2. Rompe el tabú menstrual

Ha llegado el momento de romper el hechizo y destruir este antiguo tabú que sigue vivito y coleando en todas las escuelas e institutos, transmitido de una generación a la siguiente y reforzado por las empresas de compresas que en su publicidad usan un líquido azul para emular el sangrado y diseñan tampones con aplicador para que bajo ningún concepto tengamos que tocar la regla (ni, dicho sea de paso, nuestros genitales).

Habla sobre la menstruación

Rompe el silencio: habla sobre tus reglas y pregunta cómo la experimentan otras mujeres. Empieza anunciando que tienes la regla y cómo te sientes a las personas con las que haces una actividad. Te darás cuenta de que la mayoría de las mujeres no suele hacerlo. Mi padre, por ejemplo, a menudo bromea con que en todas las reuniones familiares tengo la regla, porque nadie más de su entorno explica que está menstruando. Incluye el tema de la menstruación en tus creaciones artísticas.

Observa y toca tu regla

Conoce tu sangrado menstrual no solo desde la teoría sino también desde la práctica: investigándolo con tus sentidos, como haría una niña pequeña. Solo con que observes la menstruación cuando vayas al baño, al evacuar la regla en el inodoro o cuando te cambies la compresa, el tampón o la copa, ya obtendrás mucha información sobre la regla y tu relación con ella empezará a cambiar.

Pero si tienes ganas de tirarte de cabeza a conocer tu sangrado menstrual, intenta observarlo en un medio sólido: tu mano, el suelo de la ducha, la tierra del bosque. Y tócalo para explorar su textura, descubrir los diferentes componentes que lo hacen grumoso, denso, líquido o elástico, según el momento del ciclo en el que te encuentres. Finalmente, puedes experimentar con lo que ocurre si lo viertes en un tarro transparente con agua.

Las características que debes observar son:

La cantidad, la textura, el color y el olor del sangrado, así como la periodicidad de las evacuaciones. Fíjate en cómo cambian en función del día del ciclo, el momento del día, la actividad que estés haciendo y de un ciclo a otro.

La duración de la regla: cuántos días has menstruado.

Observar el sangrado menstrual es preciso para romper el tabú menstrual, pero también nos aporta información muy valiosa sobre nuestro estado general y, concretamente, sobre nuestro estado de salud. Sus características se ven modificadas por el tipo de alimentación, las sustancias tóxicas, la falta de descanso, el estrés, las emociones bloqueadas, las necesidades no satisfechas, algunas enfermedades.

De hecho, todos los fluidos corporales lo hacen. Estamos habituadas a observar los mocos de la nariz, la saliva o la orina y a sacar conclusiones sobre cómo estamos a partir de estos fluidos. No lo hacemos con la menstruación por una mera cuestión cultural.

Intenta notar la salida de la regla

Pide a tu mente que te avise cuando tu útero necesite vaciarse y pon atención en las sensaciones que tienes en el bajo vientre, el útero, la vagina y la vulva cuando estás menstruando, para así ir incrementando la sensibilidad en esa zona. Presta especial atención cuando orines, defeques, expulses gases, te pongas de cuclillas o presiones el bajo vientre.