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Misterio

Nicu llegó a casa justo antes de que amaneciera. Voló hacia el sótano donde Adam y su papá ya estaban dormidos en sus respectivos ataúdes. Nicu había cogido un reloj y había puesto la alarma para ser el primero en levantarse y estar preparado para detener a su papá.

Nicu se metió en su ataúd y cerró la tapa. Iba a resultar difícil conciliar el sueño aquel día.

*

El sol casi se había puesto cuando sonó la alarma de Nicu y entonces la tapa de su ataúd comenzó a abrirse. Nicu se asomó y vio que estaba lo suficientemente oscuro para salir. Dio un salto y se quedó de pie al lado del ataúd de su papá. El sudor comenzó a aparecer en la frente de Nicu. ¿Realmente iba a intentar evitar que su papá matara a la persona que había asesinado a su mamá? La casa era diferente sin su mamá allí. Ella no era tan mala como su papá. Había habido ocasiones en que ella había abrazado a Nicu aunque esto era cuando no había nadie alrededor. Él estaba seguro de que su mamá lo había querido a su manera y algunas veces cuando ella lo abofeteaba Nicu podía sentir amor en cada bofetada. Algunas veces incluso ella había sonreído cuando lo hacía, lo que hacía que Nicu le sonriera a su vez y lo que hacía que su mamá lo abofeteara un poco más. Se había convertido en su juego particular. Nicu echaba de menos que lo abofetearan. Suspiró, dejó escapar un gran suspiro y levantó la mirada hacia el techo.

Spidey la Serpiente había muerto. La mamá de Nicu estaba muerta. ¿Quién sería el próximo? Quizá Félix. Florin parecía bastante dispuesto a hacerlo.

Justo en aquel momento el ataúd de su papá se abrió al mismo tiempo que lo hacía el de Adam. El papá de Nicu se levantó y estiró la espalda. Bostezó y luego miró hacia Nicu.

–¿Qué estás haciendo aquí, niño malo?

–Bueno... papá, es sobre la anciana que vas a... matar.

–¿Y qué pasa con eso?

Adam se unió a ellos.

–¿Quieres unirte a nosotros, pequeño? Bueno, no puedes porque eres demasiado joven.

–No, no quiero unirme a vosotros.

–¿Qué pasa entonces? –el papá de Nicu salió del ataúd.

–Por favor, no la mates.

El papá de Nicu se puso un poco más pálido y luego enrojeció. Debía tener un montón de sangre dentro de él que podía mover alrededor de su cuerpo cuando quería parecer sorprendido o enfadado.

–¿Qué has dicho? ¿Que no mate a quien mató a tu madre? Fuera de mi vista antes de que te añada a la lista.

–Pero papá, si tú la matas entonces toda esa gente se volverá loca y luego todos vendrán y empezarán a matarnos a nosotros los vampiros y luego nosotros mataremos a más de los suyos y luego ellos matarán y luego nosotros mataremos...

–¡He dicho que te vayas!

El papá de Nicu iba a pegarle, pero Nicu se puso frente a él.

–¡No puedes!

–¡Traidor! –el papá de Nicu le dio un empujón.

Adam entonces atacó a Nicu y le dio otro empujón.

–Sí, traidor. Mamá estaría dando vueltas en su tumba si no fuera porque la han convertido en cenizas.

El papá de Nicu y Adam abandonaron el sótano. ¿Qué iba a hacer Nicu?

–Tengo que detenerlos. Y solo puedo hacer una cosa.

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