24. VUELVE LA HONRA A CASA DEL CID
Por orden del rey Alfonso el campo se despejó.
Declarados vencedores fueron los del Campeador:
Antolínez y Bermúdez y también Muño Gustioz,
que vencieron sus combates gracias a Dios Creador.
Muy deshonrados quedaron los infantes de Carrión.
Quien a una dama escarnece y la deja en su dolor
se merece el mismo trato, o tal vez otro peor.
Pero olvidemos la historia de los condes de Carrión,
que con lo que han recibido ya bien castigados son.
Hablemos de Mio Cid, el que en buen hora nació.
Grandes fiestas se celebran en Valencia la mayor,
porque victoriosos fueron los del Cid Campeador.
Mesando su larga barba, así Ruy Díaz habló:
«Gracias al Rey de los cielos, mis hijas vengadas son.
Ahora sí que tendrán libres sus herencias de Carrión,
y podré, pese a quien pese, casarlas con todo honor».
Ya comenzaron los tratos con Navarra y Aragón,
y todos tuvieron junta con Alfonso el de León.
Hicieron sus casamientos doña Elvira y doña Sol;
si los de antes fueron buenos, estos son aún mejor,
con mayor honor las casan que en la primera ocasión.
¡Ved cómo crece la honra al que en buen hora nació,
al ser sus hijas señoras de Navarra y Aragón!
Así los reyes de España hoy del Cid parientes son,
y a todos alcanza gloria del que en buen hora nació.