-¿Los ves? —le grita Lily a Tom desde la escalera.
Tom ya está al final del descansillo de la planta superior, mirando hacia el bosque y el camino de entrada.
—Todavía no —responde.
Lily se le acerca, resoplando un poco. Se alegra de haberse puesto las zapatillas deportivas rojas, aunque no combinen con su vestido. Ya le duelen bastante los pies sin andar por la casa en tacones.
—¿Estás segura de que se equivocan? La pista decía que la llave estaba en el bosque —continúa Tom.
—Y precisamente por eso no está ahí —dice Lily, intentando recobrar el aliento—. Liliana nunca sería tan directa.
Traga saliva y reprime un eructo. La acidez asciende por su estómago mucho más rápidamente de lo que ella ha subido las escaleras. Debería haberse comido un cruasán para hacerse un colchón en la barriga.
—¡Ahí están! He visto un destello del abrigo rojo de Sara —dice Tom cuando Lily se le une junto a la ventana—. ¡Otra vez! No se movía tan rápido cuando jugábamos al béisbol… Ahí está, en el claro. —Hace una pausa, escrutando el bosque en busca de los demás—. ¡Y ahí está Ronnie!
—¿Recuerdas qué es ese claro? —pregunta Lily cuando consigue recuperar la respiración.
«¿No podrían haber instalado un ascensor en la casa en algún momento de su historia?», se pregunta. Se sienta en el alféizar. Nota cómo le palpitan los tobillos hinchados. ¡Qué maravilla estar embarazada!
Tom se vuelve hacia ella, con la cabeza inclinada, y deja de fruncir el ceño.
—Por supuesto. —Lee la pista que tiene en la mano—. «Entre huesos envueltos en tela y animales durmientes». Es el cementerio de animales. Pero ¿y eso de «elefantinos arcones de la verdad truncada»? ¿Acaso hay un elefante enterrado ahí? ¿O es para decirnos que no debemos olvidar? —Se le desvanece la sonrisa—. No estoy seguro de que me apetezca recordar ese sitio. Hamish está enterrado ahí.
Lily recuerda una carta que le envió Tom después de que sus padres fallecieran en un accidente de tráfico a escasos kilómetros de la casa Arcana. Su perro, Hamish, un adorable labrador al que le encantaba lamer a las personas, iba en el coche, pero consiguió sobrevivir a la colisión y regresó renqueante a casa. Fue Hamish quien condujo al ama de llaves hasta el vehículo siniestrado. Hamish murió unos años después, pero Tom le explicaba a Lily en sus cartas que nunca volvió a ser el mismo perro.
—Deberíamos ir al cementerio más tarde —propone Lily—. A saludar a Hamish.
Y a las otras mascotas que descansan en paz allí, incluido TC, el gato de Isabelle, que hacía reír a Lily tanto como la hacía estornudar.
—No se atreverán a excavar las tumbas, ¿verdad? —pregunta Tom.
Vuelve a tener aspecto de niño pequeño, preocupado por su perro.
Lily piensa que Sara o Philippa serían perfectamente capaces de profanar un cementerio de animales. Así es la gente con la que está pasando las Navidades.
Tom la ve dudar.
—¡Joder! Por supuesto que se atreverán. ¿Qué son unos cuantos huesos cuando hay una casa en juego? —Se aleja—. Voy a detenerlos. Les diré que están buscando en el lugar equivocado.
—Iré yo —dice una voz desde abajo.
Gray está de pie a medio tramo de las escaleras, mirándolos por entre los soportes. Está lívido como un espectro.
—Sara no hará caso de nadie más. Es posible que ni siquiera me haga caso a mí.
Se da media vuelta y desciende en silencio las escaleras.
—¿Cómo puede ser tan sigiloso? —pregunta Lily.
—Tú también lo eres —le responde Tom.
Ella se vuelve para mirarlo.
—¿Qué? —Acostumbra a verse a sí misma como alguien muy torpe, sobre todo ahora.
—Tú siempre oías de niña los pasos de la abuela. Y siempre sabías qué escalones evitar cuando jugábamos al escondite.
—Eso es verdad —dice Lily.
Tiene tantas cosas que reconsiderar…
—Y dime, ¿dónde crees entonces que está la llave? —le pregunta Tom.
—A Liliana le encantaban los anagramas, además de los casos atípicos y las rarezas —dice—. Por eso, lo primero que hay que buscar son anomalías, cosas que llamen la atención, algo que parezca un error o esté fuera de lugar. —Señala el verso «los lamentos de un aria, la luna naciente». Se saca uno de los lapiceros de color del bolsillo y subraya cuatro letras—. ¿Por qué estarán destacadas?
—Eso no tiene por qué significar nada —apunta Tom.
—Liliana nunca hacía nada sin sentido.
—Pues yo diría que todo este embrollo que ha montado es un error de dimensiones colosales —replica Tom. Parece muy triste—. ¿Por qué no legó la casa a los gatos ciegos y ya está, si es lo que quería?
—¿Tú por qué has venido? —le pregunta Lily.
Tom reflexiona.
—¿Quieres que te diga la verdad? Me gustaba la idea de volver a reunirnos en un lugar donde en cierto modo todos nos hemos quedado atrapados desde hace tanto tiempo. Pensé que podía resultar liberador, algo que nos ayudara a avanzar en nuestras vidas. —Suspira—. Pero a juzgar por cómo han ido la cena y el desayuno, me da la impresión de que he sido espantosamente ingenuo. No es la primera vez que me pasa.
Lily le da un apretón en la mano.
—Eres perfecto así. Y me gusta eso de la liberación, para los dos —le responde.
Tom le devuelve la sonrisa.
—A mí también. Y lo conseguiremos. Suele funcionar así.
—Como los rituales de Gray.
Tom asiente con la cabeza.
—Si uno le imprime significado a algo, ayuda a que se haga realidad.
—Liliana siempre decía que todo tiene un significado. —Vuelve a mirar la pista—. «Cámara» podría indicar uno de los dormitorios.
—Pero en el hotel hay un montón de habitaciones. ¿Por dónde empezamos?
—No sería una al azar. Y, si no me equivoco, nos indica exactamente de qué habitación se trata.
La alusión a la música y el aria significan que solo puede ser la de una persona. Pero tiene que asegurarse.
En el reverso de la pista, divide el verso, separando las letras:
L O S L A M E N T O S D E U N A R I A L A L U N A N A C I E N T E
Desde el principio le ha parecido que «aria» es una clave, que no deja duda sobre dónde buscar. Para asegurarse del todo, la subraya, junto con las otras letras destacadas.
Y ahí está. Claro y sencillo. El primer enigma ha sido muy sencillo, casi como para calentar motores.
—¿Estás bien? —le pregunta Tom. La mira preocupado—. ¿Qué pasa?
Lily no responde. Se limita a reescribir abajo las letras destacadas, formando:
M A R I A N N A