Introducción

Lo primero que olí fueron las lilas y los jazmines del jardín. Lo primero que vi, al abrir los ojos, fue a Ella. Fue también lo primero que toqué y su risa lo primero que oí. Mi primera conciencia fue Ella. Así empezó nuestra existencia. Así me condené a un Amor Eterno. Fuimos creados inmortales, iguales y complementarios. Ella era el fuego y el aire. Yo la tierra y el agua. Tan necesarios entre ellos y tan opuestos entre sí.