PALABRAS LIMINARES

¿Cómo una palabra se vuelve liminar, así como así, de la noche al día? Tiene que haber un método, una técnica tal vez que permita a todas las palabras, sin excepción de ninguna clase, ni de raza ni religión o sexo (que tanto se parecen), tiene que haber un camino para que una palabra se haga liminar. Tal vez un retiro, campestre o religioso, tal vez una fórmula mágica o siquiera química que permita a todas las palabras llegar a la liminaridad sin problemas ni pretextos. Será necesario hacer un movimiento de masas para permitir el acceso a la región liminar. O tal vez encontrar la clave, la llave, la pata de cabra para forzar la puerta liminar. Sería de desear no tener que llegar a la violencia, pero o todas las palabras son, si ellas quieren, liminares, o ninguna palabra es liminar. Esto lo decimos sin ánimo de herir susceptibilidades ni incomodar intereses ajenos: nosotros, los del Movimiento Pro Palabras Liminares, debemos tratar de lograr por todos los medios nuestros objetivos. ¡Ni una palabra que deje de ser liminar! ¡Todas las palabras como una sola en la lucha por el poder liminar! ¡Palabra o muerte! ¡Liminaremos!