Fragmento de las fallidas memorias de un cuentista de los albores del siglo XXI

Cuando despertó –después de haber escrito un libro de historias corrientes sobre la vida de personajes sombríos, otro más de poemas panfletarios del que no se conserva ningún ejemplar, algunos ensayos más bien deshilvanados, recibido un premio literario e innumerables palmadas en los hombros, y ser incluido en una antología, fotografiado, entrevistado y puesto como ejemplo para sus allegados–, Augusto Monterroso todavía estaba allí.