El tiligrana no es como lo pintan:
informes secretos de narradores
no confiables o el álbum de los oficios.
(Atiligrana Nebulensis)
Después de esto se apareció
con otra apariencia a dos de ellos
cuando iban al campo.
(Marcos, 16, 12)
¿Qué pasó, mano? Con ese final melodramático, mi querido pandechoclo, cualquiera cree que se te rayó definitivamente, que la tenés cacuza, que se te sale el agua como a zuzunga, ¿por qué tanta duda existencial, tanta crisis de identidad si al fin y al cabo estas cosas ya pasaron de moda? Afínate, fresco, o cayetano la bocina, lo demás es puro trambulequeo, mero apelotardamiento y no me salgas con eso de que como ya le pusiste punto final al negocio lo que sigue es aquello de que la pared y la muralla es el papel de la canalla, mejor andate a tomar tu agüita de poleo o a cazar chapules azules vestidos de tules sacados de baúles llenos de hules traídos de las curules o de las greñas por qué no me enseñas las cureñas sureñas, jueguito menso, que ya te pareces a una amiba enana con esa lambonería de ponerle citas de la Biblia regadas por todas partes a este famoso álbum, cucaracha de agua sobreaguando, que me huelo que en vez de tirar percha de humanista alopasadodemoda te mostrás con una mentalidad cuadriculada, relamida, turulata y es por eso que te organizo o subvierto este álbum de más, sobrador, excedente ¿o no? Porque también y todo, es bueno oír a los narradores fantasmas después de que todo consumatum est, nunca te ha interesado saber, gaznápiro de agua dulce, qué pasa en los álbumes, narraciones o historietas, qué pasa después de que se terminan, acaban o fenecen, cuando le empandorgan la consabida palabrita FIN y lo dejan a uno naricilargo por saber qué pasará después, si no es que lo insultan a uno con un that’s all folks o lo infantilizan a uno con un colorín colorado este cuento se ha acabado o lo nirvanean con eso de que vivieron muchos años, tuvieron muchos hijos y fueron muy felices, o porque son siempre muchas las desverdades que se acumulan cuando se mira solamente un lado de la torta o arepa, muchas las vainas que se enguacalan los narradores de carne y hueso o tú les crees lo que dicen, sentido crítico viejo por más omniscientes que se digan y dejarse de creer en pandorgas que los narradores siempre andan con cargadilla para algún lado, orilla o rincón, por eso aquí vamos en procesión arrítmica los no confiables, los no creíbles (¿increíbles?), todos, juntitos pero no revueltos, ¿o sí? Inclusive vuesa serenísima merced, a un nuevo round, vuelve y juega y que viva la fiesta legal y matancera.
Vida espiritual semana del 7 al 13 de marzo de 1954
Balance: empate a cero goles.
Pregunta: ¿Cuántos veniales hacen un mortal? Hombre que no, que eso así no se puede, cómo se le ocurre, no es un problema de contabilidad, depende de cada caso, de la gravedad, de la importancia de la persona ofendida, de su categoría, que no, que robarse un peso es pecado venial, con esta devaluación, sí, que robarse mil es mortal, claro, pero no, eso no quiere decir que mil pecados veniales hagan uno mortal, no, no es un problema de aritmética, es un problema relativo al criterio, sí, claro que es importante saber la diferencia, claro, es la diferencia entre el purgatorio y el infierno, quinientos pesos puede ser mortal o venial, depende del criterio, del valor de la moneda, pues el criterio de la Iglesia, claro, sí y basta ya de preguntas necias.
UNO: Origen
HOTEL LA CUMBRE
Paredes de bahareque que asfixian la plaza central, caladas de blanco entero, sin zócalos, patio rectangular de cemento culebrendo de verdín húmedo, con macetones de hortensias, margaritas y cotorras disecadas, silla mecedora artrítica, comedor con paredes de vidrio, invernadero de veraneantes de ojos activos y lengua fácil, dulce de mamey.
PAREDES DE LOS CORREDORES
Adornada con cuadros de paisajes suizos, chalets, inviernos canadienses, propagandas de Maizena, Sagrado Corazón en el centro.
EL CUARTO
Camas dobles, nocheros viejos, mesita de centro, ovalada, perchero de pino, candelabro, lamparita con caperuza de lana virgen.
CERTIFICADO
Método Palmer de caligrafía comercial hace constar que Ana Milena Arrechea ha obtenido el grado de excelencia en el método Palmer de caligrafía comercial y que es acreedora a este certificado de estudiante por su excelencia en la escritura rápida y legible.
Expedido en la ciudad de Nueva York, junio 24 de 1955. La junta examinadora: Elizabeth O’Brien
CUADRO
Marco de madera con viñeta y repujados de hojas de olivo, vidrio, Niño Jesús, ojos azules, pelo rubio, corona de luz pálida nimbando la cabeza, halo transparente, túnica roja y amarilla, mano redonda y desnuda haciendo la V de la victoria, brazo rollizo, desnudo, un mundo azul en la mano izquierda con cruz flordelisada que emerge del Polo Norte, todo en un fondo verde biche.
HUÉSPEDES
Señoritas de edad aristocrática envueltas en ruanas de colores discretos, ¿de dónde es usted? Yo soy de Popayán, ¿y usted? De Buga, ah, entonces, jipis criollos, cuentas de formas copiadas de las revistas escritas in English, colgando de cuellos costrosos, citas junto a las carpas del río para entrar en onda, dos sardinitas mecateando pambazos, luciendo los ombligos redondos, como pez en el agua, señores de edad circunspecta cuidando la moral de sus hijas, un antropólogo usaíta en sandalias, estudiando la cultura negra del Pacífico con el método de observación participante para escribir su tesis de Master of Arts en Loyola University, leyendo a Frank Boas y Ralph Linton. Dulce de papayuela y breva almibarada. La lloviznita, el sol tímido, el omnipresente arcoíris, flor de plástico haciendo juego con el resto del paisaje, las campanas de la iglesia llamando para la exposición del Santísimo.
LA NOCHE DESDE EL COMEDOR
Dulce de leche, panderos, suspiros y los indios pasando por la puerta del hotel La Cumbre, con sus ramos frescos, listos para la procesión del viernes santo, para los pasos olorosos a cirio y a milagro de la historia sagrada, para oír las palabras del padre Falla por el altoparlante de pilas Eveready.
DOS: Destino.
El gentío de la galería. En medio el carrito de cacharrería, los zapatos de caucho negro, las pulseras de cuero labrado para su reloj, los ovillos de pita, las muñecas plásticas, los modelos para que teja su cojín en sus horas de descanso, llévela, la brea chocoana para los nacidos, la manteca de coco para que camine su niño si está atrasado y para que gane su gallo en la gallera, el tuercemadre para evitar la descendencia, la pepa del árbol de la cruz para las hemorragias inesperadas, la raíz de la china para restablecer la sangre, los canelones de páramo para el cólico, llévela, los polvos Paramí, los espejos, los cordones para sus zapatos, los hilos de colores La Cadena, las agujas, el esparadrapo, el alcohol, llévela, y en medio del carrito el cuadro de colores alharaqueros de Jesús de los Colibríes de Galilea, el Cristo rosado crema de enorme mano derecha que recibe pajaritos verdes, el árbol plateado, el lago tranquilamente rojo, el viento café, la montaña amarilla, la mano de Jesús, grande, protectora, amenazante.
El hilo calabrés, las agujas arrieras, los pañuelos bordados, el lápiz de labios. La temperatura derritiendo la voz cauchosa del cacharrero con su dejo pegajoso de campesino bitaqueño, bitacuno, bitaquense, sus cerdas chúcaras cortadas a la franciscana, su boca llena de secretos inútiles y apetecidos, Jesús Pardo perdido entre el gentío de la galería central de la capital de la alegría.
“Esta cadena desea en primer término que San Judas Tadeo te ampare con su protección divina. Consiste en enviar una copia a personas de diferentes partes a quienes aprecias y deseas felicidad. De ninguna manera debe interrumpirse ya que muy necesario es recorrer el mundo con la gracia de San Judas Tadeo. Durante trece días debes enviar una copia a personas diferentes, ya sea en esta ciudad o fuera de ella, inclusive al exterior, adjuntando un billete de $1.00 (un peso) y en este tiempo recibirás una gran noticia, por imposible que sea te parecerá un milagro. Acompaño a esta nota un peso para dárselo a un pobre en nombre de San Judas Tadeo. Esta cadena viene del Brasil. El presidente Graias recibió una copia, no hizo caso y se le murió un hijito. El ministro Santiago tampoco hizo caso y perdió la vida en un accidente. El diputado Santos la mandó y a los cuatro días se ganó 20.000 cruzeiros de la lotería federal. Así te cueste por tus ocupaciones diarias no dejes de hacerlo para que recibas las bendiciones de San Judas Tadeo. Empieza hoy mismo. Apenas recibas esta, envía una copia a tus amigos en el lapso de trece días. En dicho tiempo debes enviar todas las trece copias con un billete de $1.00 (un peso). Da una espera a los buenos resultados. Dios te bendiga”.
Qué vaina esta vaina, comprar papel de carta con líneas para evitar las torceduras y desvíos de esta alma descarriada en la barriada, como uno nunca escribe, para qué chiras si uno vive en esta gaznápira situación asnal, hecho un mojojoy de tierra fría, también y todo parece ya que uno hubiera nacido en Joncón y fuera jonconeño o jonconuno o jonconense o jonconiano o jonconeta, que se busque un burro, como demonios se diga, por lo demás tengo que levantarme la mina de mi Parker, se la presté a Teófilo para su álbum y no dejó ni el untado de tanta tachadera y tanto remendajo, arrendajo, carajo, vergajo, ahí voy Toña, como oveja al matadero, cara de oveja pelado, cara de botín botado. “Repuesto para bolígrafo Parker con punta de acero inoxidable, negro fino, he aquí por qué su repuesto Parker es su mejor compra: sirve para todos los bolígrafos Parker, el trinquete da un cuarto de vuelta cada vez que usted acciona la tapa para utilizar absolutamente toda la punta, la concha metálica elimina la evaporación de tinta y los escapes de la misma, el gigantesco repuesto Parker le suministra mejor escritura por muchos meses, más que cualquier otro repuesto”, quitar la munición de la mesita, la treinta y ocho largo, mi macarrónico ángel de la guarda, el álbum de fotografías de mis viejas, las alentadas porque las gurres, corronchas o pecuecas no son materia de exhibición sino de clausura pura encerradura dura, los lápices de labios baratones, de a pesito máximo, finisérrimos viejo, el anzuelo de las sirvientas y de las otras como en el cuento de Pedro Sembrador, hay anzuelos que tienen un hombre al otro lado y que tienen un juego abrazador y delicioso, machihembrador y morrocotudo, ¿o no?, pues ahí vamos hechos una silueta en bicicleta al cachondeo laus deo, la alhucema Negret para que no se chandosié la piel o pellejo, el bombillo fundido para zurcir las medias, la cajita de fósforos El Diablo llena de alfileres, todo apelotonado allí carajo como cabeza repleta de liendres, piojos o caránganos, hasta la vela de cera porque en este pueblo tacaño, avaro, amarrete se va la luz a las diez de la noche, habráse visto,
“Para instalarlo en su bolígrafo Parker:
1. desatornille la tapa y saque el repuesto viejo;
2. saque el repuesto nuevo de su empaque plástico;
3. introduzca el repuesto nuevo asegurándose de que la punta salga adecuadamente a través del cañón resortado;
4. coloque nuevamente la tapa;
5. empiece a escribir haciendo unos pequeños signos de chequeo”, Industrias Parker de Colombia, mierda los colombianos para tener nombres gringos, si se descuidan se les vuelven azules los ojos, lentejas, focos o faros, como a Antonio Quintero que se metamorfoseó en Anthony Quinn y así tiene uno que andar amarrando luciérnagas para alumbrarse quién es quién en esta burundanga o qué no has visto al diablo vendiendo recortes de hostia, y claro, pero todo cabría en la mesita si no fuera por los cómics, Supermán, El Llanero Solitario, Buck Rogers, por todas las esquinas, debajo de la cama, en la repisita, y como si eso fuera mamey los famosos libros de novelas por todas partes arrumados en montoncitos de mierda, comida de cucarachas, que ya no se puede ni caminar por este cuarto, porque a él le dio porque yo tengo que saber de estas cosas, cuando yo fui el que le enseñó a leer y a soñar despierto pero ya veremos que Mandrake tiene más poderes que Batman y todo se aclarará algún día, como también le ha dado porque Blanca era su novia, como si me la fuera a quitar así no más, badulaque, con sus amorcitos de papel crespón, puros y castos, que el tren y las margaritas enanas y las piñas, babosadas, que jugando por la carrilera como niños chiquitos, con su carota de Fernandel, de seminarista de los ojos negros, siendo que las cosas son otras, qué ocurrencia imbécil ponerme aquí en este cuartucho de mala muerte, tan bien que estaba en Dagua, no quiere aprender que la vida es otra, pero ya veremos que el que ríe de último ríe después y a mí no me deja viendo un chispero así no más y luego mandarme la vaina esta para que yo tenga que escribirles carticas copiadas a todas estas gentes que él sancochó en su mente calenturienta, melenuda y trasnochada sin mi consentimiento, pero ya verá que las vainas no son por allí, no por ese lado u orilla, que el zarcero es culebrero y que las rosas del placer nunca vienen sin espinas (siempre he dicho que las espinas traen también sus rosas), trece copias, qué numerito, qué mente torcida, atarantada, desvirolada, vironcha, andarse con esas pandorgas, creyendo en numeritos, buscándoles sentido, papanatadas, babosadas de mierda, pero toca seguirle la caña por ahora, a ver, el sr. Blanco será el de empezar, hay que regar esta cadena por lo alto, para que recen los ricos a ver si se les engorda la enjundia y se revientan a chorritos o si se acuerda de mí y me sube el sueldo porque esto se está poniendo peludo y que me hable de frente mar, que no me envíe razones con el padre Falla para que me las dé en el confesionario, no más porque sabe que me confieso para cumplir las últimas palabras de mi madre, todos los meses tienes que confesarte Arnovio porque si no te lleva el Chiras. No había como tratar con los Tafur Arrechea, esa sí es gente, el Blanco es un amarretas y un zancadillero, solo le falta negrearme al amarillo ese, lo malo es que de pronto no sigue la cadena por quedarse con el peso y luego uno es el que viene a pagar el pato por escoger mal a sus clientes, estos ricachos a veces salen lunancos y zarcetas, nadie sabe y después será el padre Falla para que vea que yo también le jalo a la religión, pero eso sí, yo le pondré el nombre, en imprenta para que se distinga y la bancaria para que no se equivoquen y se sepa quién envía qué y para que le arda un poco porque él no sabe lo que es canela ni tampoco chocolate y le va a tocar aprender porque le vaya restregar eso del informe que le mandó al obispo que qué tiene que ver mi madre en todas estas boleras que ella es un alma o era quién sabe y yo soy otra y de nada que si las almas también son de colores son los pajaritos en la primavera o cómo es la movida que si de pajaritos se trata que me explique eso de la madre Angélica y sus nidos, babosadas.
La vida no está hecha de pajitas por pajaritos ni de pajaritos de paja y si no que me cuente eso de la María Íquira con el Teófilo a ver cómo le sabe, si por allí es la cosa o que si la cosa queriendo y como que no quiere la cosa porque la María sí es una verraca, se fue a lo suyo sin vainas y trabajó duro que para eso se lo dio Dios y como se lo dio bien dado pues hacerle, sí, a la María le enviaré una para que se saque la lotería o para que le caigan muchos clientes que se hayan pescado el gordo, que se pesque el pez, los peces como metiendo la mano en un acuario, tranquila, pizpireta, como comiendo esponjado de guayaba y que beba Genoveva y que chupe Guadalupe, amén, la caucana le decían, no era sino callada moscamuerta, cógelas al tiento y mátalas callando, en boca cerrada, le gustó y ahí anda ejerciendo que da gusto, sí, porque me tocó, hay que ser caritativo con las almas en pena y si Teófilo no fue capaz y prefirió chuparle sotana al padre Falla pues peor para él y entonces me tocó a mí cumplirle y como estaba que se rajaba no hubo caso, apenas parpadeó serenita, sedita, por eso el padre Falla anda medio endemoniado conmigo, si yo solamente le ayudé a encontrar su vocación, o me viene a venir con historietas y panderetas de que todas las sirvientas no tienen vocación de eso, sino para qué les hacen las famosas reuniones de Santa Zita, o será quemar pólvora en gallinazos, o será que es muy bueno tenerlas a todas junticas, arrunchaditas, pedir limpis, cambis y barrer el cuadro, luego las canalizan para Cali y Buga y para los marinos del puerto en la Pilota, lo raro es que la María era nuevecita, temerosa de Dios, el padre Falla dijo que era pecado, doña Inocencia también, tuve que abrirle los ojos sobre quién era la dueña de tal casa, quién el amante de doña Inocencia y ahí se le enfrió el alma y se le fueron cayendo todos los perendengues y cachivaches hasta que quedó escotera y se fue poniendo blandita, se me puso energúmeno el padre Falla cuando le dije en confesión que doña Inocencia era la organizadora y dueña de la Casa Sarabiada, me amenazó con excomulgarme por calumniador y telarañero, por andar sudando envidia contra las personas bien, contra las familias mejor del municipio, falta de respeto, de temor de Dios, zurcidor de rencillas, afilador de cuchillos para que los demás diriman sus pleitos con filos nuevos, rayador de prestigios bien lijados por años de trabajo doloroso, prestidigitador de desprestigios, saltimbanqui de mentiras, payaso, corruptor de hijas de Santa Zita, manzana podrida, pecador infecto e impenitente, ¿Inocencia una proxeneta? Dios mío qué maltrecha está tu viña Señor, y pensar que todo este chulquín se supo por la bocaza del sacristán que andaba emberrenchinado por la María, asoleado, acelerado de tal manera que le daban calambres en la lengua y escupía todo un poco entrecortadamente pero ahí vamos mi amor, con paciencia y saliva, neblinosamente, como ensartando chumbimbes, yo era el que le llevaba el agua bendita con que María le daba abluciones a los clientes para que no le fueran a pegar enfermedades pecaminosas, yo era el que llevaba la novena del Santo Ángel de la Guarda, el Ejercicio de los 33 pasos, la novena del Divino Ecce Horno, la novena de la Gloriosa Santa Eduviges que ella rezaba una tras otra en su pieza antes de empezar a trabajar para que sus clientes fueran muchos y muy generosos, yo le conseguí su cuadrito de la Virgen de Fátima que tenía colgado en la cabecera de su cama para que le sirviera de patrona, a ella le encantan los colores biches y la nubecita blanca como de neblina que se posa sobre el arbolito, los pastorcitos tan sonrosados, las ovejitas inocentes como de dibujo infantil, el trece de mayo la Virgen María bajó de los cielos a Coba de Iría, eso sí ella misma había conseguido con muchas dificultades la colección de fotos de familias ilustres de Popayán que tenía rodeadas de guirnaldas rosadas y enmarcadas en la pared a la izquierda de su cama, eran las fotos que aparecían en los cigarrillos Puracé para ilustración y goce de la ciudadanía de Popayán, ella también fue la que compró en el mercado las fotos de Kennedy y de Alberto Lleras, y los había hecho enmarcar juntos en el mismo marco, al uno por primer presidente católico de los Estados Unidos y al otro por haberle dado el voto a la mujer y ser tan amigo de la hermosa raza de los americanos, qué mejor compañía para mi pieza y ahí va con sus habladurías y dale a la matraca de su loca traga, hasta que se hizo coger inquina u ojeriza de la cuerda calichera por loco, loquito, lo pongo, locazo, lo divorcio, y en esos días le dio por hablar raro, a lo seminarista y dale con manduquiar en vez de comer o jartar, con refectorio en vez de comedor, con asueto en lugar de vacaciones, oh María, María, Teófilo, cómo es tu cuento, tu dicharachería romanticoide, temblorosa como una papa de agua, ándale, inspirado bardo:
María Jesús Íquira tostando café,
bolitas de sudor en la frente calzada,
lista la máquina de moler, las postreras en la credencia,
sí señora,
su carita de Niño Jesús chumbado,
el agua del aljibe en los filtros de piedra,
sí señora,
sus piernas cortas mofletudas,
lavando las gavelas, quitándoles la sal,
sí señora,
los cuadritos, amasando la cuajada,
las manos prietas apretando hormando los quesos con curia,
el suero de los perros,
sí señora,
los doce años temblorosos invocando al Niño Jesús de la Espina
para que la proteja del duende chinchoso,
los guaduales,
la nocheciega,
los cuadritos colgando de la pared,
el camino de regreso a la casa de los Pardo,
el frío pellizcándole las corvas oscuras, pardas,
el eco seco de la puerta de golpe,
los cuadritos en tinta china colgando de la pared blanca,
juntitos persiguiéndola insistentes,
el pintor Luis Angel Rengifo: duende en acecho
rapto
flor marchita
pobre duende
sombras de tempestad
el duendecito
y así siete días a la semana huyendo del duende que acecha en los tambos, que nació en la casa de los patrones, que se divierte enredándole las trenzas a María Jesús Íquira cuando sale el sol de los venados.
Y si no cuéntanos zopenco de laguna tu visión idílica y poética del género humano del sacristán, su humilde cuna, sus sufrimientos múltiples y profundos, su manera de santificar el trabajo, no te me rajes que Jalisco no se raja y ya sabes que una de dos o de dos tres: o es masato o te gustan las macetas o no te metas porque tus cuasiversos son solamente mala prosa partida en pedacitos que a mí no manito con la vainita del gato por, libres sí, pero versos, no mazacotes, pero de dónde acá tanto amor por los menos favorecidos, relamidos eufemismos para lo que sabemos, o es que estás dispuesto a fabricar un romeo, que feo, del langaruto ese revendedor de recortes de hostia solamente porque inventó la teoría de la nieve perpetua la mayor parte del año, cuídate madreperla que de menores males se han muerto muchos puchos y caracuchos, turbia gurbia de levantador de falsos testiciertos y encaja este guarapazo, jab de izquierda para los invencioneros sin motivo ni razón y ahora sí déjate venir con los versitos esos o lo que sean sobre tu amado lambeladrillo, chupacuras y sacamicas del padre Falla, vale,
Linda chullita quiteña pasa la vida cantando,
no hay mujeres en el mundo igual a la de mi canción,
los potreros amarillos cubiertos de helechos,
Jesús con su boca llena de guineo hartón martirizando el
pará azul,
Las hojas de tambo, su pelusa chocolate estorbando la
respiración, mientras, Jesús,
el tambo, su sabor de almohada,
todo el día garroteando helechos a ras de tierra,
izquierda derecha,
mientras Jesús
todo el día,
el sol, cobre amargo debajo de los sobacos irritados,
el patrón dijo que a las cuatro regresaba de Dagua,
derecha izquierda,
siempre vuelve neura diciendo que los precios de la piña,
hay que moler duro,
esconder los guineos mientras,
derecha izquierda,
con el barretón tronchando maleza,
desgajándose un dedo, doloroso, sangrante,
forrándolo con café molido y un pañuelo,
embalsamándolo,
chirriando los dientes,
apretando desesperadamente
el escapulario marrón de la Virgen del Carmen que le cuelga del cuello vetoso,
devorando furiosamente hartones medioluto, moteados,
mantequillosos,
arrancándose el escapulario de un tirón,
amarrándolo al dedo cuasidecapitado,
maldiciendo jaculatorias,
hijueputiando oraciones para engañar el dolor,
como si nada hubiera pasado,
sin descansar, sin mirar el tambo,
sin saborear su sombra,
garroteando helechos
derechaizquierda
izquierdaderecha,
mientras,
Jesús Pardo,
Mientras.
De todas formas mi querido pandeyuca hay que ameritarle al prelado su increíble dedicación al deber, obligación o bajotra, no otra cosa es el verlo con su paso amarillento enfilar todos los días de guardar y los de botar, hacia el monte de los piñales, piña para la niña, mora para la señora, hacia la casa, habitación o vivienda de mi teniente Paz, a poner un poco de paz, alivio o descanso a ese par de hijas de Dios tan dejadas del mundo y tan necesitadas de asistencia espiritual constante y eficaz, amorosa y tierna, o no era así la vaina, o por lo menos que no la veía así, o por último, no la contaba así con sus palabritas todas entrecortadas pero neblinosas al dignísimo susodicho tonsurado, manoplita, pero volviendo a lo de tu protegido, consentido o chupamedias tengo el placer de comunicarte de manera oficial y por medio de los canales regulares que ofrece la institución para casos semejantes que
la limosnita de tus piernas,
la limosnita de tus senos,
la limosnita de tu vientre,
los amos hirsutos,
la sal encenizada del ganado en las canoas de roble mientras,
la desyerba del potrero mientras,
a cien pasos del rancho de paja,
desleídos por dentro,
aguanoseado el corazón,
chirle el estómago mientras,
tu mujer con el amo,
tu madre con el amo espinoso,
cumpliendo con su cuerpo la obligación terrajera mientras,
tú, quieto como un Niño Jesús chumbado,
mientras el sol reseca la sal encenizada en las canoas,
mientras.
él me contó lo de las gárgaras de Astringosol que María se hacía con lujo de sonoridades para matar los malos gérmenes que los clientes le dejaban en la boca, por eso, por el astringosol, me acordé de mi madre y de la herencia que me dejó: un frasquito de astringosol para lavados bucales, mata gérmenes por millones al contacto, para el mal aliento, los resfriados, las cortadas, las raspaduras, las mordeduras de insectos y la caspa infecciosa, un frasco de jarabe Fuentes balsámico de las vías respiratorias para bronquitis crónicas, y bronquiestasias, adultos tres cucharadas al día, mañana, mediodía y tarde, niños dos cucharaditas al día, entitisco, marca registrada. Y una bella colección del almanaque pintoresco de Bristol calculado expresamente para Colombia y cuya corrección se garantiza, en que ella seguía las fases de la Luna, la predicción del tiempo y mareas, los eclipses, los santos de la Iglesia de cada día, por eso hablaba tanto del Tricófero de Barry, de la Zarzaparrilla de Bristol, del linimento de Grath, de la brillantina Reuter de lujo, del cholagogue indio de Osgood, de la legítima agua de Florida de Murray y Lanman, pero sobre todo, las bellísimas poesías que coleccionaba del almanaque de Bristol y que me hacía aprender de memoria, su preferida “Las abandonadas” de Julio Sesto que recitaba todos los domingos antes de acostarse con mucho sentimiento:
Cómo me dan pena las abandonadas
que amaron creyendo también ser amadas
y van por la vida llorando un cariño
recordando un hombre y arrastrando un niño.
Las abandonadas son como el bagazo
que alambica el beso y exprime el abrazo
si aún les queda zumo lo chupa el dolor.
Son triste bagazo, bagazo de amor.
Mi madre era una blanca nacida en Yarumal a quien un moreno de Buenaventura encandelilló con su malabarismo o verborrea verbal y con sus trucos amatorios, se la llevó a la isla y la puso a vivir en Viento Libre, en una casa en el mar sobre pilotes de madera y se dedicó a llenarla de hijos mulatos, hasta que Cástulo Filigrana se cansó de su carne sin color y la dejó por una negrita reluciente y empingorotada y pizpireta que descubrió dando cusqueñas en un parque, entonces mi madre empezó a mezclar el rosario abandonado por culpa de los exorcismos sensuales de Filigrana con las noches calenturientas en el bar Monterrey donde iba a alquilar sus piernas pálidas que ya empezaban a aflojarse como guango de leña,
No hay quien las ampare, no hay quien las recoja,
más que el viento mismo que arrastra la hoja...
de sus hondas cuitas ni el Señor se apiada,
porque de estas cosas... Dios no sabe nada.
por eso es que yo me confieso, por la mitad mía que es de Yarumal, antioqueña y curera, por la mitad desteñida, sin sanforizar, por lo Arnovio, porque lo Filigrana es gozador, calichero y busca la movida donde está, en casa de los dueños de la lana, y lo chévere, donde las mujeres de la vida legal, lo demás es barro, o no, fratello, la vieja se murió de lo puro blanca, se fue poniendo transparente, como de vidrio y se evaporó, que eso le pasaba por no confesarse cada mes como le había recomendado la madre superiora del Colegio de Calarcá, por eso yo me confieso cada mes aunque no me guste andar contando mis cosas, yo no soy bocón, ella me dijo que Cástulo Filigrana iba a acabar mal por haberla engrupido con sus mentiras y por haberla lanzado a la vida, y fue así, Cástulo vivió bien muchos años hasta que se metió con lo de la coca y un día amaneció con la boca llena de moscas en una calle de Nayita, uno aprende aunque sea morocho, por eso yo no me meto con la droga aunque pague bien, por si las moscas, con otros negocios de la gente bien sí, porque ellos siempre tienen la razón y uno también aunque sea de refilón, si no mire lo legal que andaba en Dagua en lo de la casa de Santa Zita, pero como allí me pusieron de allí me sacaron y ahora ando enredado con Blanquita que no hace honor a su nombre por fuera pero sí por dentro, buena ficha, y además también es morocha, ni café ni leche, café con leche, mediatinta, por eso nos entendemos aunque a los trancazos porque es terca como marrano con tranquera, que no se sale a vivir conmigo porque ya probó matrimonio y no le gustó, así son todos, unos desgraciados, primero qué ojitos, qué boquita y luego te desconozco mosco, es una viva, se las sabe todas más una y las que no sabe se las inventa, por eso me gusta, porque no es ninguna pintada en la pared, sacármela a vivir, tener morochitos, criados, jugar con ellos por la noche al topetaz, y asentarme de una vez que a lo mejor ya está bueno de relajo y de armar polvaredas, la vaina es que las cosas se están poniendo color de hormiga por acá con las arrecheras de los campeches que les ha dado por robarle la tierra a los Blanco, así no se puede, y andan jodiéndome que soy un vendido, por lo menos no soy un regalado, ni un ladrón como ellos, me amenazan con sus machetes, viven partiendo papayas de un solo tajo cuando me ven. Como cincuenta campesinos de la región de Bitaco fueron detenidos y puestos a órdenes del juez de instrucción criminal para que se les defina su situación en relación con la invasión a la hacienda de Costillará de propiedad del señor Moisés Blanco. Se indicó que al amanecer del domingo fueron levantadas unas casas por los invasores. Al darse a conocer la lista de los detenidos se estableció que en la penitenciaría hay quince menores de dieciocho años y un menor de quince años de nombre Jesús Pardo. Entre los mayores de edad hay tres reincidentes de estas acciones que responden a los nombres de Ananías Álvarez, Teófilo Falla y José Pardo, y me miran con piedra, como si me tuvieran pica, han de ser hechizos, estos agrícolas andan siempre con sus brujerías debajo de la ruana, esta vaina no me está empezando a gustar nada, lo que se llama nadita, a lo mejor agarro mi morral, me mando a mudar y me voy con mi música a otra parte, pero claro, como él no tiene que vérselas verdes con ellos a plomo cuando se les alebresta el avispero ahí va haciéndole al cantar de los cantares con sus versitos medidos con cauchera y metiendo la cucharada cada vez que le provoca o apetece, cuál es la vaina ahora pues,
Todavía túmbilo por el sueño de las dos de la mañana,
José Pardo llamando a Jesús Pardo, despertándolo,
sigiloso,
asustadizo, pardo,
los azadones chocando escandalosamente con los barretones,
los machetes, el hacha,
no hagas ruido,
las medialunas,
los garrotes de garrotear,
llévate la ruana que hará frío,
la mochila de coca para mambear, para matar el hambre,
la jigra de los hartones, las arepitas de choclo,
no las despiertes,
habrá que trabajar duro por la noche y adelantar el sembrío
y escoger bien la tierrita no sea que nos toquen arenales
encima de excomuniones,
la boca recogida,
los ijares tensos,
las manos extrañas,
y un sabor agrio de algo definitivo en la boca,
José Pardo.
porque, hablando de música, el ingeniero Canales de música ni la sombra, ni de tomatas ni de nada, serio, trabajador, medio aburrido a ratos pero serio, seriote, malo malote, iscariote, se puede contar con él, pero así me lo pusieron en la boca y allí estamos con lo del mariachi que es pura paja, qué haría un mariachi en Dagua, naranjas, puros cuentos, pero el tipo nació, oyó, contó el suyo y murió, como en el ciclo de las flores, de las plantas, nacen, crecen, se reproducen y mueren, solo para poder echar sus cuentos de pastusos, solo para jugar con el verbo echándomelo a mí, impostor, travesti, doctor Merengue, tenía que poner al ingeniero Canales solo porque le regaló los famosos bluyines-banderita del carajo, sin contar lo peor que es su imagen de Blanca-muchachita-de-los-bucles-de-oro, tierna y pura, Alicia en el país de, las maravillas de Blanca, guardándose dentro del bolsillo seminarístico la realidad de, creando imagen, idealizando, latinizando, quitándome la realidad cruda y hermosa y poniéndome harapos de futbolista, de desenfadado sexual, de comerciante de blancas siendo él el que comercia con Blanca, escondiendo la verdad, su deseo escondido de ser Filigrana, haciéndome su sueño imposible, ventrílocuo, diciendo a través del muñeco las palabritas que no pueden salir de su boca todos los días, moviéndole las manos a Pepito, buenos días niños sabían ustedes la historia del negrito Floripondio Filigrana, negrito malo que se dedicaba a despojar a los campesinos de sus derechos como lacayo de los terratenientes, babosadas, que vivía solamente para la fornicación y los pecados de la carne, la concupiscencia, la impureza y toda clase de faltas contra el cuerpo, verdad Pepito, sí señor, cuéntale a los niños qué le pasó como castigo a ese pícaro malvado de Floripondio Filigrana, Pepito, que lo pusieron a vivir en un cuarto y lo privaron de la compañía de su amigota de fechorías, una tal Blankosky Morenosky, mulatosky medio comunistoidosky, saben qué mis queridos niños, que este es su purgatorio porque la bondad de Dios no lo quiso mandar de un empellón o patada al Averno, Infierno, Gehena, Paila Mocha, por eso niños no hay que ser como el malo de Floripondio Filigrana sino bueno como el Niño Jesús y como Teófilo Falla, ahora niños, Pepito les va a repartir caramelos para que sean obedientes, caritativos y castos, con la voz que quisiera verdaderamente, escondiendo su realidad aparentada pero deseada a través de la ficción de Pepito, pero amigos y amigas, compatriotas, estimados sobrevivientes, un negro no se aguanta tanta farsa, aunque sea inventado, una cosa es tirar farsa y otra serlo, por eso me voy a hablar con Blanquita para ver si arreglamos algo, y entonces sí tenerse y ajustarse los cinturones para que no se dispersen los cadáveres, amén, así sea.
FIN
...Arnovio es un plato, es un tipo legal, atronado, chévere, la mueve como Valeriano López, centro delantero, la teje, la borda, la zurce y tiene un cañón de Tanque Ruiz, es imparable, corre los noventa minutos, un crack…
…el hombre es buen amigo, conmigo, con todos, todos lo quieren cantidades, es un tipo codo, los codos los tiene flojos, abiertos, abierto también tiene el corazón, corazón de misionero, misionero de sus negros del Pacífico quiere ser, ser de ellos, ellos son su meta, su amor, su amor es lo que los salvará con alegría, alegría bulliciosa, con ritmo de currulao y sabor a Dios, Dios es alegría, alegría es la cara de Arnovio…
…sus manos son grandes y calludas no solo de tanto hacer velas sino por la manera en que su maestro le tomaba las lecciones en la escuela de Andagoya. Había que hacer fila y cada uno ponía su mano en la del profesor De La Pava con la palma hacia arriba. Por cada error un reglazo. Había que crear callos en la mano o aprender…
…un día, cuando Arnovio tenía quince años, vino el circo de Andagoya y Arnovio se fue a ver a los payasos Mantequilla y Tetoquín: se enamoró de las piernas de la trapecista Margarita. Le hizo una vela grandísima de todos los colores con sus iniciales y le llevó una serenata él solo y le cantó blancas margaritas que hoy deshojo a ti. Se acostó con ella durante ocho días hasta que se fue el circo…
…el año pasado le pusieron dos en conducta y el padre rector le dijo que estaba prohibido demorarse más de un minuto en el espejo peinándose. ¿No se ha visto suficiente? ¿No ha notado esa cara de caballo de feria que tiene? ¿Cree que peinándose se alisa esa churquería? Vanidad. Luego le tuvieron que quitar el dos en conducta porque alegó que ser feo y negro no es pecado. Desde ese día el padre rector le cogió tirria…
Aunque siempre vive más contento que marrano estrenando lazo, a veces le da la murria, anda estragado, cabizbundo y meditabajo. Dice que no se siente bien entre tanto amarillo, que le hacen falta sus morochos. La embarrada eso de ser mitamita, pintado, perico, aguastibias, entrerríos, comsicomsá, nichichanilimoná, niaquiniallá, que ni los negros lo quieren por blanco ni los blancos por negro… Hasta que un día arregló su maleta y se fue y ni me pude despedir, solo me dejó una boletica en el pupitre: querido primacho y primocordio, me voy por feo, chalupines, nos vemos las carátulas en algún bucéfalo o en la casarteria en Dagua. De frente, Arnovio.
…su padre se ganaba la vida haciendo velas de cera y de sebo, blancas y de colores, rojas, azules, verdes. Tenía una gran caldera en la que hervía la esperma. En una gran tapa de madera colgaba los pabilos de unas puntillas dobladas y las metía y las sacaba de la caldera llena de cera hirviendo hasta que cogían grosor. De tanto chispearse los ojos con cera caliente se había quedado ciego o medio ciego. El Arnovio se chorriaba sus velas y se iba gangsteriano a cambalacharlas por vistas. Las vistas de tipos, especialmente de Zorro, Supermán, Capitán Marvel y Tarzán eran más caras. Las de los malos valían poco. El Arnovio era una pantera jugando a las vistas. En el andén se ponía la vista que se iba a jugar, después de cotejarlas, y se la impulsaba con el dedo índice. Si caía en tal forma que tocaba la otra, ganabas. Arnovio tiene una cicatriz en el brazo derecho. Fue en una pelea por vistas…
Teófilo, el sancocho está servido, la hora del almuerzo, los nidos de pájaros fabricados por los dos, vacíos de huevos, mal queridos, tristes, en los árboles del potrero, las trenzas chocolate cedazo de la hermanita tibia, corriendo detrás de los gorriones, el secante del sol en la lengua, frotándola, las guayabas blancas carnosas, los guayabales, la guerra de guayabas, las camisas repletas de pepitas de guayaba, la música amarilla del sol en la cabeza, en las orejas, la fiebre, la comida con velas de esperma de sebo, la noche hirviente, los toldillos impotentes, la orquesta en miniatura: los trombones, las trompetas, los flautines, los violines zancudando finito, los ventanales lejanos, las hormigas inmensas entrándose por las ventanas inalcanzables, sobre las cobijas, las hormigas mamá no se han ido persistentes, los venenos de humo verde para las arrieras, el viejo tapando las entradas de sus promontorios, devoran las cosechas, las hojas con sus tenazas metálicas brillantes,
el secreto es tapar todos los agujeros hijo,
bien tapados con greda de la sedosita
y soplarles mucho humo verde y azul de los venenos
y taponarles con furia el único agujero abierto hijo,
tienes que mezclar dos porciones de azul y una de verde,
revolverlas bien hasta que cojan un color asumadrado,
después las debes poner en el compresor encima del
calentador donde dice Heat
y darle duro a la manija de la bomba para que coja presión
y entonces meterle la manguera al nido y soplar hasta
reventar,
embutirles veneno,
enmorcillarlas,
porque si no se mueren todas juntitas
o se te comen la lechuga
o no te pagan el trabajo
así es la vida hijo
o jodes
o te joden
y no te olvides de no respirar ese aire porque daña los pulmones.
Las ventanas inalcanzables, los grillos, el sudor grueso como engrudo de hacer cometas, la quina caliente, los caballitos de palo helicopteriando, los cucarrones morados y amarillos, los globos de colores entrándose escandalosos por las rendijas, llenas de humo, listos a elevarse, a untar su calor en las paredes. El palo larguísimo con el trapo encendido en la punta asomándose por la ventana, las cobijas espesas de lana, las compresas de vinagre con alcanfor en la frente, hierro derretido burbujeando en las orejas, La Magdalena, Florida, Corinto, Miranda, los pueblitos, siempre los pueblitos, siempre la fiebre roja, siempre los zancudos afilados dentro de la cabeza, como si la tuviera metida en una vejiga de toro hirviendo de grillos.
FIN