Como criterio general, EL PAÍS sigue en sus textos en español las normas de la Ortografía aprobadas por la Asociación de Academias de la Lengua Española en 2010. Estos preceptos se aplicarán de oficio en todo aquello que no sea matizado por el presente Libro de estilo.
COMA
12.1. La coma (,) indica las pausas más o menos cortas dentro de una oración, permite en la lectura conocer el sentido de las frases y puede señalar entonación ascendente o descendente. Nunca se debe colocar una coma entre sujeto y verbo, salvo que medie una aposición: Ejemplo incorrecto: ‘El ministro del Interior, viaja a París’. Ejemplo correcto: ‘El ministro del Interior, preocupado por las relaciones con Francia, viaja a París’.
12.2. Dos o más partes de una oración, cuando se escriban seguidas y sean de la misma clase, se separarán con una coma. Ejemplo: ‘Juan, Pedro y Antonio’. Pero no cuando medien estas tres conjunciones: y, ni, o. Ejemplos: ‘Juan, Pedro y Antonio’; ‘ni el joven ni el viejo’; ‘bueno, malo o mediano’.
A veces es necesaria la coma para separar oraciones unidas por una conjunción copulativa, de modo que se facilite la lectura: ‘Juan viajó la pasada noche a Barcelona, y a Madrid no irá hasta mañana’.
12.3. En una cláusula con varios miembros independientes entre sí, éstos se separan con una coma, vayan precedidos o no de una conjunción. Ejemplos: ‘todos mataban, todos se compadecían, ninguno sabía detenerse’; ‘al apuntar el alba cantan las aves, y el campo se alegra, y el ambiente cobra movimiento y frescura’.
12.4. Las oraciones que suspendan momentáneamente el relato principal se encierran entre comas. Ejemplos: ‘la verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones y autoridades’; ‘los vientos del Sur, que en aquellas abrasadas regiones son muy frecuentes, ponen en grave peligro a los viajeros’.
12.5. El nombre en vocativo va seguido de una coma, si está al principio; precedido de una coma, si está al final, y entre comas, si se encuentra en medio de la oración. Ejemplos: ‘Juan, óyeme’; ‘óyeme, Juan’; ‘repito, Juan, que oigas lo que te digo’.
12.6. Cuando se invierte el orden regular de las oraciones de la cláusula, adelantando lo que había de ir después, debe ponerse una coma al final de la parte que se anticipa. Ejemplo: ‘cuando el cuadrillero tal oyó, túvole por hombre falto de seso’. Sin embargo, la coma no es necesaria en las transposiciones cortas y muy perceptibles. Ejemplo: ‘donde las dan las toman’.
Respecto a esta regla general, se recuerda que en las entradillas de los textos noticiosos no se debe invertir, en beneficio de la claridad de exposición, el orden regular de las oraciones.
12.7. La elipsis del verbo se indicará con una coma. Ejemplo: ‘usar de venganza con el superior es locura; con el igual, peligro; con el inferior, vileza’.
12.8. La coma se utiliza, además, para marcar las décimas o centésimas en una cantidad escrita con números. Ejemplos: ‘10,5’, ‘10,50’.
12.9. Hay tres tipos de errores que se repiten con harta frecuencia en el uso de la coma. Son éstos:
— Antes del adverbio ‘como’, este signo ortográfico cambia el significado en muchas oraciones. No es igual ‘no lo hice como me dijiste’ (lo hizo de distinta forma) que ‘no lo hice, como me dijiste’ (no lo hizo, luego cumplió el encargo). Ha de extremarse este cuidado en la fe de errores. No debe escribirse ‘Beethoven no era austriaco, como publicamos ayer, sino alemán’, pues en ese caso se habría publicado ayer que Beethoven no era austriaco y por tanto no habría sido necesaria la fe de errores.
— Aplicada a ciegas, lleva al error la norma de encerrar entre comas un nombre propio cuando lo que le precede en la oración es el cargo o condición de la persona nombrada. No es lo mismo escribir ‘el capitán José Fernández ha sido condecorado’ que ‘el capitán, José Fernández, ha sido condecorado’. Tal como está redactado el segundo de los ejemplos, José Fernández es el único capitán que existe.
— Cuando se omite antes de un complemento circunstancial y altera la concordancia. Ejemplos: ‘el general pidió orden durante su toma de posesión’ y ‘el general pidió orden, durante su toma de posesión’. En el primer caso, solamente reclamaba orden para el acto en el que tomaba posesión. En el segundo pide orden en términos generales, y la petición se produce durante el citado acto.
12.10. Siempre que se pueda, es preferible eliminar la coma, sobre todo en frases cortas. ‘Yo soy de Cuenca, y tú de Madrid’, pero no ‘yo soy de Cuenca, y tú, de Madrid’.
12.11. Hay que evitar el error de convertir en una oración con verbo elidido aquellos títulos simplemente enunciativos que enmarcan un escrito. ‘El general en su laberinto’ no puede ser ‘El general, en su laberinto’. ‘El fútbol antes de la guerra’ no podría convertirse en ‘el fútbol, antes de la guerra’.
12.12. El uso de la coma (o incluso del punto) delante de ‘pero’ y de ‘aunque’ puede depender del gusto del autor y del ritmo que quiera dar a su texto: ‘Eso no me gusta pero lo haré’. ‘Eso no me gusta, pero lo haré’. ‘Eso no me gusta. Pero lo haré’. La coma puede omitirse en EL PAÍS, por cuestión de estilo, cuando la oración introducida por ‘pero’ o ‘aunque’ tiene elididos o expresos algunos elementos de la oración principal: ‘Eso se sabe pero nunca se dice’. La Academia limita la supresión a cuando ‘pero’ une adjetivos: ‘Es listo pero lento’.
El uso de coma después de ‘luego’ puede alterar el significado: ‘Ayer corrí demasiado. Luego, no podía moverme’. ‘Ayer corrí demasiado. Luego no podía moverme’.
PUNTO
12.13. Se emplea punto (.) para indicar el final de una oración, para señalar una abreviatura (Admón., Sra., etc.), para marcar los millares en las cantidades numéricas escritas con cifras, en las fracciones de hora (‘14.30’, pero no ‘14,30’) y para las iniciales de nombres o apellidos (‘J. Ortega y Gasset’, ‘John F. Kennedy’).
12.14. No se debe emplear punto en las siglas —salvo cuando formen parte de un texto todo él escrito en mayúsculas, por ejemplo, un cintillo—, en los números de años o en los de teléfonos.
12.15. El punto va detrás del paréntesis, de la raya o de las comillas de cierre también cuando cualquiera de estos signos se haya abierto inmediatamente después de un punto. Nunca se suprimirán el paréntesis, el corchete o las comillas de cierre por el hecho de coincidir con el punto al final de una oración.
12.16. Después de los puntos suspensivos (que son tres, y nada más que tres) no se pone punto final. Tampoco después de los signos de interrogación o de admiración.
12.17. En el caso de enumeraciones escritas en distintos párrafos, cada uno de éstos llevará punto final.
12.18. No se pondrá punto final a los textos —normalmente constituidos por una sola oración— que se componen en línea aparte y, por lo general, en otro tipo de letra. Por ejemplo, los titulares, las firmas y los ladillos no engatillados (los engatillados, sí, puesto que forman parte del párrafo que encabezan). Ahora bien, esta norma es de orden general; se aplicará a todos los textos de una misma especie, con independencia de que, en un caso concreto, no se cumplan algunos de los requisitos exigidos. Un pie de foto, aunque conste de una sola oración, llevará punto final.
Tras las interrogaciones y exclamaciones no se escribe el signo de punto; pero sí el de coma cuando sea necesario.
Debe decirse ‘punto final’ y no ‘punto y final’.
PUNTO Y COMA
12.19. El signo de punto y coma (;) señala pausa y descenso en la entonación; no como el punto, que cierra una oración completa, sino como mero reposo entre dos o más miembros de ésta. Se trata del signo más subjetivo, que depende en gran medida de la voluntad del autor.
No obstante, debe emplearse punto y coma en los siguientes casos:
12.20. Para distinguir entre sí las partes de un periodo en las que hay ya alguna coma. Ejemplo: ‘los periodistas se desparraman por los suelos con estrépito de cámaras, crash, crash; los hombres de turbante y grandes mantos se desploman con sordo golpe amortiguado por las ropas, plof, plof; los seguidores resbalan en su aturullamiento por conseguir una buena posición para ver al imam, cataplún’.
12.21. Entre oraciones coordinadas adversativas. Ejemplo: ‘el camino no ofrecía grandes peligros; sin embargo, no me atreví’. Ahora bien, si se trata de oraciones cortas basta una simple coma. Ejemplo: ‘Lo hizo, aunque de mala gana’.
12.22. Cuando a una oración sigue otra precedida de conjunción, que no tiene perfecto enlace con la anterior. Ejemplo: ‘pero nada bastó para desalojar al enemigo, hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artillería; y se observó que uno solo, de tantos como fueron deshechos en este adoratorio, se rindió a la merced de los españoles’.
12.23. Cuando después de varios incisos separados por comas la frase final se refiera a ellos o los abarque y comprenda todos. Ejemplo: ‘el incesante tráfico de coches, la notable afluencia de gentes, el ruido y griterío en las calles; todo hace creer que se da hoy la primera corrida de toros’.
12.24. En las relaciones de nombres cuando a éstos les sigue el cargo u ocupación de la persona. Ejemplo: ‘Jack Bell, de The Associated Press; Baskin, del News de Dallas, y Bob Clark, de la American Broadcasting Company, iban en el asiento posterior’. Obsérvese que en el último nombre la conjunción y que le precede elimina el punto y coma, sustituyéndolo por una coma. No obstante, en algunos casos queda a gusto del autor escribir también aquí un punto y coma, si con ello gana en claridad. Ejemplo: ‘a cinco columnas, no más de una línea; a cuatro, dos; a tres, dos; a dos, tres; y a una, cuatro’.
DOS PUNTOS
12.25. El signo de dos puntos (:) señala pausa precedida de un descenso en el tono; pero, a diferencia del punto, denota que no se termina con ello la enumeración del pensamiento completo. Se usa en los siguientes casos:
12.26. Ante una enumeración explicativa. Ejemplo: ‘había tres personas: dos mujeres y un niño’.
12.27. Ante una cita textual. Ejemplo: “luego, escribió en su diario: ‘12.35. El presidente Kennedy llega al Trade Mart”.
12.28. Ante la oración en la que se demuestra lo establecido en la que le precede (‘pero no son los mismos, no pueden serlo: el 35º presidente de Estados Unidos ha sido asesinado’).
12.29. En los titulares, después del nombre de una persona, para indicar una frase, aunque no sea textual (‘Stevenson: Creo en el perdón de los pecados y en la redención de la ignorancia’). Pero no después del nombre de una ciudad (‘Dallas: Kennedy ha sido asesinado’).
12.30. Después de dos puntos se escribe en minúscula, salvo que aquello que le siga sea una cita (entrecomillada o no) o una enumeración en varios párrafos, cada uno de ellos precedido por un número o una letra en negra.
COMILLAS
12.31. Las comillas deben emplearse sólo para encerrar frases reproducidas de forma textual. Tradicionalmente han tenido también otros usos (enmarcar un sobrenombre, subrayar una palabra, destacar un neologismo o un término no castellano), pero en estos casos el periódico emplea la letra cursiva.
12.32. Se usan comillas inglesas o dobles (“”), así como las simples (‘’), pero nunca las francesas o angulares («»).
12.33. Cuando dentro de un entrecomillado vaya otro, el segundo se marcará con comillas simples. En caso de tener que escribir estos dos tipos de comillas juntos, por coincidir al principio o al final de la cita, se suprimirán las comillas simples.
12.34. Si el texto reproducido es tan extenso que comprende varios párrafos, se abrirán y cerrarán comillas en cada uno de ellos.
12.35. En el caso de que en medio de una cita textual se haga una apostilla o aclaración, las comillas han de cerrarse antes del inciso, que irá entre comas, y abrirse después de él.
12.36. La supresión de palabras o frases en un texto entrecomillado se marcará con puntos suspensivos. Si es al principio de la cita, los puntos suspensivos irán inmediatamente después de las comillas, pero separados de la palabra que sigue por un blanco; si es en medio, los puntos suspensivos irán entre paréntesis.
12.37. Las comillas —como sucede con los paréntesis y las rayas— van siempre antes del punto que cierre el entrecomillado, tanto si se abrieron una vez iniciada la frase como si se abrieron inmediatamente después del punto anterior.
12.38. En los titulares y en los ladillos compuestos en línea aparte se escribirán entre comillas simples aquellas palabras que, en aplicación del Libro de estilo, hubieran de ir en cursiva. En cambio, los ladillos engatillados, puesto que forman parte del texto (constituyen el inicio del párrafo), se compondrán en el tipo de cursiva que les corresponda. La regla es ésta: las comillas simples sustituyen a la cursiva en los textos que han de escribirse sin punto final.
12.39. Los términos no castellanos, los neologismos, así como los títulos de libros, películas, canciones, obras de teatro o musicales, o de algunas de sus partes (capítulo de un libro, artículo de un diario), no se entrecomillarán. Como excepción, cuando se citen a la vez el título general de una obra y el de una de sus partes, este último llevará comillas simples.
12.40. Tampoco se entrecomillarán los nombres de animales, barcos, aviones ni vehículos espaciales; los de programas, planes ni operaciones; los de yacimientos, edificios, fincas ni urbanizaciones; los de organismos, entidades comerciales ni formaciones políticas, ni siquiera las clandestinas, así como los nombres de agencias de noticias, calles, plazas, edificios, entidades, organismos ni partidos escritos en un idioma distinto al castellano. Es decir, aquellos nombres en los que la mayúscula inicial evita la repetición de otros signos tipográficamente diferenciadores, como la cursiva o las comillas.
12.41. Es una incorrección sintáctica emplear la conjunción ‘que’ cuando se hace una cita en estilo directo. Para expresar las palabras tal como fueron dichas, no se debe utilizar el que, y sí los dos puntos y las comillas. Ejemplo: “Felipe González dijo: ‘Ya está bien de obsesiones golpistas”. En cambio, en estilo indirecto sobran estos dos signos ortográficos, ha de ponerse el que, y en ocasiones cambia la relación temporal de los verbos. Ejemplo: ‘Felipe González dijo que ya está bien de obsesiones golpistas’; ‘Felipe González dijo que estaba cansado’. (Véase el apartado 13.32).
PARÉNTESIS
12.42. Se emplea paréntesis [( )] para aislar una observación al margen del objeto principal del discurso, así como para incluir una llamada o un dato relacionados con ese discurso. Ejemplos: ‘la Gestapo (contracción de las palabras alemanas Geheime Staatspolizei)’; ‘la misma editorial ha publicado otra importante obra (*), cuya lectura se recomienda’; “soy pesimista con la inteligencia, pero optimista por voluntad’ (Antonio Gramsci, Lettera dal carcere, página 115)”.
12.43. Paréntesis y rayas cumplen cometidos similares. Sin embargo, los primeros deben reservarse para los incisos acusadamente al margen del relato y las segundas, para aquellos otros que podrían ir entre comas, pero que las rayas refuerzan y diferencian con toda claridad. Ejemplos: ‘cuando Edgar Snow llegó por primera vez a China (a los 22 años, con algún dinero ganado en Wall Street jugando a la Bolsa), su propósito era quedarse seis meses, que se convirtieron en 13 años’; ‘aquel que visita una tierra extranjera sin conocer el idioma —lo dice Francis Bacon— va como estudiante, y no como viajero’.
12.44. Cuando en un inciso se abra otro, el primero irá entre paréntesis, y el segundo, entre rayas. Ejemplos: ‘todos estos países isleños (las Filipinas, Indonesia, Sri Lanka —antes Ceilán— y Mauricio) no forman propiamente un bloque’.
12.45. Los paréntesis —como sucede con las comillas y las rayas— van antes del punto si es que se abrieron una vez iniciada la frase, y también cuando se abrieron inmediatamente después del punto anterior.
12.46. Los paréntesis no se usarán en los titulares del diario impreso. En elpais.com se pueden emplear en estos casos:
— Para dar el resultado de una competición deportiva. Ejemplo: ‘el Barcelona ganó al Madrid (95-92)’.
— Para localizar una población, pero sólo cuando se trate de un lugar completamente desconocido. Ejemplo: ‘500 muertos por inundaciones en Anqing (China)’.
12.47. En la firma se añadirá entre paréntesis una denominación geográfica o política más conocida cuando se trate de nombres de ciudades repetidos, y aun así, sólo en el menos próximo. Ejemplos: ‘Efe, Granada’, en el caso español, pero ‘Efe, Granada (Antillas)’; ‘Efe, Venecia’, en el caso italiano, pero ‘Efe, Venecia (Colombia)’. También se puede utilizar el paréntesis para la firma de un autor que pertenezca a una agencia: ‘Javier Tovar (Efe)’.
12.48. El cambio de tamaño o tipo de las letras hace innecesario el uso de paréntesis en frases que deberían llevarlos. Así ocurre con los pases de página o con las notas al pie, entre otros casos.
RAYA
12.49. La raya es un signo ortográfico (—) cuya largura de trazo impide confundirlo tipográficamente con el guion (-).
12.50. La raya sirve para aislar una observación al margen del objeto principal del discurso, como los paréntesis (ya se ha explicado, al hablar de éstos, cuándo deben emplearse rayas y cuándo paréntesis).
12.51. El hecho de que coincidan al final de una frase la raya y el punto no es motivo para que se suprima ésta; en igualdad de circunstancias, tampoco desaparecen, por ejemplo, el paréntesis o las comillas.
12.52. En la transcripción de un diálogo, la raya marca el comienzo de las frases pronunciadas por cada uno de los interlocutores. En este caso, la raya ha de ir pegada a la letra inicial, sin blanco de separación alguno. No se volverá a situar raya antes del punto y aparte cuando la raya inicial haya abierto una frase de diálogo.
12.53. La raya puede utilizarse igualmente, como elemento tipográfico, para diferenciar los apartados de una relación dividida en varios párrafos. En tal caso, la raya irá separada de la primera letra por un cuarto de cuadratín.
CORCHETES
12.54. Los corchetes ([]) se emplearán en los siguientes casos:
— Para encerrar datos no recogidos por un corresponsal o enviado especial y que se añaden a una crónica.
— Para añadir a un texto una o varias palabras que no figuran en el original, pero que facilitan su comprensión.
12.55. El punto va siempre detrás del corchete de cierre, y no dentro.
GUION
12.56. El guion (-), signo ortográfico de trazo más corto que la raya (—), se usa como elemento de unión.
12.57. En primer lugar, para unir dos adjetivos cuando éstos, cada uno por separado, siguen conservando su identidad. Ejemplo: ‘acuerdo greco-chipriota’; esto es, entre los Gobiernos de Grecia y Chipre. En cambio, no se empleará guion, y los adjetivos se escribirán sin blanco de separación, cuando, juntos, supongan una nueva identidad. Ejemplo: ‘comunidad grecochipriota’; o sea, la compuesta por los chipriotas de origen griego.
12.58. En los nombres de aviones, naves espaciales o cohetes, así como en los de acontecimientos deportivos, festivales, exposiciones, entidades, marcas o modelos, no se empleará guion cuando al nombre le siga un número. Ejemplos: ‘Boeing 747’, ‘Mundial 82’, ‘Radio 2’. Sí debe usarse, en cambio, cuando se trate simplemente de iniciales o de siglas, siempre que éstas no se hayan convertido en palabra común. Ejemplos: ‘DC-10’, ‘SAM-3’, ‘Seat 600’.
12.59. No se deben unir con guion los nombres de personas (salvo los chinos a los que no se aplique la transcripción pinyin) o de ciudades compuestos por dos o más palabras. Ejemplos: ‘Ibn Saud’, y no ‘Ibn-Saud’; ‘Tel Aviv’, y no ‘Tel-Aviv’.
12.60. En las palabras unidas por un guion, la letra inicial de la segunda irá en minúscula. Ejemplo: ‘ETA Político-militar’. Pero no en el caso de nombres propios o nombres de entidades o marcas comerciales. Ejemplos: ‘Metro-Goldwyn-Mayer’, ‘Rolls-Royce’, ‘Land-Rover’.
12.61. No se empleará guion entre la partícula ex y otra palabra cuando aquélla se utiliza para decir que una persona ya no tiene el cargo o la condición que indica el nombre o adjetivo de persona al que se antepone. Ejemplos: ‘exministro’, ‘exdiscípulo’ o ‘exsuarista’, y no ‘ex-suarista’ ni ‘ex suarista’. (Véase apartado 12.134).
BARRA
12.62. Debe evitarse el empleo de la barra (/), sobre todo por lo que tiene de contradictoria su doble utilización: unas veces para unir, como sustitutivo del guion, y otras para separar, como en los quebrados (‘3/5’).
Salvo en artículos de colaboradores, en el periódico la barra sólo se usará en estos cinco casos:
— Para expresar el número y, en abreviatura, el año de textos legales. Ejemplo: ‘decreto 30/87’.
— Para las cifras que acompañan a los nombres de algunos modelos industriales. Ejemplo: ‘ordenador PDP 11/34’.
— Como elemento separador en la numeración de los seriales publicados en el periódico.
— Para distinguir los distintos versos en poesías o letras de canciones.
— Para separar la firma de dos redactores de un mismo texto (circunstancia que se permite sólo excepcionalmente).
12.63. En los dos primeros supuestos, la barra se escribirá sin espaciamientos adicionales; en los restantes, con blancos de separación a ambos lados. (De estos dos blancos, el situado a la izquierda de la barra ha de ser el signo de cuarto de cuadratín; así, en caso de partición a final de línea, la barra no pasará sola al renglón siguiente).
INTERROGACIÓN Y EXCLAMACIÓN
12.64. Los signos de interrogación, uno para abrirla y otro para cerrarla (¿?), engloban el objeto de la pregunta, el cual puede ser toda una oración o sólo una parte de ella. Los de exclamación (¡!), con los que se expresa fuerza o vehemencia, se utilizan en las mismas condiciones y con las mismas reglas que los de interrogación.
12.65. La inclusión de los signos de apertura no implica que la palabra que le sigue, escrita junto al signo, haya de llevar mayúscula inicial por este hecho. La llevará o no la llevará de acuerdo con las normas generales sobre el empleo de mayúsculas. (‘¿Vendrás hoy?’; ‘mi pregunta es ésta: ¿vendrás hoy?’; ‘si te lo digo, ¿vendrás hoy?’).
12.66. Detrás de los signos de cierre nunca se pone punto, pero sí coma o punto y coma. Ahora bien, si al signo de interrogación o de exclamación le sigue un paréntesis, una raya o unas comillas, la frase ha de concluir con punto.
12.67. Un signo de interrogación encerrado entre paréntesis, en este caso siempre el de cierre, indica duda; el de exclamación, asombro. Sin embargo, ninguna de estas dos formas debe usarse en textos informativos.
Cuando una frase sea exclamativa e interrogativa al mismo tiempo, no se duplicarán los correspondientes signos, sino que se abrirá con el exclamativo y se cerrará con el interrogativo.
APÓSTROFO
12.68. El apóstrofo es un signo ortográfico (’) con el que se indica en otras lenguas, entre otros supuestos, la elisión de una vocal a final de palabra cuando la siguiente comienza con una letra de igual clase. Ejemplos: ‘Sant Sadurní d’Anoia’, ‘l’invasione’, ‘l’obscurité’.
Y, en el caso concreto del inglés, también para el llamado genitivo sajón. Ejemplo: ‘America’s Cup’.
12.69. Se emplea mal en castellano cuando se utiliza, como si se tratara de un genitivo sajón, en las fechas. Así, en el periódico se escribirá ‘Mundial 14’, y no ‘Mundial ’14’; ‘Arte 16’, y no ‘Arte ’16’,) aun cuando ésta sea la forma en que lo hagan sus organizadores.
12.70. No debe confundirse el apóstrofo, signo ortográfico, con el apóstrofe, figura retórica.
12.71. El apóstrofo que forma parte de dos letras árabes —la ayn y la hamza— no se transcribe.
PUNTOS SUSPENSIVOS
12.72. Los puntos suspensivos constituyen un solo signo ortográfico, formado por tres puntos, y no más (...). Sirven para denotar que queda incompleto el sentido de una oración o cláusula de sentido cabal, para indicar temor o duda, o lo inesperado y extraño de lo que se cuenta a continuación; usos todos ellos que desaconsejan su empleo en textos noticiosos y, desde luego, como remate de una información.
12.73. Si se utilizan, hay que tener en cuenta que no pueden emplearse después de la palabra ‘etcétera’ (que tampoco debe usarse en textos informativos) y que, al final de una frase, hacen innecesaria la inclusión del punto final.
12.74. Los puntos suspensivos se emplean también para indicar la supresión de palabras o frases dentro de una cita entrecomillada. En tales supuestos, cuando el corte se haya hecho al principio, los puntos suspensivos han de ir inmediatamente después de las comillas de apertura y separados de la primera palabra de la cita. Pero entre paréntesis y con blancos de separación a ambos lados cuando el corte se haya producido en medio.
Puede ponerse una coma después de los puntos suspensivos, y en ese caso la siguiente palabra comenzará con minúscula (salvo que se trate de un nombre propio).
ASTERISCO Y CEDILLA
12.75. El asterisco (*) se emplea en el periódico para remitir al lector a una nota al final del texto. Se escribe entre paréntesis tras la palabra a la que se refiere, pero no sin blanco de separación. Ejemplo: ‘según dicho autor (*)’, y no ‘según dicho autor*’.
12.76. Cuando las citas sean más de una, no se emplearán asteriscos, sino números, también entre paréntesis. Ejemplos: ‘en la citada obra (2)’, pero no ‘en la citada obra**’.
12.77. En el caso de que la palabra haya de ir seguida de un signo de puntuación, el asterisco o los números se escribirán delante del signo de puntuación. Ejemplo: ‘otros autores, como Fulano (3), Mengano (4) y Zutano (5), no opinan así’.
ACENTOS
12.78. Las palabras cuyo acento prosódico carga en la última sílaba —las agudas— se acentúan ortográficamente cuando tengan más de una sílaba y sólo cuando ésta termine en vocal. Ejemplos: ‘Alá’, ‘café’, ‘alhelí’, ‘huyó’, ‘Perú’. La y final, aunque suena como semivocal, se considera consonante para los efectos de la acentuación.
12.79. Llevan igualmente acento ortográfico las palabras agudas que acaban en las consonantes n o s solas; es decir, no agrupadas con otra consonante. Ejemplos: ‘alacrán’, ‘también’, ‘Albaicín’, ‘semidiós’, ‘patatús’; pero ‘Orleans’, ‘Isern’.
12.80. Las voces llanas —esto es, aquellas con acento prosódico en la penúltima sílaba— se acentúan únicamente cuando terminan en consonante que no sea n o s, salvo que la n o la s vayan agrupadas con otra consonante. Ejemplos: ‘alcázar’, ‘alférez’, ‘Ísbor’, ‘Ordóñez’, ‘Túnez’; pero ‘fórceps’, ‘bíceps’.
12.81. Se acentúan todas las palabras esdrújulas —aquellas con acento prosódico en la antepenúltima sílaba—. Ejemplos: ‘máquina’, ‘apéndice’, ‘eminentísimo’, ‘tórtola’, ‘música’, ‘héroe’.
12.82. A estas reglas generales caben cuatro clases de excepciones: las que se derivan del encuentro de las vocales intermedias y extremas (diptongos y triptongos); las que permiten distinguir en una frase vocablos de igual forma pero de distinta función gramatical; las provocadas por la formación de voces compuestas, y las que se aplican en el caso de nombres no castellanos o no castellanizados.
12.83. A los efectos ortográficos, no hay diptongo sino cuando las vocales extremas, o débiles (i, u), se juntan entre sí o con cualquiera de las de articulación intermedia, o fuertes (a, e, o). Ejemplos: ‘viuda’, ‘ruido’, ‘jaula’, ‘Juana’, ‘cielo’, ‘fuego’, ‘odio’.
12.84. Para que haya triptongo se han de unir dos vocales extremas a una intermedia. Ejemplos: ‘buey’, ‘amortiguáis’, ‘despreciéis’.
12.85. La h muda colocada entre dos vocales no impide que éstas formen diptongo. En consecuencia, cuando alguna de dichas vocales, por virtud de la regla general, haya de ir acentuada, se pondrá el acento ortográfico como si no existiese la h. Ejemplos: ‘vahído’, ‘búho’, ‘rehúso’, ‘prohíben’, ‘ahíto’.
12.86. Cuando una vocal débil tónica va delante o detrás de una vocal fuerte átona no hay diptongo, sino hiato, y la vocal tónica llevará acento ortográfico. Ejemplos: en voces agudas, ‘país’, ‘raíz’, ‘Saúl’; en palabras llanas, ‘desvarío’, ‘falúa’, ‘sitúa’, ‘continúa’, ‘dúo’, ‘día’, ‘mía’, ‘pía’, ‘pío’, ‘píe’, ‘acentúo’, ‘considerarías’, ‘desvaríos’, ‘insinúan’, ‘tenían’.
12.87. Los vocablos agudos terminados en ay, ey, oy, uy se escribirán sin tilde. Ejemplos: ‘Uruguay’, ‘virrey’, ‘convoy’.
12.88. Las palabras que terminan en una vocal débil tónica seguida de un diptongo y s final, lo cual ocurre en ciertas personas verbales, llevarán acento ortográfico en dicha vocal débil. Ejemplos: ‘comprendíais’, ‘decíais’.
12.89. Siguen la regla general de no acentuarse los vocablos llanos que finalizan en diptongo o en dos vocales fuertes, vayan o no seguidas de n o s final. Ejemplos: ‘seria’, ‘delirio’, ‘agua’, ‘fatuo’, ‘bacalao’, ‘deseo’, ‘canoa’, ‘Feijoo’, ‘provee’, ‘albricias’, ‘leyereis’, ‘corroen’.
12.90. Cuando una vocal fuerte tónica va delante o detrás de vocal débil átona forman siempre diptongo, y la acentuación gráfica de éste, cuando sea necesaria, irá sobre la vocal intermedia, o sobre la segunda si las dos son extremas. Ejemplos: ‘buscapié’, ‘averiguó’, ‘parabién’, ‘veréis’, ‘después’, ‘Sebastián’, ‘Güéjar’, ‘huésped’, ‘murciélago’, ‘muérdago’, ‘Cáucaso’.
12.91. La combinación ui se considera, para la práctica de la escritura, como diptongo en todos los casos. Sólo llevará acento cuando lo pida el apartado anterior; y el acento se marcará en la segunda vocal; es decir, en la i. Ejemplos: ‘casuístico’, ‘cuídese’, ‘construí’, ‘atribuí’. Sin embargo, ‘casuista’, ‘construido’, ‘destruido’, voces llanas, se escribirán sin tilde.
12.92. Los infinitivos en uir se escribirán sin acento. Ejemplos: ‘construir’, ‘contribuir’, ‘derruir’, ‘huir’.
12.93. Las formas verbales ‘fue’, ‘fui’, ‘dio’, ‘vio’ se escribirán sin tilde, según la regla general de los monosílabos.
12.94. La partícula aun llevará tilde (aún) y se pronunciará como bisílaba cuando, sin alterar el sentido de la frase, pueda sustituirse por todavía. Ejemplos: ‘aún está enfermo’, ‘está enfermo aún’. En los demás casos, es decir, con el significado de ‘hasta’, ‘también’, ‘incluso’, ‘inclusive’ (o ‘siquiera’, con negación), se escribirá sin tilde. Ejemplos: ‘Aun los sordos han de oírme’, ‘no hizo nada por él, ni aun lo intentó’, ‘aun así, hizo lo que quiso’. Como regla nemotécnica: aún lleva tilde cuando equivale a todavía, que también la tiene; y no lleva tilde cuando equivale a incluso, que tampoco se escribe con acento. Por tanto, se establece esta relación: aún-todavía, aun-incluso.
12.95. El triptongo se acentúa en la vocal fuerte. Ejemplos: ‘despreciáis’, ‘apreciéis’, ‘amortiguáis’, ‘averigüéis’.
12.96. Los monosílabos nunca llevarán acento, pues no pueden acentuarse sino en la única sílaba que tienen. No obstante, se escribe el acento cuando existen dos monosílabos iguales en su forma, pero con distinta función gramatical, en una de las cuales lleva acento fonético y en otra es átono. Ejemplos: ‘el’, artículo, y ‘él’, pronombre; ‘mi’, ‘tu’, pronombres posesivos, y ‘mí’, ‘tú’, pronombres personales; ‘mas’, conjunción adversativa, y ‘más’, adverbio de comparación; ‘si’, conjunción condicional, y ‘sí’, pronombre y adverbio de afirmación; ‘de’, preposición, y ‘dé’, tiempo del verbo dar; ‘se’, pronombre átono, y ‘sé’, forma personal de los verbos ser y saber.
12.97. La conjunción disyuntiva o no llevará acento, puesto que, al existir dos signos claramente diferentes, no se dan las circunstancias por las cuales la Academia Española hacía preceptiva su acentuación: que esta letra pueda confundirse con el cero. Ejemplos: ‘3 o 4 personas’, ‘304 personas’.
12.98. La palabra sólo, en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico siempre en EL PAÍS, y no solamente cuando se trate de evitar una anfibología. Ejemplos: ‘le encontrarás solo en casa’ (en soledad, sin compañía), ‘le encontrarás sólo en casa’ (solamente, únicamente). La nueva Ortografía de la Real Academia (2010) señala textualmente que ‘se podrá prescindir de la tilde’ en este caso, lo cual admite implícitamente la posibilidad de usarla (pues dice ‘se podrá’, no ‘se deberá’). La Academia añade que el contexto suele resolver las dudas y que también se puede escribir ‘solamente’ o ‘únicamente’. Sin embargo, el contexto de un titular apenas suma seis o siete palabras, y los adverbios señalados como alternativas son demasiado largos para las necesidades periodísticas habituales. Por tanto, el adverbio sólo se podrá acentuar en EL PAÍS, ya que facilita la comunicación periodística y no se considera una falta de ortografía. Véase la entrada sólo en el léxico de este Libro de estilo.
12.99. Los pronombres ‘éste’, ‘ése’, ‘aquél’, con sus femeninos y plurales, llevarán siempre tilde, aunque la Academia Española considere lícito prescindir de ella cuando no exista riesgo de anfibología.
12.100. Los relativos ‘que’, ‘cual’, ‘quien’, ‘cuyo’ y los adverbios ‘cuando’, ‘cuan’, ‘cuanto’, ‘como’ y ‘donde’ llevarán tilde en las oraciones interrogativas y exclamativas. Ejemplos: ‘¿qué quieres?’, ‘¿quiénes son estos señores?’, ‘pregúntale cuánto vale’, ‘dime cuándo volverás’, ‘¡qué bien lo mereces!’, ‘¡cuán apacibles se deslizan las horas!’, ‘¡cuánto le ama!’, ‘¡cómo se alegraron todos!’, ‘¿dónde vive usted?’. Pero ‘¿que estás dispuesto a hacerlo?’, ‘¿cuando llegue, dices?’.
12.101. Merced a una nueva norma, los tiempos de verbo que llevan acento ortográfico no lo conservan cuando acrecienten su terminación tomando un enclítico. Ejemplos: ‘pidiome’, ‘conmovila’, ‘rogoles’, ‘convenciolos’, ‘dele’.
Sí se acentúan cuando del conjunto resultan vocablos esdrújulos y sobresdrújulos. Ejemplos: ‘ríase’, ‘búscalo’, ‘diciéndome’, ‘antojósele’, ‘habiéndosenos’, ‘mírala’.
12.102. Cuando un vocablo simple entre a formar parte de un compuesto como primer elemento del mismo, se escribirá sin el acento ortográfico que como simple le habría correspondido. Ejemplos: ‘decimoséptimo’, ‘asimismo’, ‘rioplatense’, ‘piamadre’.
Se exceptúan de esta regla los adverbios en mente, porque en ellos se dan en realidad dos acentos fonéticos: uno en el adjetivo y otro en el nombre mente. Así pues, el adverbio se escribirá marcando en el adjetivo el acento que debiera llevar como simple. Ejemplos: ‘ágilmente’, ‘cortésmente’, ‘lícitamente’.
12.103. Los compuestos de verbo con enclítico más complemento se escribirán sin el acento que solía ponerse en el verbo. Ejemplos: ‘sabelotodo’, ‘curalotodo’, ‘metomentodo’, igual que ‘correveidile’.
12.104. En los compuestos de dos o más adjetivos unidos con guion, cada elemento conservará su acentuación ortográfica, si le correspondiere. Ejemplos: ‘hispano-belga’, ‘anglo-soviético’, ‘cántabro-astur’, ‘histórico-crítico-bibliográfico’.
12.105. Aunque no se trate propiamente de un acento, sí conviene recordar que cuando la g forma sílaba con los diptongos ue y ui, la sonoridad de la u se indica con el signo de diéresis. Ejemplos: ‘vergüenza’, ‘antigüedad’, ‘argüir’, ‘pingüino’.
12.106. Los términos latinos se acentuarán de acuerdo con las leyes fonéticas para las voces castellanas, excepto cuando formen parte de un nombre científico. Ejemplos: ‘tránseat’, ‘exequátur’. Sin embargo, se mantienen sin tilde y en cursiva las locuciones latinas: ‘ex cathedra’, ‘in pectore’, ‘ad limina’, y no ‘ex cáthedra’, ‘in péctore’, ‘ad límina’. (Véase el apartado 9.52).
12.107. Si se emplea una palabra no castellana, ésta habrá de acentuarse de acuerdo con las normas del idioma a que corresponda. Ejemplos: ‘orfeò’, ‘unità’, ‘prêt-à-porter’, ‘Düsseldorf’. Se sobreentiende que utilizando para ello el tipo de acento apropiado: agudo (á), grave (à), circunflejo (â), la tilde del portugués (ã) o la crema utilizada en español en casos de diéresis (ä).
12.108. Los nombres propios extranjeros se escribirán, en general, sin ponerles ningún acento que no tengan en el idioma a que pertenecen. Ejemplos: ‘Wagner’, y no ‘Wágner’; ‘Schubert’, y no ‘Schúbert’; ‘Windsor’, y no ‘Wíndsor’. Así se hará incluso cuando se trate de nombres de pila con idéntica grafía a la castellana. Ejemplos: ‘Dario Fo’, ‘Oscar Wilde’, ‘Simon Wiesenthal’, ‘Victor Mature’, ‘Johann Sebastian Bach’, ‘Martin Luther King’, ‘Benjamin Franklin’. Pero ‘María Pía de Saboya’ —puesto que el apellido está castellanizado—, y no ‘Maria Pia de Savoja’. Sí se acentuarán los nombres transcritos de los alfabetos ruso, hebreo, árabe y griego, por tratarse de una transcripción fonética. Ejemplo: Simón Peres. (Véase el apartado 9.7).
12.109. Las anteriores reglas no son aplicables, por tanto, a los nombres que, por proceder de idiomas escritos en caracteres distintos a los romanos, han sido transcritos fonéticamente al castellano. En este caso, se acentuarán con arreglo a su pronunciación en la lengua original. Ejemplos: ‘Antón Chéjov’; ‘León Trotski’; ‘Pésaj, fiesta judía’; ‘el ayatolá’.
12.110. Los nombres geográficos ya incorporados al castellano o adaptados a su fonética no se han de considerar extranjeros y habrán de acentuarse gráficamente de conformidad con las leyes generales. Ejemplos: ‘Berlín’, ‘Múnich’, ‘Zúrich’, ‘París’, ‘Lyon’, ‘Núremberg’, ‘Seúl’, ‘Turín’.
12.111. Los nombres vascos terminados en ain, sean de personas o lugares, se pronuncian cargando el acento prosódico en la a; por tanto, la transcripción castellana de tales nombres llevará acento ortográfico en la a, no en la i. Ejemplos: ‘Induráin’, y no ‘Induraín’.
12.112. Los nombres y apellidos en cualquiera de las otras lenguas habladas en España se acentuarán según las normas ortográficas de ese idioma, y no las castellanas. Ahora bien, si en el nombre se utiliza la grafía castellana y la otra en el apellido, cada uno de ellos se acentuará con las normas que le corresponden. Ejemplos: ‘Josep Maria Pujada’, pero ‘José María Climent’.
12.113. Distinto es cuando un determinado nombre tiene la misma grafía en castellano y en el otro idioma. En tales supuestos, se respetará la versión que utilice su titular, si es que se conoce (por ejemplo, ‘Maria Aurèlia Campmany’); cuando no sea así, se empleará la castellana.
MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS
12.114. Hay que evitar la proliferación o utilización innecesaria de las letras mayúsculas. Como norma general, se emplea mayúscula inicial en los nombres completos de entidades u organismos, salvo cuando éstos se mencionen con un genérico. Ejemplos: ‘Ministerio de Hacienda’, pero ‘el citado ministerio’; ‘Partido Comunista de España’, pero ‘el partido comunista’; ‘la Organización de las Naciones Unidas’, pero ‘la organización mundial creada en la Conferencia de San Francisco’; ‘la dirección general ha señalado’, pero ‘la Dirección General de Tributos ha señalado’.
En cambio, se emplea minúscula en los nombres de cargos, salvo que se trate de dignidades de carácter único, y aun en este caso siempre que no precedan al nombre de su titular. Ejemplos: ‘la Dirección General del Tesoro’, pero ‘el director general del Tesoro’; ‘el Papa’, pero ‘el papa Juan Pablo II’; ‘el Rey’, pero ‘el rey Juan Carlos I’.
12.115. En todo caso, se escriben con mayúscula inicial los nombres propios de:
— Personas.
— Animales (‘Babieca’).
— Instituciones (‘el Ejército’, pero ‘un ejército mal pertrechado’).
— Establecimientos y entidades comerciales, industriales o culturales (‘El Corte Inglés’, ‘Progreso Gráfico’, la ‘Fundación March’, ‘Ateneo de Madrid’, ‘Real Cinema’, pero ‘el cine Palafox’).
— Organismos públicos, ramas o brazos de la estructura política de un país y armas, cuerpos o unidades militares (‘Instituto Nacional de Industria’; ‘Dirección General de lo Contencioso’; ‘la Administración de justicia’; ‘el arma de Artillería’, pero ‘una pieza de artillería’; ‘la Flota’ —toda ella— o ‘la VI Flota de Estados Unidos’, pero ‘una flota interaliada’).
— Partidos políticos (‘Unión Cívica Radical’, pero ‘el partido radical argentino’).
— Fiestas religiosas, patrióticas o populares (‘Pascua’, ‘el Dos de Mayo’, ‘la Feria de Abril’, ‘el Rocío’, ‘San Fermín’, pero ‘los sanfermines’).
— Regiones geográficas específicas o zonas con significación ideológica propia (‘Oriente Próximo’, ‘Mare Nostrum’, ‘Tercer Mundo’ o ‘los países del Golfo Pérsico’, pero ‘navega por el golfo Pérsico’).
— Acontecimientos históricos, pero no las eras, épocas, estilos ni nombres de una generación (‘la Revolución Francesa’, ‘la II Guerra Mundial’, ‘el Mayo del 68’, ‘la Primavera de Praga’, pero ‘era atómica’, ‘el isabelino’, ‘el romanticismo’ o ‘la generación del 98’).
— Las fechas que, por constituir un nombre propio, se escriben con todas sus letras (‘el Movimiento Veintiséis de Octubre’).
— Premios y condecoraciones (‘Premio Nobel de Literatura’, pero ‘Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura’). En cambio, los genéricos ‘medalla de oro’, ‘medalla de honor’ irán siempre en minúsculas.
— Atributos divinos y, en general, toda referencia a Dios (‘el Redentor’, ‘el Mesías’).
— Edificios, residencias oficiales, fincas, campamentos y urbanizaciones (‘Torrespaña’, ‘la Zarzuela’, ‘Villa Teresita’, ‘vive en El Gasco’).
— Reuniones y documentos políticos, diplomáticos o religiosos (‘Tratado de Utrecht’, ‘Conferencia de Desarme’, pero ‘una conferencia sobre desarme’).
— Acontecimientos deportivos importantes (‘Juegos Olímpicos de Invierno’).
— Textos legales cuando se escriban completos (‘Real Decreto 125/1983’, pero ‘el citado real decreto’; ‘Ley Orgánica del Derecho a la Educación’, pero ‘se prepara una ley de bases’).
— Apodos; en este caso, sin que el artículo se contraiga delante de las preposiciones a y de (‘Rafael Gómez, El Gallo’, pero ‘así toreaba El Gallo’ y ‘la maestría de El Gallo’; ‘Ángel Pérez, El Chato’, pero ‘ha sido detenido El Chato’ y ‘los compinches de El Chato’).
— Los nombres y tratamientos o dignidades de personajes de ficción, así como los nombres de animales antropomorfos (‘Don Quijote’, ‘el Capitán Trueno’, ‘el Gato con Botas’, ‘Mickey Mouse’).
— Las disciplinas académicas y los establecimientos docentes, pero no las ciencias o la universidad como nombres genéricos (‘Derecho Penal I’, ‘la Facultad de Derecho’, ‘la Escuela de Enfermeras’, ‘la Universidad de Granada’, pero ‘grandes progresos de la medicina’, ‘su hijo va a la universidad’, ‘estudia derecho, filosofía, medicina’).
— Los puntos cardinales (‘el Norte’, ‘Levante’). Pero todo en minúsculas, salvo que figuren en un nombre propio, como parte de una zona, cuando indican dirección o empleados en forma adjetiva (‘Yemen del Sur’, ‘el norte de España’, ‘al norte de España’, ‘España norte’).
— Los artículos que formen parte de un apellido, siempre que no vayan precedidos del nombre. En este último caso se escribirán en minúsculas (‘Del Valle’, pero ‘José del Valle’; ‘De Gaulle’, pero ‘Charles de Gaulle’; ‘Von Papen’, pero ‘Franz von Papen’; ‘El Barzani’, pero ‘Mustafá el Barzani’; ‘Dos Santos’, pero ‘Joaquim dos Santos’).
— Los nombres de lugares aplicados a cosas cuando se refieran a un número determinado de ellas, como si se tratase de un apellido o marca, y no a todas las de su especie, en cuyo caso constituyen un genérico (‘un vino de Jerez’, pero ‘un jerez seco’; ‘la producción de la Champaña’, pero ‘una copa de champaña’).
12.116. En los títulos de libros, películas, obras de teatro y canciones sólo se escribirá con mayúscula la letra inicial —salvo que en ellos figure algún nombre propio—, cualesquiera que sean las normas al respecto del idioma en que estén escritos. Con una excepción: las cabeceras de publicaciones periódicas, que llevan siempre mayúscula inicial, salvo artículos y preposiciones. (‘Newspapers: the power and the money’, y no ‘Newspapers: The Power and the Money’, pero ‘Corriere della Sera’).
12.117. En las palabras unidas por un guion, la letra inicial de la segunda irá en minúscula (‘ETA Político-militar’, ‘la ciudad castellonense de Vila-real’). Pero no en el caso de nombres propios o nombres de entidades o marcas comerciales (‘Metro-Goldwyn-Mayer’, ‘Rolls-Royce’, ‘Land-Rover’).
12.118. Igualmente se empleará mayúscula inicial cuando, después de dos puntos, se abra una cita o una enumeración con varios párrafos, cada uno de ellos precedido por una raya o un número; en este caso, compuesto en negrita.
Ello no significa que deba emplearse mayúscula en todas las citas. Por ejemplo, no ha de escribirse: “Los manifestantes gritaban ‘Abajo el Gobierno’ y ‘Presidente, dimisión”.
12.119. Las firmas de informaciones, artículos, fotografías, gráficos o ilustraciones del cuerpo principal del diario impreso se escriben todo en mayúsculas.
12.120. Las palabras con mayúscula inicial o todo en mayúsculas llevarán el acento ortográfico que les corresponda.
12.121. Por el contrario, en los siguientes casos se escribirá todo en minúsculas:
— En las denominaciones de cargos, los tratamientos y las expresiones de un idioma distinto al castellano, cualesquiera que sean las normas al respecto de esa lengua (‘premier’; ‘herr’ pero no ‘Herr’; ‘ancien régime’; ‘ostpolitik’ pero no ‘Ostpolitik’).
— En las palabras que designan accidentes geográficos, edificios, locales públicos y vías urbanas, pues no forman parte del nombre propio. Ejemplos: ‘mar Egeo’, ‘palacio de Santa Cruz’, ‘cine Narváez’, ‘avenida de Valladolid’. En cambio, se emplea mayúscula con los equivalentes no castellanos de estas mismas palabras —pero nada más que cuando preceden a un nombre propio—, a fin de evitar el uso de la cursiva en parte de la denominación. Ejemplos: ‘Rue de Rivoli’, pero no ‘rue de Rivoli’; ‘Palazzo Chigi’, pero no ‘palazzo Chigi’; ‘Buckingham Palace’, pero no ‘Buckingham palace’.
— En las siglas y acrónimos convertidos por el uso en palabra común, pero no en nombre propio. Ejemplos: ‘ovni’ y ‘koljós’, pero ‘Talgo’ y ‘Komintern’.
— En los nombres de personas que derivan en nombres genéricos, escritos en cursiva (‘Ruiz Miguel toreará seis victorinos’, ‘la colección consta de 30 picassos y dos tàpies’).
PARTICIÓN DE PALABRAS
12.122. Las normas para la división de palabras a final de línea, que se recogen a continuación, son igualmente aplicables a los términos no castellanos, cualesquiera que sean las reglas del respectivo idioma. Como excepción, en el caso de las otras lenguas peninsulares —catalán, vascuence y gallego— deberán aplicarse las suyas propias.
12.123. Una sola consonante entre dos vocales se agrupa con la segunda. Ejemplo: ‘sa-no’.
12.124. En un grupo de dos consonantes —iguales o diferentes— entre dos vocales, la primera consonante se une con la vocal anterior y la segunda, con la siguiente. Ejemplos: ‘in-no-var’, ‘des-na-tar’, ‘ten-sión’.
Excepción importante es la de los grupos consonánticos pr, pl, br, bl, fr, fl, tr, dr, cr, cl, gr y gl, que se unen con la vocal siguiente. Ejemplo: ‘de-trás’.
12.125. En un grupo de tres consonantes, las dos primeras se unen a la vocal precedente, y la tercera, a la vocal siguiente. Ejemplos: ‘cons-ta’, ‘obs-ta’, ‘trans-por-te’.
Como excepción, si la segunda y tercera consonantes forman uno de los grupos citados en el apartado anterior, la primera consonante pasa a unirse a la vocal que precede, y el grupo de la segunda y tercera consonantes se une a la vocal que sigue. Ejemplos: ‘des-tru-yo’, ‘des-pre-cia’, ‘en-tre’.
Igual ocurre cuando, siendo cuatro consonantes, las dos últimas constituyen uno de los consabidos grupos. Ejemplo: ‘cons-tre-ñir’.
12.126. Los grupos consonánticos ch y ll son considerados, a efectos de silabeo, como una sola consonante; por tanto, no se dividen. Ejemplos: ‘ca-chi-ru-lo’, ‘ca-lle’.
12.127. Cuando, al dividir una palabra por sus sílabas, haya de quedar en principio de línea una h precedida de consonante, se dejará ésta al final del renglón anterior y se comenzará el siguiente con la h. Ejemplos: ‘Al-ham-bra’, ‘in-hu-ma-ción’, ‘clor-hi-dra-to’, ‘des-hi-dra-tar’.
12.128. La h muda colocada entre dos vocales no impide que éstas formen diptongo; por tanto, no puede dividirlas. Ejemplos: ‘de-sahu-cio’, ‘sahu-me-rio’.
12.129. Nunca se dividirá la palabra de manera que queden separadas dos vocales, aunque éstas formen sílabas diferentes. Ejemplos: ‘pro-veer’, ‘pe-rio-do’.
12.130. No pueden separarse las sílabas de manera que quede sola una vocal. Ejemplos: ‘atraer’, ‘to-reo’, ‘de-cía’.
12.131. Las normas anteriores son aplicables a los compuestos formados por dos palabras que por sí solas tienen uso en la lengua, o por una de estas palabras y un prefijo. Así, se dividirá ‘no-so-tros’, y no ‘nos-otros’; ‘de-sam-pa-ro’, y no ‘des-am-pa-ro’.
Con una sola excepción: los compuestos de reciente formación (aquellos que casi podrían escribirse con guion de separación), los cuales se dividirán por sus componentes. Ejemplos: ‘nor-te-ame-ri-ca-no’, y no ‘nor-tea-me-ri-ca-no’; ‘afro-asiá-ti-co’, y no ‘afroa-siá-ti-co’.
12.132. Se evitará la partición de palabras con resultado malsonante. Ejemplos: ‘Chica-go’, y no ‘Chi-cago’; ‘sacer-do-te’, y no ‘sa-cerdote’; ‘dispu-ta’, y no ‘dis-puta’.
12.133. La última línea de un párrafo nunca puede tener menos de cuatro caracteres (aquí se cuentan también los signos ortográficos). Ejemplo: ‘... está’, pero no ‘... es-tá’.
PREFIJOS JUNTOS O SEPARADOS
12.134. El prefijo ‘ex’, que en EL PAÍS se escribió desde su fundación separado de la base a la que acompañe (‘ex presidente’) debe situarse unido al sustantivo (‘expresidente’) cuando este se halle formado por una sola palabra, pero separado si se trata de dos o más (‘ex director general’), según la nueva Ortografía de la lengua española (2010). Por tanto, las búsquedas informáticas sobre esas palabras en los archivos de EL PAÍS deberán incluir las dos grafías para no perder ninguna mención.
La ambigüedad de ‘expreso’ (confusión entre un tipo de tren y un expresidiario) se puede resolver con la forma ‘exrecluso’, pero también con la forma ‘ex-preso’ (página 535 de la Ortografía, tercer párrafo).
Lo mismo sucede en composiciones como ex-xilofonista o ex-xenófobo.
12.135. La misma norma de ‘ex’ se aplica a los prefijos ‘vice’ (‘vicesecretario’ pero ‘vice secretario general’), o ‘pre’ (‘prepago’ pero ‘pre Guerra Civil’), así como ‘super’ (sin tilde: ‘estoy superbién’, ‘estoy super de acuerdo’), ‘anti’, ‘pro’, ‘pos’, ‘post’ y otros similares.
12.136. Debe cuidarse el uso de ‘ex’ cuando se trate de características muy ligadas a la personalidad. Así, un escritor que ya no sigue publicando novelas no es un ‘exnovelista’; y un dictador que ya no está en el poder pero no ha renegado de su ideología no es un ‘exdictador’. Por otro lado, se considera que un rey puede mantener ese tratamiento como título nobiliario aun habiendo dejado su cargo como tal (no sería por tanto un ‘exrey’, pero sí un ‘ex jefe del Estado’).
De igual modo, las ambigüedades se pueden resolver mediante un guion: ‘el pre-texto’.