3. Satisfaz tus necesidades menstruales

Las necesidades que tenemos durante la menstruación son las propias de las fases de recogimiento, más las de evacuar la menstruación. El primer día de regla, por ser el polo de má­ximo recogimiento y el día en el que sangramos más, es en el que estas necesidades son más intensas. Irán disminuyendo a medida que avance la fase menstrual y les vayamos dando salida.

Durante la menstruación tenemos tantas necesidades especiales que cuando las satisfacemos todas somos recompensadas con una gran ola de placer y bienestar.

Se trata de un placer parecido al de ir a unos baños termales y sumergirte en el agua templada con poca luz y velas gigantes, olores de esencias relajantes y un agradable silencio amenizado con el gorgoteo del agua.

También puede compararse al placer de llegar a casa después de un día de esquí y ducharte con agua caliente, ponerte ropa cómoda, comer bien y tumbarte en el sofá delante de un gran fuego con una infusión aromática. Fuera está nevando y tú estás calentita, con el cuerpo agotado por el deporte, la mente aturdida por el cansancio, sumergida en una nube de calma, calor, autocuidado y recogimiento. ¡Una delicia!

Ahora imagina que después de esquiar, en vez de entregarte al placer de recogerte, tuvieras que trabajar ocho horas. O que mientras estás en el agua caliente tuvieras que hacer la declaración de la renta o un examen final. En esas condiciones ir a esquiar o a los baños termales ya no sería considerado algo placentero, sino el preludio de un horrible estado de malestar y frustración.

Si cuando menstruamos no escuchamos nuestras necesidades y seguimos como si nada ocurriese, la ola de malestar también es gigante: dolor, mal humor, irritabilidad, rabia, enfado, frustración, tristeza, agobio, agotamiento, etc., justamente las características que nuestra cultura atribuye a la menstruación.

Lo que nuestra sociedad asocia con la regla no es la menstruación en sí, sino las señales de alarma de que las necesidades que tenemos durante la regla no están siendo satisfechas.

¿Qué necesitamos cuando menstruamos?

1. Evacuar la regla

Estate atenta a las necesidades de evacuación de tu útero y permítete expulsar la regla siempre que lo necesites. Ten acceso a un baño o un sitio íntimo para evacuar la regla, vaciar la copa o cambiarte la compresa o el tampón.

2. Calentar el útero

Mantén calientes el vientre y la zona lumbar. Cúbrelos con ropa: ponte la camiseta por dentro, un haramaki (faja de algodón) o telas. Disfruta al aplicarte calor sobre esta zona con una ducha o un baño caliente, una manta eléctrica, bolsas de agua o de semillas calientes, y al hacerte masajes con aceite.

Prepara tu cuerpo para el ejercicio físico de evacuar. Hay que mover, estirar, calentar y relajar el útero y todo el cuerpo. Ejercita el bajo vientre, la pelvis y el útero con movimientos circulares y de basculación de la pelvis. Para ello, puedes ponerte música y bailar de forma libre, moviendo todo lo que duela y esté bloqueado. Si te escuchas, tu cuerpo te irá guiando. También puedes hacerlo masturbándote.

3. Descansar y dormir

Descansa y duerme todas las horas que precises. Haz pausas y siéntate más a menudo. Si notas que se te cierran los párpados, que te entra un cansancio profundo y un sueño imparable, entrégate al descanso y duerme todo lo necesario. Si notas un fuerte peso en el bajo vientre o en la base de la pelvis, tu cuerpo te está indicando que debes sentarte o acostarte. Hazle caso y no te resistas a parar.

4. Nutrirte y cuidarte

Come y haz aquello que tu cuerpo te pide, atiende a tus antojos. Debes diferenciar entre los antojos que:

• Tapan las emociones y el cansancio y te desconectan: charcutería, dulces de todo tipo, harinas refinadas, azúcar, café, té, alcohol, mirar series, películas, redes sociales, navegar por internet, leer libros, etc.

Te nutren y te ayudan a conectar contigo misma: alimentos no procesados, cereales integrales, legumbres, verduras, fruta, hacerte masajes, tomar un baño, pasear por la naturaleza, meditar, escribir, cantar, etc.

5. Bajar el ritmo y volver a casa

Siempre que sea posible, durante el primer día de regla no hagas nada: ni tareas domésticas, ni cuidar a familiares, ni trabajar ni vida social. Evita el estrés. Acalla el huracán de estímulos que conlleva el estilo de vida actual y la actividad mental. Páralo todo, desconéctate del mundo de ahí fuera. El polo de máximo recogimiento te pide a gritos intimidad, estar a solas, meterte hacia dentro, conectar contigo misma, volver a casa. Los días posteriores baja el ritmo y ve más despacio.

6. Conectar y expresar

Expresa todo lo que aparece cuando te recoges y te escuchas: tus sensaciones, sentimientos, pensamientos, objetivos vitales, visiones. Cántalo, báilalo, píntalo, téjelo, escríbelo, etc. Con ello lograrás darle espacio a todo lo que necesita salir para que no te oprima por dentro y para que pueda ordenarse y materializarse. Ten un diario cerca para escribir lo que se ha mostrado durante el acto creativo y así tener constancia de ello, puesto que más tarde te puede servir revisar esas valiosas notas.