Sobre la cama de sábanas destendidas
un segundo del tiempo que les fue dado
se encontraron más allá de la piel.
Por un instante el mundo fue exacto y bondadoso
y la vida algo más que una historia desolada.
Luego y antes y ahora y para siempre
todo fue un juego de espejos enemigos:
solo hubo rechazos, cuerpos solitarios,
mal aliento, ilusiones no compartidas,
cartas banales, gestos rutinarios
y un paciente velar el cadáver de aquel instante.