FEDERICO Y TRES HOMBRES, todos en derredor de una estufa. — Momento de silencio.
hombre 1° viendo el reloj.
¡ Por mi abuela que esto pasa!
Señores, las cuatro han dado,
Y desde las dos y media
Que sin movernos estamos.
hombre 2°
Y lo peor, sin comer.
federico
No alterarse... otro cigarro.
Dándoles.
hombre 1o
¿No alterarse? ¡buena flema!
Hora y media apoltronados
Para esperar que concluya,
No su comida, su hartazgo,
El señor Don Antonino.
Y todo para que al cabo,
Con su semblante perruno,
Venga, y sin darnos la mano,
Nos reciba como á perros
Que vienen á incomodarlo.
hombre 2o
Claro está: tiene talegas,
Y nosotros ni un ochavo.
hombre 1 o
¡Talegas! muy buen provecho,
Pero sea bien criado
Y tendrá doble caudal.
Sea mas fino en su trato;
Y sin tanta altanería
Reciba á gentes, que acaso
Tienen mas merecimientos
Que su caudal afamado:
Á gente pobre, es verdad,
Mas de corazon honrado
Y de manos laboriosas,
Que con su mismo trabajo
Hacen crecer su riqueza,
Y la riqueza de tantos
Que con el sudor del pueblo
Se llenan de oro. Yo cuando
No pise las antesalas
De estos condes disfrazados,
Nuevos señores feodales,
Que comerciantes llamamos,
Una turca he de tomar.
Y si ahora aquí me hallo
Por mi desgracia, es porque
Debo pagar de contado
Un vale á Don Antonino,
Y por un maldito acaso
No tengo el dinero pronto,
Y de que me espere trato.
federico
Ni se mueve la ceniza.
¡ Qué buenos son los habanos
Del almacen de Don Luis!
¿Tambien le hace usted el gasto?
hombre 3o
No, señor, no fumo buenos,
Porque los buenos son caros.
federico
Por mayor no valen mucho.
¿Usted, señor, ha comprado?
hombre 2o
¡ Gracia sería! si apenas
De papel son mis cigarros,
Y dentro de poco tiempo,
Sino mejora el erario,
Para dar gusto á mi lengua,
Con la hoja de mis despachos,
Y que son de coronel,
Haré quizás un cigarro.
¡Pero habanos! No señor:
Si hoy apenas los soldados
Tenemos para comer...
Vea usted, ya van dos años
Del año cuarenta á este,
Tres campañas se han andado
Y en tres campañas un sueldo.
federico
¡ Un sueldo!
hombre 1o
¡Pobre, soldados!
federico
Y las entradas de aduana,
Patentes, papel sellado,
Derechos, contribuciones
De alcabalas y mercados
Ventas sin público, y públicas,
Y todo cuanto el erario
Percibe al fin de los meses
¿Quién se lo guarda?
hombre 2o
Muy claro:
¿Qué se yo quién se lo guarda?
Pedro, Juan, Antonio, Pablo,
Le parece á usted son pocos
Los que comen en un plato?
Nosotros los militares
Solo sabemos dos cosas:
Primero, que no nos pagan:
Segundo que nos matamos
Por el primero que quiere
Que montemos á caballo,
Y sin mas, ni mas, nos demos
Unos con otros porrazos.
Proclama sobre proclama
Cuaudo ménos lo esperamos:
« A las armas, defensores
De nuestro suelo adorado;
El peligro es inminente,
Y solo con vuestras manos
La patria quedará libre;
Vuestro país no es ingrato,
Y al volver de la campaña
Compensará á sus soldados. »
Pues señor: obedecemos,
Y cuanto hallamos al paso
Á los infiernos vá á dar;
Se concluyen los porrazos,
Y al volver á la ciudad,
Muy lindamente miramos
Nuestro país como estaba,
Nuestras bolsas sin un cuarto.
federico
¿Y con qué comeis?
hombre 2o
¿Con qué?
Vendiendo ciento por cuatro
Nuestros sueldos: como ahora
Vengo á hacerlo de contado
Con el tal Don Antonino,
Que tiene no sé que encanto,
Ó que tratos mejor dicho,
Para cobrar en un rato
Lo que en un año nosotros.
federico
Con que este señor...
hombre 3o
Es cuanto
Quiera usted que sea él;
Porque tiene, lo que es claro
Que entre nosotros es todo,
Pesetas señor: que cuando
Ellas faltan es un hombre
Lo que un miserable trasto,
Aquí me vé usted á mi
Por un acomodo escaso
En el gobierno, y vé usted
Que ni es ministro de Estado,
Ni... Usted segun me imagino,
Vendrá buscando otro tanto?
federico
¿ Quién? ¿ Yo? ¡Qué linda ocurrencia!
No, señor: ha trabajado
Mi padre, que Dios conserve,
Para darme todo cuanto
Necesito; y felizmente
Muy divertido lo paso,
Sin necesitar de nadie.
hombre 3o
Pues yo creí que esperando...
federico
No, señor, no espero á nadie,
¡Gracias á Dios! he llegado
Á esta casa así no mas.
Hace ya años que trato
Al señor Don Antonino,
Y vengo de cuando en cuando
Para tomar el café:
Esto es todo.
hombr e 1°
Hube pensado
Yo tambien, como el señor,
Que por diligencias...
federico
Tanto
Me cuido yo de quehaceres
Como un juez de su juzgado.
¡Á mi edad! ¡bueno sería!
Apenas veinte y cinco años
He cumplido y mas que tonto
Fuera con desperdiciarlos.
hombre 2o
¿Con que usted nada trabaja?
federico
Sí, señor, que no hay cristiano
Que se lo pase durmiendo.
Yo me acuesto y me levanto,
Como usted puede pensar:
Al levantarme me lavo
Con agua tíbia la cara,
Para conservarme sano;
Me afeito, pongo pomadas
En mis cabellos rizados
Y en mi barba y mi patilla;
Despues, llamando á mi criado,
Me visto en traje de casa;
Es decir, calzones anchos
Sin tiros, ni tiradores, Chaquetilla de verano,
Chinelas verdes y capa;
Y así, suelto y abrigado,
Paso á la mesa de almuerzo
Donde bien masco y bien trago.
Me retorno á mi aposento
Que ya encuentro acomodado,
Y en un sillon á la moda
Me dejo caer un rato
Para escarbarme los dientes,
Cual un ministro cansado
De haber ido al ministerio;
Pido despues el diario
Para mirar un momento
Si tiene comunicados,
Y si no los hay los dejo.
Luego que ya he descansado,
Vuelvo á llamar á mi negro
Para que tenga el trabajo
De volverme á acomodar.
Vuelve á vestirme, y un rato
Despues, estoy en la calle
Caminando paso á paso
Á visitar mi cochero,
Mi volanta y mi caballo,
Para decirles si gusto
Pasear mas tarde un rato.
Concluida esta diligencia,
Voy á la puerta del teatro
Á ver la funcion que avisa,
Y á hacer sacudir mi palco.
Luego que termino aquesto,
Voy á frecuentar el trato
De mis buenas relaciones;
En todas partes hallando
Que me reciben contentos,
Las damas por mis halagos,
Los criados por mis reales,
Los hombres por mis cigarros.
Á las dos voy á comer
Á la fonda, y tres ó cuatro
De mis mejores amigos
Me acompañan de contado:
Y acabada la comida
Se salen por donde entraron,
Y yo me vengo á esta casa,
Ó á otra cualquiera, buscando
Con quien tomar el café;
Hasta que el dia acabado
Me anuncia que ya es la hora
De ir á divertirme al teatro,
Y despues volver corriendo
Á descansar á mi cuarto...
Esta es mi vida... y ve usted
Que no es poco mi trabajo.
hombre 1°
Seguramente.
hombre 3°
Y no es poco.
hombre 2°
(¡Que bueno para soldado!)
federico
Cuando el tiempo no está bueno,
Entonces, mas moderado,
Salgo apenas de mi casa
Para conversar un rato
Con un amigo poeta
Que vive á muy pocos pasos;
Y allí, por bien ó por fuerza,
Consigo me escriba al cabo
Alguna cancion bonita
De amor, que se la regalo
Á la primera muchacha
Que se me presenta á mano.
Dejo por fin al poeta
Y me retorno á mi cuarto.
Despues... pero alguien viene
hombre 1°
¡Maldito gloton...! ¡al cabo...!