Nuestro cuerpo es nuestro templo, es la manifestación de nuestro espíritu en la Tierra. Se nos ha olvidado que es nuestro único vehículo y que le afecta lo que hacemos o permitimos entrar en él.
El primer paso para vivir una sexualidad sana es el mantener tu cuerpo limpio, sano, activo y lleno de amor.
Se ha demostrado científicamente que lo que comemos afecta nuestro cuerpo, órganos, sangre, mente, cuerpo y cuerpo energético. Absolutamente todo lo que hacemos en esta dimensión afecta a nuestro templo.
Muchos problemas de sexualidad surgen por la falta de minerales y nutrientes en nuestro organismo, otros por exceso de tóxicos, por falta de actividad física o por abuso y falta de amor en nuestros pensamientos y expresiones hacia él.
Estos tips son una guía rápida para iniciar tu recorrido hacia una sexualidad sana. Para más información y recetas, consulta mis libros El arte de la vida sana y Del punto A al punto G en donde hablo con detalle de cada uno de ellos.
Verduras
Consumir verduras nos ayuda a mantener nuestro cuerpo con la energía del sol. Nos dan vitalidad, energía, y todos los nutrientes y minerales para llevar una vida sana. Te recomiendo comerlas todos los días, en especial si comes proteína animal, pues es la mejor pareja para mantener balanceados los niveles de acidez y alcalinidad en tu cuerpo.
Agua
El agua tiene una vibración especial que nos ayuda a mantener nuestro cuerpo hidratado, humectado, elimina toxinas, mantiene al hígado sano y apoya el funcionamiento de todos los órganos, sangre y sistemas de nuestro cuerpo.
Tomar de 4 a 8 vasos de agua al día es importante, y apoyarlo con alimentos altos en agua como el melón, la sandía, la piña, el pepino y el apio.
Súper comidas
Las súper comidas son alimentos densos en nutrientes. Una súper comida es el equivalente a consumir dos platos de frutas y verduras que contengan muchos minerales, vitaminas y antioxidantes.
En nuestros países latinos, y en especial México, tenemos la gran fortuna de contar con muchas de ellas:
Grasas
Las grasas son esenciales para tu sexualidad y para mantener la salud de tus órganos internos. Hay muchos tipos de grasas, y la mayoría no son buenas, sobre todo cuando se cocinan a altas temperaturas, ya que sus nutrientes se disuelven con el calor y se oxidan, creando sustancias que son tóxicas para nuestro cuerpo y que pueden desarrollar enfermedades tan graves como el cáncer.
En cambio, las grasas buenas son deliciosas, altas en omega 3 y ayudan a nuestro cuerpo:
Granos
Los granos nos dan energía, nos apoyan a regular los niveles de insulina en el cuerpo que van de la mano con las hormonas necesarias para mantener sana nuestra vida sexual.
Existen un sinfín de granos que son buenos para la salud, y si los consumes tendrás resuelto el antojo por carbohidratos sin la necesidad de recurrir a los que no son tan sexys para nosotros:
Carbohidratos refinados
Las harinas, el arroz y el pan blanco reducen el deseo sexual. Este tipo de carbohidratos nos suben de peso, nos quitan energía y nos provocan sueño excesivo. Además, duermen nuestros sentidos, nuestra verdadera capacidad de sentir placer. Les llamo “la anestesia para el no sentir” del nuevo milenio, es por eso que se han vuelto tan adictivos como el azúcar, ya que te bloquean las emociones.
Azúcar refinada
El azúcar refinada es veneno puro. Lo único que consigue para el cuerpo humano es intoxicarlo poco a poco hasta crear enfermedades, problemas con los niveles de insulina en el cuerpo y, sobre todo, afectaciones al hígado, uno de los órganos más importantes que apoya la generación de las hormonas del sexo. Si nuestro hígado está trabajando todo el día en eliminar tóxicos como el azúcar, antibióticos, drogas y alcohol, no tiene espacio ni tiempo para crear las hormonas necesarias para llevar una vida sexual sana.
Alcohol
Uno o dos vasos de vino pueden ser muy afrodisiacos y despertar tu libido, además de que en el caso del vino tinto contiene antioxidantes que te protegen de los radicales libres que crean enfermedades, además de proteger tu corazón.
Beber en exceso no sólo hace que la sangre no circule hasta tus genitales, sino que afecta tus niveles de azúcar en la sangre, que a su vez afecta la creación de hormonas como la serotonina y la dopamina, básicas para despertar el deseo sexual.
El alcohol, además, te aleja de tu verdadera esencia, pues crea la ilusión de querer compartir tu sexualidad con alguien, pero desde la inconciencia. Recuerda que vivir tu sexualidad sagrada debe de ser desde la conciencia en todas las ocasiones que quieras compartir el acto sexual.
Comida en exceso
Tu cuerpo no necesita tanta comida para mantenerte sano y nutrido. Cuando abusamos de la comida, nuestro cuerpo se va durmiendo, bloqueamos nuestros órganos y éstos dejan de funcionar como deberían; la sangre se vuelve pesada reduciendo el flujo de líquidos, nuestras emociones se reprimen generando depresión, falta de energía y de motivación; y nuestra libido o deseo sexual disminuye considerablemente porque nuestro cuerpo está tan enfocado en digerir y crear espacio para los excesos que no tiene energía para crear más hormonas que apoyen nuestro deseo sexual.
Ejercicio
El ejercicio tiene múltiples beneficios. No sólo ayuda a que tu sistema cardiovascular funcione mejor, con 20 minutos de ejercicio al día se activan endorfinas y testosterona, estimulando tu estima y subiendo tus niveles hormonales para volverte más deseoso al hacer el amor.
Ejercicios cardiovasculares como correr, caminar, nadar o andar en bicicleta son buenos para que tu corazón funcione adecuadamente y te den un rendimiento sexual óptimo.
Hacer pesas o pilates te dan tono muscular y fortalecen tus músculos, así tu espalda estará en forma para vivir horas de intenso placer.
El yoga es muy recomendable para adquirir elasticidad, balancear tus centros de energía, relajarte y volverte flexible, beneficios indispensables para vivir el arte del amor de una forma más dinámica.
Hacer ejercicio 6 veces a la semana durante 20 minutos diarios te dará salud integral para vivir una sexualidad más sana y plena.