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Cuando vamos al veterinario, pasa mucho miedo, pero no protesta. En la sala de espera, siempre hay otros animales, algunos muy alicaídos. Intuyen que algo no va bien; se miran o se hacen los distraídos.

Nos llaman, entramos con él, y lo suben en una mesa metálica alta, para reconocerlo. Botón empieza a temblar. Le cogemos una pata y no nos separamos, para que se tranquilice. Si le sacan sangre, da un quejido con el pinchazo. Luego, le ponen un esparadrapo con una gasa. Comprueban su peso y su edad. Pesa 6,6 Kg y tiene ya unos 13 años, por eso dije antes que es muy mayor. También le han vacunado. Hemos ido a la consulta porque se le cae pelo, últimamente. Nos dicen que es una alopecia bilateral de tipo hormonal, debida a la edad. En los costados tiene ya poco, y se le ve la piel. En invierno, ha de salir siempre vestido, para protegerse del frío y la lluvia.

A veces tose, con una tos velada y profunda. Tose si se ha puesto muy contento o alterado. Nos preocupa, y dice el veterinario que es por algo del corazón. Su pequeño corazón de perro falla un poco, pero se recupera enseguida. No le conviene hacer esfuerzos ni cansarse.