INTRODUCCIÓN

No podría concebir una vida sin trabajo. La imaginación creativa y el trabajo van juntos conmigo, no me deleito en otra cosa.

Esto sería una prescripción para la felicidad si no fuera por el terrible pensamiento de que su productividad depende de humores sensibles. ¿Qué se ha de hacer el día en que los pensamientos cesen de fluir y no salgan las palabras adecuadas? No se puede menos que temblar ante la posibilidad.

SIGMUND FREUD A ERNEST JONES

TAL VEZ ESTE LIBRO SORPRENDA AL LECTOR. Más aún, nos sentiríamos decepcionados si no sucediera. Está escrito por un poeta metido a novelista (AP) y por un filósofo metido a pedagogo (JAM). A uno siempre le ha interesado lo excepcional de la creación literaria, y al otro, saber si esa excepcionalidad se puede aprender. No estamos tan distantes, porque ambos pensamos que el lenguaje, la expresión, la creación literaria es un mundo mágico y fascinante. AP prefiere admirar esa colosal posibilidad. JAM intenta explicarla. Cada uno arrostra sus peligros. Uno puede acabar andando por las nubes, y el otro convirtiéndose en un taxidermista. La colaboración es, pues, prometedora. Cada uno puede servir de antídoto al otro, porque AP describe el aspecto misterioso de la creación, mientras que JAM pretende descubrir los mecanismos de ese misterio. No se trata de una desmitologización de lo excepcional, sino, al contrario, de una mitologización de lo cotidiano. En eso también estamos de acuerdo. Frente a una mirada que todo lo trivializa, tanto el poeta como el filósofo aspiramos a un «reencantamiento del mundo».

Una advertencia sobre el estilo. Durante la elaboración de este libro, cada uno de los autores hemos trabajado independientemente, intercambiándonos textos por e-mail, y reuniéndonos los domingos para conversar, en casa de AP o en la de JAM, es decir, rodeados de nuestros libros. Esto nos ha permitido consultar las obras que salían a lo largo de la conversación. Pero al hacer la versión final, hemos pensado que las obras sobre creatividad suelen ser académicas y pesadas. No hay nada más triste que una obra sobre creatividad que no sea creativa —«Recuerdo que cuando JAM estaba escribiendo Elogio y refutación del ingenio, quería a toda costa que la obra fuera “además” ingeniosa» (AP)—. Por eso hemos decidido poner en práctica lo que estamos explicando. Hasta los principiantes en teoría de la novela saben que el autor tiene que elegir un «narrador». El recurso más tradicional es el «narrador omnisciente». Y los autores han decidido elegirlo. Así pues, este texto que en gran parte es auto-bi-biográfico, está contado por una tercera voz, que conoce todo sobre los verdaderos autores y puede, además, meter cosas de su cosecha. A partir de aquí, es ella quien habla, lo cual nos permite poder comenzar un libro copiando uno de los grandes comienzos de una de las grandes novelas de todos los tiempos: Moby-Dick.

Call me Ishmael. Suponed que me llamo Ismael. Voy a escribir este libro intercalando las conversaciones de AP y JAM. No olviden que «yo soy dos». He dejado chico a Rimbaud. Ya sabrán por qué lo digo.