Este libro nunca habría visto la luz del día sin el apoyo y los ánimos de una gran cantidad de personas, empezando por Alison Hennessey, Sam Copeland, Bethan Jones, Jon Stock y Richard Reynolds, los jueces del premio de novela policíaca Daily Telegraph/Harvill Secker. Gracias especialmente a Alison, que se ha convertido en mi editora, por sus conocimientos y consejos, y por la paciencia con que ha transformado a un contable en escritor; a Sam, mi agente, por no cansarse de darme ánimos, por tranquilizarme en todo momento y por su buen humor, y a Jon, por sus consejos y su información de primera mano sobre la dura vida del escritor.
Gracias también a todo el equipo de Harvill Secker/ Random House, y especialmente a Penny Liechti, Simon Rhodes, Kris Potter, Rowena Skelton-Wallace, Bill Donohoe, Anna Redman y Vicki Watson.
También estoy agradecido a mi hermana, Elora, y a Sherrie Steyn, por su sensatez, su agudeza visual y sus sabias palabras; a Alan Simon, el mejor mentor y profesor de inglés que se podría desear; a Amit Roy, por sus comentarios, consejos y conocimientos sobre todo lo referente a Bengala, y por su constante apoyo a las futuras aventuras de Sam y Surrender-not; a Darren Sharma, por saberlo todo sobre todo; a Alok, Hash y Neeraj, mis socios en Houghton Street Capital, por su comprensión y paciencia; y a la buena gente de la destilería Glenfarclas, por sus magníficas botellas, especialmente la de veinticinco años de antigüedad, que ha resultado ser de valor incalculable en el proceso creativo. Gracias también a Bapu y Ma, por haber permitido que me casara con su hija.
Un agradecimiento especial a mi madre, Suchitra Mukherjee, por su fe y su amor constante, y a mi padre, ya fallecido, sin cuyos cuidados, amor y consejos no sería nada, y que me enseñó que vale mucho más ser guapo, encantador e ingenioso que esforzarse.
Mi máximo agradecimiento es, naturalmente, para mi mujer, Sonal, por su paciencia, su apoyo inquebrantable y su amor, por el que doy gracias cada día.