Poema de un próximo libro (2)

Debajo de un árbol y encima de un césped vivía un silencio

de cuerpo de aire y de vestidos de luz, que el sol le hacía

todos los días y la luna le regalaba todas las noches.

 

Siempre que iba a vestirlo lo encontraba con vestidos distintos,

y me abrazaba tan fuertemente que enseguida yo me quedaba

lleno de silencio.

Él es el único que sabe qué bella eres y cuánto te amo.

Él pasa su mano por mi frente y mis ojos, y a pesar de que

su mano es suave como una brisa, despierta mis recuerdos y

ellos se prenden a mis vestidos.

 

Cuando vuelvo a mi casa él me acompaña un trecho largo.

Después con su mano de brisa, despide lentamente mis queridos

recuerdos.

 

Y todos ellos, los que llevan tu nombre, tu imagen, tu belleza,

tus movimientos, tus palabras, tu almita y tu amor, vuelven

a dormir en el rincón más caliente del corazón.