Yo no te puedo dar la fórmula segura para el éxito, pero te puedo dar la fórmula para el fracaso: tratar de complacer siempre a todo el mundo.
Herbert Bayard Swope
En marzo del 2014 regresaba a Barcelona después de haber pasado una semana en uno de los mayores eventos del mundo sobre marketing digital y redes sociales que se celebra cada año en San Diego (California).
Llegué de allí con la idea de lanzar un podcast ya que el podcasting fue uno de los temas estrella en el evento y no dejaron de repetir lo mucho que estaba creciendo ese formato en Estados Unidos y el fuerte impacto que había tenido en la sociedad estadounidense.
Pensé: «Si esto está funcionando en Estados Unidos, ¡tiene que funcionar en el mercado español por narices!, por lo que yo tengo que hacer mi propio podcast».
Si te soy sincero, mi conocimiento sobre el podcasting en aquel momento se limitaba a menos de una decena de podcast que había descargado en mi teléfono. No tenía ni la más remota idea de cómo iba a funcionar esta nueva idea, ¡ni mucho menos de cómo leches se hacía un maldito podcast!
Lo único que tenía claro es que entrevistaría a personas cuyo reconocimiento y éxito fuesen destacados. Quería averiguar cuáles habían sido los puntos clave de ese éxito y compartir sus entrevistas para satisfacer tanto mi curiosidad como la de las personas que, según yo, escucharían mi programa y que tendrían esa misma necesidad de saber qué aspectos tienen en común esas personas que han conseguido todo lo que se han propuesto en la vida. La cosa sonaba bien.
Siempre me he considerado un tío de acción; así que dicho y hecho. A los pocos días ya estaba publicando el primer episodio de «The Success Academy» (la academia del éxito) con un gran éxito de audiencia (puro sarcasmo). Quinientas descargas en las primeras horas, que aunque me supieron a gloria, no recompensaban todo el trabajo que llevaba preparar/editar/publicar la entrevista. Además, nada que ver con las descargas que tiene un solo episodio de un podcast estadounidense —que se cuentan por miles.
En ese momento nunca hubiera imaginado que hoy, dos años después, el podcast lo escucharían más de un millón de personas, cada una de las entrevistas que publico tendrían una media de entre 20.000 y 30.000 reproducciones, y que por él pasarían personas a las que admiro y respeto como Raimon Samsó, Elsa Punset o Álex Rovira, entre muchos otros.
Por suerte, el feedback del primer episodio no tardó en llegar y si en algún momento se me pasó por la cabeza tirar la toalla, se me quitaron las ganas rápido. Estaba haciendo algo diferente y a la audiencia de mi blog le encantó la idea.
Para cerrar las entrevistas se me ocurrió hacer una misma pregunta que repetiría a todos los invitados del programa: «¿Qué es para ti el éxito?».
Una pregunta aparentemente sencilla pero que se las trae.
Después de más de ochenta entrevistas realizadas y habiendo repetido la misma pregunta una vez tras otra, ¿sabes cuál es la definición de éxito más repetida? Ninguna.
Eso es lo maravilloso del éxito, que para cada persona significa una cosa distinta. Lo que para mí puede ser un gran éxito para ti puede que no lo sea.
Y como ya intuirás, para todas esas personas el éxito no está relacionado con la fama o el reconocimiento. Tampoco con el dinero o los bienes materiales. Para ellos el dinero es una consecuencia del éxito, pero nunca al revés.
Y ojo, eso no significa que el dinero no sea importante, no nos engañemos porque sí que lo es. De hecho, es curioso porque, normalmente, hay dos tipos de personas que dicen que el dinero no es importante: las que no lo tienen, o las que tienen demasiado.
Para la gran mayoría de los entrevistados que han pasado por mi programa, el éxito está más relacionado con temas como la autorrealización. Con hacer cada día lo que les apasiona. Con ser dueños y señores de su tiempo y gestionarlo a su antojo. Con poder dedicarle horas a los suyos y a sus aficiones. Con vivir una vida con propósito y no vivir en piloto automático. Con vivir una vida diseñada y no prefabricada.
Por ejemplo, para Elsa Punset, el éxito es lograr estar en paz contigo mismo y sentir que la huella que querías dejar en tu vida has conseguido dejarla.
Para Jandro (conocido como el calvo de El Hormiguero), el éxito es una palabra fea y prepotente porque se asocia al dinero, pero para él lo más parecido es estar bien y dormir tranquilo.
Como ves, es superrelativo.
La cuestión es que seguramente tú tengas tu propia definición de éxito y deberías encontrarla.
¿Cómo puedes saber si estás cerca de lograrlo si no lo has definido antes?
Tener muy claro qué es para ti el éxito y por qué estás luchando te ayudará a darle sentido a tu vida.
Tu éxito ha de tener relación con tus sueños y deseos más fervientes y debe estar alineado con tus valores. Además, ha de estar relacionado con lo que te hace feliz, porque la felicidad es una de las claves del éxito.
Es importante tener esa definición clara, o en caso contrario quizá un día te descubras a ti mismo persiguiendo el concepto de éxito que no definiste tú y que le pertenece a otra persona. Es por ese motivo que algunos se pasan toda su vida persiguiendo algo que una vez conseguido no les llena en absoluto y les genera una sensación de vacío.
Hijos que estudian carreras que eligen sus padres. Ejecutivas que se matan a trabajar para cobrar un astronómico sueldo que no paga las horas que no disfrutan con sus hijos. Personas que persiguen un sueño y que cuando lo consiguen se sienten más frustradas y vacías que nunca porque no era lo que deseaban realmente.
¿Te suena?
Tu objetivo ha de ser encontrar TU PROPIA definición. La que en caso de que consigas te hará feliz a ti y no a otra persona.
Y ahora estarás pensando: «Muy bien, Víctor, me parece genial. Pero ¿cómo defino mi propio éxito y cómo puedo medirlo?».
Vamos a ello. La respuesta a estas preguntas está cerca. Sigue leyendo.