PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN*

 

 

Ἐν αὐτῷ ζωὴ ἦν,
καὶ ἡ ζωὴ ἦν τὸ φῶς τῶν ἀνθρώπων

En él [el Verbo] era la Vida

y la Vida era la luz de los hombres.

JUAN1

Después de escribir el libro, cuya gestación remota ha durado decenios y la inmediata casi tres años, he debido resistir tres tentaciones.

La primera ha sido romper lo escrito para que eche raíces en mi vida y no me distraiga en la escritura.

La segunda, volver a reescribirlo mucho mejor con las intuiciones que se han ido cristalizando a lo largo de su gestación.

La tercera, escribir finalmente mi libro místico y no sobre lo que significa esta experiencia.

He resistido a las tres. A la primera con la razón de que las raíces ya están echadas. A la segunda, por el apremio del tiempo. A la tercera, porque «mi libro» es el de mi vida y no el de mi escritura.

Y con todo, las excusas no me acaban de convencer. Las tentaciones eran justificadas, pero no soy capaz ahora de empezar de nuevo. Este escrito acaso no valga mucho y la vida la estoy, por lo menos, viviendo. La relectura me ha ayudado a revivirlo todo, pero también he de confesar que la tentación de romper el manuscrito ha sido grande.

La mentalidad clasificatoria de Occidente se preguntará cómo clasificar este escrito. No parece «moderno» y no se le puede meter en el saco (heterogéneo y remendado) de lo posmoderno. Por un lado, me he esforzado en no romper con la tradición. Por el otro, se da un salto por encima de ella —si cuantitativo o cualitativo depende de dónde coloquemos la línea divisoria—. Acaso pertenezca a la misma naturaleza de la mística resistirse a ser compartimentada y, por lo tanto, clasificada. El calificativo que en cierta manera le cuadra sería el de ser una aproximación intercultural a un problema humano, aunque evidentemente el acercamiento a la cuestión no pueda dejar de reflejar los presupuestos del autor.

Este estudio tiene, entre otros, un defecto, aunque aceptado e intencionalmente querido: no se sitúa en el horizonte académico de las discusiones contemporáneas sobre el misticismo ni menciona las secuelas de los movimientos posmodernos (en plural) en torno a la mística. El autor ha procurado estar enterado, en la medida de lo posible, de las discusiones contemporáneas, y las cree muy importantes. Pero ha resistido la «tentación» de entrar en la lid, con la desventaja de que más de un lector encontrará a faltar referencias explícitas (que implícitas no faltan) al contexto «actual». La transgresión es voluntaria, a la par que pragmática. Ciertamente no hay «tierra de nadie» en la tierra del hombre, pero el Sitz im Leben del presente estudio no es la tierra occidental —aunque no reniego de ella—. El planteamiento de este libro es decisivamente intercultural, pluralístico, si se me permite utilizar el vocablo pluralísticamente y no, como suele hacerse, desde la perspectiva monocultural que acepta los mythoi de la cultura occidental predominante y se abre a la comprensión de otras visiones del mundo desde la óptica «contemporánea» —decidiendo unilateralmente lo que sea la «contemporaneidad»—. Y no «obstante», esto es, salvando el «obstáculo», la lengua usada, de matriz latina y occidental, exige usar, so pena de ser ininteligible, no solo modelos gramaticales precisos, sino paradigmas de inteligibilidad endógenos.

Dicho más llanamente, estas páginas intentan acercarse a un fenómeno humano, y por lo tanto universal, con el mínimo de presupuestos del lenguaje desde el cual se habla, aunque, sin duda alguna, tributarios del tiempo y del espacio limitados en los que vive el autor.

Este escrito ha sido redactado con ocasión del discurso inaugural que hice en el primer simposio internacional sobre la mística organizado por la UNESCO en Barcelona (2002), que, por el hecho de que trataba de un tema capital de nuestro tiempo, central a la vez en mi vida, he reelaborado sin aumentarlo, no obstante, en exceso. El tema exige más contemplación que demasiada elucubración.

Quiero expresar mi reconocimiento a los organizadores del simposio por haberme invitado y haberme animado —no habiendo podido yo pronunciar mi discurso— a redactarlo sin prisas. Ruego al lector que tenga paciencia al leerlo, igual como yo he intentado tenerla al escribirlo. Este no es un libro para impacientes. El primer borrador estaba provisto de una infinidad de notas y citas bibliográficas, que, siguiendo la tradición de los sūtra, aquí se han eliminado —para exponer solo lo vivido—. Quiero, no obstante, pedir excusas por la excesiva densidad del escrito. El texto es solo un pretexto que ofrezco al lector para que «construya» el suyo propio. Se ha renunciado, por lo tanto, a entrar en discusión con otros autores, clásicos o modernos. Actualmente asistimos a un importante renacimiento de los estudios místicos. La civilización bidimensional contemporánea, tras haber tocado fondo, siente la necesidad de una μετἀνοια (metanoia) radical para recuperar la tercera dimensión propia del hombre. Aunque este libro se ha escrito como post scriptum al mencionado simposio, el autor recuerda los muchos cursos que dio en las universidades de Harvard y de California, desde 1966 hasta 1987, que ya justificaban con argumentaciones y bibliografía gran parte de las tesis que aquí se exponen.

Añado, por último, que muchas de las ideas de este estudio han sido expuestas, introducidas o tratadas más explícitamente en otras publicaciones del autor; conocerlas podría aclarar lo que en estas páginas se expone de forma sintética. Fiel al espíritu de este libro, no me remito a ninguna referencia. Lo único que no hago es disculparme por las aparentes repeticiones, porque en realidad pienso que no lo son, siempre que sepamos superar la fragmentación del conocimiento. Toda idea, por igual a otra como pueda parecer, no es la misma si no se extrapola de su contexto. Las partes son solo partes si permanecen tales en un todo más completo.

Termino dando las gracias a cuantos me han ayudado en esta tarea. Algunas personas no saben que me han inspirado y otras han preferido no ser mencionadas, con lo cual me obligan a incluir en mi agradecimiento a la Vida a todos aquellos que, de una forma u otra, la han vivido conmigo.

Tavertet

Epifanía del 2005

 

 

* R. Panikkar, De la mística. Experiencia plena de la Vida, Barcelona, Herder, 22007, págs. 21-23. Nuestro texto se basa en la citada edición castellana y ha sido cotejado con el texto italiano publicado en R. Panikkar, Opera Omnia I.1, Milán, Jaca Book, 2008, págs. 143-145.

1 En autōi zōē ēn, kai hē zōē hēin to phōs tōn anthrōpōn (Jn 1,4). Algunos manuscritos usan el presente en lugar del imperfecto: «En él es la Vida y la Vida es la luz de los hombres».