La motivación es lo que te hace empezar.
El hábito es lo que te hace continuar.
Jim Rohn
No te asustes por la palabra «ritual», porque no es necesario sacrificar una cabra en el salón de tu casa para llevar a cabo tus hábitos.
La ritualización es una técnica que consiste en apilar algunos hábitos con tal de ejecutarlos de forma rutinaria y constante.
Por ponerte un ejemplo básico, si quieres empezar a utilizar el hilo dental después de cada cepillado de dientes, sólo tienes que apilar el nuevo hábito (uso del hilo) a un hábito ya consolidado (cepillado).
Gracias al apilamiento de hábitos puedes enlazar hábitos y hacer que un hábito dispare la ejecución del siguiente para ahorrar energía mental y reducir la fatiga de decisión.
Muchas grandes figuras, como Tony Robbins, Mark Zuckerberg, Oprah Winfrey o Bill Gates, son famosas, además, por haber creado rituales diarios que incluyen la meditación, el deporte o la lectura de libros entre otros muchos hábitos repetidos de forma sistematizada.
Creemos que la fuerza de voluntad no se agota nunca, pero todo lo contrario. Con cada decisión que tomamos durante el día la fuerza de voluntad se reduce, y teniendo en cuenta que un adulto toma entre 600 y 35.000 decisiones diarias (por pequeñas o sencillas que sean) es normal que al finalizar nuestra jornada nos cueste más no sólo tomar decisiones, sino también llevar a cabo algunas acciones que requieren de más fuerza de voluntad, como hacer ejercicio.
Tomar decisiones causa fatiga de decisión (también conocida como «ego depletion»), y a mayor importancia de la decisión mayor cansancio. Por eso aprender a tomar decisiones de forma rápida es una de las vías directas hacia el éxito, por todo lo que conlleva.
Esto llevado al extremo es lo que ha hecho que Mark Zuckerberg, creador de la red social Facebook, vista cada día con el mismo color de camiseta y jeans. ¿No tiene dinero suficiente para comprarse ropa? ¡Pobre Zuck! No creo que ése sea el problema. Esto corresponde más al no tener que tomar la decisión de qué ponerse y ahorrar su energía por poca que sea. Otro caso muy famoso es el del expresidente de Estados Unidos Barack Obama que, conocedor de esta teoría, solía vestirse únicamente con trajes de color negro, azul oscuro o gris.
Dicho esto, la única forma de ahorrar energía mental es dejar de tomar decisiones y empezar a formar hábitos.
Piensa en algo tan simple como conducir o alguna otra rutina que al principio te costase ejecutar, hasta que la interiorizaste y ahora puedes repetir sin prestarle atención.
Cuando no eres capaz de realizar una rutina en modo automático, es tu córtex cerebral el que lleva la batuta de la acción, pero cuando el hábito está consolidado, éste pasa a tus ganglios basales y se queda ahí de por vida. ¿No has escuchado esa frase de «Montar en bici nunca se olvida?».
¿Qué tienen en común Bill Gates (Microsoft), sir Richard Branson (Virgin), Jeff Bezos (creador de Amazon) y Warren Buffett (inversor y empresario de éxito)?
Además de que todos ellos son multimillonarios —y pondría la mano en el fuego a que ninguno de ellos sabe cuántos ceros hay en sus cuentas—, todos han desarrollado rituales matinales para afrontar sus días bajo un marco positivo. Domina tus mañanas y dominarás tu día.
Aunque esta práctica no es nueva —hace años personas como Winston Churchill o Franz Kafka ya tenían un ritual matinal—, se está popularizando mucho en los últimos años, y he podido comprobar cómo muchos de los entrevistados en mi podcast «The Success Academy» están llevando a cabo rituales similares. Raimon Samsó, autor del best seller El código del dinero, se levanta sobre las 5.30, y en esos momentos de tranquilidad, paz y sosiego, empieza bien su día practicando yoga, viendo amanecer y haciendo agradecimientos diarios.
Y es que la forma en que comienzas tu día, normalmente, determina el resto de tu jornada.
Si quieres ser más productivo, sentirte con más energía y centrado en todos tus objetivos deberías empezar tu día con un ritual matinal.
Es muy importante empezar bien el día, no sólo porque durante las primeras horas de estar despiertos es cuando más energía tenemos, sino que, además, es cuando más productivos podemos llegar a ser.
Seguro que conoces algunas personas que radian energía, que parecen haber sido conectadas a una fuente eléctrica y no se les agotan las pilas, ¿verdad? Pues bien, normalmente ese tipo de personas o bien son así por naturaleza (que, déjame decirte, suelen ser muy pocas), o bien han trabajado duro para conseguir ese estado.
El tipo de ritual que te voy a explicar a continuación es uno de los más utilizados por personas que han conseguido el éxito a un gran nivel en sus vidas y que han destacado frente a la media.
Y es probable que para llevarlo a cabo tengas que levantarte antes, aunque si te gestionas bien no será necesario un gran sacrificio por tu parte.
Con este ritual estarás creando el marco positivo y las bases en las que se sostendrá todo tu día.
Podrás recordar las fases de este ritual pensando en el acrónimo DAME: desconexión, afirmaciones positivas, meditación y ejercicio.
Fíjate que no hay mejor forma de empezar el día que pidiendo a éste que te dé lo mejor para ti.
Según las estadísticas, aproximadamente el 58 por ciento de los adultos revisan su correo electrónico nada más despertarse. ¿Estamos locos? No sólo nos acostamos y nos despertamos enganchados al teléfono móvil, sino que, además, dormimos con el teléfono a pocos centímetros de nuestras cabezas. No hace falta tener muchas luces para ver que esto no puede ser bueno para la salud (aunque de momento no hay evidencias científicas que demuestren lo contrario).
Dejando a un lado si las frecuencias del móvil nos volverán a todos lelos, la cuestión es que nada más despertarnos es muy común empezar el día con rutinas que nos ponen en alerta desde el primer minuto. Desde chequear el WhatsApp, revisar el correo, mirar el Twitter o leer las noticias nada más despertarte hacen que empieces el día estresado.
Si durante la noche has recibido un email urgente de vete tú a saber quién, ya empiezas el día en un estado de urgencia que no es bueno.
Por ese motivo, entre otros, te recomiendo no mirar tu teléfono durante los primeros minutos en los que estás despierto. Tampoco mires tu ordenador, tu tableta o la televisión. Aprovecha ese momento para desconectar del mundo y conectar contigo mismo. Dedicarte unos minutos antes de conectar de nuevo con el mundo es un hábito que sólo te traerá cosas buenas. Seguramente debas levantarte un poco antes de la hora a la que te levantas actualmente, pero es un pequeño precio que debes pagar y que rinde beneficios. Date el lujo de empezar el día sin estrés:
• Bebe agua: Tu cuerpo ha estado muchas horas sin hidratarse y éste está compuesto en un 65 por ciento de agua. Así que trata de hidratarte no sólo a primera hora, sino durante todo el día. Bebe aproximadamente dos litros diarios. Así eliminarás toxinas, limpiarás tu organismo y te sentirás mucho más enérgico.
• Cepíllate la lengua: En tu lengua se acumulan un montón de bacterias durante la noche, y con un cepillo de lengua estarás ayudando a tu cuerpo a eliminarlas. Hay cepillos que son específicos para la lengua, aunque bien lo puedes hacer con tu cepillo de dientes. Créeme que es algo que debería hacer todo el mundo.
• Tómate un zumo de naranja o un zumo verde porque cargarás de energía tu cuerpo de forma muy saludable, además de llenarlo de vitaminas y nutrientes esenciales para estar a tope todo el día. Los zumos verdes llenarán tu cuerpo de antioxidantes, de minerales alcalinos, de clorofila y otros componentes que son esenciales para llevar una vida sana porque regeneran tu cuerpo. Mi zumo favorito: naranjas, zanahorias y manzanas. Delicioso.
• Tómate un Bulletproof Coffee (un café a prueba de balas): Mi alternativa favorita a los zumos verdes es tomar a primera hora de la mañana un café a prueba de balas. Este brebaje un tanto peculiar lo inventó el biohacker profesional Dave Asprey y se compone de lo siguiente: una taza de café mezclada con una cucharada de mantequilla de Ghee y una cucharada de aceite de coco (ojo al aceite de coco, mi recomendación es que empieces con media cucharada, o saldrás disparado hacia el baño). Este café te dará toda la energía necesaria para llegar a tope hasta la hora de comer. Si no tomas nada más por la mañana, tu cuerpo entrará en cetosis y estarás quemando la grasa de tu cuerpo que te servirá de fuente de energía.
• Motívate con música: Ponte algo de música que te anime, que te motive, que te ayude a entrar en ese estado de ánimo de buen rollo que necesitas para afrontar el día con ganas y que te prepare para el éxito.
Las afirmaciones ejercen un gran poder en tu subconsciente y es un hábito que no has de tomar a la ligera. Son una de las herramientas más eficaces para llegar a ser la persona que quieres ser y moldear tu mente. Y es que lo que se conoce como el diálogo interno positivo marca la diferencia dándote seguridad y creando un estado mental empoderador. Somos la persona con la que más hablamos durante el día, por lo que el diálogo es constante y hay que cuidar lo que nos decimos.
Ese diálogo interno impacta de forma directa en nuestros pensamientos, creencias y estados de ánimo, y aunque jamás podremos dominarlo al ciento por ciento (ni creo que debamos marcarnos ese objetivo), sí está comprobado que podemos hacer mucho por mejorarlo. De hecho, personas de muchísimo éxito como Arnold Schwarzenegger o Jim Carrey no sólo han dominado su diálogo interno, sino que han incorporado el hábito diario de repetirse afirmaciones positivas. Ellos aseguran que el pensamiento positivo y el uso de afirmaciones han sido claves en su éxito. Dicen que el boxeador Muhammad Ali se repetía a sí mismo constantemente que era el mejor... ¡incluso antes de serlo! Hasta que llegó el día en que lo fue.
Lo malo es que muchas veces lo que nos decimos a nosotros mismos no es ni bonito ni útil precisamente. De hecho, el 80 por ciento de nuestros pensamientos diarios son negativos.
Por ese motivo tenemos que reforzar el diálogo interno con mensajes positivos, porque van directos a la mente subconsciente y determinan la realidad que vivimos. Y puestos a elegir, mejor decirnos cosas que nos motiven y no que nos hundan, ¿te parece?
El diálogo interno tiene un alto impacto en tu nivel de éxito porque lo que te dices a ti mismo no tiene un filtro de realidad. Lo que te dices de forma repetida aunque no lo hagas de forma consciente, lo das por válido, ¡sea bueno o malo! Con lo que te acabas creyendo tus propias historias. Si te repites que no vales, que no estás preparado, que eres un fracaso o alguna de las mentiras que tu perversa mente te repite constantemente, terminas creyendo que es cierto. Es lo que se conoce como el síndrome del impostor, en el que personas que han conseguido determinado éxito acaban creyendo que son un tremendo fraude.
De la misma forma, cuando de manera consciente te haces una lista de las afirmaciones positivas que quieres decirte a ti mismo y diseñas cómo quieres hablarte —haciendo que tu lenguaje te ayude y no que te boicotee—, estarás creando un impacto positivo que irá directo a tu mente subconsciente.
Esas afirmaciones transformarán la forma en que piensas y en que sientes, y así podrás superar tus limitaciones reemplazando lo negativo por lo positivo, cosa que afectará también a tu forma de actuar.
Empieza a construir este hábito haciendo una lista de 10 afirmaciones positivas que te leerás cada mañana. Pueden ser frases sencillas que quieras repetirte a ti mismo o pueden ser citas famosas que te inspiren a dar lo mejor de ti cada día. Luego, incorporando esta rutina en tus primeros minutos del día, delante del espejo mirándote en él, repite las afirmaciones que tú mismo has creado. Es importante que sientas la emoción en las palabras; no se trata de repetir como un disco rayado frases carentes de significado y emoción para ti.
Y, lo sé, al principio te sentirás muy estúpido delante del espejo diciéndote cosas que quizá no crees. Pero te puedo asegurar que si adquieres el hábito y lo haces cada día, lo irás interiorizando y conseguirás reprogramar tu mente.
Frases como «estoy en buena racha y todo va a mejor» u «hoy sólo me van a pasar cosas buenas y será un gran día» son algunas de las afirmaciones que puedes repetir cada mañana. De verdad, el día te irá mucho mejor.
Igual que te puede pasar a ti, reconozco que el tema de la meditación hace unos años me parecía algo muy esotérico que no iba nada conmigo. Siempre lo había visto como algo místico o religioso, e imaginaba a monjes calvos sentados todo el día delante de un Buda enorme. «Eso de sentarse en el suelo y contemplar las musarañas es de monjes tibetanos», pensaba. Pobre idiota de mí, juzgaba sin conocer y eso es lo peor que puedes hacer nunca. Pero de un tiempo aquí mi percepción sobre este tema ha cambiado radicalmente.
He leído muchísimo acerca de este tema y de cómo este hábito influye de manera positiva en las personas que lo practican de forma regular. Cómo personas de reconocido éxito han incorporado la meditación en sus vidas y aseguran que todo ha cambiado para ellas.
Está claro, si no conoces un tema no puedes juzgarlo, y por eso te recomiendo probarlo por ti mismo.
Mi primer contacto serio con la meditación fue en plena depresión por el tema de mi hijo. Tuve la necesidad de evadirme y desconectar del mundo que me rodeaba. Necesitaba unos días de reflexión en soledad con tal de centrar mis ideas y ver cómo podía enfrentarme a una situación muy complicada. Quería hacer un retiro y las opciones que barajé en su momento fueron:
• Irme a un hotel y pasar allí unos días. La idea de estar en un hotel no me cautivó, no era el entorno de tranquilidad y paz que yo buscaba.
• Meterme en un convento con curas. Las opciones que encontré por internet no me gustaban nada, las habitaciones eran tristes y podría salir de allí más deprimido que animado.
• Pasar tres días en un monasterio budista. La opción que más me sedujo.
Así que me puse en contacto con un monasterio budista muy cercano a Barcelona, y me alojé en él durante tres días. Como sabes, no soy una persona demasiado religiosa (aunque sí espiritual), mucho menos practicante (pero me alegro de haber hecho ya las paces con el gran Jefe). Tengo mis creencias como casi todo el mundo, pero es un tema que me reservo para mí.
En el monasterio pude ir a mi rollo y desconectar en un entorno bonito rodeado de naturaleza al estar en un parque natural.
Iniciarme en la meditación me ha servido para lograr más foco en lo que hago, sentirme revitalizado y con más energía y, sobre todo, para reducir el estrés de mi vida. Aunque siéndote honesto, es el hábito que más me ha costado adquirir. El hecho de no ver los resultados de la meditación a corto plazo hace que sea complicado ponerte cada día a meditar.
Te recomiendo escuchar un episodio de mi podcast «The Success Academy» en el que entrevisto a Marta Romo, autora del libro Entrena tu cerebro. En este episodio, Marta explica que la meditación, o cualquier otra actividad contemplativa, activa la corteza prefrontal de nuestro cerebro que está vinculada con la percepción que tenemos de felicidad. Las personas que meditan se sienten más felices y potencian el control de sus impulsos y emociones, cosa que hace que cultiven la capacidad de elegir cómo se sienten. Por si fuese poco, meditar te ayuda a concentrarte mejor, a dormir bien, a mejorar tu memoria y a reducir el estrés.
Meditar puede parecer difícil al principio, pero te aseguro que si lo practicas durante una semana, empezarás a notar sus beneficios. Conozco a muchos emprendedores y personas de éxito que han incorporado la meditación a sus vidas y sólo cuentan cosas buenas. Diez minutos diarios a primera hora de la mañana nada más levantarte son suficientes para empezar.
Quiero darte unas breves indicaciones de cómo meditar para que lo puedas poner en práctica, pero te recomiendo buscar algún libro sobre el tema con el que profundizar un poco más en este hábito. Hay muchos tipos de meditación y has de encontrar la que mejor te funcione a ti. También tendrás la opción de hacer meditaciones guiadas o sin guía, a tu rollo. Prueba con las guiadas al principio para ver cómo funciona el tema. Te cuento cómo lo hago yo:
• Lo primero es encontrar un lugar tranquilo donde poder hacer tus meditaciones. Es importante que sea un lugar sin ruidos ni distracciones.
• Luego siéntate en el suelo con las piernas cruzadas (posición de loto o alguna de sus variantes). Puedes utilizar un cojín o esterilla para estar más cómodo. Una alternativa es sentarte en una silla. Sobre todo se trata de tener la espalda recta (pero no rígida) para que no te entre sueño.
• Cierra los ojos y relájate. Intenta liberar la tensión de tu cara, de tus hombros y de tu cuerpo.
• Empieza a hacer respiraciones profundas concentrándote en tu respiración. Un truco que va de lujo es concentrarte en el aire frío cuando entra por tus fosas nasales y el aire caliente cuando lo expulsas por tus labios.
• Cuenta de 1 a 10 las respiraciones, y cuando acabes, pasa a contarlas de forma regresiva de 10 a 1. Así pasando de una a otra.
• Al principio tu mente se irá por las ramas y te resultará complicado mantener la atención en la respiración. Es normal, la mente nunca se calla. En cuanto detectes que tu mente se dispersa, vuelve a centrarte en la respiración.
• Inicia estas sesiones con poco tiempo de meditación para no agobiarte. Dos minutos serán más que suficiente para iniciarte. En posteriores sesiones ve aumentando la duración hasta llegar a un mínimo de 10 minutos.
• Repítelo cada día hasta que se convierta en un hábito.
• Headspace: Si nunca antes has meditado, puedes empezar probando con Headspace, una aplicación que te enseña a meditar y te guía durante 10 minutos cada día. Es perfecta para principiantes y te ayudará a introducirte en el mundo de la meditación (está en inglés).
• Muse: Cuando empecé a meditar me enseñaron a enfocar mi atención en la respiración y tratar de dejar la mente en blanco. «Cualquier pensamiento que se pase por tu mente déjalo fluir.» ¿Déjalo fluir? ¿Eso qué significaba? ¿Que fluya en mi mente y yo siga pensando en lo que pienso, o que fluya y desaparezca? Que desaparezca. Total, que muchas veces cuando acababa de meditar me preguntaba si lo había hecho bien o mal. Diez minutos sentado tratando de liberar tu mente no sirve de nada si no lo haces bien. La cuestión es que hace algún tiempo descubrí un gadget al que me he vuelto adicto y que me permite analizar mi actividad cerebral mientras medito para saber si lo estoy haciendo bien o no. Se trata de Muse, una diadema provista de sensores que te colocas en la cabeza mientras meditas y que en tiempo real te indica si estás calmando tu mente o si está activa. ¡Brutal! La diadema se conecta por BlueTooth al móvil y con una aplicación especial ves tu actividad cerebral en el momento de meditar. El simple hecho de tener este gadget hace que me levante por las mañanas con ganas de meditar, como si fuese un niño con juguete nuevo y me ha ayudado mucho a consolidar este hábito.
• Brain Wave: Ésta es una aplicación para iOS que debes utilizar con unos auriculares mientras meditas y que genera unas ondas binaurales que te ayudan a meditar. Teóricamente esta aplicación genera ondas de diferentes frecuencias que van directas a tu cerebro ayudándote a sintonizarte en distintos estados de ánimo. Con Brain Wave puedes generar desde un estado positivo o de creatividad a un estado de concentración, o, por ejemplo, un estado de sueño profundo. Esta aplicación la utilizo bastante mientras escribo artículos para mi blog o mientras escribo este libro que estás leyendo, y me ayuda a mantenerme enfocado en lo que hago. Si te preguntas si esta aplicación es buena o mala para la salud, te diré que llevo tiempo utilizándola y de momento sigo vivo, pero te lo dice una persona que en el momento de escribir esto ha hackeado su sueño para dormir 4,5 horas diarias (quizá no soy un modelo que haya que seguir). Lo mejor es que hables con un médico.
El ejercicio diario es uno de los mejores hábitos que deberías adquirir. Necesitas mover tu culo y más si te pasas todo el día sentado delante de un ordenador como es mi caso.
Este hábito junto a una alimentación saludable no sólo te hace sentir bien, también dispara tu productividad en el trabajo. Es un hábito de vida sana sumamente necesario.
Will Smith, uno de mis actores favoritos, en el discurso que dio mientras recogía uno de los premios Children’s Tv Awards compartió lo que para él son las claves de la vida: correr y leer. «Estos hábitos te enseñan a no abandonar cuando las cosas se ponen difíciles en tu vida.»
Yo hace un tiempo salía a correr cada día, pero con el frío y la poca luz solar de las tardes, el hecho de salir a correr me daba una pereza enorme. También es cierto que no soy un runner nato (me va a épocas). Épocas en las que disfruto saliendo a correr y otras en las que necesito hacer otro deporte.
Para moverme y hacer algo de ejercicio, actualmente estoy yendo a un gimnasio de culturistas. Creo que es uno de los peores gimnasios en los que he estado apuntado en toda mi vida. Pero me es práctico: la gente allí no habla, sólo se machaca y se mira al espejo. Anteriormente, en todos los gimnasios donde iba, la gente me empezaba a hablar: hombres a los que les aburre ir al gimnasio solos y quieren conversación, mujeres a las que les ocurre lo mismo o que simplemente quieren flirtear..., y ojo, no soy un asocial; es sólo que ir al gimnasio me supone un esfuerzo y me quita como mínimo una hora de mi vida, por lo que intento no alargarla más de la cuenta. En cualquier caso, me interesa no estar allí más tiempo del necesario.
En tu caso, ¿no puedes ir al gimnasio y no te gusta salir a correr? No hay problema, el hábito de hacer ejercicio diario lo puedes cultivar en tu casa haciendo algunos ejercicios de yoga o simplemente practicando ejercicios aeróbicos. No hay excusas.
Yo suelo viajar mucho y cuando el hotel donde me alojo no tiene gimnasio (el 95 por ciento de las veces) hago rutinas con peso corporal en la habitación del hotel.
Hacer ejercicio regularmente no sólo te mantiene sano y en forma, sino que te hace más fuerte mentalmente y te ayuda a tener más fuerza de voluntad y focalizarte. ¿Por qué? Sencillamente porque reduce tus niveles de ansiedad y fortalece tu confianza, demostrándote que puedes llevar a cabo tareas difíciles y terminarlas. Éste es uno de los mejores hábitos para tener una vida sana.
Mucha gente cree que hacer ejercicio por las mañanas les hará estar cansados durante todo el día, pero eso no es así exactamente. Tu cuerpo es como una dinamo, y cuanto más lo ejercitas más energía generas y recargas tus baterías. Hacer deporte te hará brillar con todo tu esplendor y te lo notarás por dentro y por fuera.
El ejercicio hace que tu cuerpo genere endorfinas, también llamadas la hormona de la felicidad (unas sustancias que genera tu propio organismo que hacen que te sientas más feliz y tengas más energía).
De hecho, si haces ejercicio nada más levantarte, habrás cumplido positivamente tu primera tarea importante del día, lo que hará que empieces con más motivación y te sea más sencillo cumplir el resto de las tareas diarias.
Ahora estarás pensando: «Ufffff, Víctor, a primera hora del día me da mucha pereza hacer ejercicio». Lo sé, porque yo también he pasado por eso. O dependiendo de la época del año pensarás que con el frío que hace, cualquiera se pone a hacer deporte. Y también lo entiendo, no apetece nada.
Pero no se trata de que vayas a correr todas las mañanas o te vayas directo al gimnasio. No te sientas mal si no te gusta correr, no es un deporte que le tenga que gustar a todo el mundo; como se ha puesto de moda parece que el que no corre no es cool. Pero ni mucho menos. Estoy convencido de que cada uno de nosotros tenemos un deporte que nos encanta, aunque quizá no lo hayamos identificado todavía. Si te gusta salir a correr, perfecto, pero si no, basta con unos cuantos ejercicios en tu propia casa para sentir los beneficios del ejercicio matutino.
En definitiva, el ejercicio refuerza las decisiones que tomas cada día, y crea en tu interior una disciplina que beneficia tu trabajo diario.
• Canal de YouTube de Sergio Peinado: Sergio es entrenador personal y licenciado en Ciencia de la Actividad Física y el Deporte. Cada semana sube a su canal de YouTube nuevos vídeos en los que te explica cómo entrenar tanto en casa como en el gimnasio. Él es el culpable de que yo hoy esté en forma: después de la entrevista que le hice para mi podcast «The Success Academy», hicimos un intercambio de servicios muy próspero para ambos. Él me asesoró con su método de entrenamiento, y yo a cambio lo asesoré en el lanzamiento de un producto digital que fue todo un éxito.
• Freeletics: Una aplicación gratuita para móviles con infinidad de ejercicios y rutinas que se adaptan a tu género, y que varían en función del objetivo que te marques. Ganar músculo para parecer el Capitán América, perder peso, conseguir fondo para correr la Maratón de Chicago, o simplemente mantenerte en forma te resultará más sencillo con esta aplicación que te guía para lograrlo.
• 7 minute workout: Si vas a YouTube y buscas «rutina 7 minutos» encontrarás infinidad de vídeos que te explican cómo tener un cuerpo 10, desde casa (o el gimnasio) y en sólo 7 minutos. Créeme si te digo que 7 minutos de ejercicios bien ejecutados son más que suficientes para estar en forma.