Curiosamente uno de los clubes que más agradeció el trabajo del profesor Davara y lo puso de inmediato en práctica fue… ¡El F.C. Barcelona! Así es la vida…

1. Mi primer contacto con el Prof. Davara fue hace siete años, cuando trabajaba como preventa de formación en Thomson Reuters Aranzadi. Le llamé para proponerle una idea y me sorprendió su trato cercano y humildad; así como su entusiasmo e implicación.

3. Recuerdo llamar a su hija Elena muchos años después y que me enviase recuerdos a través de ella. Nunca pensé que se acordaría de mí, ya que después de esa llamada apenas tuvimos contacto. Creo que eso habla de un tipo de profesional que se involucra y que se interesa por las personas, lo mejor que se puede decir de alguien. Se nota que tiene unos valores personales que acompañan su gran reputación y experiencia profesional.

1. Mi primer contacto fue en la universidad, en ICADE, en la asignatura que por aquel entonces se llamaba derecho informático.

3. Recuerdo cómo nos inculcaba su amor por la protección de datos y su participación en la redacción de la LOPD.

1. Mi primer contacto fue desde el momento que entré a trabajar en Aranzadi y a partir de ese momento me tocó colaborar estrechamente con él en la revista Actualidad informática Aranzadi con los textos que había que incluir quincenalmente en la maquetación de la revista.

2. La palabra que para mí mejor le describe es (por el cariño que le tenía), además de admiración y profesionalidad, esa imagen de persona que no guarda distancias, cercano, con esa voz inconfundible y que dentro tenía siempre una palabra de cariño y aliento y más cuando eres joven y notas cómo alguien te regala consejos profesionales y te orienta con la intención de regalarte la experiencia que es lo que mejor sabía hacer.

3. El momento que más recuerdo y lo haré siempre sobre todo por su voz y carisma fue cuando me entregó el primer texto para introducir en la revista y que se debería entregar para maquetar… al no conocerme me preguntó quién era y se me presentó y notó en mí la sensación de nervios en el estómago por ser la primera vez y me tranquilizó y me dijo… si estás aquí trabajando seguro que es porque has sabido demostrar que mereces estar y estoy convencido que lo harás bien… las palabras literales no soy capaz de recordarlas pero su carisma y seguridad con que me dio ánimos para evitar esos nervios de primeriza. Son de esos recuerdos que se graban y se hacen inolvidables (3) .

1. Primeras charlas que dio sobre la LOPD. Fueran muy interesantes y esclarecedoras

1. En ICADE, quizás en los pasillos, quizás en la cafetería, quizás en un Acto académico en el que ambos asistíamos. En todo caso, ¡qué más da! Lo que no da igual, es que ese primer contacto, generó una inmediata empatía que nunca se perdió. Y después de la empatía, vino como una consecuencia natural, la simpatía y camaradería que en poco tiempo derivó en amistad.

3. Obviamente, y sin dudar, más que un momento recuerdo tres meses seguidos en Navacerrada, en la Urbanización Reajo del Roble. Allí tenía Miguel Ángel un chalet. Y le comenté que estaba buscando yo uno para alquilar todo el verano de 1990, de julio a septiembre. Él se puso inmediatamente «manos a la obra» y me encontró uno a 100 metros del suyo. Mi mujer Rosana, estaba embarazada de gemelos, que resultaron gemelas, la cuarta y la quinta. Y todos los miembros de la familia Davara estuvieron pendientísimos de nosotros, cuidándonos y facilitando la vida con nuestras tres pequeñas, que tenían 7, 5 y 2 años, pues mi mujer en los últimos dos meses tenía prescrito por el ginecólogo un reposo casi absoluto.

Lo pasamos de maravilla. Y disfrutamos juntos, con frecuencia, los atardeceres con una espléndida visión, desde nuestros chalets, de «Siete picos», la «Bola del mundo» y «La maliciosa».

Senior Manager de KPMG Abogados. Profesor Contratado Doctor (A) de Derecho Financiero y Tributario

3. El Prof. Davara es una gran persona y un gran universitario. Recuerdo con especial cariño, cuando le di las gracias al obtener sobresaliente en su asignatura y me dio ánimo para que siguiese en esa línea.

1. Cuando fui nombrado director de la Agencia Española de Protección de Datos.

3. Con motivo de la presidencia española de la UE, organizamos desde la AEPD el primer encuentro con países ibero-americanos. También invitamos a algunos colegas europeos. El encuentro se celebró en el Escorial donde el Profesor Davara nos proporcionó una visita muy especial al Monasterio. Inauguró las jornadas el Presidente del Tribunal Constitucional, quien se quedaba a comer. El Profesor Davara, buen conocedor de la zona, me había dicho que podríamos comer espléndidamente. A la hora de la verdad nos encontramos con un menú del día malísimo. Ante la situación, el Profesor Davara se sentía responsable por la recomendación, pero, al final, todo quedó en anécdota.

1. Mi hijo pequeño Jaime Fernández-Rúa Mateo fue alumno suyo en ICADE. Estudió Derecho y Relaciones Internacionales. Y ahí fue donde le conocí. Posiblemente en 2010. No recuerdo bien. Jaime, diplomático de carrera, ocupa ahora la segunda jefatura de nuestra Embajada en Nairobi (Kenya), seguro que le gustará saberlo.

3. Algunas sesiones que organizó el profesor Davara en ICADE, junto con otros periodistas. Una de las últimas veces que nos vimos fue, en junio de 2017, con ocasión de aceptar su invitación para dar una charla sobre «Big data y biomedicina: el futuro de la sanidad» en la Jornada de Actualización de Conocimientos en Derecho TIC que organiza con carácter anual.

1. Le conocí en las Jornadas de Informática y Derecho en los 90´s, me introdujo su amigo D. Emilio del Peso. D.E.P.

3. En una de las jornadas de Informática y Derecho, hizo la introducción a mi persona como ponente, me sonrojé, pues yo era un casi un principiante y viniendo de ÉL que era ya un referente en las TIC, me presentó como un gran profesional y sobre todo como una persona de bien, de ahí su sencillez y humanismo con todos.

1. En los XIV Encuentros sobre Informática y Derecho: 2000-2001, mientras cursaba mis estudios de doctorado en Derecho. Presenté una comunicación en los mismos que llevaba por título «Algunas consideraciones en torno al concepto jurídico de publicidad en Internet». Ya nunca dejé de trabajar en torno a ese tema.

2. Pionero, por su aportación temprana al desarrollo de la vertiente jurídica de la actividad digital en nuestro país.

3. La participación en aquél Encuentro me permitió vislumbrar la importancia que este campo iba a tener en los años venideros y la cantidad de aspectos jurídicos que estaban conectados con la actividad digital (informática, como la denominábamos entonces). Me dio además la oportunidad de conocer y entablar relación con profesionales con los que con el paso del tiempo colaboraría; algunos se han convertido en amigos. En este sentido eran verdaderos «encuentros», no meras jornadas. Para los que trabajábamos en este ámbito, aquella era una cita anual que no nos podíamos perder.

1. Conocí al Prof. Davara con ocasión de una auditoría interna que llevamos a cabo en la compañía, allá por el año 2014.

3. Más que anécdotas o momentos concretos, me gustaría poner de relieve las sensaciones de cada uno de los encuentros. Sentir lo mucho que aprendes a su lado por su gran conocimiento y capacidad didáctica; y familiaridad, por su amabilidad y cercanía.

Jefe del Servicio de Infraestructuras de Telecomunicaciones – Junta de Castilla y León.

1. Conocí al profesor Davara en el «Encuentro Iberoamericano de Protección de Datos» en El Escorial. Me gustaría decir el año, pero la verdad es que no lo recuerdo… coincidimos charlando un rato en un corrillo y desde entonces sigo enganchado a la protección de datos, la privacidad y demás.

3. Sin duda, su felicitación tras exponer mi trabajo de fin de máster en la Universidad de Burgos. Fue una gran experiencia compartir tanto conocimiento con todo el equipo de profesores

1. Fue en un post con su hija, que es legado suyo. En Marketing Digital y Neurociencia se dice que solo tenemos 6,4 segundos para captar atención y enamorar. Fue lo que necesité para enamorarme de un post y ver que había mucha materia gris, profesionalidad, y se percibía historia.

3. Solo puedo decir que al ver dos Davaras en LinkedIn, uní DavaraDavara, y me recordó a Torrebruno quien decía que Dabadabadaba era la palabra clave de la alegría.

Puedo deciros con ojos aguados que transmitís un valor que se poco: la unión familiar, el amor por la profesión a nivel familiar y que el apellido en sí mismo es un valor. Davara es una marca. Una lovemark.

3. Le conocí siendo abogado de la parte contraria. Me percaté de su habilidad de negociar acuerdos cuando cerramos el que nos ocupaba y pasó a ser mi abogado.

Jesuita y profesor emérito de Derecho penal de la Universidad Pontificia Comillas.

1. No recuerdo bien cuándo tuvo lugar el primer contacto. En cambio, sí recuerdo como contacto más intenso el que tuvimos siendo yo Decano de la Facultad de Derecho con motivo de las celebraciones de los encuentros de Informática y Derecho que él organizaba anualmente con gran entusiasmo y éxito.

2. Visionario. Ha sido uno de los pioneros de la Informática jurídica en España.

3. La desaparición del Instituto de Informática Jurídica. Es un recuerdo con dolor pues fue una institución en la que el Prof. Davara puso todo su saber y su vida.

Profesor de Derecho Constitucional. Facultad de Derecho y Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de Córdoba

1. A través de sus obras, encuentros y múltiples comunicaciones sobre uno de los ámbitos del Derecho que siempre he ha apasionado — la informática y el derecho — recomendadas, inicialmente por mi director de Tesis D. Arturo González Quinzá.

3. En su despacho, el día que con gran nerviosismo le entregué una copia de mi Tesis Doctoral. Para mí, era un honor, a la vez que una gran responsabilidad, contar con uno de los mayores expertos tanto nacionales como internacionales en el Derecho de las TIC. Desde ese primer momento sentí la calidez humana que acompañaba al erudito, quedando en mi recuerdo como un referente tanto en lo profesional como en lo personal.

Ingeniero de Telecomunicación. Delegado de Protección de Datos. Miembro de APEP

1. El primer contacto fue en el despacho de Sor Ángela de la Cruz. Me había enviado el director de un centro universitario para ver si servía el trabajo que me había encargado sobre Protección de Datos. Iba algo cohibido a «entrevistarme» con el Catedrático y en mi cabeza rondaban tiempos pretéritos de mi etapa académica.

2. Es difícil e injusto asociarlo con una única palabra, pero en base a ese primer momento podría decir cercanía, o accesibilidad, o proximidad…

3. La anécdota para mí, después de todo ese esfuerzo de recopilación de información en materia de datos personales por internet y la documentación que había generado para el encargo del director de la universidad fue el dictamen de mi querido profesor «… esto no sirve para nada ».

Jefa de Servicio en la Dirección General de Organización y Régimen Jurídico en el Ayuntamiento de Madrid

3. Recuerdo el entusiasmo con el que impartía las clases. En aquellos años, la protección de datos era algo que no teníamos tan interiorizado y él nos hizo cambiar esa perspectiva. Era un campo del derecho poco conocido. A mí me provocó la curiosidad de querer aprender más sobre este tema. Me hizo atractiva esta materia y cuando por trabajo he tenido que tratar algún aspecto relacionado con la protección de datos, siempre he acudido a buscar sus artículos porque el referente en España ha sido él. Fue un lujo tenerlo de profesor.

1. En los Encuentros de Informática y Derecho que organizó durante muchos años el Profesor en ICADE, en los que intercambiábamos experiencias y conocimientos muchos de los asistentes, una gran parte con formación en tecnología y en derecho.

2. Comunicador. La divulgación de conocimientos es una de sus grandes cualidades.

3. Son muchas, todas ligadas a la divulgación y la formación, en las Jornadas de Informática y Derecho, en las Jornadas de formación de la APDCM y la AEPD, en la Agencia Checa de Protección de Datos y en Bruselas, en la Comisión, y formando a los niños, para que la cultura de la protección de datos forme parte con naturalidad de nuestra formación básica.

2. Pionero, meticuloso, calmado, dispuesto a ayudar a que comprendiéramos todo, entrañable y humilde.

3. Anécdotas, muchas no sé… la verdad cuando su hija me invitó a un cumple en su casa de la sierra, verle por allí fuera de la uni fue curioso

Letrado en Santander Consumer y Delegada de Protección de Datos Certificada bajo esquema AEPD

1. Cuando entré a trabajar en Santander Consumer en el año 1999 (en aquella época era HISPAMER) el referente en protección de Datos era el profesor Davara y su Curso de Especialista en tratamiento de datos de carácter personal de la Universidad M.ª Cristina del Escorial era el mejor y por eso me lo pagó mi empresa en 2001. También fui posteriormente a distintos seminarios impartidos por él.

3. Le recuerdo como una persona muy cercana y accesible. Yo que en esas fechas tenía a lo mejor tres o cuatro procedimientos sancionadores abiertos de la AEPD, aprovechaba para preguntarle mis dudas sobre mis asuntos concretos y ajustar mi estrategia y me resultaba muy útil todo lo que me decía, pues no era el típico académico teórico, sino que él también ejercía y por tanto sus enseñanzas eran muy prácticas.

1. Le conocí en Burgos, hace ya unos cuántos añitos en el año 2008 en la I Edición del Máster en Asesoría y Consultoría de TIC de la Universidad de Burgos.

2. La verdad que lo he estado pensando y no tengo una palabra en concreto, la memoria que falla ya :). Pero sí recuerdo sus anécdotas y ejemplos y sobre todo cuando hablábamos de LOPD, las sanciones a las que nos podíamos enfrentar por incumplimiento. Yo creo que era buena forma de meternos el miedo en el cuerpo.

3. En general su carácter afable y su sonrisa, compartir momentos en el descanso los viernes y sábado por la mañana. Y a título personal, recuerdo el día de las evaluaciones del trabajo fin de máster que se me acercó y me dio la enhorabuena porque mi trabajo había sido el mejor. Lo recuerdo como un momento muy especial, ya que venía de un mundo muy distinto el tecnológico/informático y el haber tenido un gran desempeño en la parte legal me hizo mucha ilusión.

1. Mi primer contacto con el profesor Davara fue en octubre de 2004, el primer día de clase de la asignatura «Informática Jurídica». Recuerdo perfectamente aquel día porque era un profesor distinto. Me llamó muchísimo la atención su perfil híbrido jurista-ingeniero y su extensa experiencia profesional fuera de las propias aulas de ICADE.

2. No puedo quedarme con una palabra. En mi caso hay dos sustantivos que, cuando los escucho, siempre me recuerdan al profesor Davara: «protección de datos» y «firma electrónica». Ahora ambos son conceptos de dominio general, pero la primera vez que yo escuché hablar de datos personales y de firma electrónica fue en clase del profesor Davara. Probablemente no existan otros conceptos jurídicos que asocie de forma tan estrecha a un profesor.

3. No es un recuerdo con el profesor Davara. Es un recuerdo exclusivamente personal, pero que está estrechamente vinculado con el profesor Davara. Recuerdo que iba en autobús de viaje a Bilbao a visitar a la que ahora, casi 20 años después, es mi mujer. Durante el viaje vibró mi móvil y llegó la nota de «Informática Jurídica». Era un 10, MH. Fue mi primera matrícula de honor en la carrera —y tampoco tuve muchas más—. Fue un viaje que recuerdo con mucho cariño y además se corresponde con mi momento vital en el que me di cuenta de que yo quería ser abogado. Por ello, siempre asocio al profesor Davara a un momento muy bueno de mi vida.

1. En el curso de protección de datos en el año 2011 en Sor Ángela de la Cruz.

3. Me acuerdo cuando contó que, durante un juicio, había un abogado joven contrario que, para defender su postura, sacó un libro precisamente del Profesor Davara. Y el profesor nos contaba cómo, cuando fue su turno, desmontó la interpretación que hizo de su libro para defender a su cliente con la máxima elegancia que pudo. Para ello, se presentó al juez y al abogado contrario —que había apoyado su defensa en un libro del Prof. Davara— agradeciéndole la cita, pero diciéndole que no había entendido en absoluto lo que había querido decir en su libro y dándole la vuelta para defender a su cliente… Obviamente, el juicio lo ganó el Profesor Davara.

2. Como palabra me cuesta elegir una. Si es por decir algo original diría LORTAD. Pero he de decir que le he recordado más de una vez al usar la palabra «Sensible» cuyo significado (para mí) cambió para siempre desde que nos explicó qué eran los datos sensibles etc.

3. En cuanto a momentos recuerdo muchos. Quizá en la misa al lado de tu casa, se me hizo raro verle en su esfera íntima. Si tuviera que ser en clase, cuando nos explicó el «Habeas data». Gran ejercicio de abstracción.

Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Administrativo Universidad San Pablo CEU. Abogado y.. .mi mejor cargo y título a estos fines, amigo de Miguel Ángel Davara

1. He estado pensando y si cierro los ojos quiero recordarnos en las míticas reuniones de la Sala de Profesores del viejo Colegio Universitario.

2. Una nota característica de él… no va a ser ni su visión de futuro ni sus conocimientos profesionales. Van a ser dos más intrínsecas: su bonhomía y su profunda Fe.

3. 15,30 horas y un grupo de gente alrededor de una mesa hablando de todo y de nada, arreglando el mundo con gente que siempre tenía una idea o una frase brillante, una información de primera mano, una noción sugestiva… muchas de las cuales son las que vemos en el mundo de hoy y en aquel entonces parecían ideas de película. Le recuerdo en las también míticas jornadas de ICADE.

Catedrático de Hacienda Pública y Sistema Fiscal y Profesor Ordinario de Derecho Financiero y Tributario en ICADE

3. Reveló en la Universidad Pontificia Comillas la importancia, de la Informática jurídica, de la que casi nadie había oído hablar.

Enterprise Transformation Consultant en CoachHub y profesor del Centro de Estudios Garrigues

1. En clase, juraría que en segundo de carrera (curso 2003-2004), en la asignatura de «informática jurídica» aunque se turnaba con otro profesor al inicio del curso (al que mi grupo de amigos bautizamos cariñosamente como «Unabomber»). Esa asignatura yo pensaba que iba a ser con ordenadores, para trabajar bases de datos jurídicas o algo así :)

3. Recuerdo dos: El primero fue cuando habló por primera vez de la Ley 15/1999, y dijo algo así como: «La Ley 15/1999, de 13 de diciembre (… ) que SE hizo por (… ), bueno que LA hice, porque la hice yo… » Y nos quedamos todos perplejos.

El segundo momento fue porque fui a revisión de examen ya que pensé que había hecho un examen mejor de la nota que reflejaba, sin ser mala. Era de los pocos que fui a revisión, un día muy caluroso de julio. Realmente fui para entender la nota, y con un gran «fair play» me explicó el porqué de mi nota (y que, por tanto, merecía), y al salir me tendió la mano como la tienden los árbitros al final de un partido, algo así como un «bien jugado».

Director del Instituto de Derecho y Tecnologías de la Universidad Católica Santa María la Antigua, Panamá

1. Tuve mi primer contacto con el Dr. Davara en el aeropuerto de Tocumen en Panamá, al recibirlo como expositor del Congreso Iberoamericano de Derecho e Informática de la FIADI.

3. En Panamá, fue invitado a una reunión con el Pleno de la Corte Suprema de Justicia. Por un error de comunicación, no se le pasó la invitación a tiempo. El día y hora de la cita, me correspondió buscarlo a su habitación de hotel; no tenía idea de esa cita, aun así se alistó en minutos y se presentó. Creo que llegó antes que yo.

1. El primer contacto llegó cuando decidimos abordar dentro de Lefebvre y en especial de la unidad formación que dirijo, un curso sobre la protección de datos. El reglamento europeo estaba asomando a España y teníamos para considerar si era estratégico para nosotros.

Como seguidor de las normas internacionales y en especial de la certificación, decidí hablar con una colaboradora de mi equipo y buscar el mejor en la materia. Como no podía ser de otra manera, su nombre apareció en primera posición.

2. Es complicado definirlo con una sola palabra, pero si me dejáis más de una diría … referencia, gran persona, con los pies en la tierra, excelente profesional y por supuesto, padre de familia y de la protección de datos de España.

3. En este apartado poco os puedo ayudar, porque como os he dicho no nos conocemos personalmente, sí por muchas personas muy cercanas a él. Yo personalmente tengo muchas ganas de conocerle, porque le profeso un profundo respeto.

1. En las fantásticas clases de Informática Jurídica de ICADE, allá por primeros 90, iniciando el doctorado.

3. Primera vez que manejamos un ordenador algunos doctorandos (1991), y dice Miguel Ángel ante la CPU: «Entra». Respondo (pensando que me llamaba a mí): «Ya estoy en la sala». M.A.: «No, que entres en la página». Y yo: «No hay libros aquí». Al rato me dice: «Ahora sal», y me marché de la sala. El resto, a voces: «Vuelveeee».

Presidente del Comité de Sociedad Digital del Instituto de la Ingeniería de España

1. Fue con motivo de los Encuentros sobre Informática y Derecho que él organizaba. Creo que participé en tres de ellos, con ponencias sobre: «Directrices de seguridad, normalización y conservación de documentos electrónicos en la Administración» y «La Administración en línea: políticas, proyectos y servicios»

También me facilitó publicar algún artículo sobre estos y otros temas (Efecto 2000, Contratación pública) en Actualidad Informática Aranzadi.

2. Es muy difícil asociarlo con una sola palabra. Creo que por su cultura y vastedad de temas que domina es un «Hombre del Renacimiento».

3. Siempre eran muy agradables e inspiradores los momentos en los que nos reunía a un grupo de colaboradores alrededor de una mesa para celebrar un encuentro o una nueva publicación.

3. Sus explicaciones. Con total soltura daba por hecho cosas que todavía estaban por venir. Era asombroso el conocimiento que tenía, y desde luego, una persona que se adelantó al vislumbrar una brecha jurídica que estaba en camino, dado el irremediable advenimiento de las nuevas tecnologías, y que, en este país, nadie se había atrevido/querido ocupar, muy probablemente por falta de conocimiento…

3. Recuerdo sus anécdotas de casos en los que participó, como el de recuperación de nombre de dominio NBA (Nerea… ) o el caso del creador de la Base de Datos de Aranzadi. Sus ejemplos de gestión de riesgos con la velocidad del coche yendo de Madrid a Burgos. O la suerte que tenía de vivir cerca de su despacho. Me hacían vivir las clases con mucha más atención. Le guardo un gran recuerdo.

Socio Principal de MAG ABOGADOS y Prof. Dr. en Derecho, Criminología e Informática

1. El primer contacto lo tuve en ICADE por mediación del Prof. Blanco (q.e.p.d.), con motivo de un arbitraje sobre un tema informático que yo tuve y en el que yo quería que el Profesor Davara actuase como experto. La Corte de Arbitraje era el ICAM y su presencia fue muy conveniente ante el Tribunal que lo presidía el insigne Prof. García de Enterría (q.e.p.d.). Salió el tema muy bien. Después, él me invitó a dar una conferencia en unas jornadas de «Informática y Sociedad» en ICADE, y recuerdo que impartí alguna docencia en un curso especializado de abogados. Siempre muy atento y agradable.

2. Al Prof. Davara le asociaría la palabra «considerado», ya que es una persona muy respetuosa con los compañeros y profesionales. Tengo muy buen recuerdo de él y todas las opiniones profesionales son cariñosas y ponderadas.

3. Más que una anécdota es la circunstancia de que soy un «clon» de él, por mi especialización, como abogado en ejercicio, y la litigación en el Derecho de las TIC en toda su amplitud —ciberseguridad, compliance, etc..—, y como docente universitario en estas materias. También, mis hijos, como es su caso [que sus hijos trabajan con él), son 4 abogados que han seguido mis pasos y trabajan en protección de datos, Compliance, etc…, si bien, en compañías multinacionales y no conmigo. Una coincidencia.

3. Dentro de lo muchos, que tengo la salida y presentación del primer número de Actualidad Informática Aranzadi y la ilusión que tenía Miguel Ángel.

Director de la Agencia para la Administración Digital de la Comunidad de Madrid

1. El primer contacto fue hacia el año 1993 durante la implantación de la ley 5/1992, de 29 de octubre, de regulación del tratamiento automatizado de datos de carácter personal (LORTAD) en la Comunidad de Madrid. Fue un proceso completamente innovador del que no se tenían referentes previos que orientaran las líneas de trabajo para la implantación y seguimiento. Conceptos nuevos en un marco nuevo y un derecho nuevo —la autodeterminación informativa— que hasta ese momento no figuraba en el marco de gobierno de los sistemas TIC. Difícil objetivo desde el plano conceptual, interpretativo e incluso metodológico, cuya consecución alcanzamos satisfactoriamente de la mano del Prof. Davara. A través de su apoyo y consultoría, nos brindó en la Comunidad de Madrid su larga experiencia profesional en derecho e informática, el valor de su participación en el grupo de expertos de redacción de la ley, y su visión siempre clarificadora, innovadora y pragmática que nos permitió hacer fácil lo difícil y, sobre todo, dar certeza de que lo se estaba haciendo se hacía en el buen camino.

2. Mi recuerdo del Profesor Davara va unido inevitablemente con la de un líder innovador, pragmático y retador. Miguel Ángel siempre ha tenido en su cabeza las implicaciones del ecosistema de los derechos de la persona en el mundo TIC. Ello unido a su carácter retador, con el que siempre nos ha llevado a todos al debate y el sentido crítico de las cosas para avanzar en este complejo ecosistema que forman el derecho y la tecnológica.

3. La situación que recuerdo más especialmente fue el enlace matrimonial de una de sus hijas, porque fue un momento especial en el que dejó en segundo plano su gran talla profesional y docente, para enseñarnos ese día la de padre orgulloso en su faceta más humana y cariñosa con sus hijas y todos los que pudimos acompañarles.

3. La anécdota sucedió ese primer día: estaba muy atascado con la Tesis (no sabía por dónde empezar). Acudí a él como el referente en protección de datos. Aunque no me conocía de nada, no solo se puso al teléfono, sino que me citó para el día siguiente. Cuando le conté «lo mío», me marcó las pautas y el esquema a seguir en la tesis. Gracias a esto la saqué adelante. Al salir me regaló unos libros suyos, pero nunca me perdonaré que no le pidiera que me los dedicara (no caí). Estoy por llevarlos al homenaje).

1. En septiembre de 1996 cuando en segundo de carrera llegó a clase para impartirnos la asignatura de derecho informático. 2. Cercanía.

3. La importancia que le daba a la signatura de derecho informático y la protección de datos indicando que tendría mucho desarrollo, como así ha sido.

1. Mi primer contacto fue con el Máster en Asesoría y Consultoría en Derecho de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, cuando llegamos a su despacho de Castellana.

3. El momento que más recuerdo de él fue el primer día que nos dio clase. Era un viernes por la tarde, a las 16:00 horas, después de toda la semana de trabajo y de 4 horas de viaje en coche.. se puso a hablar y a las cuatro horas cuando terminamos solo quería que siguiera contándonos cosas. Se me pasaron volando y fue un auténtico placer escucharle.

1. Mi primer contacto fue en la Universidad María Cristina de El Escorial, en el Máster, en el año 2003.

2. ¿Solo una? EJEMPLO. Es un ejemplo para seguir por su ENTUSIASMO en lo que hace, su DEDICACIÓN al trabajo y sobre todo FAMILIA, me encanta ver el cariño con el que trata a su familia, siempre rodeado de ella.

3. Me encantaban los desayunos que tomábamos en El Escorial, un café y unas pastas, eran momentos muy cercanos donde compartíamos anécdotas, aunque él siempre cuenta cuando llegué tarde a clase y paró para preguntarme porqué llegaba tarde y le conteste; «es la boda de Felipe y Letizia y eso solo se ve una vez en la vida», menos mal que se lo tomó bien y todavía me saca los colores cuando lo cuenta.

2. Asocio un mensaje claro sobre la protección de datos que hizo que me enganchase a la materia y me abrió una ventana a mi futuro profesional.

3.Pues anécdotas para mis charlas ahora sobre la materia y en mis clases como ponente he de decir que nombro al profesor Davara como la persona que me comenzó a hacerme rica en el conocimiento. Porque me descubrió hace ya más de 15 años lo que iba a ser mi futuro.

3. Propuso mi candidatura en un proceso de selección que se convirtió en mi primer trabajo. Siempre le estaré agradecida.

Responsable del aérea de Responsabilidad civil y Seguro en Editorial Jurídica Sepín

1. No he tenido la suerte de ser alumna directa del profesor Davara, pero sí me considero alumna indirecta, pues ya desde el año 2000 en el que me especialicé en el derecho de las nuevas tecnologías le he seguido y he aprendido a través de sus numerosos artículos, monografías y conferencias.

3. No hemos tenido trato personal, pero sí me gustaría apuntar que le he conocido a través de su hija Elena, un excelente reflejo de las virtudes de su progenitor, de su profesionalidad y de su espíritu inquieto que le llevó a plantearse un derecho enfocado a las nuevas tecnologías cuando casi nadie lo trataba.

1. Mi relación con el Profesor Davara data de finales de los 70, principios de los 80, cuando él hablaba de, «Informática y Derecho» y yo de, «Derecho y Salud», por lo que nuestra conexión fue inmediata por los vínculos de ambas especialidades, que fueron reconduciéndose en la Revista: «Actualidad Informática Aranzadi», donde él recogía nuestros trabajos de Derecho Sanitario y, por nuestra parte, sus pioneros estudios siendo Conferenciante habitual en nuestros Congresos Nacionales de Derecho Sanitario.

Recuerdo su participación en el Congreso del año 2000, con el desaparecido Magistrado, José M.ª Álvarez Cienfuegos y Carmen Sánchez Carazo, de la antigua Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid, sobre: «Confidencialidad de datos clínicos y Aseguramiento Sanitario» u otra participación en el año 2004, en el que se debatió sobre: «Información y Protección de Datos. Compatibilidad de ambos Derechos», con el Magistrado, José Manuel Martínez-Pereda, Agustín Puente, de la Agencia Española de Protección de Datos y Francesc Abel, Presidente del Instituto Borja de Bioética.

3. La coincidencia de calificar nuestros respectivos Despachos como, «Boutiques legales», que generaba cierta sorpresa en el sector legal y cuyo concepto vuelve a ponerse de actualidad como Firmas hiperespecializadas, que aportan un servicio de extrema calidad técnica, junto a un trato cercano y muy familiar al cliente.

1. Conocí a Miguel Ángel cuando se hizo cargo de la implantación de la protección de datos en la Agencia Madrileña de Atención Social. No pudo ser más acertada su contratación.

2. Profesionalidad, honestidad y una gran capacidad de hacerlo todo fácil y compresible para todos.

3. Recuerdo con gran cariño ir con él a las Residencias de mayores a formar al personal, para mí ha sido un placer asistir a la formación del personal, muy variado, y su inmensa empatía con los ancianos. Siempre estaré agradecida a que Dios lo pusiera en mi camino.

1. Mi primer contacto con el profesor Davara fue —si se me permite la expresión— un «descubrimiento bibliográfico» . Lo conocí de la mejor forma que se puede conocer a un jurista, esto es, a través de su obra. Había visto en una librería especializada una monografía que me llamó poderosamente la atención, tanto por su título como por el diseño de su carátula. Se llamaba «De las autopistas de la información a la sociedad virtual» y la portada representaba un cable de fibra óptica que ya advertía del poder de los flujos de Internet.

Meses después pude conocerle personalmente y expresarle mi reconocimiento por una monografía que reforzó mi interés por todos los temas relacionados con las implicaciones jurídicas de las nuevas tecnologías.

2. Miguel Ángel es un hombre inteligente que aúna en su formación la doble condición de jurista y hombre de ciencia. Pero, sobre todo, es una buena persona, un buen padre y un buen amigo de sus amigos. Su grandeza le ha permitido afrontar, con una ejemplaridad encomiable, los momentos difíciles de la vida.

3. Han sido muchos los momentos que se han incorporado a mi particular «galería de recuerdos ». Quizás destacaría su cara de felicidad cuando su hija Elena defendió con brillantez la tesis doctoral.

1. Estaba estudiando un Máster en derecho TIC en la Universidad Carlos III de Madrid y parte del Máster era hacer prácticas profesionales. Mágicamente me tocó una entrevista en Davara & Davara. Ese día conocía a Miguel Ángel, recuerdo llevarme la impresión de un ser humano, ante todo, sabio, educado… con muchos valores. Otro nivel de persona.

3. Muchas experiencias vividas en el despacho el tiempo que estuve fue muy enriquecedor.

1. Fue en el CEU San Pablo, el curso 1987-1988, fue mi profesor de Derecho Civil, en Derechos reales.

3. Le recuerdo explicando que el derecho también tenía orden y estructura, que toda tenía un origen o nacimiento, constitución, característica y extinción. El derecho era un ser vivo que nace (constitución), vive, se trasforma y muere (se extingue). Y miles de anécdotas tratando de quitarnos el miedo a una asignatura que era el ogro de cuarto de derecho. Además, puedo decir que mi tesis doctoral está llena de referencias a textos escritos por el Profesor Davara.

1. La primera vez, como Director de la Agencia. Siempre dio muestra de sus conocimientos, pudiendo decir que durante todos aquellos años fue ejemplo y líder de dar a conocer la Protección de Datos.

2. Su enorme honestidad en dicha tarea hasta el punto de que yo le hubiera nombrado para dicho cargo. Para mí simplemente era el mejor.

3. Sí recuerdo con cariño y agrado el cierto parecido físico que tenemos, que hacía que a veces me preguntaran si éramos hermanos.

1. Me resulta algo extraño haber efectuado mi trabajo sobre las nuevas tecnologías (5) , lo que en mis tiempos de estudiante universitario se denominaba informática. Materia que, sinceramente, nunca me atrajo y se me convirtió en una pesadilla.

No tuve el gusto de tener como profesor a Miguel Ángel Davara, que por las referencias que llegaban a mis oídos podría haber cambiado mi pesadilla en una asignatura productiva. Como estudiante le conocía como el maestro de la informática jurídica de ICADE, además de como el director de continuos seminarios y jornadas que se celebraban en la Santa Casa relacionadas con la informática y las nuevas tecnologías.

2. Y digo maestro y no profesor: entregado a la enseñanza dentro y fuera del aula, dando pautas orientativas a sus alumnos sobre la vida profesional, investigador incansable no sólo como demuestra el abanico de publicaciones siempre novedosas, sino también con el carácter de formador permanente como muestran las infinitas convocatorias de congresos de actualidad en su materia, impartidas por los profesionales punteros en cada momento.

Pero no haber sido alumno suyo no impidió que otros profesores me lo presentaran, momento a partir del cual me saludaba por los pasillos siempre con amabilidad y sonriente diciendo incluso mi nombre (vaya memoria). Y estos encuentros fugaces se consolidaron en unas larga charlas y consejos cuando dejé de ser estudiante y me convertí en profesor de la Facultad de Derecho.

Siempre disponible, con la sonrisa como sello de identidad y abierto a cualquier persona que se acercara a él. De nuestras conversaciones, terrenales o espirituales, comiendo o tomando café en la cafetería de la Facultad, siempre me llevaba un consejo a casa, que guardaba dentro de mí.

3. Esa amistad fue creciendo día a día llegando a su culmen cuando me invitó a su casa de Navacerrada y conocí a toda su familia. Qué más puede darte una persona que hacerte sentir parte de la familia; porque eso fue lo que pasó.

Director de la Cátedra de privacidad y Transformación Digital Microsoft-Universitat de Valencia

1. Conocí al Dr. Davara en los albores del milenio con motivo de los XIV Encuentros sobre Informática y Derecho: 2000-2001, en los que presentaba como comunicante uno de mis primeros trabajos sobre el tratamiento de datos personales en el Convenio Europol. En aquellos momentos, para un relativamente joven investigador que trabajaba en su tesis doctoral, el profesor imponía mucho. Después, año tras año, en distintos encuentros académicos y profesionales fui conociendo al hombre afable y al profesional admirable.

2. Bonhomía, saber y profesionalidad. Para los profesionales siempre fue una persona abierta a la colaboración, siempre dispuesta a echar una mano. Y lo que sin duda resulta más difícil de encontrar en nuestros días: generosidad. Estos son sus valores humanos. Desde el punto de vista de la profesionalidad combinar una sólida formación jurídica y técnica, impulsar un instituto de investigación, crear prácticamente los primeros estudios de posgrado y apadrinar académica, científica y profesionalmente a varias generaciones de expertos en protección de datos personales debe definirse con una palabra «preinformática» pero idónea: «auctoritas».

3. Debo confesar que no suelo ser persona de anécdotas. No suelo retener en mi memoria esos eventos cuyo gracejo nos recuerda ciertos momentos. Lo que recuerdo y nunca olvidaré pues es un momento de alta intensidad emocional. Fue la entrega del premio a la trayectoria académica de la Asociación profesional Española de Privacidad que, en 2015, recayó sobre el doctor Miguel Ángel Davara Rodríguez. Se trata de un premio que usualmente conceden las personas asociadas en una votación. Creo que puedo decirlo, su ilusión al recoger un premio absolutamente merecido no tenía nada que envidiar a la emoción de un niño en su primera Navidad. En la intimidad de la cena, departiendo con el Dr. Davara, pude apreciar más allá del agradecimiento en un discurso formal, cuánto valor tenía para él el reconocimiento de aquellas personas en las que tanto había influido de uno u otro modo.

1. El primer contacto fue en el Programa de Especialista Universitario en Protección de Datos, del Centro Universitario María Cristina. Iba todos los sábados al Escorial desde Madrid, pero no me importaba. Eran unas clases muy productivas, el Profesor Davara tiene la capacidad de explicarte los conceptos de una manera muy clara, haciéndote fácil lo difícil. Todavía recuerdo cómo sintetizaba la disciplina de protección de datos en tres grandes ejes: derechos, principios y procedimientos. Además de todo es destacable su generosidad, los materiales del curso, realizados por él, eran inmejorables. Tengo en mi despacho todas las carpetas.

2. Yo destacaría su mente multidisciplinar, su capacidad de ponerse en el lugar del que está aprendiendo y su integridad.

3. Sobre el año 2010 hice un nuevo curso con Davara, ya en Madrid. Era a distancia, pero había algunas clases presenciales, confirmé mi asistencia, y concretamente esa tarde solo asistí yo. La verdad es que estuvimos hablando de todo menos del tema de lo que nos ocupaba, fue una conversación muy bonita y me di cuenta que, ante todo, el Profesor Davara, además de ser un referente académico y profesional, es una gran persona. Creo que tiene que estar muy orgulloso de ver cómo sus hijas han tomado el testigo de todo su esfuerzo.

1. Telefónico. Lo que me preguntas es simple. No tenemos capacidad para aprender lo que necesitamos. Pero empecemos.

3. El primer momento no puedo situarlo ni en el tiempo ni en el lugar. Recuerdo que era verano y estaba de vacaciones en una playa de Murcia ¿Por qué? Es una anécdota con calificativos para describirla en su amplitud: Continua, Sucesiva, Simultánea, Casi inmemorial, Única: Su personalísima metodología de MAESTRO. Jamás me contestó la forma ni el cómo. «SOLO» Irónicamente, me respondía con una pregunta que tenía que usar para plantearme el reto del propio descubrimiento. El tiempo y mi cabezonería me han hecho, tras múltiples formas, sintetizarla en una frase atribuida a Walter Elias Disney: «Si puedes soñarlo, puedes lograrlo». Espero que al leerla ocasione el mismo sentimiento de agradecimiento que tengo al escribirla.

1. El primer contacto fue cuando me llamó por teléfono él directamente para decirme que había unos chicos de Pamplona que iban al Máster y si quería ir con ellos a las clases presenciales, que me pusiera en contacto con ellos. Me sorprendió que me llamara él en persona, tan cercano.

3. Pues recuerdo muchas veces cómo en una de las clases estaba explicando la figura del encargado de tratamiento y una de las alumnas tenía una opinión totalmente contraria, Migue Ángel con paciencia infinita lo volvió a explicar y ella le soltó un «no me vas a convencer» y Miguel Ángel le contestó con tranquilidad «no trato de convencer a nadie, esto es así» y siguió con la clase sin dar importancia a esa altivez de la alumna.

1. Mi primer contacto con el Prof. Davara fue en sus clases de protección de datos que impartía en el Máster de Derecho Informático de la Universidad Complutense de Madrid (curso 1997-1998).

3. El Prof. Davara no se sentaba en la mesa del profesor, él prefería estar cerca de nosotros, sus alumnos, sea de pie o apoyado en alguno de los pupitres de primera línea.

1. El primer contacto fue en la Universidad Reina Cristina en el Escorial. En época de frío y fin de semana. ¿parece duro? Pues no, recuerdo las clases magistrales con mucho cariño y los momentos de descanso-café en los que hablábamos de otras muchas cosas… qué por temas de protección de datos, no debo desvelar… jajajjaja, es broma.

2. La bondad y la inteligencia Le considero un hombre muy muy inteligente y muy buena persona. Le quiero mucho.

3. Nos hicimos muy amigos. Tuvimos una relación muy íntima desde muy pronto. Además, él era muy madridista como yo. Tengo muchos y muy buenos recuerdos relacionados con Miguel Ángel. Le quiero mucho y estoy muy agradecido por todo lo que hizo por mí. Es uno de los muy buenos amigos que más recuerdo. Se merece el homenaje y seguro que no tiene más que buenos amigos y compañeros que quieran homenajearle.

1. Mi primer contacto con el Profesor Davara fue en un frío día de enero del año 2004 en el Real Centro Universitario Escorial M.ª Cristina. Me incorporé como alumna suya en el curso de especialista en protección de datos y todavía recuerdo la sensación tan grata al entrar en aquel centro cargado de historia.

2. Es difícil decantarse por una única palabra para asociarla con el Profesor Davara, pero creo que, entre las muchas que le podría atribuir a nivel profesional, le identifico con «SABIDURÍA» y a nivel personal «GRAN CALIDAD HUMANA» (son tres palabras, lo sé).

3. Lo cierto es que no soy capaz de destacar un momento o anécdota en particular. A lo largo de todos estos años he tenido el privilegio de ser alumna del Prof. Davara en muchos de los cursos que organizaba, así como asistir a las interesantísimas jornadas de actualización de conocimientos anuales (los conocidos por todos como JAC) organizadas por su despacho. De todo ello tengo imborrables recuerdos.

Siempre se ha dicho que la influencia de un buen «maestro» es decisiva en su alumnado, y lo cierto, es que desde aquel frío día de enero que entré en la primera clase de protección de datos con el Prof. Davara, sentí que estaba ante un magnífico «profesor», que sabía transmitir perfectamente sus grandes conocimientos sobre la materia, le encantaba y disfrutaba enseñando, creaba un ambiente totalmente participativo, sus clases eran muy dinámicas, nos hacía pensar y razonar constantemente, su curiosidad intelectual no tenía límites, estaba a la vanguardia de todas las novedades. De todas estas clases y de los JAC siempre salíamos cargados con aquellos «inmensos archivadores blancos» llenos de documentación y una muy interesante información de todo lo relativo a las nuevas tecnologías.

Para mí ha sido y es una gran experiencia compartir aquellas clases, jornadas inolvidables llenas de debates, experiencias, risas, y en las cuales, he encontrado grandes amigos y compañeros, he aprendido muchísimo no solo de los inmensos conocimientos y gran sabiduría del Prof. Davara, sino también de su gran capacidad de trabajo, de su labor como escritor, como ponente y de la alta calidad humana que desprende y demuestra con todos los que le rodean, y especialmente, con su familia.

Responsable de contenidos concursales en Wolters Kluwer Legal & Regulatory España

1. Fue «leído», puesto que resido en Bilbao. El profesor Davara fue el primer autor con el que me formé en aspectos tecnológicos relacionados con el Derecho, sobre todo en materia de protección de datos y propiedad intelectual. Cuando nadie o casi nadie hablaba ni escribía sobre ello, era difícil tener acceso a análisis rigurosos sobre esas materias, y el profesor Davara los ofrecía a través de sus publicaciones. Fueron el inicio de mi contacto con esa materia. La primera vez que tuve noticia de que daba una charla a Bilbao, acudí contenta. Sería hacia el año 2007, la editorial para la que yo trabajaba (Europea de Derecho) acababa de ser adquirida por Wolters Kluwer, que organizaba una jornada con el profesor en el edificio de la Bolsa de Bilbao. Acudí maravillada y aprendí mucho y saludé al profesor, agradecida. Posteriormente mi compañera Lourdes Bernal me puso al día de la estrecha colaboración con él y me sentí muy orgullosa.

2. La expresión «Sui generis », porque leyéndole entendí en qué consistía esa protección de las bases de datos.

3. En la contestación a una demanda sobre protección de bases de datos, utilicé varios fragmentos de una obra del profesor Davara sobre el análisis de dicha protección (derecho de autor, por una parte; protección sui generis , por otra). El magistrado que resolvió (a favor de nuestras pretensiones), transcribió y compartió íntegramente nuestra fundamentación jurídica.

1.El contacto se remonta a… bueno mejor no decirlo, pues nos hace muy mayores. Tenía de hecho pelo y todo. Fuera bromas mi primer contacto con Miguel Ángel fue en las fiestas de Navacerrada, en la plaza del pueblo, con la plaza abarrotada de gente, dándonos empujones y él con su singular sonrisa comentándome la idea de su nuevo proyecto que no era otra sino la de lanzar el primer Máster en derecho de las NNTT y de Protección de Datos.

2. Para mí, amigo. Respondiendo a la pregunta, diría pionero y propulsor de un área de especialidad que hoy, 20 años después, es columna vertebral de muchas empresas y despachos (de hecho, hoy en día hay una nueva profesión denominada los Profesionales de la Privacidad, pues Miguel Ángel podríamos decir que es el padre de todos ellos) Optimista, una persona recta y fiel a sus principios. Muy buena persona. Erudito y especialista hasta el punto de haber sido la persona de referencia en la materia. Tenaz y constante por mantener y defender el Departamento de Derecho Informático en ICADE desde (creo) 1987.

3. No sabría concretar ninguna, pero honestamente todos los momentos que estuve con él, los disfruté pues más que a un adulto en aquella época como amigo de mi padre, le trataba como a un amigo. Creo y podría afirmar que era muy amigo de sus amigos. De hecho, todos los profesores (gran elenco de profesionales todo sea dicho) que estaban a su lado, le tenían un enorme respeto y afecto.

Jefe de Área de Gobierno, Riesgo, Cumplimiento, Protección de Datos y Privacidad

1. Mi primer contacto con Miguel Ángel fue ya hace ya casi 20 años, en ICM (ahora Madrid Digital). Desde entonces, siempre ha sido una de las referencias más importantes que hemos tenido presente en la Agencia en materia de protección de datos y derecho de las TIC.

3. Cada acción formativa o de concienciación que hemos realizado para todos nuestros empleados con Miguel Ángel ha sido increíblemente didáctica. El momento que recuerdo es preguntar a los compañeros, después de cada una de estas sesiones, ¿qué tal el curso de protección de datos? La respuesta generalizada de todos ellos, siempre palabras de elogio hacia Miguel Ángel. Su capacidad para «meterse a la audiencia en el bolsillo» es algo que siempre he admirado enormemente.

3. Mi madre le admiraba tanto a nivel profesional, que me recomendó que fuera él quien me iniciara en la protección de datos. En parte gracias a él y sus enseñanzas, actualmente me sigo dedicando a ello.

1. En el 2006, con ocasión de participar como alumno en el Curso de Especialista Universitario en Contratación Informática. Si bien, había leído mucho de él y coincidido en seminarios, jornadas y conferencias desde años antes.

3. No tengo realmente una anécdota, personalísima, de trato con él. Pero, si con ocasión del examen de aquel curso, para mí aquello fue impactante en todos los sentidos. Fue mi primera vez en el maravilloso Palacio del Escorial y, sobre todo, tener la oportunidad, tras la entrega del examen, de entablar apenas unas palabras de quien admiraba, en el ámbito profesional (el primer jurista español en inspirar, dotar de orden, analizar, interpretar y aplicar las incipientes regulaciones en el ámbito del denominado, por él, Derecho Informático).

1. Al profesor Davara lo conocí profesionalmente en LA CAJA INSULAR DE AHORROS DE CANARIAS (en Las Palmas de GC). Se le contrató para que nos diera unos cursos en materia de Protección de Datos por los años 2006-2008. Nos dio un muy buen asesoramiento esos años y siguientes antes de la incorporación de La Caja a Bankia en los años 2011/2012.

2. Profesionalidad y cercanía. Tenía un gran conocimiento de la normativa y dispensaba un excelente trato al cliente.

3. Su trato cercano es lo que más recuerdo de él junto a su paciencia y muy buen talante. Un Gran Profesor en mayúsculas.

1. Sería, aproximadamente, en el año 2001 o 2002, en una de las primeras promociones del curso del título de Experto Universitario en Protección de Datos, Contratación Informática, Comercio Electrónico cursado en San Lorenzo del Escorial que tenía lugar los sábados por la mañana. Recuerdo las ganas y los madrugones, con las que afrontaba los innumerables viajes al Escorial desde Burgos y, posteriormente, la satisfacción de obtener el título universitario junto con todos los compañeros de promoción y el grupo tan increíble que se formó y que tanto nos hemos ayudado en los años siguientes.

2. Calidez humana, gran persona, dispuesta siempre a ayudar y referente personal y profesional.

3. Recuerdo mucho su tutelaje incondicional, su cariño y el de toda su familia y las charlas que manteníamos en el Landa cuando pasaba por Burgos. Personalmente, venía de un perfil completamente técnico, alejado de lo jurídico, y sin sus enseñanzas, apoyo permanente y colaboración profesional en los años siguientes no habría podido desarrollar mi carrera como responsable de Seguridad y Protección de Datos en grupo Caja de Burgos hasta mi jubilación ni haber colaborado en la génesis del Máster MAC-TIC en la Universidad de Burgos. Además de aprender una materia que estaba casi «naciendo» en España en aquellos años, nos permitió colaborar en poner nuestro granito de arena en su desarrollo futuro

1. Fui alumno suyo en una jornada sobre Derecho y Nuevas Tecnologías en ICADE a finales de los 90, ya entonces era considerado un experto en la materia, colaborador de Aranzadi y un buen profesor que conseguía que se entendiese lo que, entonces, era una disciplina incipiente, por un auditorio con muchos menos conocimientos informáticos de los que ahora se tiene y para el que lo expuesto por el profesor Davara tenía un componente de Ciencia Ficción, cuando era ya una realidad sobre la que nos quería abrir los ojos.

3. En una comida con directivos de Thomson a la que se le invitó para que entendiesen mejor el impacto de la protección de datos, a la hora de pagar con la tarjeta que, entonces se llevaba el camarero y luego volvía, el profesor Davara le dijo al director que se hacía cargo de la comida: — Te han podido duplicar la tarjeta en estos momentos que has dejado de verla. Lo que resultó una buena y práctica lección para todos los presentes.

3. Cuando me fui del despacho y se despidió diciéndome que lo entendía y que le daba pena porque contaba conmigo.

1.Mi primer contacto profesional con el Prof. Davara fue en un seminario sobre protección de datos organizado por D. Emilio del Peso al que asistí a finales de los años 90. A partir de ese momento, se inició su larga colaboración profesional de asesoramiento con la empresa en la que prestaba mis servicios la ONCE. Desde ese momento el Prof. Davara se convirtió en mi referente y con quien he tenido la inmensa suerte de formarme durante el tiempo que ha durado mi vida profesional dedicada a la protección de datos.

Pero en un momento de nuestra larga relación profesional, descubrí que al Prof. Davara yo ya le había conocido muchos años antes en el Real Colegio Universitario «María Cristina» (donde también trabajé hasta el año 1991 y donde también cursé mis estudios de Derecho) a través de nuestro recordado y común amigo Javier Miguélez. Pero después de tantos años transcurridos, no había relacionado esos dos momentos con una misma persona. El devenir de la vida nos hizo coincidir tanto tiempo después.

2. Al margen de su incuestionable profesionalidad, de la que no hay palabras suficientes para hacer una glosa en un breve espacio, yo prefiero destacar su gran calidad humana, ese carácter afable que siempre presenta cuando trata a sus alumnos y clientes y su vocación de enseñanza, que le hace tener esa infinita paciencia a la hora de impartir sus conocimientos a sus alumnos.

3. Han sido muchos los momentos vividos con el Prof. Davara a lo largo de todos estos años, pero teniendo que elegir, yo me quedo con los momentos compartidos en el curso de Comercio Electrónico impartido en el Real Colegio Universitario «María Cristina», pues esos meses fueron realmente importantes, no solo por la formación obtenida, sino también porque en aquellos descansos de media mañana compartimos con él todo el grupo asistente muchas vivencias personales, que fueron casi tan importantes como el conocimiento académico adquirido en su exposición del temario.

1. Fui alumna del Profesor Davara en ICADE de informática jurídica. Mi primer contacto fue allí como alumna.

3. Cuando dijo que se vendían más ordenadores que aspirinas… Él mismo lo había comprado. O que el primer ordenador ocupaba el mismo espacio que el aula en el que estábamos.

En la actualidad me estoy dedicando a la investigación y docencia dentro del ámbito de la tecnología y el Derecho y suelo poner como ejemplo de visión el hecho de que, ya en los años 80 del siglo XX, se explicara Informática jurídica en ICADE. Ningún alumno habíamos visto un ordenador digno de tal nombre y no sabíamos muy bien ni de qué hablábamos, pero nos sirvió enormemente para prepararnos para lo que venía.

Como si viniera del futuro nos explicaba cosas que iban a ocurrir y como enfrentarnos a ellas como juristas.

Más allá de la tecnología, del Derecho, de la Ingeniería, de la docencia sobre Protección de datos… Miguel Ángel es una persona que te llega como persona. Valora la amistad y siempre ve en los demás a la persona que hay. Como diría Montaigne sabe diferencia la piel de la camisa y por eso valora a las personas.

Como si le horripilara vivir teniendo disputas o problemas con otros, siempre busca resolverlos de la mejor manera.

3. Recuerdo la tremenda emoción que tuvo Miguel Ángel cuando en la cena de la facultad de ICADE le hicimos un pequeño pero sentido homenaje y nos dirigió unas palabras. Ver a alguien como el Prof. Davara, con su dilatadísima trayectoria y habiendo obtenido todo tipo de reconocimientos ya, emocionarse por algo tan sencillo y hondo como el aplauso de los colegas de toda una vida, nos impactó a todos los que participamos.

Solo quiero decir, más allá de las 3 preguntas: ¡¡¡Gracias Miguel Ángel!!!

1. La verdad es que no recuerdo si fue primero por asistir como alumno a alguna JAC de aquel tiempo o por la colaboración que tuvimos el honor de compartir con él a través del antiguo portal de contenidos jurídicos que fue datadiar.com en relación a un curso de LOPD de aquella época. En todo caso fue como digo un honor y muy buena experiencia.

3. Aquello fue hace casi 15 años, así que más que algo anecdótico recuerdo siempre una disposición excelente y la sabiduría que compartía. Desde luego conservo el recuerdo de una muy buena experiencia, de compartir y de aprender por mi parte.

1. Mi primer contacto fue en la Universidad de Burgos, donde tuve la suerte de entrar, desde la lista de espera, al Título Propio «Máster en Asesoría y Consultoría de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones» – MAC TIC.

3. Tengo muy buenos recuerdos, pero de llevar especialmente en mente: su explicación del artículo 3 de la Derogada Ley 59/2003. Esa frase tan corta del apartado 1 y con tanto contenido como él vino a descubrirnos; su facilidad para enseñar el estudio de la normativa. Y el que me dijo que iba a hacer temblar el edificio en la exposición de mi proyecto.

3. Fue el presidente de mi tribunal de tesis doctoral, en Barcelona en 1997. Guardo muy buen recuerdo suyo y aprecio mucho su obra y su magisterio.

Subdirector de infraestructuras & TIC, Departamento de Organización de Empresas – Universidad Politécnica de Valencia

1. Si no recuerdo mal, fue en los encuentros del año 97. Yo desde el público, con los ojos y los oídos bien abiertos. No recuerdo si fue en las del 98 o 99, también con una comunicación.

3. La accidentada subida al estrado de Emilio del Peso en uno de los encuentros, a Emilio ya lo conocía por unas charlas que dio en Valencia, pero en ese momento estaba con, si no recuerdo mal, un ataque de gota que le hacía permanecer con el pie en alto y moverse dificultosamente. Casi acaba Emilio, el profesor Davara y alguien más rodando por el suelo.

1. Mi primer contacto fue una llamada de teléfono que me hizo cuando me había inscrito a un curso suyo, me sorprendió mucho que me llamara directamente, que fuera tan cercano y se pusiera a mi disposición cuando no me conocía para nada.

Después lo conocí personalmente, en una sesión de preguntas que hacía en su despacho de la Calle Sor Ángela, solamente estuvimos dos personas en la sesión y como yo llevaba preguntas me pude permitir hacerle todas las preguntas y aprendí mucho en esa tarde.

Llegado un determinado momento, cuando terminó la sesión, nos despidió y nos comentó que tenía previsto asistir a un partido de futbol de su club preferido, el Real Madrid.

2. Para responder a esta pregunta, me voy a permitir indicar más de una palabra: Conocimiento, mucho conocimiento, también cercanía, interés por sus alumnos, disponibilidad para atendernos y para favorecer nuestra carrera profesional.

3. Siempre recuerdo una analogía que hacía entre la protección de datos y la circulación por la Castellana, decía algo así como que es obligatorio circular a 50Km por hora, pero que nadie lo hacía, y con la normativa de protección de datos pasaba lo mismo, en relación con el cumplimiento de las obligaciones derivadas de la misma, esto era con la Ley Orgánica 15/1999.

También recuerdo su paciencia reconduciendo los JAC en el Escorial cuando se daban largas intervenciones de otros compañeros que tenían mucho conocimiento y él intentaba cumplir con su objetivo para los que no teníamos tanta profundidad en la materia. Por no hablar de que yo llevaba la maleta vacía para poder meter tanta documentación que nos entregaba.

Catedrático. Departamento de Derecho Civil. Facultad de Derecho. Universidad de Granada

1. Mi primer contacto con el Dr. Davara fue en un Congreso Internacional de Informática y Derecho celebrado en Mérida en la década de los ochenta y en el que pude escuchar una interesante ponencia que dictó y trabé amistad con él. A partir de ese momento puede asistir e intervenir en sus actividades docentes en el ICADE de Madrid y nos veíamos con cierta asiduidad.

2. Es difícil fijar mi impresión personal con pocas palabras: avanzado a su tiempo en su campo de investigación y docencia, claro en sus ideas y exposiciones y mentalidad de aplicación práctica de sus conocimientos. Hoy tales materias están muy extendidas a nivel investigador, docente y en el foro, pero en aquellos momentos no era así.

3. Indiscutiblemente para mí los más recordado fue el de la publicación de la 1.ª edición de su Manual de Derecho de la Informátic a, que facilitó la creación de asignaturas en muchas universidades y aportó un estudio pormenorizado de sus contenidos y en el plano personal, sus clases amenas e interesantes y el respeto, admiración y cariño que le profesaban sus colegas y, desde luego, sus estudiantes por quienes se preocupaba incluso una vez graduados, ya que seguía en contacto con ellos y algunos me lo hacían constar en distintas ocasiones. La brevedad obliga a concentrarse

Profesor Titular de Derecho internacional privado en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante)

1. Recuerdo haberle escuchado en Madrid, en varias conferencias, seminarios, charlas organizadas por el Instituto Informática Jurídica de ICADE, que él puso en marcha allá en 1988 o por el ICAM; y después cuando empecé a trabajar en mi tesis doctoral sobre las Transferencias internacionales de datos personales ilícitas, en mis sucesivas estancias en la Agencia Española de Protección de Datos (en dos ocasiones), en la Agencia de Protección de datos Madrileña o en la Agencia de Protección de datos de Cataluña, consultar sus fondos bibliográficos y encontrar infinidad de trabajos publicados por aquel profesor al que había escuchado y que me había «enganchado» en eso de la protección de datos: su Manual de Protección de Datos para Abogados (2006), los Anuarios de Derecho de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) publicados por la Fundación VODAFONE, Madrid, 2006; sus Guías prácticas publicadas por CIRSA, y, por supuesto, su Manual de Derecho Informático , publicado por Aranzadi.

2. Pionero, precursor, referente, Maestro son palabras que me vienen a la mente cuando pienso en Miguel Ángel Davara Rodríguez. Una persona visionaria que a finales de los años 80 ya hablaba de informática jurídica, de Derecho informático. Siempre lo he considerado un pionero, un maestro en protección de datos, cuando nadie hablaba del tema o cuando querías saber del tema tenías que leer al Profesor Davara.

3. El Profesor Davara ha sido muy prolijo a la hora de publicar. Y una característica de sus trabajos siempre ha sido su practicidad en sus trabajos. Seguía un esquema problema-solución-opinión; porque, eso sí, siempre «se mojaba». Recuerdo especialmente uno de sus trabajos, al que he recurrido mil veces a la hora de prepararme clases, conferencias o de asesorar a empresas: su Guía práctica de protección de datos para las pymes. Lo que debe saber el gestor de una PYME sobre Protección de Datos , publicada por la editorial CIRSA, en 2002. Después, cuando eso de la empresa en la Red empezaba a hacerse realidad, ¿quién no ha recurrido a la Guía práctica de comercio electrónico para las pymes. ¿Qué debe saber un gestor de una PYME sobre comercio electrónico? , publicada también por CIRSA, en 2003. Y en lo que a mi Tesis doctoral se refirió, se convirtieron para mí en auténticos «escritos de cabecera»: La protección de datos en Europa: principios, derechos y procedimiento , publicado por la Universidad Pontificia de Comillas, en 1998 y su trabajo sobre «La Transferencia Internacional de Datos», publicado en el primero número de la Revista española de Protección de Datos .

1. Mi primer contacto con Miguel Ángel fue hace ya unos cuantos años, trabajando yo en AXA y siendo Davara&Davara quién les hacía las auditorías. Teníamos un proyecto nuevo con impacto en datos y fuimos a su despacho. Ese fue el primer momento que conocí a Miguel Ángel, a Elena y a Laura.

2. Creo que no seré el único que lo comente, pero para mí, es informática, derecho e informática.

3. Tengo un bonito recuerdo y es que creo que tanto el Profesor Davara como sus hijas Elena y Laura fueron de los primeros en conocer que la Lenteja iba a ser un niño, dado que fuimos a la ecografía justo antes de que entrara yo a clase un viernes tarde del Máster.

Ex Investigador Titular de Organismos Públicos de Investigación, ex Consejero Técnico del Tribunal Supremo, ex Miembro de Servicio de Doctrina Constitucional del Tribunal Constitucional. Ahora Jubilado

1. En 1987, durante el primer Encuentro de Informática y Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas.

3. De los cientos de gratos momentos recuerdo con especial emoción aquellas tertulias en las que nos hablaba de su mujer y sus hijos/as.

1. El primer contacto es a través de los libros y de la mención de expertos en la materia. Y después el primer contacto real que se da como alumna asistiendo a unas clases los viernes en Madrid, un auténtico placer, un gustazo. En esas clases estaban él y sus hijas Laura y Elena, hace un montón de años. Eran unas clases absolutamente personalizadas, con una implicación y un cariño muy grandes y con un derroche de conocimientos, de lujo, en un entorno tan reducido y tan especial como eran esas clases.

2. Fuente inagotable de conocimientos. Esa palabra que primero me sale es Maestro, profesor. Y después: cercanía, humanidad, implicación, pasión por sus alumnos. ¡Cómo nos decía ¿puedo utilizar la referencia de que has sido mi alumna?! Y yo pensaba: «Por Dios, ¡puedo utilizar yo la referencia de la especial situación de haber sido la alumna yo!».

3. Como anécdotas recuerdo los descansos de esas clases en las que se traslucía el amor a la familia y la cercanía. Contaba sus anécdotas, íbamos a casos concretos, hablábamos de otros alumnos. Y, por supuesto, esa disponibilidad en las jornadas de actualización de conocimientos diciéndonos «¿cómo lo ves?, ¿qué hacemos?» Y alguna vez que hemos hecho esa aportación, nos decía «Pues esto lo hemos montado porque a Silvia o al otro me han dicho… ». Esa humildad con todo lo que suponía, esa generosidad en difundir todos los conocimientos que no solo se transmite en unos libros de cabecera sino en un trato absolutamente único. Y no puedo dejar de decir que Laura y Elena son dignas seguidoras del trabajo iniciado por su padre y esa huella de la familia Davara quedará siempre.

1. Tuve la suerte de conocer al profesor Davara, primero a nivel personaly familiar, gracias a mis padres. A nivel personal es una persona inteligente,siempre tiene una palabra amable para todos, es cercana y dispuesta a escuchary a discutir diferentes puntos de vista.

3. En una de mis primeras ponencias que hice siendo estudiante de suMáster me daba mucho miedo no estar a la altura de lo que él esperaba demí. Él me dijo, no tienes que esperar nada de mí, tienes que esperarlo de ti.

Doctor en Derecho. Profesor Asociado TP de Derecho Administrativo (acreditado Contratado Doctor) en la Universidad de Extremadura y Ex-Secretario General de la Subdelegación del Gobierno en Cáceres

1. El primer contacto con el Prof. Davara se produjo con la lectura de sus estudios doctrinales al terminar mis cursos de Doctorado en la Universidad de Extremadura. A la finalización de unos de esos cursos de doctorado tuve ya ocasión de mostrar mi interés por la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos personales (LOPD) que vino a suceder a la derogada LORTAD. Desde ese mismo momento, las lecturas de sus trabajos doctrinales consiguieron despertar en mi un inusitado interés por la materia de la protección de datos personales y las nuevas tecnologías que me llevaron a publicar no pocos estudios en la materia desde un punto de vista del derecho europeo.

2. El contacto mantenido a lo largo de los años con el Prof. Davara, con mayor o menor intensidad, ha permitido mostrar no solo su evidente y notoria profesionalidad y buen hacer, sino también resaltar un rasgo que me parece fundamental en las personas, y ese cualidad no es otra que su palmaria bonhomía, esto es, su bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento. Esa bonhomía que ha sabido inculcar, a cincel, en sus hijas con las que en la actualidad mantengo también un excelente trato y una estrecha colaboración profesional que espero y deseo que se mantenga perdurable en el tiempo.

3. Destino a casualidad, no deja de ser curioso que personalmente nos conocimos en la Ciudad de Panamá (Panamá) durante la celebración del «XI Congreso Iberoamericano de Derecho e Informática» organizado por la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Derecho e Informática (FIADI) en el año 2006. En dicho Congreso presenté una Comunicación relativa a «El Convenio n.o 185 del Consejo de Europa sobre Cibercriminalidad». El entonces Presidente de FIADI, el extremeño Valentín Carrascosa López, fue el encargado de hacer las presentaciones, ya que íbamos acompañados de nuestras mujeres, y yo tenía un gran interés en conocer personalmente a ese autor y profesional especializado en protección de datos personales del que había leído y citado sus trabajos doctrinales. Es así que durante el transcurso del Congreso se fraguó una amistad que luego se mostraría perdurable en el tiempo, y no solo profesionalmente, ya que nuestras respectivas mujeres sirvieron de inestimable ayuda para anudar ese vínculo profesional y personal.

De este modo, fruto de ese contacto profesional y personal en Ciudad de Panamá, a nuestra llegada a España me brindó la posibilidad de publicar el estudio «El Convenio n.o 185 del Consejo de Europa sobre cibercriminalidad (7) ».

1. Le conocí en ICADE donde era profesor y desde el primer momento me fascinó su currículum y trayectoria.

2. Me parecía que había sido un visionario y echando la vista atrás no me cabe ninguna duda de que así fue.

3. Consiguió captar mi interés y, de hecho, durante los primeros años de mi carrera estuve relacionada con el asesoramiento en temas de protección de datos y TMT siguiendo muy de cerca sus publicaciones. Le recuerdo con cariño y admiración.

Docente de grado y posgrado – Universidad Continental. Abogado & Sociólogo en ejercicio

1. En el año 2003 se me encargó la elaboración de la trilogía de Derecho Informático del Dr. Juan José Blossiers Hüme (Lima-Perú), e investigando encontré el Manual de Derecho Informático del Dr. Miguel Ángel Davara Rodríguez, tercera edición por la editorial Aranzadi (2001). Fue mi primer contacto académico doctrinario que me permitió introducirme en el tema de investigación, su fácil lectura y temática innovadora fue lo que me motivó a dedicarme a la especialización en Derecho Informático, el cual lo cultivo casi ya veinte años.

2. Un término que él aborda y aclara al indicar que el vocablo Derecho Informático ha caído en la obsolescencia y que ahora se debe referirse al Derecho de las Tecnologías de la información y las comunicaciones, fue una visionaria alocución que hoy por hoy tiene una vigencia sorprendente (2022).

3. Una anécdota que se discutía en las sesiones del estudio jurídico en la revisión de los capítulos del libro derecho Informático que estamos elaborando (2003), radicaba que el Dr. Davara Rodríguez, era muy exhaustivo en las notas de pie de página, auxiliando al lector si no entendía en el texto algún contenido o explicación, entonces decidimos seguir ese estilo muy pertinente y recomendable.

Vocal Asesora de la Subdirección General de Recursos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana

1. Conocí al Profesor Davara en 1999 con motivo de encuentros y actos de la Agencia de Protección de Datos, en la que yo era la Secretaria General y él era un experto avanzado y pionero en materia de privacidad y nuevas tecnologías.

2. Maestro, pero me quedaría corta, debería añadir inteligente, afable, colaborador, sabio.

3. Recuerdo con mucho cariño nuestras reuniones de los martes en el Congreso de los Diputados en las sesiones que dedicábamos a las tareas de elaboración de la nueva Ley de Protección de Datos, que culminaron con la aprobación de la Ley 15/1999. El profesor Davara las dirigía con solvencia y sacaba lo mejor de los que participábamos en ellas. Aprendí mucho, no sólo de protección de datos sino del liderazgo y de la vida.

1. Conocí a Miguel Ángel en la empresa en la que trabajaba, por una auditoría externa que contratamos. No solo recuerdo cuando apareció en la oficina junto a su hija Elena y nos dio una explicación magistral sobre una cuestión relativa a la consideración de encargado del tratamiento en un aspecto determinado del ámbito asegurador. Recuerdo también la comida que tuvimos al terminar la jornada matutina, en la que pudimos conocer más a la persona que al profesional. Después de tener más contacto con él pudimos comprobar que, a pesar de que era el mejor profesional, era aún mejor persona.

2. Es difícil asociar a Miguel Ángel a una sola palabra, hay tantas que le definen… humildad, honestidad, profesionalidad, sencillez y tantas otras, pero, si tuviera que quedarme con una diría ejemplo.

3. Precisamente recuerdo mucho el momento en el que le conocí y también cuando estudié el Máster en Asesoría y Consultoría en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en el que tuve la inmensa suerte de que recibir clases personalizadas, siendo el único alumno que estaba presente y para mí era un auténtico lujo.

Aunque, por qué no decirlo, aunque no forme parte del ámbito profesional sino del personal. Es un gran madridista, algo que comparto con él, por eso recuerdo mucho su optimismo después de haber cosechado algún resultado desfavorable, siempre tiene una visión positiva de cara al futuro, «verás cómo ganaremos» … y se cumple.

3. Recuerdo siempre poder hablar con él de forma distendida y muy agradable, siempre he podido aprender algo de las conversaciones que de vez en cuando teníamos, se ha ganado el cariño y respeto de los que tuvimos el honor de tratar con él.

1. El primer contacto que tuve fue en dicho curso en El Escorial. Ciertamente, tenía excelentes referencias de él a través de Pedro López.

3. Tengo muy mala memoria, pero guardo un grato recuerdo de él, principalmente por la pasión, su gran conocimiento de la materia y el enorme interés que nos demostraba cada sábado durante las clases. Siempre he creído que es la persona que más sabe de Protección de Datos de España, así de sencillo.

Abogado senior IDAE (Ministerio Transición Ecológica) y profesor colaborador asociado Derecho UE Universidad Pontificia Comillas de Madrid

1. Como mi profesor de informática jurídica cuando cursaba la licenciatura en Derecho y relaciones internacionales (E.1) en 2005.

3. Sus explicaciones en clase, su libro novedoso para aquellos años y su cercanía humana.

1. El primer contacto fue cuando me reuní con el profesor Davara en su despacho de ICADE para informarme del Máster en Derecho de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que iba a organizar. Era la primera promoción.

3. El momento que más recuerdo fue en la finalización del Máster. Los alumnos del Máster organizamos y participamos en una mesa redonda en los encuentros de derecho e informática que se organizaban en ICADE. Fue una gran responsabilidad que recién licenciados en derecho y graduados en el Máster participáramos en unos encuentros con grandes profesionales en la materia. También recuerdo la caña que nos metió durante el Máster. Todo ha merecido la pena y le estoy muy agradecido.

1. A través de mi padre, Emilio del Peso Navarro, con el que compartió, además de una gran amistad, el lujo de ser pioneros en una materia tan interesante como es la protección de datos de carácter personal, y que, tal y como ellos supieron ver, ha demostrado tener una proyección cada vez más amplia y transversal.

3. Recuerdo con especial cariño los seminarios que organizaba IEE junto con SYNSTAR centrados en temas de privacidad, contratación electrónica, ciberespacio, protección de datos… , desde los primeros años de la década de los 2000, a los que tuve la suerte de asistir desde la posición privilegiada de la organización junto a Emilio del Peso y Miguel Ángel Ramos y en los que Miguel Ángel Davara era asiduo ponente. Junto con representantes de las autoridades de control de protección de datos, del mundo empresarial, universidades, magistratura, abogacía y compartiendo experiencias con profesionales del sector público y privado, se iba abriendo un camino impulsado en ese momento por la LOPD que aún hoy se sigue trazando al compás de la innovación y los avances tecnológicos.

1. Mi primer contacto con él fue en los Encuentros sobre Informática y Derecho del Instituto de Informática Jurídica de la Universidad Pontifica Comillas (ICADE) en Madrid en 1997.

2. «Maestro», en varios sentidos: por su perfección a la hora de impartir enseñanzas y por su mérito más que relevante entre los pioneros en Informática y Derecho.

3. Recuerdo siempre la paciencia con la que explicaba y que a veces tenía que repetir conceptos que en su momento resultaban totalmente desconocidos.

Catedrático de Derecho Administrativo y Director de la Agencia Española de Protección de Datos 2002-2007

1. La verdad es que no podría precisar con exactitud cuándo tuvo lugar el primer contacto con Miguel Ángel, pero sí recuerdo muy bien que fue apenas unas semanas después de mi nombramiento como Director de la Agencia, a finales de 2002. Hace ya, por tanto, la friolera de casi 20 años.

En cualquier caso, sí recuerdo que fue en la antigua sede de la Agencia, en la Calle Sagasta, 22. Y debo decir que ya desde que comencé mi mandato el nombre de Miguel Ángel Davara era bien conocido, por su pionero conocimiento del derecho a la protección de datos, y por ser entonces, ya, una de las máximas y más relevantes referencias en la materia. Sí recuerdo bien que, por supuesto, conocía previamente la obra de Miguel Ángel Davara, que era y es de lectura obligada para comprender del derecho a la protección de datos, entonces mucho menos conocido y valorado que ahora. Me llamaba la atención que alguien se dedicase con tal intensidad a un derecho entonces nuevo (apenas hacía dos años de las Sentencias Constitucionales 290 y 292/2000) y que lo hiciese cubriendo una laguna doctrinal y práctica que salvo notables excepciones no había sido apenas tratada. Miguel Ángel, en ese primer encuentro, me invitó a dar una conferencia en ICADE, donde él impartía clases. Una conferencia en la que tendría la ocasión de exponer mi visión de la protección de datos, y podría hacerlo en un ambiente académico. Recuerdo el vistoso salón de Alberto Aguilera lleno de estudiantes convocados por Miguel Ángel, que había conseguido inculcarles el interés por la protección de datos. Desde entonces coincidimos en numerosas ocasiones y seguí leyendo lo que el Prof. Davara escribía, que continuaba y continúa siendo de consulta obligada.

2. Sería más de una palabra: profesional-pionero de la protección de datos. Lo que asociaría a Miguel Ángel Davara es un concepto: protección de datos. Como antes he señalado, la protección de datos en España no se explica sin su aportación. Son innumerables las empresas y entidades del sector público que han descubierto la protección de datos de la mano de Miguel Ángel.

3. Son muchos los momentos que recuerdo. Recuerdo en particular una ocasión en que ambos participábamos en unas conferencias sobre protección de datos. Yo hablaba tras él y llegué un poco antes de que terminase. De modo que quise entrar y quedarme al final de la sala para escucharle, seguro de que iba a aportarme nuevos conocimientos. Una de sus consideraciones, que expuso sin ser consciente de que estaba entre sus oyentes, fue algo crítica con la aplicación del régimen sancionador por parte de la Agencia, que consideraba demasiado rigurosa, lo que incluía la actitud de mi persona como Director de la Agencia. Al terminar y acercarme no pudo evitar cierta sorpresa por verme y descubrir que le había estado atendiendo sin él saberlo. Cuando me acerqué al estrado nos cruzamos dos sinceras sonrisas y estuvimos charlando, antes de mi intervención, acerca de lo difícil, por no decir imposible, que era (y es, me atrevo a decir) cumplir plenamente con la legislación de protección de datos. Pero anécdotas aparte, quiero de nuevo reiterar el compromiso de Miguel Ángel Davara con la protección de datos. Es decir, con un derecho esencial en una democracia moderna, en la que personas como el Profesor Davara son imprescindibles, pues van marcando las líneas de la evolución futura del derecho. Y con una visión interdisciplinar cuya importancia hoy no nos cansamos de resaltar, que se da en Miguel Ángel Davara.

1. Fue mi profesor en el año 2006 cuando estaba en Segundo de derecho en ICADE.

3. Nunca olvidaré su anécdota en la Telefónica, en Barcelona, un fin de año, en el que, cuando llegó descubrió que los empleados de allí le tenían «pinchado» el teléfono a una artista muy famosa y tuvo que poner orden.

Secretario Regional de Escuelas Católicas de Madrid y Director de su Departamento Jurídico. Abogado

1. Conocí a Miguel Ángel en el año 2000. Se acababa de publicar la Ley 15/1999, que suponía un cambio muy importante respecto de la LORTAD, con implicaciones y derivadas muy importantes para los centros educativos. Durante el 2000, Escuelas Católicas mantuvo reuniones con la AEPD a la que trasladamos distintas consultas porque, como le dijo nuestro Secretario General entonces, D. Ángel Astorgano, al Director de la AEPD, «nos encontramos entre la espada y la espada». Se refería al problema entre la obligación impuesta por las administraciones educativas de aportar listados nominales de alumnos con datos de salud o de etnia para que los centros tuvieran las dotaciones de profesorado para atenderlos y la ausencia de cobertura legal para realizar dichas cesiones. El 4 de diciembre de 2000 celebramos en Escuelas Católicas una jornada monográfica sobre protección de datos en la que participaron el Director de la AEPD, D. Juan Manuel Fernández López, el Director del Departamento Jurídico de British Telecom, D. Gonzalo Jiménez, la Directora del Registro de la AEPD, D.ª Carmen Martínez, y el profesor D. Miguel Ángel Davara, en aquel entonces Director del Instituto de informática jurídica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Comillas.

Contacté con Miguel Ángel para aquella jornada y en el año 2001 me matriculé en el Curso de Especialista Universitario en protección de datos que desarrollaba el profesor Davara en el Real Colegio Universitario El Escorial — María Cristina. En el curso fue donde entablé una relación más directa con Miguel Ángel y se inició su relación con Escuelas Católicas durante muchos años, con su participación en cursos y jornadas, la sección TIC de la revista de Escuelas Católicas, el acuerdo de colaboración con su despacho y su disponibilidad siempre para consultarle las dudas que nos iban surgiendo en el asesoramiento a los colegios.

2. La primera palabra sería «pionero» que, tal y como lo define la RAE, es aquel que realiza los primeros descubrimientos o los primeros trabajos en una actividad determinada. Miguel Ángel ha sido un precursor y un adelantado a su tiempo. Desde su conocimiento técnico y jurídico, abordó una nueva realidad que estaba tímidamente apuntada en el artículo 18.4 de la Constitución hasta llegar a definirse con el tiempo un nuevo derecho constitucional. En ese tránsito, Miguel Ángel jugó un papel fundamental. Fue y es referente para muchas personas que se han dedicado a esta materia tanto en responsabilidades de regulación como en el ámbito privado. La segunda palabra sería «disponibilidad», que implica bondad y generosidad, la que siempre me ha mostrado en su trato personal y a nuestra organización. Me consta el cariño que le tiene a la escuela católica desde sus convicciones personales.

3. Recuerdo una reunión de toda la asesoría jurídica de Escuelas Católicas en la que participaban los compañeros de todas las autonomías, a la que invitamos a Miguel Ángel para hablarnos de protección de datos. Tras un momento de exposición soltó la bomba. «La LOPD es imposible de cumplir en toda su extensión». Al vernos con los pelos como escarpias, continuó diciendo que en protección de datos es fundamental evaluar los riesgos y tomar decisiones. Y nos puso el ejemplo del tráfico. Vas por la carretera, sabes el límite de velocidad, sabes que hay radares fijos y móviles, conoces las sanciones del reglamento de tráfico y conoces las circunstancias que rodean el trayecto. En función de todas las variables decides si en un momento determinado rebasas el límite de velocidad. Lo que no puedes hacer es desconocer cuál es límite de velocidad porque entonces irás a 180 km/h pensando que no pasa nada y te estrellas. Pues en protección de datos pasaría una cosa parecida. Aquel ejemplo tranquilizó en cierta medida al auditorio. Y es un ejemplo que he utilizado en muchas ocasiones cuando he tenido que desarrollar cursos o dar orientaciones a nuestros centros.

Jurista experta en colegios profesionales y profesiones técnicas. Directora del Área Jurídica del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña desde 1991 a 2019

1. No recuerdo exactamente el año, pero fue en la primera mitad de los ’90 del pasado siglo, cuando como letrada de una corporación de derecho público iba de cabeza intentando entender a los informáticos de la casa y encontrar un lenguaje común que nos permitiera a todos cumplir con la novísima LORTAD. El Profesor Davara vino como ponente a una de las recién nacidas Jornadas de Abogacía e Informática que se celebraban en el Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) y desde entonces procuré seguir sus publicaciones y asistir a las jornadas anuales que organizaba en ICADE, de las que invariablemente volvía con la cabeza llena de nuevos conocimientos y nuevos campos por explorar.

2. Claridad. Al contrario de muchos ponentes en otras materias legales, y quizá porque la suya estaba tan vinculada a la lógica, el Profesor Davara no andaba con rodeos, prolegómenos o cadenas de oraciones subordinadas y modos verbales retorcidos, y por eso sus escritos y sus conferencias son realmente magistrales: nada distrae del tema principal, nada queda sin ser analizado y aclarado, el estudiante no puede aburrirse porque todo es esencial.

3. No recuerdo ninguna anécdota, pero sí el asombro y la ilusión que en una de las Jornadas ICADE me produjo oír hablar de los primeros experimentos del CSIC con el Time Stamping. Volví a Barcelona fantaseando con un registro automatizado de documentos que… Pero eso es otra historia. El caso es que, sin ese y otros conocimientos que adquirí gracias al Profesor Davara, no hubiera podido contribuir al impulso de la digitalización progresiva —y respetuosa con la ley— de la institución para la que he trabajado 30 años.

1. Mi primer contacto con Miguel Ángel Davara fue en la universidad Carlos III cuando cursábamos la asignatura de libre elección, Informática jurídica año… creo que fue el 1994, buff cuánto tiempo… Junto con mi tío José María Álvarez Cienfuegos fueron los dos profesores que me hicieron enamorarme del entonces Derecho Informático. Recuerdo que la asignatura la impartía María Nieves de la Serna, y recuerdo siempre las clases de Miguel Ángel y José María estábamos todos esperándolas. Esa asignatura saqué un 10, y creo recordar que compré el libro de Miguel Ángel, ya no recuerdo su nombre, pero me lo leí de cabo a rabo. Se puede decir que gracias a Miguel Ángel Davara orienté mi carrera hacia el derecho Informático, ahora Derecho Digital. Actualmente soy socio director de un Despacho de abogados DPO&ITlaw, S.L. y ocupo el puesto de Chief Legal Officer del Proveedor de servicios de Cambio y Custodio de Criptomonedas (Bit2me.com ). Sin Miguel Ángel Davara esto no habría sido posible.

2. Precursor de la Protección de Datos. Incansable amor por el Derecho informático y la protección de datos. Durante un tiempo les llamábamos los viejos dinosaurios de la Protección de datos (José María y Miguel Ángel), los nuevos eran José María Anguiano (despacho en el que me formé desde el año 1997/1999) y Xavier Ribas. Ellos, sin embargo, fueron los verdaderos precursores del Derecho Informático, los que nos metieron este gusanillo por entender la informática para aplicar el derecho. Sobre todo era un gran comunicador y en materia de protección de datos siempre fue nuestro referente a seguir. De los primeros que lidiaba con la Agencia Española de Protección de Datos y que, a través de su despacho, inició el área de la protección de datos en España.

3. Las clases que impartía. Miguel Ángel era cercano y a la vez desprendía seguridad y profesionalidad, daba gusto asistir a sus clases porque enseñaba con ejemplos, y con cierta chulería (me encantaba, no se mordía nunca la lengua) y exponía muy bien, fuéramos alumnos o fuéramos profesionales, él siempre se vaciaba y lo daba todo. Hace tanto tiempo que no tengo ninguna anécdota, pero siempre le recordaré junto a mi tío José María Álvarez Cienfuegos, ya difunto, impartiendo clases en la Universidad Carlos III. Para mí es una de las principales personas gracias a las que, por sus clases y amor por el Derecho Informático, he conseguido ser quién soy en la actualidad. Por tanto, agradecimiento infinito para Miguel Ángel y su labor.

1. Primer contacto a mediados de la década de 2000 para solicitar su ayuda en un Máster sobre de derecho tecnológico en la UAH.

3. Recuerdo especialmente su capacidad y visión. También su disposición a abrirse a nuevos proyectos. Para mí, encarna a la perfección la figura del emprendedor.

1. Le conocí en un curso sobre contratación IT. ¡Fascinante el curso! :) Fue el primer contacto que tuve con los contratos de tecnología y me encantó la materia gracias a todo lo que me supo transmitir en ese curso.

3. Siempre recuerdo el momento en el que nos explicó, desde un punto de vista técnico, como se transmitía la información (a través de 0 y 1).

1. El primer contacto que tuve con el Prof. Davara fue a finales de los 80 en una conferencia en la que coincidimos como ponentes.

2. Las palabras que asociaría con el Prof. Davara son: conocimiento, experiencia, maestro y claridad.

3. Lo que más recuerdo de él es el ejemplo que siempre utilizada para explicar el valor convencional que se le da a los activos transaccionales. Se refería siempre a las latas de sardinas que se utilizaban en los trueques durante la guerra civil y que, después de tanto trueque, ya nadie podía asegurar si estaban en buen estado, pero seguían utilizándose como moneda de cambio.

1. Davara era director y profesor del Máster de derecho y nuevas tecnologías de ICADE en el año 2000 y yo participé como alumno.

2. Pionero. Un ingeniero, catedrático en derecho y especializado en privacidad no es lo normal…

3. En mitad del curso soltó una frase marcial del estilo «para que un carro de combate salga del barro a veces hay que prescindir del soldado que entorpece la maniobra» o algo así… A partir de ahí todos los alumnos nos pusimos las pilas!

1. Conocí al profesor Davara en el año 2009, en la asignatura de Informática Jurídica de mi segundo año de carrera en la Universidad Pontificia Comillas (ICADE).

2. Dominio de la materia, capacidad de atraer atención de los alumnos, buen humor y familiar.

3. Recuerdo que fue un auténtico honor recibir clases de una persona con tanto dominio de la materia, siendo capaz de atraer nuestra atención y hacer que cada clase pasara en un suspiro. Recuerdo además especialmente su buen humor y la forma en la que nos explicaba todo de manera que fuera fácil entenderlo, así como sus constantes menciones a su familia, a la que se notaba adoraba. Me siento orgullosa de poder decir que saqué un sobresaliente en su clase. No puedo más que darle las gracias por su tiempo y dedicación, ojalá todos los profesores supieran transmitir como él lo hacía.

1. Mi primer contacto con Miguel Ángel Davara tuvo lugar a principios del año 1999, fecha en la que yo estaba recién incorporado a la Agencia Española de Protección de Datos y tuvo lugar en el marco de una reunión con alguno de los numerosos clientes de Miguel Ángel en la sede de la Agencia.

2 y 3. Las palabras que yo asocio con la figura de Miguel Ángel Davara son «pionero», «innovador» y «colaborador».

Son tres palabras que asocio con distintos momentos de mi relación con Miguel Ángel.

«Pionero» porque desde aquellos momentos, previos incluso a la aprobación de la directiva 95/46 CE, cuyo contenido anticipó en España la conocida como LORTAD, Miguel Ángel ya había desarrollado un marco de asesoramiento jurídico a empresas relevantes de los principales sectores de actividad económica del país en orden al cumplimiento de la normativa de protección de datos personales. Circunstancia que se puso de manifiesto en las frecuentes reuniones que tuvimos con su presencia asesorando a dichas entidades en la sede de la Agencia.

La palabra «innovador» la asocio fundamentalmente a sus iniciativas formativas para promover el conocimiento y la especialización en materia de protección de datos a postgraduados y profesionales. Quiero referirme especialmente al formato del Máster que desarrolló en la sede de ICADE del que guardo un excelente recuerdo por su enfoque teórico y práctico y la exigencia de que los participantes en el mismo tuvieran obligatoriamente una conducta y enfoque proactivo en su aprendizaje.

Recuerdo, en particular, la sorpresa que me produjo su propuesta de que participara en el Máster con dos módulos de cuatro horas cada uno, para abordar el tema de los códigos tipo como sistema de autorregulación al que la normativa entonces vigente dedicada solamente un artículo.

Ante mi perplejidad sobre cómo enfocar el tema en un período temporal tan amplio, recuerdo el ánimo con el que me impulsó a aceptarlo señalándome que, precisamente por ser uno de los aspectos del modelo de cumplimiento de la normativa de protección de datos ajeno a los procedimientos por infracción de la norma o de tutela de derechos que ocupaban la mayor parte de la actividad de la Agencia, debía desarrollarlo con un enfoque de lo que ahora denominaríamos responsabilidad proactiva, adaptando las garantías de la normativa a los tratamientos específicos de los sectores de actividad empresarial que se eligieran.

Y así fue. Desarrollé un modelo en el que, en las primeras cuatro horas del primer día, describía la naturaleza y características de los códigos tipo, exigiendo a los alumnos que formarán dos grupos de trabajo cada uno de los cuales debía elaborar un código tipo del sector económico que eligieran para que, durante las cuatro horas del segundo día del módulo, cada grupo lo argumentara actuando el otro grupo como autoridad de protección de datos para su posible aprobación y viceversa. Con la advertencia de que el enfoque debía ser riguroso en cuanto al cumplimiento, pero realista excluyendo una perspectiva de aportar garantías maximalistas para la protección de los datos personales.

Y limitándose mi papel a moderar los debates y a suscitar algunas cuestiones adicionales a las que los alumnos habían desarrollado con gran rigor práctico.

Con este enfoque disfruté, participando de una manera que no he vuelto a conocer en mi actividad docente sobre protección de datos personales, en la formación de especialistas con un elevado nivel de conocimiento práctico.

A lo que debo añadir que este formato solo fue posible por el rigor de Miguel Ángel al exigir que el número de participantes en el máster fuera de un número reducido, dado que en otro caso este formato resultaría inviable.

Exigencia esta última por su parte respecto del centro donde se celebraba el Máster, que pese a tener un elevado precio por alumno, determinó que solo pudiera desarrollarse un número reducido de años.

Finalmente, respecto de la palabra «colaborador» quiero destacar la ayuda que prestó al entonces director de la Agencia Española de Protección de Datos en relación con su innovadora y poco conocida iniciativa a principios de los años 2000 para promover el conocimiento de la normativa europea de protección de datos en el entorno latinoamericano. En este ámbito, Miguel Ángel, junto con personas de su despacho, colaboró en la identificación de los entonces casi inexistentes expertos en la materia en países latinoamericanos y facilitó la infraestructura para su celebración en una Universidad con sede en San Lorenzo del Escorial. Iniciativa que constituyó el primer precedente de lo que posteriormente ha sido la constitución de la Red Iberoamericana de Protección de Datos.

1. El primer contacto que tuve con el Profesor Davara fue en 2015 aproximadamente, cuando tuve la suerte de poder realizar el Máster en Asesoría y Consultoría en Tecnologías de la Información impartido por Davara & Davara. Esto es importante porque, junto al Profesor, estaban sus hijas Elena y Laura, que hicieron que me sintiera como en casa durante todo el tiempo de formación.

2. La palabra que asocio con el Profesor Davara claramente es «familia». Y no cualquier familia, desde luego el Profesor irradia sabiduría, paciencia, cariño, respeto y mucha cercanía. Es un placer tener la posibilidad de estar con una eminencia en el mundo de la ciberseguridad con estas condiciones de calidad humana.

3. Recuerdo cada viernes con el Profesor Davara y sus hijas, la cantidad de anécdotas que nos contabais y, sobre todo, el ratito de café y pastas. No olvidaré el cariño con el que me tratasteis toda la familia en mi último examen de Máster con siete u ocho meses de embarazo. ¡Gracias Familia Davara por querernos tanto a vuestros alumnos!

1. En ICADE, fue mi profesor de Informática Jurídica en mi carrera, y a partir de ahí, muchos años aprendiendo de él.

3. En una ocasión, muchos años después de terminar la carrera le llamé para ver si me podía echar una mano con la implementación de un protocolo de protección de datos en la productora de televisión en la que trabajaba. Nunca olvidaré su cara cuando vino a verme a la oficina y le enseñé lo que hacíamos allí… las zonas de edición, la sala croma,… creo que nunca había estado en una productora… Juraría que disfrutó.

1. Si no recuerdo mal, el primer contacto en persona que tuve con él fue el día 19 de noviembre de 1999, en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de A Coruña, con ocasión de la I Jornada sobre Aspectos Jurídicos del Comercio Electrónico a la que le habíamos invitado como ponente.

Aunque debería remontarme a mi primer contacto intelectual con su obra. Siempre recordaré la vez que, allá por 1994, entré en la Facultad de Derecho de ICADE en Madrid para adquirir la primera edición (en tapa azul y letras amarillas) de su Manual de Derecho Informático. Aún la conservo con mucho cariño puesto que me abrió las puertas a la especialización a la que he dedicado toda mi vida profesional. Miguel Ángel abrió el camino para mí.

2. Sin duda, hay muchas palabras que vienen a mi mente cuando pienso en él pero, sin duda, la que mejor le define es la de «pionero». Él tuvo la visión de unir dos mundos muy distantes como son el Derecho y la Informática, salvando la enorme brecha que, aún hoy, separan las ciencias de las letras en nuestro país.

La cita de Anthony de Mello con la que abre esa primera edición de su libro, expresa bien su incansable y perspicaz personalidad: «No hay nada que buscar. Sólo tienes que estar tranquilo, abrir tus ojos y "mirar". No puedes dejar de verlo». Miguel Ángel es un visionario y un pionero, sin duda, que sentó las bases de una especialidad que hoy se toma como modelo en nuestra profesión.

3. El momento que más recuerdo es la primera vez que tuve el privilegio de asistir a esa primera conferencia que impartió en Coruña en el año 99 y poder comprobar su enorme carisma y capacidad de comunicación. Su manera de hacer cercana y amena una materia tan árida y compleja como la protección de datos, simplemente me cautivó.

Su descripción de los tres principios fundamentales de la protección de datos, o «las tres grandes C de la protección de datos», aún lo uso en mis presentaciones actuales.

Afortunadamente, fue la primera de muchas ocasiones en las que pude disfrutar de su sabiduría y cercanía y hoy me siento orgullosos de poder llamarlo también mi amigo, a la par que mi maestro y mi padre académico. Un verdadero honor.

3. Recuerdo varios momentos especiales, pero me quedo con la práctica fabulosa que consistía en dar de alta tus ficheros de tratamiento de datos personales cuando la mayoría de las empresas ni siquiera estaban al tanto de esta necesidad. No se imaginan la cantidad de veces que agradecí esa práctica.

@Luisjasanchez es periodista jurídico, socio fundador de ACIJUR, especializado en temas de derecho tecnológico. Escribe habitualmente en Confilegal y otros medios

1. Con el profesor Davara he tenido diferentes contactos por ser un referente en materia de privacidad. Siempre dispuesto a atender a los medios informativos y a explicar con amenidad la importancia de la protección de datos. Acercarme a Miguel Ángel me ha hecho meterme en este mundo de cookies, derechos fundamentales y protección de datos.

3. Aquel año 2105 que APEP entregó sus premios a los profesionales de la privacidad. Era el primer año de esos premios. Coincidimos como galardonados, Miguel Ángel por su trayectoria impecable como profesional y un servidor como periodista especializado en estos temas. La verdad es que me sorprendió que me diera la enhorabuena.

1. Mi primer contacto con el profesor Davara fue en ICADE, cuando cursaba E1 (promoción 1989-1994). Se me dio bien la asignatura, aunque casi era mi «primera vez» con la Informática, y ni qué decir tiene con la Informática jurídica. Me pareció un crack, en una materia «surrealista» y altamente innovadora. En ese momento yo creo que era la única persona en nuestro país que sabía sobre el tema. En este contexto empezamos a ver algo sobre la protección de los datos, una asignatura entonces pendiente, que contaba solo con una incipiente regulación, la procedente de la LORTAD.

2. No puedo asociar solo una palabra a mi querido profesor, como mínimo cinco, CONOCIMIENTO, RIGOR, CERCANIA, PAZ y CONFIANZA.

3. Mi anécdota va asociada a una gran ilusión, la de volver a unir mis pasos a mi profesor tras 20 años, de la calle Alberto Aguilera a la de santa Engracia. Primero nos unió la Universidad, después en el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, para el que él era un bastión y un gurú en el campo de la privacidad y la protección de los datos, cuestión imprescindible para la gestión de las recetas que le correspondía a mi organización. Después los pasos del COFM y de Davara &Davara, por razones que nunca llegué a conocer se separaron, y desde mi formación jurídica, puedo decir que nunca volvió a repetirse ese nivel profesional y rigor que le caracterizaba. Luego fueron varias las ocasiones en que pudo volver a ser «mi profesor» y deseando estoy de que pueda serlo de nuevo.

1. Me contactó cuando publiqué mi libro Prueba por soportes informáticos. Fue el primero que se publicó en España sobre el tema, en 1999 y le interesó. Me propuso publicar un artículo sobre el tema, cosa que hice.

3. Más que un momento o anécdota yo pondría el acento en el entusiasmo con el que abordaba los proyectos.

1. En la Agencia de Protección de Datos de la Comunidad de Madrid (APDCM). Como expongo en el artículo para este libro de homenaje, llevábamos acabo numerosas actividades para difundir la protección de datos. Desde publicaciones a diferentes eventos, tanto de carácter general como particulares, contando en ocasiones con la participación inestimable del Profesor Davara.

2. Precursor, en un tiempo donde empieza la protección de datos en nuestro país. Había que creer en este derecho fundamental. Y él creyó, convirtiéndose en una de las voces más autorizadas.

3. Contaré un pequeño secreto. En la APDCM, en la revista datospersonales.org hicimos un número para homenajear los 20 años de LORTAD, en el que contamos, entre otros, con la colaboración del profesor Davara. A ese número le bautizamos cariñosamente, mientras lo estábamos preparando, como «Los padres de la LORTAD».

Socio de Antonio Serrano Alberca Abogados y Fundador y Digital Advisor en Spacetechies

2. Pionero o innovador pues se adelantó a lo que hoy estamos viviendo en la era digital. 3. Recuerdo la pasión con la que nos enseñaba su asignatura a pesar de ser a primera hora. Curioso que no se le diera tanta importancia a su asignatura pues por desgracia el Derecho siempre va por detrás de las nuevas tecnologías y él iba por delante.

1. En ICADE (E-1), en la asignatura de Derecho Informático. Sería por el año 2010.

3. Recuerdo que el Prof. Davara nos explicó en una clase el caso Lindqvist (apellido sueco de difícil pronunciación), que llegó como cuestión prejudicial al TJUE (sentencia de 6 de noviembre de 2003). Durante toda la clase él se refirió a la sentencia (perfectamente explicada, por supuesto) como el caso «Liscuit», y yo la anoté en los apuntes así, «Liscuit». Estudiando para el examen, recuerdo tirarme una tarde entera buscando en Google la dichosa sentencia, que no encontraba por ningún lado… Y Google no hacía más que corregirme y proponerme «biscuit» y sacarme fotos de galletas… Y mira que me parecía raro, si la cuestión había llegado al TJUE y aparentemente era un caso tan famoso… Hasta que, después de mucho buscar y todavía no sé cómo, di con la sentencia Lindqvist, que se refería exactamente a lo que el Prof. Davara había explicado en la clase, y me eché a reír.

1. Mi primer contacto con el profesor Davara fue con ocasión del relanzamiento de la revista Actualidad Administrativa en esta nueva etapa.

2. A su persona asocio el sentido de la profesionalidad y del sentimiento de cumplir con lo acordado.

3.El momento más particular que recuerdo sobre el profesor Davara se remonta al día que lo conocí, en el que me transmitió su pasión por las nuevas tecnologías.

1. En los «Encuentros» organizados en ICADE: en aquellos primeros años en que empezábamos a interesarnos por el entonces denominado «derecho informático», estos congresos eran lo poco que, desde un punto de vista «serio», se organizaban en España. Por entonces se discutía si era un nuevo campo del derecho o, simplemente, se trataba de adaptar los ya existentes a la invasión de la informática.

2. Realmente con dos palabras: «Informática» y «Derecho»: no ya porque ese fuera el nombre de los encuentros en ICADE, sino porque para mí, él fue uno de los pioneros jurídicos que, en España, empezaron a estudiar en profundidad la relación entre esas dos palabras. El «Profesor Davara» siempre ha sido citado como una Autoridad en este campo: en la ponencia que me atreví a mandar al «Encuentro» de 2001-2002, incluso comenzaba con una cita de su libro «De las autopistas de la información a la sociedad virtual».

Pero, realmente, el «Manual de Derecho Informático» fue el primer libro de cabecera de este tema que adquirí para intentar comprender de qué iba todo esto y comprobar la amplitud del campo jurídico que se abría ante nosotros.

3. Sus palabras de apertura en los Congresos en los que era invitado o en aquéllos que él organizaba en los que nos hablaba de unas «cosas» de informática aplicada al derecho (el teletrabajo, la sociedad de la información o los documentos electrónicos) que parecían venir del futuro o ser ciencia ficción y en las que vislumbraba ya los conflictos que se avecinaban.

1. Lo conocí a principios del siglo XXI o seguramente antes. Decidí formarme en derecho de internet en un momento muy diferente al de ahora. No había cursos, algunas jornadas, poco más. Me entusiasmó el mundo de la protección de datos de carácter personal y di con unos cursos en El Escorial, dirigidos por el Prof. Davara, al que solo conocía por referencias, algo había leído de él, era un pionero en el tema.

Viajar varios fines de semana hasta El Escorial desde Pamplona, a primera vista me pareció algo engorroso, pero mereció la pena. Disfruté mucho de la experiencia. El Prof. Davara, con su rigor intelectual, explicaba con mucha claridad esos conceptos y procesos tan abstractos como son los de la protección de datos.

Terminado el curso he asistido a todas las JAC. Me han servido para mantenerme actualizado todos estos años. Y seguiré inscribiéndome, ahora a Madrid.

2. Me vienen a la cabeza muchas en el plano profesional o académico, seguro que otros citarán muchas.

En el plano más personal, y lo dice quien es solamente un alumno del montón, asocio al Prof. Davara con la palabra ACOGEDOR. Me siento acogido, bien recibido, atendido…

3. En una de esas jornadas anuales (JAC) nos llevó a Lourdes Oroz, una compañera de Pamplona, y a mí hasta la estación de Renfe en su coche. No tenía ninguna necesidad de hacerlo, tampoco es que llegáramos tarde, fue solo amabilidad, puro regalo. Él no se acordará, fue hace años.

Catedrático de Filosofía Jurídica y Derecho Informático en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense

1. Mi primer contacto con el Profesor Miguel Ángel Davara Rodríguez fue en los famosos Encuentros sobre Informática y Derecho, organizados anualmente por él en ICADE. En concreto en el de 1995. Me lo presentaron dos distinguidas profesoras que, al igual que el propio Miguel Ángel, son del máximo e incontestable prestigio, y también como él mismo, especialistas de primera hornada en Derecho Informático. Me refiero a Yarina Amoroso, actualmente docente en la Universidad de Ciencias Informáticas de Cuba, y Teresa Vargas, Directora del Departamento de Derecho Informático —entonces denominado Informática Jurídica— de la Universidad Externado de Colombia.

Acabábamos de coincidir en un Congreso de Derecho Informático que se llevó a cabo en 1994 en San Carlos de Bariloche (Argentina), donde profundizamos en una relación de entrañable amistad que sigue a día de hoy y a la que se sumó la que entablamos Miguel Ángel y yo mismo, que no nos conocíamos personalmente, pese a llevar ambos —ya entonces— más de una década trabajando en la materia. Fue afortunado que Teresa y Yarina decidieran viajar a España y proponerme que las acompañase a los prestigiosísimos Encuentros de Miguel Ángel en ICADE. A partir de ahí se estableció una intensa relación académico-investigadora, que se concretó en mi participación, con ponencia publicada, en varios de los encuentros subsiguientes, o en la participación del Dr. Davara Rodríguez, igualmente con ponencia publicada, en la II.ª Convención Internacional de Derecho Informático, Electrónico y de las Comunicaciones, de la que fui co-organizador y presidente del Comité Científico, celebrada en Oviedo, bajo la Presidencia de Honor de quien entonces era Príncipe de Asturias y hoy SM el Rey de España, Don Felipe VI.

2. No sería capaz de asociar al Profesor Dr. D. Miguel Ángel Davara Rodríguez con una sola palabra. Me vienen a la mente varias de alta e idéntica intensidad: Inteligente, tenaz, familiar, práctico, trabajador. En suma, un hombre completo tanto a nivel personal y familiar, como intelectual y profesional.

3. Los momentos que más recuerdo no son solo con Miguel Ángel, sino también con Maribel, esposa ejemplar, entregada a la familia y no por ello menos inteligente. Todo lo contrario, esa entrega deriva precisamente de que es muy inteligente y buena persona, al igual que el propio Miguel Ángel. Tuvimos una colección de cenas realmente entrañables, que, por algunos cambios en mi vida personal, se descontinuaron. Y no me duelen prendas en decir públicamente que lo lamento, al igual que lamento haberme enterado tarde de acontecimientos en la vida de la familia Davara y Fernández de Marcos, en los que hubiera deseado acompañaros con la calidez de una persona que siempre ha tenido y tiene los mejores deseos para vuestra entrañable familia. Me hace especialmente feliz, y os estoy especialmente agradecido, por haberme dado ocasión de participar en un Homenaje que no puede ser más merecido, el tuyo, querido Miguel Ángel.

1. Conocí al Prof. Davara a través del Máster de Derecho Informático que hice en la U. Complutense y, por supuesto, asistiendo a los Encuentros de Derecho Informático que organizaba en la U. Pontificia Comillas – ICADE, en 2001 y 2002. Era sin duda un referente en esta materia que, si bien hoy muchos creen que es nueva y es «el futuro», son más de 30 años de estudio los que avalan su precursora trayectoria profesional.

2. Pionero, Derecho, informática, universidad, formación… No hay una sola palabra. En aquel momento él ya ocupaba un lugar de prestigio en el mundo del Derecho y las Tecnologías, un espacio que aún hoy es difícil lograr.

3. Recién terminado mi Máster empecé a organizar eventos formativos de Derecho Informático. Veía que los abogados debíamos conocer esta materia si queríamos diferenciarnos, progresar y ser competitivos. Por supuesto, pedí consejo al Prof. Davara, quien tuvo la cortesía de recibirme en su despacho de ICADE y dedicarme unos minutos de su tiempo para orientarme sobre qué necesitaba nuestro sector en ese sentido. Yo entonces no tenía ni apoyos ni dinero que invertir en el negocio, así que el mejor consejo que me dio ese día fue que gestionase mi tiempo de forma óptima, que seleccionase y filtrase bien en qué lo invertía para no desesperar, porque el Derecho Informático iba a tener un desarrollo tal que lo haría potencialmente inabarcable. Y no se equivocó, en nada.

1. Mi primer contacto con el Profesor Davara fue en 1997 en segundo de la carrera de Derecho (E1). Tuve la oportunidad de volver a tenerle como profesor una década más tarde haciendo Ciencias Políticas.

2. Recuerdo perfectamente que, en 1997, estaba surgiendo el Derecho Informático como disciplina, en la que el Profesor Davara era desde luego un pionero. Probablemente lo que más recuerdo escucharle es «base de datos», algo que se repetía igualmente al estudiar su libro.

3. El Profesor Davara no conoce una anécdota personal que siempre cuento como una de las grandes historias de mi vida como estudiante. Fue el día del examen de Derecho Informático. Solía estudiar las noches antes de los exámenes para consolidar los esquemas y el contenido, pero en esta ocasión me encontraba muy cansado. Agobiado porque no iba a darme tiempo para estudiar todo lo que me faltaba, me tomé un gran vaso de té, pero con la inconsciencia del momento, infusioné tres bolsas. A la media hora comenzó a temblarme la mano y darme taquicardia y tuve que parar para intentar relajarme. Durante ese tiempo estuve pensando cómo decirle al Profesor Davara que por favor hiciera una excepción conmigo y que en lugar de examen escrito me hiciera examen oral porque no podía escribir por el tiemblo de la mano. No me quería imaginar su reacción. Finalmente, llegada la hora del examen, pude escribir a duras penas, con la mano aún temblando y con una letra aún más horrible de lo normal. Saqué un 7,25 que me supo a sobresaliente.

3. En un momento profesional un poco complicado y de cierto agobio, él supo darse cuenta simplemente observando y ver más allá sin necesidad de hablar, ofreciéndome su tiempo para interesarse y preocuparse. Ese momento lo recuerdo con cariño por el tiempo que me dedicó, por preocuparse, preguntar y por sus sabios consejos. Su escucha, generosidad y humanidad me tocaron el corazón.

3. Anécdota como tal no recuerdo ninguna en concreto… han pasado muchos años (1994) pero como momento diría, en general, que nos permitía cuestionar cualquier cuestión, duda o reparo en clase, lo que hacía las clases muy amenas y participativas.

1. No lo recuerdo con precisión, pero posiblemente fue en las JIS de 1999/2000 en Comillas.

3. Tuve poca relación con él, pero siempre recordaré la acogida en aquellos encuentros, donde tuve ocasión de conocer a personas generosas e interesantes.

2. El chip y la nube, toda una fantasía para el momento, aunque parezca mentira.

3. Que nos dijo que lo primero que hacíamos nada más levantarnos era firmar electrónicamente, lo cual me pareció también una fantasía puesto que se ve no era yo un ser muy tecnológico. Y aunque no es una anécdota, admiro la pasión que mostraba por su profesión y la pasión que mostraba al enseñar.

3. Un sabio consejo que me dio tras una reunión, una de las primeras que yo asistía, al consejo de departamento. Su palabra prudente y exquisita es siempre un regalo que templa ansias y estimula sueños.

1. El contacto cuando estuve en 3.º de carrera cuando fue mi profe de derecho informático.

3. Algo corto. Siempre presumía de (estamos en 2005 ojo) que era el mejor experto en derecho informático. Un día uno le preguntó cuántos abogados expertos había y dijo que había 3. Claro, en aquel momento el derecho informático estaba en pañales. Y expertos no había muchos. En el buen sentido, creo que era un poco presumido.

1. Mi primer contacto con el Profesor Davara fue el primer día de clase de la asignatura «Informática Jurídica» en ICADE (allá por el 2009)

3. Profesionalmente creo que el momento que más recuerdo fue cuando nos habló de la «nube». Creo que fue la primera vez que oí hablar del concepto y en ese momento no entendí nada (y no porque su explicación no fuera perfecta).

1. Aunque no sea estrictamente profesional, me parece de justicia recordar algún momento de la infancia, de adolescencia y de juventud… dicen que lo que más marca a una persona es todo lo que vive de los «0 a los 6 años» pero, en mi caso, puedo afirmar sin miedo a equivocarme es que la huella sigue indeleble hasta ahora mismo… Por citar tres momentos: de la infancia recuerdo cómo me leía cuentos por la noche llegando incluso a ponerse el pijama para luego volver a vestirse porque había quedado a cenar con algún cliente porque a mí me gustaba que se quedara en la cama conmigo los dos con el pijama puesto; de un poco más mayor, recuerdo nuestras conversaciones filosóficas con unas tortitas en el VIPS de por medio hablando de todo y ya, cuando fui alumna suya en el Máster y en una de las clases no paraba de hablar con una compañera y me dijo «¿Quiere salir a la pizarra y contarnos a todos qué es eso tan interesante de lo que hablan? Y le contesté «Deje, deje», con la consecuente carcajada de toda la clase y el «rictus» del Profesor Davara que mantuvo la compostura… Además, me acuerdo perfectamente de la primera vez que me dio clase en E-1, en ICADE. Iba viendo cómo mis compañeros se quedaban impresionados, algunos con cierta incredulidad, la mayoría escuchando cuestiones que nunca había oído, pero explicada de una forma tan sencilla, tan coloquial, con tantos ejemplos que, a unos y a otros, les «seducía», sin duda alguna. La clase estaba llena, la gente comentaba en los descansos… Y yo me di cuenta que para mí era normal… llevaba años viviéndolo en casa ¡sin ser consciente del privilegio que suponía! Por ponerles solo un ejemplo: mi madre llevaba años preguntando al cartero que por qué y para qué le pedía sus datos y respondiendo a llamadas comerciales con un ¿de dónde han sacado mis datos? Ante el estupor del teleoperador… Y es que mi padre llevaba su labor docente y de concienciación sobre la privacidad a todos sitios ¡y la familia no era una excepción, afortunadamente!

2. Paciencia, prudencia, equipo, honor, humildad, buena persona, visionario, idealista, gran padre, valor de la imagen, «tu palabra ha de valer» Seguridad, confianza. Fe. «Todo tiene arreglo». «Estate tranquila, mi vida ha estado llena de días que pensaba: ¿Cómo voy a salir de aquí?» «y se sale». PAPÁ, con mayúsculas.

3. Recuerdo muchos momentos, como es natural. Intentaré contar solo las que reflejan su profesionalidad, siempre con la humanidad como nota característica y protagonista. Cuando éramos pequeños, los domingos por la tarde, íbamos a su despacho porque, como siempre nos decía: «Hay que ordenar y preparar la semana. Así, el lunes comienzas con orden» Y, durante toda la etapa escolar ¡continuando en la universitaria! con su paciencia y vocación docente, nos ayudaba con las Matemáticas, la Física, Química, la Informática, la contabilidad, el Derecho civil, el mercantil… ¡Todo se entendía con sus ejemplos!

Empecé como becaria en Davara&Davara y, aun siendo becaria, iba a las Juntas de los viernes (como el resto de becarios, consultores y abogados). Ahí cada uno contaba qué estaba haciendo y cómo iba avanzando. No sabía si iba a hacerlo bien y me dijo: «cuando empiezas lo haces perfecto, estás tan nervioso y tiene tantas dudas que miras todo una y otra vez, luego, te vas confiando». Eso me dio la fuerza para comenzar sin pensar que mi trabajo no era suficiente. Ni que decir tiene que mi trabajo no era el mejor, pero el profesor Davara es experto en decir lo que tiene que decir (lo que sabe que necesitas) para que tú reacciones. Dicho con otras palabras: tiene el don de sacar lo mejor de ti.

Otro de los momentos que más recuerdo —y que más reflejan los valores del Profesor Davara— es cuando a finales del siglo pasado y visto el éxito alcanzado (y el que preveían iba a alcanzar) un Despacho internacional le hizo una oferta económica estratosférica con intención de comprar su despacho. Sin embargo, aunque pueda sorprender a muchos, el Profesor Davara se negó. Para él, «el dinero no lo compra todo», de hecho, la libertad que tenía era fundamental para estar con su familia y esa no tenía precio.

Un ejemplo más el día (aunque esto ocurrió varias veces) que le llamó un cliente para quedar y le dijo que tenía una reunión muy importante que no podía cancelar. ¿Saben con quién era esa reunión? Con su hija. Para el Profesor Davara, esa «reunión» era igual de importante, aunque el plan fuera ir a merendar al VIPS y no negociar un contrato importante.

Y ya por último, quiero compartir con ustedes un momento que recuerdo con un inmenso orgullo, con un cariño tremendo. Me sentí valorada, me sentí «mayor» —en el mejor de los sentidos—. Fuimos a mi primera reunión con un cliente. Yo iba callada, a escuchar, a aprender y, por supuesto, con los nervios de un principiante. Al salir, buscamos una cafetería para tomar algo porque me quería agradecer que le hubiese acompañado y le hubiese apoyado. Y me dijo: «hija, siempre, a tu compañero, has de mostrarle respeto y agradecimiento por estar a tu lado y al finalizar una reunión, le invitas a tomar algo». Detalles del Profesor Davara… detalles que marcan una vida.

1. Mi primer contacto… es evidente, aunque yo no me acuerde jeje. Recuerdos de la infancia tengo muchísimos y a cada cual mejor. Tengo varios amigos que me dicen «Me da envidia la relación que tienes con tu padre»… y no me extraña. Y mi primer contacto «de trabajo»… supongo que podría decir cuándo tenía el despacho en casa y entré un día (tendría unos 5 años) y le dije «Soy tu cliente ¿cuánto me pagas?». Mi padre siempre me dice que ya apuntaba maneras… O cuando, con 7 años, le escribí en un papel «Me debes leerme 10 cuentos, hacer 3 muñecos de nieve y 2 castillos de arena» y me dijo «Vale» y le dije «Fírmamelo, que si no, no vale»; Me sonrió y firmó como «papi» y le dije «Esa no es tu firma, pon tu firma de verdad»… pero me dijo que la de «papi» valía más. Con esta anécdota estuvo explicando durante años la importancia y la validez jurídica de la firma y la importancia del «no repudio» de la firma electrónica en sus clases. O todos los «desayunos de trabajo» o «cenas a lo indio» que hacíamos. Y, ya de más mayor, con 18 años cuando empecé a hacer prácticas en el despacho y me explicaba con toda la paciencia del mundo cómo se hacía todo y me transmitía la pasión por la protección de datos…

2. Imposible asociar solo una. Son miles y todas aplicables al 100%: Referente, ejemplo, fe, madridista, coherente, ilusión, cariñoso, agradecido, crack, madrileño, mente privilegiada, prudente, sabio, empático, bueno, familiar, auténtico, leal, corazón, educado, puntual, socio, «desayunos de trabajo», villancicos, 204, tradiciones, tesis, disfrutón, divertido, Divino cautivo, caballero, culto, luchador, esfuerzo, pasión, respetuoso, generoso, conductor, humilde, confianza, trabajador, excelencia, esperanza, Gaspar, perseverante, fuerte, profesor, ICADE, genio, «flush», ayuda, gordo, libros, Bernabéu, apoyo, valiente, elegante, creador, inspiración, elefantes, Nava, paciencia, Navidad, fiel, Davara, resiliente, inteligente, buena persona… Papi.

3. Lo mismo que con la primera pregunta ¡tengo miles! Podría hacer un libro entero solo contándolas, pero me limitaré a hablar de lo profesional y a destacar solo cinco: 1. Cuando le hicieron una entrevista en la tele y no le podían pagar y le dijeron «Pero le invitamos a cualquier programa al que quiera asistir como agradecimiento» y mi padre no dudó en decir «Para mí no quiero nada. Pero quiero que mi hija conozca a Ramón García en «¿Qué apostamos?»» (como se supondrán, su hija era yo y me encantaba el programa y el presentador. De hecho, verlo era nuestro plan favorito de viernes. Pude ir a la grabación, conocer a Ramón García y lo recuerdo como un momento genial). 2. Cómo «se las apañó» para que diese mi primera clase en nuestro Máster ¡y cómo me apoyó! 3. Cómo se volcó con mi tesis ¡cuántas páginas «me tiró», enseñándome a escribir y a investigar! y cómo, cuando más lo necesitaba, me «forzó» a acabarla. 4. Todos los «desayunos de trabajo» en los que, mi padre, Elena y yo hablamos «de lo divino y de lo humano» y nos ilusionamos con proyectos profesionales que integramos en la familia… Creo que diría que ahí está parte de nuestra esencia. 5. Todas las reuniones con clientes y los cursos a los que he asistido como alumna en los que he aprendido todo lo que sé y en los que mi padre no dudaba en «dar un paso atrás» para que los clientes fueran acudiendo a Elena y a mí… Ese siempre ha sido su sueño: Davara&Davara se llama así precisamente por eso, el primer Davara es él y el segundo somos Elena y yo… Y ha tenido la humildad y la generosidad de ponernos en primer plano, de confiar en nosotras, de no quedarse nada para él, contándonos TODO lo que sabía, pensaba, cómo trabajaba, cómo cuidaba a los clientes… Y no puedo dejar de recordar —y agradecer— cuantísimo se alegra (y presume con orgullo de padrazo) cada vez que tengo alguna buena noticia a nivel profesional (con la publicación de mi primer libro, cuando recibí el premio de la AEPD o cuando fui a la feria del libro a firmar mi último libro).

Como siempre digo: yo con llegar a ser un 1% de lo que es mi padre a nivel personal y profesional, podré decir con total certeza que habré triunfado.

(1)

Este Capítulo, si bien ha sido coordinada por Elena y Laura Davara como coordinadoras de la obra, está escrito por las más de 150 personas que han querido aportar su granito de arena al merecido homenaje que, mediante estas líneas, le hacemos al Profesor Davara tanto por su intachable andadura professional como por la personal.

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(2)

A excepción de, por supuesto, las que escriben estas líneas que «no se han podido resistir» a aportar su testimonio: íntimo, cercano, personal y professional de los últimos 44 y 37 años de sus vidas. Si le interesa esta parte, tendrá que llegar al final de la misma puesto que hemos querido ceder el protagonismo a todos los que han querido mostrar su cariño, afecto y admiración al Profesor Davara.

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(3)

La propia Marta Esteban nos ha pedido que incluyamos un cariñoso mensaje que, en 2020 (mucho antes de que empezáramos a mover de manera pública este homenaje) le envió al Profesor Davara a través de LinkedIn y que decía así «Querido Miguel Ángel: Espero que estas palabras te ayuden como tú lo hiciste conmigo cuando te convertiste en mi apoyo y referente en mis comienzos en Aranzadi. Tu carisma y tu voz me daban seguridad y en ti deposité la figura paterna que perdí tan joven. Tus consejos y protección eran gratuitos y seguramente no tendrás un recuerdo personal de mí, pero yo siempre te recordaré con cariño y me gustaría que estas palabras te dieran ánimo y aliento. A veces no sabemos la impronta que dejamos en otras personas, pero este es mi recuerdo para ti que te comparto y espero poder ayudar y colaborar con mi trayectoria profesional para seguir el compromiso de Miguel Ángel con su pasión por el Derecho y la formación, algo que he compartido también porque no hay nada más gratificante que ayudar y enseñar para mejorar nuestro entorno. Un afectuoso saludo».

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(4)

Por su interés, hemos querido transcribir el mensaje exacto que nos adjuntó junto con sus respuestas por cuanto no le conocemos personalmente ni habíamos tenido contacto previo pero consideramos que dan buena cuenta de su calidad humana y nos parece de justicia compartirlo con el lector, palabra por palabra: «No sé si podré ayudar con mis respuestas pues yo no he conocido personalmente a Prof. Davara, pero con mis 46 años y con ciertas canas, y un hijo de 20 años y una hija de 9, solo puedo certificar una frase: "se aprende a ser hijo cuando se es padre, se aprende a ser padre cuando se es abuelo, se aprende lo bello de la vida cuando la tierra comienza a encorvarte la espalda llamándote de vuelta". Digo esto porque para mí el Prof. Davara es más que solo su persona a la que insisto no conocí, pero sí su legado. Así que respondo lo que mi corazón pide escribir a mis manos. Que sea el corazón quien teclee».

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(5)

Puede acudir el lector al capítulo escrito por D. Pedro Martín Molina en esta misma obra y es que, en sus propias palabras, «Me propuse escribir un artículo relacionado con su materia, de la que sigo huyendo pues sigue sin atraerme, porque se lo merece como referente mundial tanto académico e investigador, como profesional en la economía digital».

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(6)

Escrito por Diego Montoya, Abogado. Pedimos a su hijo que participara en la obra porque, por desgracia, Emilio no puede hacerlo personalmente al estar ahora en el cielo, porque estamos convencidos de que así es. Sirvan estas líneas como el sincero homenaje que se merece el Señor Emilio Montoya (D.E.P.), amigo personal del Profesor Davara, alumno y profesional ejemplar. Buena prueba de ello, además, es cómo los exalumnos que han escrito el primer Capítulo de esta obra han dedicado -por su propia iniciativa, sin que las coordinadoras de la obra les hayan hecho ningún comentario al respecto- un apartado específico a su figura. El cariño que tenemos hacia Emilio y la huella que nos ha dejado es imborrable.

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(7)

Otrosí, Revista del Colegio de Abogados de Madrid, n.o 78, octubre de 2006, pp. 42-49.

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(8)

No podemos dejar de hacer una mención especial en esta obra y que sirva también a modo de particular homenaje a D. Emilio del Peso Navarro (D.E.P.), amigo personal del Profesor Davara y con el que compartió Jornadas, Congresos y publicaciones, además de multitud de viajes y planes que hacen sin duda, del Sr. Del Peso una persona importante en la vida del Profesor Davara.

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Capítulo XXIII

Lo que no le han contado del profesor Davara (1)