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NORMAS GRAMATICALES

Las normas que se recogen en este capítulo no son, ni pretenden ser, un tratado de gramática, ni siquiera un resumen articulado. Su propósito es otro: refrescar las reglas gramaticales que con más frecuencia se quebrantan y limitar o precisar el uso de algunas de ellas en beneficio de la redacción periodística.

 

 

ADVERBIOS

 

13.1. En los textos noticiosos, los adverbios de tiempo deben ir siempre junto al verbo. Debe escribirse ‘el Rey ha inaugurado hoy...’, pero no ‘hoy, el Rey ha inaugurado...’. En general, los adverbios se deben situar tras el grupo verbal, mejor que delante o en el medio. Ejemplos: ‘el presidente está claramente dispuesto a dimitir’ debe sustituirse por ‘el presidente está dispuesto claramente a dimitir’. A veces, se incurre en galicismo: ‘el Gobierno ha ya terminado el proyecto’ (en lugar de escribir correctamente ‘el Gobierno ha terminado ya el proyecto’).

 

13.2. La palabra inicial de una información jamás puede ser un adverbio (salvo ‘sólo’ o ‘solamente’ si su lugar altera el significado de la frase), como tampoco una locución adverbial o un complemento circunstancial. Los adverbios tienen como función gramatical modificar el significado de otras palabras. Por tanto, es una mala construcción periodística iniciar una noticia con una palabra que amplía, matiza o precisa algo que aún no se conoce. Y ello precisamente en el párrafo que debe atraer al lector y facilitarle la lectura.

 

13.3. Cuando en una información se haga referencia a un día anterior, siempre que se trate de la misma semana, se preferirá la mención concreta de ese día (‘el martes día 17’) al uso de un adverbio (‘anteayer’). Si se precisa el día en que ocurrió un hecho, no se puede utilizar el pretérito perfecto (‘ha aprobado ayer’), sino el indefinido (‘aprobó ayer’). Véase el apartado 2.9.

 

 

ADJETIVOS

 

13.4. Los adjetivos creados a partir de un nombre o apellido y aceptados por el uso no se deben escribir en cursiva: ‘felipistas’, ‘marxistas’.

 

13.5. El uso de los adjetivos calificativos debe restringirse en los géneros más puramente informativos, en los que prima la objetividad. En estos supuestos, sólo se admiten los adjetivos que añadan información, y, en cualquier caso, es preferible sustituirlos por datos concretos. (Ejemplo: ‘el nuevo director general es un hombre muy joven’ debe sustituirse por ‘el nuevo director general es un hombre de 29 años’). En otros géneros, como reportajes y entrevistas, los calificativos pueden ser un elemento enriquecedor, siempre que cumplan una misión descriptiva y no incluyan juicios de valor.

 

 

PREPOSICIONES

 

13.6. El cometido de las preposiciones, en sí términos invariables, es establecer cierto tipo de relación entre otras dos palabras; de movimiento, modo, tiempo, materia, oposición, procedencia, etcétera. Y depende no sólo de la preposición, sino de las posibilidades combinatorias que ofrezcan las palabras relacionadas entre sí.

A continuación se explican los problemas que plantean algunas preposiciones en el lenguaje periodístico.

 

13.7. A. Tiene un uso muy variado. Generalmente expresa una idea de dirección o de movimiento, real o figurado (‘voy a Londres’, ‘amo a mis padres’).

 

13.8. Constituye un galicismo usar la preposición a antes de un infinitivo, en expresiones como ‘ejemplo a seguir’, ‘acuerdo a tomar’, ‘modelo a desarrollar’, etcétera. En la mayoría de estos casos puede suprimirse perfectamente el verbo, pues normalmente el sentido de la frase lo hace innecesario.

 

13.9. En referencias a velocidad es preferible usar la preposición por, sin artículo interpuesto, y no a. Ejemplos: ‘100 kilómetros por hora’, y no ‘a la hora’.

 

13.10. La combinación a por puede emplearse. En primer lugar, por lo que Manuel Seco (Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española) llama su ‘ventaja expresiva’. No es lo mismo —explica— ‘fui por ella’, construcción ambigua en cuanto puede significar tanto ‘fui a causa de ella’ como ‘fui a buscarla’, que ‘fui a por ella’, pues en tal caso sólo equivale a ‘fui a buscarla’. En segundo lugar, por lo que él y María Moliner (Diccionario de uso del español) subrayan: que no es el único supuesto en el que se combinan dos preposiciones. Ejemplos: ‘por de pronto’, ‘en contra de lo dicho’, ‘por entre las nubes’, ‘desde por la mañana’.

 

13.11. Se debe suprimir la preposición a cuando el complemento directo necesite distinguirse de otro que lleve esa misma partícula. Ejemplos: ‘Argel expulsa 11 etarras a Venezuela’, y no ‘Argel expulsa a 11 etarras a Venezuela’.

 

13.12. Cabe. Equivale a ‘junto a’ (‘cabe la puerta’). Actualmente se usa poco en los medios de comunicación, aunque permanece en el lenguaje rural. Puede emplearse en reportajes y crónicas como elemento de estilo precisamente para dar idea de algún ambiente lejano en el tiempo.

 

13.13. Contra. Expresa oposición (‘viene contra nosotros’). Es un galicismo su construcción con por (‘por contra’). En su lugar debe escribirse ‘en cambio’ o ‘por el contrario’. Y es un vulgarismo su uso como adverbio con el significado de ‘cuanto’. ‘Contra más les das, más piden’ debe sustituirse por ‘cuanto más les das, más piden’.

 

13.14. De. Indica idea de posesión y pertenencia (‘el sombrero de mi tía’), de materia (‘copa de cristal’) o de origen (‘viene de Alemania’).

Esta preposición no debe omitirse en estos tres casos:

— En las denominaciones de vías públicas, salvo que el nombre lo constituya un adjetivo. Ejemplos: ‘calle de Alcalá’, no ‘calle Alcalá’, pero ‘calle Mayor’.

— Cuando el verbo exija esta preposición, o cuando el complemento lo constituya una proposición. Ejemplos: ‘estaba seguro de que fallaría’, y no ‘estaba seguro que fallaría’; ‘le informó de que vendría’, y no ‘le informó que vendría’; ‘advirtió de que haría mucho frío’ (cuando equivale a ‘avisar’) y no ‘advirtió que haría mucho frío’ (que equivaldría a ‘percibir’).

— Delante de la cifra con los años de una persona, tanto si este dato figura entre comas como entre paréntesis. Ejemplos: ‘Juan López, de 25 años’ o ‘Juan López (de 25 años)’, pero no ‘Juan López, 25 años’ ni ‘Juan López (25 años)’.

 

13.15. Desde. Indica el principio del tiempo o de una distancia (‘desde el año pasado’, ‘desde San Sebastián a Madrid’). No debe sustituir a ‘con’ en frases como ‘esto te lo digo desde la sinceridad’, ‘habrá que hacerlo desde la honradez’.

 

13.16. En. Expresa una idea general de reposo en el tiempo y en el espacio (‘estamos en verano’, ‘estamos en Torrelodones’). Debe utilizarse esta preposición, y no el adverbio ‘dentro’, en los verbos en que su uso derive en redundancia. No debe escribirse ‘se enmarca dentro de esa situación’, sino ‘se enmarca en esa situación’.

 

13.17. Hacia. Señala la dirección (‘iba hacia el colegio’). No equivale a la preposición a (‘iba al colegio’).

 

13.18. Hasta. Indica el término de un espacio o de un tiempo (‘esperaré hasta junio’, ‘llegaré hasta la plaza’). También equivale a ‘incluso’: ‘Hasta él estaría de acuerdo’.

En México y América Central significa igualmente ‘no antes de’: ‘Llegaré hasta las seis’.

 

13.19. Según. Expresa relación de conformidad de unas cosas con otras (‘obro según me dijeron’). Nunca una información debe comenzar con esta partícula.

 

13.20. So. Equivale a bajo (‘so la encina’). Hoy apenas se emplea, salvo en locuciones formadas con sustantivos como pena, capa o pretexto (‘so pena de perderla’, ‘dijo que no venía, so pretexto de estar ocupado’, ‘desconvocó la reunión, so capa de una enfermedad’).

 

13.21. Tras. Expresa el orden con que unas cosas siguen a otras (‘tras la soga va el caldero’). Se sustituye normalmente por ‘detrás de’ o ‘después de’, especialmente para evitar cacofonías como ‘tras tres días’ o ‘tras tratarse el tema’.

 

 

CONCORDANCIA

 

13.22. Sujeto y verbo han de mantener preferiblemente concordancia de número. Debe escribirse ‘un grupo de personas se reunió ayer’ o ‘el 60% de los encuestados opina...’, pero no ‘un grupo de personas se reunieron ayer’ o ‘el 60% de los encuestados opinan...’. No obstante, no hay que aplicar esta norma a rajatabla y escribir ‘el 5% de las mujeres está embarazado’. Para casos determinados, se puede modificar la concordancia de género y número.

Las cifras deben concordar en plural: ‘un millón de personas ocupan la calle’.

 

13.23. En una relación expositiva en forma ordinal, el número llevará el género que corresponda al antecedente. Ejemplos: ‘las conclusiones siguientes: 1ª..., 2ª..., 3ª...’; ‘los temas siguientes: 1º..., 2º..., 3º...’.

 

13.24. Cargos y títulos observarán rigurosa concordancia de género con sus poseedores. Así, se escribirá ‘la doctora’, ‘la ingeniera’, ‘la diputada’, ‘la jefa’ o ‘la primera ministra’ cuando tales condiciones se refieran a una mujer.

Sin embargo, debe escribirse ‘el modista’, y no ‘modisto’ (igual que ‘periodista’, y no ‘periodisto’); ‘la poetisa’, y no ‘la poeta’.

La Academia considera correctas tanto ‘la jueza’ como ‘la juez’. EL PAÍS mantiene su tradición de escribir ‘la juez”, pues no se trata de un término marcado (‘juezo’-‘jueza’). Lo mismo sucede con ‘concejal’ y ‘concejala’ (se usará ‘la concejal’) o edil y edila (‘la edil’), así como ‘la cónsul’, ‘la bedel’, ‘la oficial’, ‘la aprendiz’, ‘la capataz’, ‘la ujier’, ‘la alférez’ o ‘la fiscal’.

Según la norma académica, la palabra ‘capitán’ se mantiene también invariable (‘la capitán’) cuando se trata de la oficial del ejército con rango inmediatamente inferior al de comandante. Sin embargo, se usa la forma femenina ‘capitana’ para el resto de significados: ‘Es la capitana del equipo’.

 

13.25. Los nombres propios escritos en plural pero concebidos como singular deben concordar en singular. Ejemplos: ‘Estados Unidos veta el envío de tropas’, ‘Canarias pide un trato específico en la CE’, pero ‘las Canarias están más cerca de África que de Europa’.

 

 

CONDICIONAL

 

13.26. En castellano, el condicional se puede emplear como futuro imperfecto del pasado (‘dijo que vendría’) o como futuro perfecto del pasado (‘dijo que a la hora de cenar habría terminado’). Es decir, como formas relativas que dependen de verbos de lengua o sentido utilizados en pasado: ‘anunció’, ‘avisó’, ‘dijo’, etcétera.

 

13.27. Sin esa relación con otros verbos, sólo se puede utilizar la forma condicional en estos cuatro casos:

— Para atenuar cortésmente un deseo, reproche o petición. Ejemplos: ‘podrías llegar antes’, ‘¿querrías atenderme?’, ‘¿podría decirme la hora?’.

— En relación con un subjuntivo. Ejemplos: ‘si yo fuera millonario, me compraría un Rolls’; ‘si hubieras venido, yo no estaría así’. En estos casos de relación con subjuntivo, es preferible siempre la forma potencial en los tiempos compuestos, por cuestión de estilo. No se debe escribir ‘si hubieras pedido que lo hiciera, yo lo hubiese hecho’. Es mejor: ‘Si hubieras pedido que lo hiciera, yo lo habría hecho’. Para comprender mejor esta relación sintáctica, conviértase la oración al potencial simple: siempre diremos ‘si pidieras que lo hiciese, yo lo haría’; y nunca ‘si pidieras que lo hiciese, yo lo hiciera’. Es incorrecto utilizar el potencial en concordancia con indicativo: ‘si vinieras, yo iré también’. Ha de escribirse: ‘Si fueras, yo iría también’. O bien: ‘Si vas, yo iré también’.

— Para expresar la posibilidad en el pasado. Ejemplo: ‘Por aquella época ya habría terminado el bachillerato’.

— Para indicar un cálculo aproximado: ‘Habría 2.000 personas en la manifestación’. En este caso, se da un dato probable (2.000) dentro de un hecho cierto (la manifestación). Es decir, no se trata de la conjetura sobre si ocurrió o no algo, sino sólo sobre un aspecto numérico relacionado con ello y que se somete a la apreciación personal.

 

13.28. La posibilidad en el pasado no es un hecho dudoso, no garantizado, ni un rumor. Este uso del condicional de indicativo es francés. Se incurre, pues, en galicismo cuando se escriben frases como éstas: ‘El obispo habría establecido...’; ‘según diversas fuentes, habrían sido detenidos siete terroristas...’. Los giros adecuados para sustituir el condicional francés o condicional de rumor pueden ser estos u otros parecidos (que tienen un uso restrictivo, conforme se indica en este Libro de estilo): ‘el ministro parece estar dispuesto...’; ‘según indicios, el obispo ha establecido...’; ‘parece ser que (o tal vez) han sido detenidos siete delincuentes’...

El uso del condicional en ese tipo de frases queda terminantemente prohibido en el periódico. Además de inadecuado gramaticalmente, resta crédito a la información.

 

 

ERRORES GRAMATICALES

 

13.29. Gerundio. Este tiempo verbal expresa una acción en desarrollo, anterior o simultánea o muy próxima a la principal, pero nunca posterior.

 

13.30. Por tanto, es incorrecto su uso (fallo que se comete con harta frecuencia) cuando se utiliza para indicar una acción posterior a la principal. Ejemplo: ‘Viajó a Mallorca en avión, asistiendo a un congreso de ginecología’. Tal como está escrito, el congreso se celebró en el avión.

Es incorrecto también su uso (galicismo y anglicismo) como participio de presente; esto es, como adjetivo en función de atributo (‘un barril conteniendo 100 litros de cerveza’). Sólo hay dos excepciones admitidas por la Academia: ‘agua hirviendo’ y ‘palo ardiendo’.

En muchas ocasiones se puede evitar el empleo de la construcción de un gerundio con el verbo estar, sobre todo cuando va acompañada de un adverbio de tiempo: ‘El presidente está planteándose desde ayer una nueva estrategia’. Es mejor: ‘El presidente se plantea desde ayer...’.

 

13.31. Dequeísmo. Es incorrecto el uso de la fórmula de que cuando se trata de una oración completiva con un verbo en el que no rige la preposición de. Ejemplos: ‘creo que no está bien’, y no ‘creo de que no está bien’.

Esta norma no debe inducir a la equivocación de suprimir el de en verbos o construcciones en las que rige esta preposición. Es correcto escribir ‘estoy seguro de que vendrá’ o ‘le informó de que vendría’, pero no ‘estoy seguro que vendrá’ ni ‘le informó que vendría’. (Véase advertir).

 

13.32. Estilos directo e indirecto. Cada vez es más frecuente en los periódicos un vicio de lenguaje que denota escaso esmero literario: utilizar el estilo directo y el indirecto con una conexión sintáctica incorrecta: Ejemplo: “Su esposa comentó anoche que ‘mi marido no está”. Para exponer esa idea correctamente hay dos posibilidades: ‘su esposa comentó anoche que su marido no estaba’ o “su esposa comentó anoche: ‘Mi marido no está”. Pero nunca la mezcla de ambas.

Otro ejemplo: “La doncella aseguró que no podía contestar ‘porque estoy sola con las niñas. Llame una hora más tarde”. Aquí se produce un claro error de concordancia en los verbos: ‘la doncella (...) no podía (...) porque estoy sola’. ¿A quién corresponde estoy, al periodista, a la doncella? El hecho de que se escriban comillas no indica que a partir de ese signo comience una frase que no ha de estar relacionada sintácticamente con la que le da la concordancia.

Una buena forma de percibir el problema es leer la oración en voz alta (como si se tratara de una noticia para la radio): al desaparecer las comillas queda más clara la relación sintáctica de todas las palabras.

 

13.33. Laísmo. Se llama así a la utilización incorrecta del la por el le. Menos frecuente que el leísmo, es una falta corriente en algunas regiones, especialmente en algunas provincias de Castilla.

Se produce laísmo cuando se utiliza la como pronombre representativo de un complemento indirecto femenino. Ejemplos: ‘la llevé un paquete’ (a ella). Lo correcto en este caso es ‘le llevé un paquete’ (a ella). Se usa la correctamente cuando este pronombre representa a un complemento directo femenino. Ejemplo: ‘la llevé a Cádiz’. En este caso, la representa a ella.

 

13.34. Leísmo. Para indicar el complemento indirecto se deben emplear siempre le o les. Estos dos pronombres pueden usarse también como complemento directo si sustituyen a un masculino de persona. Leísmo es, por tanto, el uso indebido de le y les como complemento directo; es decir, en los casos en que sustituye como pronombre a un femenino, a un neutro o a un masculino, de animal o cosa, en la función de complemento directo.

Ejemplos de uso correcto como complemento indirecto: ‘le di un abrazo’ (a él o a ella), ‘le pedí que llegara pronto’ (a él o a ella), ‘les envié los libros’ (a ellos o a ellas).

Ejemplos de uso correcto como complemento directo (masculino de persona): ‘vi a mi hermano y le llamé’ (puede decirse también ‘lo llamé’).

Ejemplos de leísmo: ‘vi a mi perro y le llamé’ (debe decirse ‘lo llamé), ‘vi a mi hermana y le llamé’ (debe decirse ‘la llamé’).

La utilización del le por el lo en función de complemento directo masculino no es incorrecta, ya que se trata de la fórmula más extendida en la mitad norte de España. El leísmo aceptado se produce cuando se usa le como pronombre representativo del complemento directo. En la mitad sur de España se utiliza lo. Ejemplo: ‘le llevé a Cádiz’ (a Juan). En este caso, lo correcto en el sur es ‘lo llevé a Cádiz’. La confusión viene de que sí es correcto decir ‘le llevé a Cádiz un paquete’, porque en este caso le representa al complemento indirecto. Es decir, se utiliza le correctamente cuando el pronombre representa al complemento indirecto de la frase. En el ejemplo anterior, la persona a la que se llevó el paquete es complemento indirecto. El directo es un paquete.

Sin embargo, EL PAÍS prefiere en este caso el uso de ‘lo’, por ser la única empleada tanto en el resto de España como en toda América.

También se debe usar le para el complemento indirecto femenino. Ejemplo: ‘le llevé un paquete a Luisa’. El leísmo incorrecto se produce cuando le es utilizado como complemento directo que representa a animales o cosas: ‘Le entregué el gato y ordené que le llevara en el coche’ (lo correcto es ‘lo llevara’).

 

13.35. Loísmo. Este vicio de lenguaje se produce al utilizar lo en lugar de le como pronombre representativo del complemento indirecto. Ejemplo: ‘lo llevé un paquete’ (a él), cuando lo correcto es ‘le llevé un paquete’. Se usa lo correctamente cuando representa al complemento directo masculino. Ejemplo: ‘lo llevé a Cádiz’ (a él). También es correcto emplear le en este caso, si se trata de una persona: ‘le llevé a Cádiz’ (a Juan), si bien EL PAÍS prefiere la forma ‘lo’. (Véase el apartado anterior).