Y cuando nos espíen

para Snowden

Y cuando

nos espíen

deja que

nos descubran

amando

—en verdad no importa

lo que amemos;

deja que sea

un ejercicio

del corazón—.

Puedes empezar

con

tu automóvil

—si esa ha sido

tu educación—.

Después de todo

los grandes

nos dicen

que se trata

de cualquier modo

necesariamente

de abrir el corazón.

Podría ser

tu perro

—es ahí adonde

a muchos amigos

y a mí

nos hallarían—.

Podrían ser

el desierto

o la montaña

el río

o un peculiar

recodo

en un camino solitario

que te hace

sufrir

de añoranza.

Deja que nos hallen

hundidos en

la conspiración

(respirando juntos)

del amor

—abiertos nuestros corazones—;

resignados a ser

estos

a veces ridículos

y siempre vulnerables

seres humanos

a quienes

aquellos

que no tienen

experiencia de que

el amor existe

en este mundo

deben espiar.