Nunca cambiarás tu vida hasta que cambies algo que haces diariamente. El secreto de tu éxito se encuentra en tu rutina diaria.
John C. Maxwell
Si empezar bien el día es importante, cómo lo finalizamos es si cabe aún más importante que cómo lo iniciamos. En la tranquilidad de la noche podrás desarrollar otros hábitos nocturnos que determinarán cómo empezará tu próximo día, por lo que podemos decir que el éxito de mañana lo sembrarás en la noche anterior.
Lo último que hacemos en el día nos prepara para la próxima jornada porque afecta directamente a nuestro estado anímico y energético. De forma que si quieres cerrar tus días por todo lo alto, te recomiendo empezar a trabajar en el conjunto de hábitos que te voy a proponer.
Siento decirte que en este caso no hay ningún acrónimo que te ayude a recordarlos, pero siempre podrás releer este capítulo para acordarte.
El hábito de planificar tu próxima jornada tiene un impacto muy alto en tu día a día por varios motivos. El primero es porque planificar lo que harás al día siguiente te permitirá ahorrar tiempo mañana. Tras la desconexión matinal, podrás ponerte a trabajar directamente en la planificación que has hecho el día anterior y no perder tiempo en pensar lo que vas a tener que hacer. Esto te da sobre todo tranquilidad cuando aún no has consolidado la desconexión como un hábito.
Si inicias el día desconectando del mundo, es muy probable que te coma la ansiedad por todo lo que tienes que hacer durante el día. Pero si ya sabes lo que tienes que hacer porque dedicaste unos minutos de tu día anterior planificando, podrás disfrutar del momento de desconexión como debes.
El segundo motivo para planificar tu próximo día es despejar tu mente. En el momento en que «te quitas de encima» todo lo que tienes que hacer el día siguiente, surge un momento de desconexión y tranquilidad. Te quitas un buen peso de encima y dejas de pensar todo el rato en si mañana tienes que hacer aquello o lo otro. Tener esa carga durante la noche hace que no desconectes y peor aún, que no duermas bien. Y dormir bien verás que es esencial para sentirte repleto de energía.
El tercer y último motivo es porque tener muy claro qué es lo que tienes que hacer al día siguiente te hace saltar de la cama por las mañanas. No hay nada mejor que la claridad cristalina de nuestro deber y propósito. Es fácil darle al botón de snooze del despertador (ese botón para que la alarma suene más tarde) cuando no tienes un propósito u objetivo para el día. Pero si lo tienes claro, automáticamente las ganas de conseguir lo que te has propuesto te harán dar un bote en cuanto suene la alarma.
Este hábito lo descubrí gracias a Josef Ajram en uno de sus cursos de bolsa avanzado, en el que nos hacía planificar los movimientos que llevaríamos a cabo al día siguiente. Eso nos permitía empezar el día sabiendo exactamente en qué centrarnos nada más abrir la bolsa y no perder tiempo.
¿Recuerdas la segunda clave de la vida según Will Smith? Leer. Y como dice la famosa cita de Benjamin Franklin: «Vacía tus bolsillos en tu mente, que tu mente luego llenará tus bolsillos».
Te seré muy sincero, hasta hace unos años yo no era un gran lector. Como le pasa a muchas personas, mi lista de obras leídas se resumía a los libros que te obligaban a leer en el colegio o instituto, y a algún que otro best seller tipo El código Da Vinci que me habían regalado.
Pero un día cayó en mis manos el libro La buena suerte, de Álex Rovira, y lo devoré en una tarde. Aquel libro me fascinó y despertó algo en mí que ningún otro libro había despertado, y marcó un punto de inflexión en mi relación con la lectura.
Poco a poco fue despertando mi interés por la no ficción y creciendo mi biblioteca personal, hasta el punto en que en la actualidad leo un libro por semana.
Y forzarme a leer mucho es algo que no sólo me ha ayudado con el tema de mi dislexia, también me ha abierto un mundo de conocimiento.
Las respuestas a los problemas, dudas, dilemas o cuestiones que tú puedas tener, seguramente se encuentren en algún libro (me jugaría lo que fuera a que esto es así). Muchas veces no somos conscientes del nuevo mundo que se abre en cada libro que leemos. Habrá libros con los que quizá no aprendas nada nuevo, pero habrá otros que te desvelarán algo, que por simple que sea, te puede cambiar la vida. Ésa es la magia de los libros.
A falta de un buen mentor que te pueda ayudar, los libros son la mejor forma de nutrir tu mente de conocimiento accionable. Y no me refiero a leer novelas, me refiero a leer libros de no ficción que te puedan ayudar a tu desarrollo personal o profesional. Porque actualmente encontrarás libros para mejorar cualquier área de tu vida. Podrás aprender de expertos que ya han logrado previamente lo que tú quieres lograr. Ésta es, sin duda, la vía rápida para el éxito, modelando y aplicando justamente aquello que otros ya han logrando antes que tú. Así que cada día te nutrirás con un montón de información que te abrirá la mente y que te hará descubrir infinidad de cosas nuevas.
Y no hace falta que te leas un libro por semana como hago yo, simplemente leyendo unas 10 páginas diarias es más que suficiente. Si lees 10 páginas al día, estarás leyendo de media más de un libro al mes, o lo que es lo mismo, más de 12 libros al año.
Imagina todo lo que puedes aprender si seleccionas bien la información que vas a meter en tu cerebro. Sin duda, mucho mejor que ver la tele.
Si leer ya forma parte de tu día a día, te propongo multiplicar tu velocidad de lectura con las siguientes técnicas:
Las ganas de leer muchas veces me hacían leer en cualquier sitio, de cualquier forma y en las condiciones que fuesen. Seguramente te haya pasado lo mismo en alguna ocasión, ¿verdad? Y es que el hecho de no cuidar el entorno de lectura o no ritualizar el momento de leer, hace que no estemos completamente concentrados, que no disfrutemos tanto del momento de la lectura y que por lo tanto no leamos todo lo rápido que podríamos leer. Antes de darte los consejos de lectura rápida, primero te recomiendo que cuides los siguientes aspectos para leer mejor:
• Leer en lugares tranquilos: Leer en el salón de tu casa mientras está la televisión encendida, por ejemplo, puede no ser una buena idea. Aunque creas que tu inmersión en la lectura es total, es mejor que no te engañes. Las pequeñas distracciones hacen que tengas que interrumpir el momento y que pierdas el hilo por momentos. Mi recomendación es leer en lugares tranquilos para poder hacerlo sin interrupciones. Mi momento favorito es antes de acostarme: sin ruidos, sin televisión, sin niños, sin nada más que el libro y yo.
• Buena iluminación: Leer con poca luz, además de propiciar un buen dolor de cabeza, hará que no disfrutes de tu lectura y que no consigas concentrarte en lo que estás leyendo. Si estás más pendiente de intentar ver bien lo que lees que de entenderlo, notarás que la lectura se te hace muy pesada. Ya leas en el salón, en la sala de estar, en la cama o en el lugar donde sueles leer habitualmente, trata de que la iluminación sea la correcta. No está de más iluminar el libro con una pequeña lámpara de escritorio si puedes hacerlo. Si eres de los que te gusta leer en la cama, te recomiendo utilizar alguna minilinterna para libros que te permita leer con menos luz. Yo utilizo una linterna Moleskine que puedes usar como punto de libro y que se sujeta a las páginas en forma de clip. Además se carga conectándola al puerto USB de un ordenador, por lo que a diferencia de otras linternas para libros no has de comprar pilas constantemente. El único inconveniente es que este tipo de linternas no emiten demasiada luz y te sirven de refuerzo más que de otra cosa.
• Buena postura: Hace poco comentaba con un amigo lo nostálgico que soy para la lectura, ya que aun siendo una persona con un perfil muy tecnológico, me gusta comprar los libros en papel. Él me explicó que prefiere leer en Kindle porque si el libro es muy pesado se le cansan los brazos al aguantarlo. «Sobre todo si estás tumbado, el libro te vence y se te va hacia la cara», me decía. Todo eso se soluciona con una buena postura a la hora de leer.
Dicho todo esto, ahora sí te voy a dar mis consejos para leer más rápido, aunque te adelanto que no son nada sencillos.
La subvocalización consiste en repetir mentalmente aquello que vamos leyendo. Es un acto reflejo natural que hace todo el mundo al leer y que hace que no leamos todo lo rápido que podríamos. La cuestión es que cuesta eliminar la subvocalización porque es algo que tenemos muy arraigado. Al principio de tratar de eliminar la subvocalización leía y prácticamente no me enteraba de nada. Necesité mucha práctica para conseguir leer sin repetir mentalmente lo que leía y poder enterarme de lo que estaba leyendo. Si consigues eliminar este hábito, verás que únicamente con esto leerás mucho más rápido.
El segundo consejo consiste en no leer las frases palabra por palabra. Se trata de hacer pequeños saltos con la vista al leer las frases y agrupar mentalmente pequeños grupos de entre 2 y 3 (o 4) palabras. Éste es el consejo más complicado de llevar a cabo, pero como el anterior, únicamente requiere de práctica. Vamos a ver un ejemplo con una frase:
CONSEJOS PARA LEER · MUCHO MÁS RÁPIDO · Y TRATAR DE ENTENDER · LO QUE LEEMOS.
En lugar de tratar de leer la frase de principio a fin, inicia la lectura de la frase y trata de hacer pequeñas «fotos» mentales a los puntos. Intenta utilizar tu vista periférica para leer las palabras más cercanas a los puntos.
¿Recuerdas cuando de pequeños al aprender a leer utilizábamos el dedo a modo de guía? Siempre nos han dicho que no hay que seguir la lectura con el dedo... Ahora te propongo que hagas algo parecido: utiliza el dedo, un bolígrafo o una regla para señalar las palabras que vas leyendo. Este consejo junto a los dos anteriores hace que vayas mucho más rápido leyendo.
Yo creo que releemos de forma inconsciente por dos motivos: unas veces porque no prestamos toda la atención que deberíamos mientras leemos, y otras veces porque sabemos que si no nos enteramos de lo que leemos no pasa nada, volvemos atrás y lo volvemos a leer. Si intentamos de forma consciente estar concentrados al ciento por ciento en la lectura y evitar releer, veremos cómo ganamos muchísimo más tiempo y, por consiguiente, leeremos más rápido.
• Blinkist: Aplicación para móviles (en inglés) con resúmenes de una gran variedad de libros de no ficción cuya lectura no te llevará más de 15 minutos. Si te da pereza leer, también dispone de las versiones en audio para que los puedas escuchar mientras trabajas, haces deporte, sacas al perro o estás tomando el sol en la playa.
• iVoox e iTunes: Estas plataformas de podcasting incluyen los mejores podcast en español sobre diferentes temáticas. Algunos de ellos publican audiolibros de clásicos que jamás pasarán de moda. Te recomiendo escuchar los podcast en velocidad x1,5; entenderás igual de bien lo que dicen, pero tardarás casi la mitad de tiempo.
• Charlas TED: Si no eres de leer demasiado puedes combinar la lectura con la visualización de charlas TED. Son charlas cortas que no duran más de 18 minutos y siempre aprenderás algo nuevo e interesante de los mejores oradores del mundo.
La visualización creativa consiste en el proceso de imaginar de forma vívida y con todo lujo de detalles aquello que quieres conseguir en tu vida, haciendo especial énfasis en la emoción de sentir que ya lo has logrado.
Esta técnica es conocida y aplicada por muchos deportistas de élite que han logrado el hábito de visualizar la victoria y experimentarla incluso antes de vivirla. Todos los pasos, acciones y movimientos que harán durante su juego, ya han sido ejecutados de forma detallada y perfecta previamente en sus cabezas.
Michael Jordan, el mítico exjugador de los Chicago Bulls y ganador de seis anillos de la NBA, se visualizaba a sí mismo anotando el último lanzamiento del partido; y así sucedía en muchas ocasiones. Estaba programado para enfrentarse a esa situación y salir victorioso. Casi siempre ocurría como él había imaginado, y aunque también es cierto que falló algunos tiros sobre la bocina, sabía que él era la persona indicada para lanzar la pelota bajo presión. Hacer una canasta in extremis con el tiempo agotándose y el marcador adverso era una situación que él ya había vivido cientos de veces en su mente.
Cuando visualizas aquello que quieres lograr y ante todo crees que es posible lograrlo, modificas tu forma de pensar y, como consecuencia, tu forma de actuar. Visualizando activas tu percepción selectiva y empiezas a ser consciente de las oportunidades que surgen en tu vida para que tú materialices tu propósito. De alguna forma te preparas para el momento.
Desde un punto de vista más espiritual, las visualizaciones creativas se basan en la energía, haciendo que tú atraigas a tu vida aquellas cosas cuya vibración está alineada con la vibración de tus pensamientos y emociones. Si vibras a baja frecuencia (consecuencia de tus pensamientos negativos), atraerás a tu vida cosas negativas. Pero si eres capaz de elevar la frecuencia de tus vibraciones atraerás todo lo positivo a tu vida.
En cualquier caso, tanto si crees en la vertiente espiritual de la vida como si crees en la vertiente más terrenal o material, las visualizaciones de por sí únicamente te pondrán en el camino de tus pensamientos, pero no harán que éstos se cumplan por sí solos.
Jim Carrey, por ejemplo, ha explicado varias veces que en el año 1987 se escribió a sí mismo un cheque con la cantidad de 10 millones de dólares y fijó una fecha en la que lo cobraría por sus servicios prestados como actor. La fecha que él decretó fue el Día de Acción de Gracias de 1995. Después lo estuvo visualizando durante años. En 1994, un año antes de lo que él había previsto, cobró 10 millones de dólares por su interpretación en la película Dos tontos muy tontos.
¿Se escribió a sí mismo el cheque y se echó a dormir? De ninguna forma. No es así como se logran las cosas. Trabajo duro y perseverancia son los que le llevaron a lograrlo.
En mi caso, visualizar detalladamente los negocios y proyectos a los que quería dar vida ha sido lo que, de una forma u otra, me ha llevado a lograrlos. Este libro estaba publicado en mi mente desde hace años..., hasta que, por fin, se ha materializado en tus manos. Tu mente dibujará una estrategia cuando tengas claro lo que quieres conseguir.
La cuestión es que esta técnica es muy poderosa porque te permite reprogramar tu subconsciente para ponerte en el camino de tus deseos.
Y justo antes de dormirte, cuando estás en un estado de somnolencia pero todavía no has caído en la redes de Morfeo, es cuando más fácil te será reprogramarte y enviarle las instrucciones a tu mente subconsciente.
No significa que el hecho de visualizar te haga conseguir las cosas sin esfuerzo, pero sí que estarás programándote a ti mismo para hacer todo lo que tienes que hacer para lograrlo, para estar atento a nuevas oportunidades y detectar los eventos que te pueden situar en ese camino.
Para crear el hábito de hacer visualizaciones creativas, empieza tumbándote en tu cama plácidamente justo antes de dormir, relájate y durante unos 10 minutos visualiza con todo lujo de detalles todo lo que quieres conseguir. Visualizarte a ti mismo consiguiéndolo y sentir vívidamente esa experiencia es el primer paso para materializarlo.
• Visualización creativa: Este libro de Shakti Gawain te explica paso a paso cómo hacerlo. Te da instrucciones y consejos de cómo utilizar tu poder creativo para materializar lo que quieras en tu vida.
• Visualizaciones guiadas: De nuevo en YouTube encontrarás infinidad de visualizaciones guiadas para iniciarte en este tema.
• El poder de tu mente subconsciente: Una obra clásica de Joseph Murphy que te recomiendo si tienes interés en saber cómo tus pensamientos crean tu realidad desde un punto de vista más espiritual.
¿Eres consciente de todo lo bueno que sucede cada día en tu vida? Yo no lo era, y al igual que me pasaba a mí, mucha gente vive tan obsesionada con lo que quiere conseguir que no valora lo que ya ha conseguido o lo que tiene.
En la gran mayoría de las ocasiones no apreciaba todo lo bueno que ya había logrado por muy bueno que fuera. «He conseguido esto pero todavía no he conseguido lo otro», pensaba. Y como ya te imaginarás, nunca nada era suficiente, siempre necesitaba más y más. Quizá pienses que eso está bien; no conformarse es lo que nos empuja a crecer y a querer superarnos ¡Por supuesto! Pero no era cuestión de inconformismo, era cuestión de gratitud.
Date cuenta de que no agradecer y no valorar lo que tienes, por poco que sea, activa automáticamente una mentalidad de escasez: te centras más en lo que no tienes que en lo que tienes. Lo logrado pasa desapercibido, no se valora y se nos olvida rápido.
Pero todo cambia cuando verdaderamente reconoces y aprecias aquello que tienes y has logrado. Con esto desarrollas tu mentalidad de abundancia, y siempre, lo mires por donde lo mires, siempre tendrás algo que agradecer. Si no valoras lo que ya tienes, ¿por qué has de merecer más?
Y sé por experiencia propia que la vida a veces lo pone tan difícil que cuesta ver lo bueno que tenemos o que nos pasa. Pero hasta en la situación más complicada habrá algo que agradecer. No importa lo malo que haya sido tu día, siempre tendrás algo por lo que dar gracias.
Cuanta más gratitud consigues sentir por lo cotidiano, más feliz eres, y recuerda que el éxito sin felicidad y plenitud será un éxito completamente vacío.
Tony Robbins, famoso coach y líder motivador, asegura practicar cada día el hábito de la gratitud. «Las dos emociones que más nos dañan son el miedo y la ira, y no se puede ser agradecido y temeroso simultáneamente. Son dos emociones que no van unidas», dice Robbins. Y cómo no, tampoco puedes estar enfadado y agradecido a la vez. La gratitud funciona como el principio de Arquímedes: una emoción positiva (la gratitud) desplaza a otras emociones negativas (la ira y el miedo) llenando el hueco que éstas ocupaban antes.
Te reto a cultivar el hábito de la gratitud en tu vida y buscar tres cosas cada día por las que estar agradecido antes de irte a dormir. Haciendo esto cada día empezarás a ser más consciente de todo lo bueno que te pasa, a estar más pendiente de lo que vives, de lo que logras, de lo que tienes y, además, encontrarás más cosas por las que estar agradecido con tal de añadirlo a tu lista cada noche.
Te sentirás más vivo y receptivo por todo lo bueno que te pasa y disfrutarás más de cosas simples y de momentos de tu vida.
Al principio puede ser que te cueste encontrar cosas por las que estar agradecido, pero sólo tendrás que hacer un repaso mental de tu día para dar en el clavo. Si tu día es como para olvidar, puedes agradecer cosas simples o cotidianas como tener comida en tu plato cada día, estar vivo o ver a las personas que más quieres. Empezarás a valorar todo lo que te ocurre, cosas como hablar con alguien a quien hacía tiempo que no veías, conseguir un nuevo cliente, haber avanzado en tus proyectos o haber desarrollado un nuevo hábito, por ejemplo.
Poco a poco verás que cada vez te costará menos encontrar tres cosas que agradecerle a la vida.
Te recomiendo llevar un control diario de tus agradecimientos y anotarlos cada noche en una libreta, o puedes comprar directamente un diario de gratitud como «The 5 Minute journal», que es el que yo utilizo. Sé agradecido por lo que tienes mientras persigues tus objetivos. Si no estás agradecido por lo que ya tienes, ¿qué te hace pensar que estarías contento con más?
Te aseguro que este hábito tendrá un impacto altísimo en la forma en que ves el mundo.
¿Aceptas el reto?