Puesto que ya no es grande vuestra gloria;
puesto que vuestra potencia ya no existe
—y aunque sin gran derecho a la piedad—,
vuestra sangre dominará todavía un poco…
Todos los hijos del alba, la prole del alba,
no serán de vosotros;
sólo los grandes habladores se os abandonarán.
Los del Daño, los de la Guerra, los de la Miseria,
vosotros que hicisteis el mal,
lloradlo.
El libro del consejo