AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Diego Arguindeguy por nuestras conversaciones eternas y constantes; a mi padre, Gustavo Béliz y Jolie Gils Casalis por las recomendaciones y libros imprescindibles; a Mariano Soto por las imágenes, reproducciones, pinturas y grabados; a mi editora Mercedes Güiraldes por el entusiasmo permanente, y a Nacho Iraola por la confianza infinita.