La Despedida

 

Todas las despedidas son tristes

aun cuando puedas volver a verle.

Todas las despedidas son tristes

aun cuando lo conoces solo de días.

Todas las despedidas son tristes

aun cuando una promesa da esperanza.

 

Pero cuando la despedida es para siempre,

cuando tu vida ha sido sus vidas,

cuando una promesa se rompe.

 

La oscuridad te absorbe,

la tristeza y agonía se apoderan de ti,

no existe consuelo alguno.

El corazón se queda vacío y

el alma pierde su luz.

 

Buscas y buscas en tu corazón,

marchas al pasado negándote a volver,

los recuerdos se repiten una y otra vez.

 

No despiertas hasta que dices “adiós”

un adiós para siempre, un adiós doloroso.

Hasta que te aferras a esas manos tendidas,

hasta que vuelves a la dura realidad.